sábado, julio 20, 2013

"Maduro cumple 90 días en el poder en medio del caos económico"




POR:ALFREDO MEZA.
Hace tres meses Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela en medio de una grave crisis política. Contra todos los pronósticos, su rival, Henrique Capriles, había obtenido una votación histórica para la oposición en tres lustros. Apenas lo separó de la victoria un ínfimo porcentaje de votos (una distancia de un punto y medio) que derivó en sospechas de fraude. Solo las inequidades del proceso electoral venezolano —la parcialidad del Consejo Electoral, el descarado uso de los recursos del Estado con fines proselitistas o la amenaza de represalias a los beneficiarios de los programas sociales— y las irregularidades en el día de la votación habían impedido un histórico relevo en el palacio de Miraflores.

Esa ajustada derrota colocaba al chavismo frente a un gran revés político. Un mes antes, el 5 de marzo de 2013, cuando fue declarado muerto el presidente Hugo Chávez, sus herederos parecían destinados a sucederlo sin mucha resistencia. La derrota provocó nuevas lecturas. Se dudaba entonces de la capacidad que tendría el Gobierno de mandar sin convocar a la mitad que le había votado en contra. Para la segunda semana de mayo, una encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) mostraba que 51,3% de los ciudadanos tenían una opinión negativa de la situación del país. La percepción del aspecto político era incluso peor. Seis de cada 10 pensaban entonces que la situación era inestable.

Tres meses después, mientras el recuerdo de Chávez se diluye en la rutina de una vida compleja, que no deja espacio para el culto al héroe, Maduro se afianza y la oposición se debilita entrampada en su propia estrategia, que consiste en esperar que prospere la impugnación de las elecciones ante el Tribunal Supremo de Justicia, mientras apuesta al desgaste de un Gobierno que no tiene el imán de Chávez y a ganar más espacios en las municipales del próximo 8 de diciembre. Ya sufrieron su primera derrota. A mediados de semana la Sala Constitucional desestimó una recusación de los abogados de Capriles para impedir que los siete magistrados titulares de la sala, chavistas confesos, intervinieran en la causa.

La oposición sigue sin darle dirección política a las recurrentes protestas y demandas sociales. Hace una semana Capriles dijo que la gente no debía esperar el visto bueno del líder para organizarse y buscar soluciones a sus problemas. En ese escenario de voluntaria desmovilización Maduro ha administrado el caos y se ha afianzado en el cargo. Valgan estas cifras para ilustrar la crisis económica de este país: entre diciembre y junio la moneda local, el bolívar, se ha devaluado un 172%; las ventas petroleras del primer trimestre del año —el 96% de los ingresos— cayeron a 21.300 millones de dólares, un 13,41% menos que en el mismo periodo de 2012, y el índice de desabastecimiento de productos básicos llegó al 20,5% en mayo, una cifra jamás alcanzada en tiempos de Chávez. Hasta el 11 de julio las reservas internacionales habían caído en 5.363 millones con respecto al mismo periodo del año pasado. Solo se contaba con dinero contante y sonante para 15 días de importaciones, según los cálculos del economista Pedro Palma.

La tasa de inflación acumulada en el primer semestre es la expresión más concreta de todos los malestares del venezolano. La cifra de 24,99% superó al marcador de todo 2012 (20,09%). El Gobierno supo entender que la crisis se agudizaría si no generaba las condiciones para que la empresa privada pudiera trabajar sin tantas restricciones. Una reunión con el empresario Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar, la segunda fortuna del país, simbolizó la cohabitación por la que el Gobierno apostó en aras de suavizar un modelo socialista que luce agotado y de su propia supervivencia.

En aquellos días, cuando la escasez apremiaba y Venezuela era el centro de la atención del mundo por la falta de papel higiénico, Maduro acusó a Mendoza de ser el principal responsable del desabastecimiento al no producir al máximo. Tras esa cita la comunicación con los empresarios comenzó a fluir, aunque estos no están satisfechos con los acuerdos alcanzados con el Gobierno.

