lunes, marzo 30, 2015

"Venezuela: ¿Del Dakazo al Obamazo?"

 




POR: FERNANDO MIRES.

Hay que reiterarlo: Barack Obama es el Presidente de EE UU y no el jefe de la oposición de Venezuela. De ahí que las medidas tomadas por su gobierno en contra de siete corruptos funcionarios chavistas no están guiadas por una eventual correlación política de fuerzas en el espectro venezolano. El gesto de enemistad, al declarar a Venezuela una amenaza para los EE UU, tampoco.

Obama, evidentemente, escogió el momento para hacer pública su posición frente al gobierno Maduro. Que lo haya hecho en medio de negociaciones mantenidas con el régimen cubano y pocos días antes de la Cumbre de las Américas que tendrá lugar el 10 y 11 de Abril en Panamá, muestra que ha considerado determinadas razones de alcance estratégico, razones que trascienden lejos, muy lejos, a la simple particularidad venezolana.

Hay que tener en cuenta que Obama no vive en los tiempos de Bush, enredado en mentiras increíbles para justificar su ominosa invasión a Irak. Tiempos en los cuales hasta dictadores de baja estofa se permitían el placer de lanzar diatribas en contra del gobierno norteamericano.

Obama, a diferencias de Bush, es probablemente uno de los presidentes norteamericanos que ha ganado más legitimidad en la arena internacional. La restitución de la alianza atlántica en Europa, las alianzas establecidas con gobiernos islámicos en la lucha en contra del ISIS, su distanciamiento con respecto a fracciones de la derecha israelí, sus tensas pero diplomáticas conversaciones con el gobierno de Irán en torno a temas nucleares y militares (los tiempos de las locuras de un Ahmadineyah quedaron atrás), su apertura política hacia Cuba, más la eminente suspensión del embargo y su voluntad de acercamiento amistoso a los países latinoamericanos –incluyendo a los del ALBA– son hechos que demuestran un cambio profundo en la política internacional de los EE UU.

La nueva estrategia apunta –lo ha reiterado Obama en diversos discursos– a la sustitución de las relaciones de dominación militar por relaciones de hegemonía política. Eso quiere decir que Obama, sin renunciar al uso de la fuerza, intenta restaurar el valor de la política en el espacio internacional.

El nuevo rol de EE UU precisa, sin embargo, de un estatuto simbólico. Por eso mismo Obama debe defender la nueva imagen que busca dar a su nación. Visto así, Obama no puede permitir que un mandatario, cualquiera que sea, insulte a su gobierno todos los días, menos aún si preside un país del que EE UU es su más seguro socio comercial; un país, además, con el que no tiene ningún problema económico, político o militar. ¿Ha llegado el momento de mostrar a Maduro que incluso la paciencia diplomática tiene límites? Así parece.

Si vemos el tema desde una perspectiva global, la designación de Venezuela como amenaza para los EE UU tampoco debe sorprender demasiado. El régimen venezolano es en la región el que más se acerca al formato clásico de una dictadura. Y los regímenes dictatoriales o simplemente autoritarios han sido siempre, en todas las latitudes, amenazas para la paz externa. Más todavía si un régimen no oculta su atracción por casi todas las dictaduras enemigas (reales o potenciales) de los EE UU.

Habría que ser muy ingenuo, por ejemplo, para no darse cuenta de que la política de Obama frente a Caracas tiene que ver con Moscú mucho más de lo que a primera vista parece. Frente a Rusia hay ya una Guerra Fría no declarada por la OTAN. Pese a eso, Obama no busca aliados en América Latina. Lo que sí quiere, y desde su óptica tiene toda la razón, es no tener más enemigos.

Probablemente el gobierno de Obama anhela que las relaciones entre Venezuela y los EE UU sean las más normales posibles. Con mayor razón en tiempos marcados por conflictos al lado de los cuales el que existe (si es que existe) con Venezuela es solo una migaja. Que esa normalidad también conviene en la práctica al gobierno Maduro, pero no a su falso discurso “antiimperialista”, es un factor con el cual seguramente contaba la administración norteamericana.

No es errado pensar entonces que la declaración de enemistad al gobierno de Maduro es un punto encuadrado en un marco estratégico destinado a configurar la futura política de los EE UU con respecto a toda América Latina.
La apertura hacia Cuba, por un lado, y la muestra de enemistad hacia el gobierno de Venezuela, por otro, son indicadores que muestran diseños de esa nueva política. A través de ella Obama intenta dejar claro que los EE UU están dispuesto a colaborar con todos los gobiernos de la región, cualquiera sea su orientación ideológica, siempre y cuando estos no lleven a cabo acciones de hostilidad en su contra.