Para cumplir con esos acuerdos se reformó el gabinete económico. Maduro relevó entonces al dogmático Jorge Giordani del Ministerio de Finanzas y lo sustituyó por Nelson Merentes, que ha diseñado un mecanismo alternativo a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para obtener dólares de forma legal (en Venezuela rige un control de cambios desde febrero de 2003). Aunque apenas se han efectuado dos subastas en el año, se espera que se convoquen nuevas pujas con regular periodicidad. Al Gobierno le urge corregir la reducción del 87,7% de la oferta de dólares por vías alternas a Cadivi en el primer semestre de 2013. Este año se adjudicaron apenas 639 millones comparados con los 5.197 millones del primer semestre de 2012.

Todas esas concesiones al sector privado no se corresponden con la estrategia asumida para enfrentar a la oposición. Contradiciendo lo que vaticinaban los analistas el 15 de abril —que sería imposible gobernar sin acuerdos políticos—, el chavismo se ha seguido comportando como si el otro no existiera y ha estrechado el cerco sobre sus rivales. Dos de los tres gobernadores de la oposición están siendo investigados por la Asamblea Nacional por malversación de fondos. Sobre la espalda del restante, Henrique Capriles, se cierne la presunta responsabilidad de las nueve muertes ocurridas tras el rechazo del estrecho resultado de las elecciones. El Gobierno amenaza cada tanto con enjuiciarlo por ese hecho. Eso tal vez nunca ocurra, pero sí ha logrado que el dirigente prefiriera seguir su reclamo en los despachos de los tribunales y no en la calle.

Otros dos diputados, María Corina Machado y Richard Mardo, serán investigados también. La antigua candidata presidencial, por una escucha difundida por el Gobierno en la cual criticaba a sus compañeros de la Mesa de la Unidad por la estrategia seguida después de las elecciones. Mardo lo tiene mucho más difícil. El Supremo encontró motivos para quitarle la inmunidad parlamentaria y enjuiciarlo por blanqueo de capitales y defraudación tributaria.

El Gobierno asegura que está haciendo una lucha sin cuartel contra la corrupción sin distinciones políticas. Pero en el chavismo solo caen peces chicos: 7 funcionarios de migraciones en el Estado de Táchira, 14 ciudadanos acusados de cobrar beneficios para entregar ayudas sociales, otras 7 personas relacionadas con el desfalco al Fondo Chino. Maduro ha usado ese ejemplo para aleccionar a los suyos. En eso sí se parece a Chávez, pero también en otros aspectos: copiosas intervenciones en la cadena de televisión del Estado, largas caminatas por la provincia para cumplir con el denominado “Gobierno de calle” y bailes con la comunidad. El pasado domingo también agregó otro hito al anunciar su primera expropiación. Sucedió en el Estado de Apure, donde anunció la toma de un terreno para construir viviendas. Poco antes anunciaba que había logrado “estabilizar la revolución”.

 Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/19/actualidad/1374200104_823616.html

viernes, julio 19, 2013

"Corrupción: ¿a quién castigar?"("...Los tribunales sirven para criminalizar a los opositores...")




POR:TRINO MÁRQUEZ.

En su discurso en el Campo de Carabobo el 24 de junio, Nicolás Maduro calificó la corrupción como un azote al que su gobierno debe combatir porque está “destruyendo la Patria”. Desde entonces el dirigente del PSUV insiste en el tema cada vez que se presenta alguna oportunidad. Su intensidad forma parte de la estrategia dirigida a golpear los grupos que apoyan a Diosdado Cabello, señalados de haberse enriquecido de forma obscena a la sombra de negocios ilícitos, comisiones, tráfico de influencia, y de socavar las bases del poder de Maduro. Sus palabras en Carabobo fueron pronunciadas luego de un gesto insólito de descortesía con quien se supone es el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada. En ese acto, el comandante que dirigía el desfile le pidió permiso a Maduro para presentarle el parte militar (batallones, tanques, armas que se desplegarían) al Presidente de la Asamblea Nacional. Este comportamiento desconsiderado, nada casual, lo enfureció.

Anécdotas e intrigas palaciegas aparte, la cruzada contra la corrupción emprendida por Maduro luce fingida e incoherente. El conflicto con Cabello no puede librarlo de forma abierta porque pondría en riesgo la unidad del régimen, aspecto esencial para su sobrevivencia. Toda diferencia interna se subordina a la necesidad de mantenerse cohesionados, y, sobre todo parecer que lo están. Esa apariencia no es necesaria proyectarla con la oposición. A esta hay que tratar de destruirla. El “combate” a la corrupción apunta a aniquilar a Henrique Capriles, Henry Falcón y Liborio Guarulla, los tres gobernadores del campo opositor, tal como antes hicieron con Manuel Rosales y, parcialmente, con Leopoldo López. En la mira están Pablo Pérez y Richard Mardo. Como guillotina cuentan con un Poder Judicial obsecuente y una Contraloría, sin contralora designada por el Parlamento, sucursal de Miraflores. El ariete de esta operación destructiva es Pedro Carreño. Sin comentarios.

Si el régimen desease obtener resultados impactantes tendría que adoptar iniciativas ambiciosas. Debería comenzar por levantar progresivamente los controles de cambio y de precio, y eliminar las excesivas regulaciones y normas punitivas aprobadas. Parte significativa de la descomposición se encuentra asociada al régimen cambiario. Inmensas fortunas se han amasado al amparo de un mecanismo perverso que incentiva el tráfico de influencias y las coimas, y que solo se justifica por el dominio político que el régimen quiere mantener sobre los empresarios y la actividad económica. El control de precios es otra fuente de distorsiones. Eduardo Samán yerra cuando invoca la moral revolucionaria para preservar la pulcritud del esquema. Los precios regulados, en realidad congelados, representan un mecanismo perverso que deforma todo el sistema de precios, el cual debe estructurarse a partir de la libre competencia y la relación entre demanda y oferta. En todos los países socialistas, sometidos a férreos controles estatales, la corrupción campea. El socialismo del siglo XXI no es la excepción de esa ley universal.

Hay que desincentivar la corrupción. Crear motivos para que los funcionarios no delincan. Un Poder Judicial profesional, meritocrático y autónomo, capaz de perseguir, castigar e impedir la impunidad, razón principalísima de la corrupción, es una pieza clave de esa lucha. El sistema judicial forma parte de la red de complicidades que alimentan la corrupción. Los tribunales sirven para criminalizar a los opositores y proteger a los seguidores del gobierno. Las investigaciones objetivas naufragaban en ese Mar de los Sargazos. Ningún caso de corrupción que comprometa seriamente al Gobierno, se examina. Por eso el Plan Bolívar 2000, Pedeval, el maletín del Antonini Wilson, la quiebra de las industrias de Guayana, los abusos electorales, forman parte de la historia de la picaresca criolla. Se castiga solo a los huérfanos de la nomenclatura, quienes sirven de chivos expiatorios.

La opacidad en la forma como el gobierno otorga las licitaciones y los contratos forma otro capítulo de esta larga novela. Los convenidos con China, Cuba, Brasil, Bilorrusia, Rusia, son secretos tan bien guardados que solo los elegidos los conocen. Las firmas se estampan en el mundo del misterio. El país ignora arreglos irresponsables, entre ellos la compra de armas, firmados por el Ejecutivo, que comprometen el presente y el futuro de la nación.

Lo medular de la lucha contra la corrupción no se orienta a adecentar el Estado, sino a destruir la oposición.

@trinomarquezc

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2013/07/corrupcion-a-quien-castigar/

viernes, julio 12, 2013

"Ay Snowden!"("...aquí puedes morirte de cualquier cosa menos de aburrimiento. Bienvenido al país de las maravillas…")




POR:LAUREANO MÁRQUEZ.