Ahora bien, si un gobernante como Maduro busca extraer capitales políticos nacionales a través de una sostenida campaña de hostilidad hacia EE UU, deberá naturalmente contar con las consecuencias. Ese parece ser desde ya el mensaje que Obama llevará a la Cumbre. Un mensaje que naturalmente no solo será dirigido a Venezuela sino, además, a todos los gobiernos de la región.

Para determinadas fracciones de la oposición venezolana, las que en su narcisismo político imaginan que el mundo comienza y termina en Venezuela, la posición de Obama respecto al gobierno de Maduro o les ha parecido un grave error o la han saludado como un gran gesto de solidaridad. Ni lo uno ni lo otro. Al tomar posiciones frente a Maduro, Obama no consideró demasiado la correlación de fuerzas al interior de Venezuela. Pero no tenía por qué hacerlo. Su actitud no deriva de un asunto táctico inmediato. Forma parte, reiteramos, de una estrategia global destinada a ser medida en plazos largos.

Probablemente la administración estadounidense tenía previsto que Maduro iba a reaccionar como reaccionó. En medio de la crisis económica más profunda vivida en el país, del más grande descrédito internacional y de la corrupción más desenfrenada, era obvio, casi natural, que Maduro llevaría a cabo una campaña patriotera como no se recuerda en América Latina desde los tiempos cuando el general Galtieri desató la guerra de las Malvinas (1982) solo para reconquistar la popularidad perdida por la dictadura militar de su país. Sin embargo, puesta esa reacción al lado de la importancia que para EE UU reviste marcar las líneas de una estrategia política continental, no hay como perderse: Obama no puede ni debe subordinar su política continental a los intereses ni de la oposición venezolana ni de ninguna otra. Si así lo hubiera hecho, habría cometido de verdad un acto de injerencia.

En otras palabras: nos encontramos frente a un problema dividido en dos dimensiones: una internacional, donde los EE UU no pueden sino hacer lo que están haciendo, y otra muy local, en donde un gobierno antidemocrático enfrenta a una masiva oposición que intenta movilizar fuerzas y obtener un triunfo electoral decisivo. Ambas dimensiones, la internacional y la local al ser distintas no son necesariamente compatibles. Y con esa incompatibilidad deben contar tanto el gobierno como la oposición de Venezuela.

Desde la dimensión local, la política internacional de Obama parece favorecer, por lo menos durante un breve lapso, a Maduro y sus huestes. A fin de reconquistar la popularidad perdida, el gobierno Maduro, siguiendo la lógica Galtieri, ha trazado una línea demarcatoria que intenta sustituir a la contradicción entre “burguesía y pueblo” por otra formada por “patriotas” y “antipatriotas”. O dicho de este modo: así como en vísperas de las elecciones municipales del 2013 Maduro declaró una artificial guerra económica, antes de las elecciones parlamentarias del 2015 ya ha declarado una no menos artificial guerra patria frente al peligro de una invasión que, naturalmente, nunca tendrá lugar.

En la primera “guerra” Maduro llamó a saquear tiendas comerciales, acción conocida como el Dakazo. Durante la segunda “guerra” llama a la movilización nacional, recogiendo “millones” de firmas en contra de Obama. ¿Estamos entonces frente a un “Obamazo”? Todo indica que Maduro camina en esa dirección.

El eventual “Obamazo” persigue, además, otro objetivo, a saber, dividir más a la oposición de lo que de hecho ya lo está. En efecto, el patrioterismo desatado por Maduro ha cavado nuevos surcos en el amplio campo opositor. Por de pronto ya es posible detectar dos polos antagónicos. A un lado los “nacionalistas” dispuestos a posponer diferencias con el gobierno en aras de la nación amenazada. Al otro lado los “pro-intervencionistas”, dispuestos a entender el discurso global de Obama como una mera táctica destinada a derribar al gobierno venezolano.

Probablemente hay dentro del nacionalismo opositor quienes piensan que la “cuestión nacional” no debe ser regalada al gobierno. En principio, dicho planteamiento podría ser correcto. Lo que evidentemente no es correcto es plegarse al discurso del gobierno aduciendo que Venezuela es un país que no amenaza a nadie, asumiendo así, objetivamente, la retórica del “antiimperialismo” oficial.
Lo mismo ocurre con el sector “pro-intervencionista”: al imaginar que Obama busca el derribamiento del gobierno, asume positivamente el mismo discurso de Maduro. No deja de llamar la atención en ese punto, como columnistas que en el pasado reciente habían dedicado largas parrafadas en contra de Obama, acusándolo de débil, de populista, de izquierdista y hasta de islamista, se han convertido, de la noche a la mañana, en fanáticos “obamistas”.