“No quiero vivir en una sociedad que hace este tipo de cosas… No quiero vivir en un mundo donde se registra todo lo que hago y digo. Es algo que no estoy dispuesto a apoyar o admitir”. Edward Snowden, hablando con The Guardian, en junio de 2013

Sin vaina que este país nuestro es raro con cuatro pares de bolas. Hace pocas semanas, un supuesto agente de la CIA fue expulsado del país. Se trata de un hombre de una trayectoria en el mundo de los documentales, de actividad, desde hace años, en el terreno televisivo de manera conocida y notoria. Y ahora resulta que le vamos a dar asilo a un ¡verdadero! agente de la CIA, público y confeso. Díganme, incluso los chavistas, con la mano en el corazón, si la vaina no es para hacer ¡plop! como Condorito. Pero lo más bravo de todo: parece que Snowden está pensando en serio pedir asilo en Venezuela. Yo te digo una vaina, si la CIA existe en verdad ­porque a este Gobierno ya nada se le cree­ tienen que ser unos pobres bolsas, unos ingenuos de marca mayor. Porque si este hombre no sabe lo que le espera en Venezuela, es porque la CIA no vale medio. Uno porque ya está más acorazado que el Potemkin, pero yo quiero ver a esta súper estrella del espionaje tecnológico, calándose la que nos toca a nosotros cada día.

Un tipo que decide pedir asilo en un país en el que no se consigue papel tualé y en el que la muerte ha instalado su casa matriz. ¡Ay Snowden!, es que quiero verte en el supermercado, cuando el portugués te diga: ­No, mire señor Sneider, a verdade ese cereale non se consigue, ten tempo que no viene…Nao, sangushes preparados para llevar eso no se usa aquí… ese es allá donde voçe vive…

¡Ay Snowden!, cuando seas noticia de ayer, cuando en la recepción del hotel en el que te metieron te digan que ya el Gobierno no está pagando la cuenta, que mucho Snowden y eso, caballero, pero yo quiero cobrar mi vaina… “Yes Mr. Snowden, but at the Cancillería they doesn’t attend the phone calls any more…” ¡Ay Snowden, tú no tienes idea del lío en el que te estás metiendo… Cuando te saquen en el canal 8 una llamada, Snowden, cuando divulguen una conversación tuya y recuerdes que no soportabas a tu patria y te declaraste en rebeldía porque en EEUU graban las conversaciones de la gente.

Qué buena vaina para ti que los únicos asomaos que salimos a ofrecerte asilo fuimos nosotros, pollinos metiéndonos en pleitos de burros, como si fuéramos algo, bendito Dios de los altares, como diría Cabrujas, como si tuviéramos con qué, como si el solo anuncio no causara risa en el mundo entero, como si no tuviésemos demasiadas escuelas por construir, demasiados huecos en las calles que tapar, como para meternos en un lío planetario de las ligas mayores. Un gobierno que lleva 15 años acusando a sus enemigos de ser agentes de la CIA, ahora acoge a uno, porque le parece disidente.

Y si todo esto fuese una estrategia, la propia estrategia de la CIA: “Tú te haces el perseguido, Snowden, y nosotros hacemos que te buscamos, que seguro de Venezuela van a salir de asomaos a darte asilo y entonces una vez adentro del país, muy cerca del Gobierno, comienza tu trabajo de desestabilización desde adentro”. Eso sí se me parece más a la CIA de las películas que uno conoce.

Voy más allá: ¿y si este Gobierno fuera de la CIA?, porque de otra manera no se entiende.

¡Ay Snowden! Te digo una vaina, aquí puedes morirte de cualquier cosa menos de aburrimiento. Bienvenido al país de las maravillas…

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2013/07/ay-snowden/

martes, julio 09, 2013

"Memorias de un boliburgués en la decadencia"

 
 
POR:DÁMASO JIMÉNEZ.

Dónde quedó del Bentley aquél que perteneció a Makled y que fue expropiado para bajar al presidente Chávez hasta Maiquetía cada vez que tocaba emprender algún viaje alrededor del mundo. Ahora que el país rueda cuesta abajo como consecuencia de tanto desfalco del bien público dónde quedará la buena vida, el Champagne Cristal, el Chivas Royal, las grandes marcas del planeta que ya no encuentran dólares para ingresar al país y hacer el deleite de los únicos beneficiarios de la revolución.

Dónde tantos regalos y tantas prebendas por los favores concedidos a los ministros de turno o a los caballeros de la revolución. Las vacaciones a Dubái, las estancias en el hotel Marriot, tantas marcas de lujo, tantos aviones jet, yates y carros de lujo de semidioses que no eran un carajo hace 15 años y se convirtieron en grandes magnates de la noche a la mañana, gracias al salvoconducto permitido por el proceso castrochavista con los dineros del país y la dionisíaca bacanal de un barril de petróleo a precios inimaginables hasta para la época de la corrupción adeco-copeyana.

El Maduro de los últimos 3 meses prometió acabar con la corrupción que hunde al país y a la revolución misma, sin embargo la ineficacia lo persigue y lo único que ha hecho es emprender una cacería de brujas contra exgobernadores disidentes del PSUV ahora aislados de todo poder y funcionarios de pequeña extirpe en organismos como el Saime, Indepabis, el Seniat y algunos ministerios inauditables.

Nadie se atreve a tocar a estos "animales con forma humana" como los denominó en su momento el supremo comandante para explicar a los habitantes hacinados de los barrios miserables del país que "ser rico es malo".

Es malo si no eres del Gobierno, porque robar se ha convertido en un ejercicio de gestión y en uno de los beneficios alternos por derecho para todo burócrata revolucionario y su camada de ricos y protectores de la nueva alcurnia, solo permitido en un país donde la lealtad exime de pagar pena por enriquecimiento ilícito, malversación de fondos o quiebre económico de la República.

Se trata de un Estado que castiga y persigue a periodistas como Nelson Bocaranda por informar estas mismas irregularidades, mientras hace caso omiso a las 17 denuncias por daño patrimonial al estado Miranda por 480 millones de bolívares que tiene el propio el exgobernador de esa entidad y presidente actual de la AN, Diosdado Cabello, máximo acusador y verdugo de quienes se niegan a mirar hacia otro lado.

En un trabajo magistral de Olga Wornat publicado por el diario La Nación de Argentina a finales del 2012, son descritos los excesos hollywoodenses y de mal gusto de una fiesta de quince años de la hija consentida de un prominente empresario de seguros de estrechos vínculos con lo más granado de la nueva nomenclatura del poder castrochavista, una casta de empresarios, funcionarios y banqueros que se transformaron en la elite más rica y ostentosa del país, a la sombra de quienes manejan el poder ahora con más ahínco luego de la muerte del presidente Chávez.

Un listado no muy corto de una boliburguesía en decadencia que debe enfrentar que ya el dinero no corre tan libremente en Venezuela, a pesar que muchos sigan pensando que la renta petrolera seguirá siendo una fuente inagotable para el éxito social de la noche a la mañana.

Quedará para la historia las responsabilidades eximidas por la impunidad por el escándalo de Pudreval, el maletín con 800 mil dólares de Antonini Wilson, la venta de Aeropostal a los Makled, la olla de corrupción del Bandes, los negocios ilícitos de la vicepresidenta de ese mismo organismo, María de los Ángeles González, la carretilla de irregularidades de Pdvsa presentada por el padre Palmar, el desfalco a las empresas de Guayana, los 540 millones de dólares sustraídos por Francisco Illaramendi al fondo de pensiones de los trabajadores de la industria petrolera, el plan Bolívar 2000, las colitas en la flota de aviones a cualquier parte del mundo solo para ungidos y familiares, o los 200 millones de bolívares fuertes mensuales que le pagaba la ya destartalada Pdvsa a Mario Silva, para conducir un bodrio de terrorismo mediático en el canal de los venezolanos, por nombrar solo algunos de los escándalos más sonados que burlaron todo tipo de medidas gracias a una revolución permisiva  y alcahueta.


 Fuente: http://www.eluniversal.com/opinion/130709/memorias-de-un-boliburgues-en-la-decadencia

lunes, julio 01, 2013

"Indetenible marcha hacia la transición"("... el frágil presidente, Fiscalía, TSJ, Fuerzas Armadas, se aprecian debilitadas ...el indetenible ímpetu colectivo que exige alternativas diferentes....")

 
 
POR:MIGUEL BAHACHILLE M.

Los resultados electorales del 14-A revelan que el proceso de transición, iniciado con fuerza desde abajo y no por voluntad de elites dominantes, se hace indetenible. Venezuela ha entrado a tal grado de declinación corporativa y urbana que el ciudadano común percibe inservibles a las instituciones básicas universales. Mientras el vecino padece los efectos del vertiginoso deterioro de los servicios conurbanos básicos, los burócratas "vivaces" hacen ostentación de un poder bruto carente de valor cívico y abundante de contradicciones.

La propagandeada revolución está llegando a su fin. El pueblo, luego de 14 años de frustración, la percibe precisamente como el mayor escollo para el progreso. El retraso institucional es el factor más obstaculizante para atender los requerimientos básicos de la población. El fenecido había logrado falsear nuestra realidad y conducir a la mayoría a un autoilusión de riqueza e independencia territorial que hoy hace aguas por todos lados. El llamado "shock del futuro" propuesto por el finado resultó ser un "shock" pero del pasado que, por cierto, nada tiene que ver con el progreso.

La gente no está dispuesta a capitular sin lucha ante tantos desatinos. El conflicto universitario, descontento de trabajadores de Guayana, diarias protestas de los más pobres exigiendo viviendas, entre muchos, evidencian que no basta la represión para contener la transición hacia la institucionalidad. Llegará el momento, más temprano que tarde, de materializar la propuesta de Capriles de convocar un proceso constituyente para adecentar las instituciones y hacer viable la marcha del país.

Las protestas no pueden ser enceguecidas por la reprimenda policial pues sus causas están a la vista de todos y con petitorios sociales palmarios y justos. Ya el régimen no podrá sonreír ni considerar utópico el planteamiento de los jóvenes que exigen un país más seguro, con mayor calidad de vida. De nada le servirá a Nicolás insistir con la utopía de querer implantar un régimen colectivo determinado por la adaptación a un medio deformado similar al implementado por los déspotas en Cuba. Podría afirmarse que la conjeturada educación para la adaptación que mira hacia atrás colapsó. Nuestros niños y jóvenes incursos en el mundo de la informática no claudicarán ante la implantación de ideas del siglo XIX a la manera cubana.

Parte del país que alguna vez se sintió seducida por la ilusa promesa chavista de construir un futuro mejor, percibe ahora ese futuro personificado por Nicolás como una amenaza. La fuerza y la opresión ya no surten el efecto buscado. El miedo, que en algún momento de nuestra historia fue un buen caldo de cultivo para aumentar el poder, tampoco servirá. Látigo y terrón de azúcar, castigo y redención, formas del pasado ya no predicadas desde los púlpitos sino a través de la inmensa red de comunicación oficial, dejaron de ser amenaza. La mayoría perdió el miedo y exige respuestas.

La interposición social simbolizada por el frágil presidente, Fiscalía, TSJ, Fuerzas Armadas, se aprecian debilitadas y envejecidas ante el indetenible ímpetu colectivo que exige alternativas diferentes. La transición se percibe en el aire y como tal no puede ser confiscada por ninguna artimaña cultivada por nuestras precarias instituciones. En otras palabras, llegó la hora de abandonar las vías muertas de la adecuación sin objetivos y plantear la discusión relacionada con los procesos de producción. Se trata de investigar los conflictos sociales no para ocultarlos sino para elucidarlos y buscarles salida. Así pues la transición está en marcha aunque el régimen ostente poderío represivo y crea estar viviendo la cúspide de su ejecutoria. 

miguelmer@gmail.com

@MiguelBM29

Fuente: http://www.eluniversal.com/opinion/130701/indetenible-marcha-hacia-la-transicion