Entre los dos polos extremos (el nacionalista y el pro-intervencionista) existe, sin embargo, una amplia franja opositora que ve en la línea demarcatoria trazada por Maduro una simple maniobra destinada a desviar la atención con respecto a las calamidades sociales provocadas por el gobierno, un intento más para tapar los escándalos financieros, las fortunas depositadas en bancos norteamericanos, las fabulosas cuentas de personeros chavistas en los bancos de Madrid y Andorra, más lavados de dinero, tráfico de drogas, contrabando y otras exquisiteces similares.

Del mismo modo, y en ese punto parece haber consenso mayoritario en la oposición, la lucha por la liberación de los presos políticos ha sido continuada, más allá de que existan desacuerdos políticos con algunos dirigentes en prisión. La lucha por una nación sin presos políticos –eso es muy importante decirlo– también pertenece a “la cuestión nacional”. Tiene que ver con la imagen de Venezuela en el mundo. Y en estos momentos esa imagen es francamente desastrosa.

Fue el ex presidente de Costa Rica, Óscar Arias, quien formuló la tesis de que en una democracia no puede haber presos políticos. Dicho en sentido inverso, cuando en una nación ya no hay presos políticos, recién podemos hablar de democracia. Ahora, si tomamos en cuenta que una nación democrática no es una amenaza para nadie y a la vez se quiere que Venezuela no sea catalogada como amenaza externa, es necesario luchar por la democratización del país.

La cuestión nacional pasa por la cuestión democrática y esta última pasa a su vez por la liberación de todos los presos políticos. A diferencia de la lógica matemática según la cual el orden de los factores no altera el producto, en la lógica política sí lo altera. Con la liberación de los presos políticos comienza la invulnerabilidad internacional de Venezuela. Ese es el punto.

Fuente: http://prodavinci.com/blogs/venezuela-del-dakazo-al-obamazo-por-fernando-mires/

"Lo que está detrás de la “invasión” a Venezuela".



"Les traemos un ilustrador artículo de los editores de Veneconomía. Se plantean que la retórica del gobierno de Nicolás Maduro busca ocultar los gravísimos problemas por los que atraviesa el país y que además, paradójicamente, Nicolás Maduro se niega “ a aplicar medida sensata alguna que subsane la espectacular crisis por él mismo provocada

Venezuela invadida

El discurso del gobierno vociferando sin parar que la planta insolente del imperio invasor agrede a Venezuela, estaría ganándole unos puntos de popularidad a Maduro, de los tantos perdidos por la crisis económico-social en la que ha sumido al país, pero sin llegar de lejos a los altos niveles anteriores a la crisis.
Esto a pesar de que Maduro, por temor a los costos políticos, se rehúsa a aplicar medida sensata alguna que subsane la espectacular crisis por él mismo provocada. Por el contrario, algunos de los anuncios que realizó Maduro en febrero materia económica y que parecían ir en la dirección correcta, han sido un fiasco o no se han concretado, insistiendo en seguir el camino del populismo.
Es el caso del “nuevo” sistema cambiario, Simadi, que parecía iba a ser funcional para amortiguar la sequía de divisas al sector productivo y, en consecuencia, a paliar la ingente escasez, no ha terminado de arrancar, y la situación de desabastecimiento sigue agravándose aceleradamente y el resto de los males que acoquinan al venezolano siguen invictos.
La inflación no cese. Aunque el BCV calla las cifras, el Cendas-FVM informa que el costo de su canasta familiar subió 5,5% en enero y 6,0% en febrero, lo que equivale a una tasa anual de más del 95%.
La devaluación sigue haciendo estragos y hace que empresas de capital extranjero anunciado castigos contables drásticos en relación con sus activos y propiedades en Venezuela, incluyendo a la Ford Motor Co., PepsiCo, Kimberly Clark, Schlumberger, Praxair y Telefónica S.A, entre otras. El informe Panorama de Inversión Española en Iberoamérica en 2015, recién publicado, señala que las 61 empresas españolas con presencia en la región tienen previsto reducir sus inversiones aquí en un 35%, siendo  Venezuela el único país donde no piensan aumentar su presencia. Esas empresas le otorgaron una calificación de 1,2 (sobre 4) a la situación económica del país en 2015.
Incluso, la devastadora onda expansiva de las erradas políticas de Chávez-Maduro llegó hasta el deporte, y obligando a diferentes equipos de beisbol a retirarse de país, uno de los últimos los Marineros de Seattle, los que anunciaron que trasladarían su campo de entrenamiento Aguirre (en el estado Carabobo) a la República Dominicana, dejando en operación solamente cuatro campos de la “Liga de Verano Venezolana”.
Ahora, Venezuela ingresó a la lista de destinos de alto riesgo para las principales líneas navieras extranjeras que prestan servicio al país, debido a que el Ejecutivo no reconoce la deuda de más de $800 millones que mantiene con estas empresas por más de tres años, por más de 4.000 contenedores no devueltos.

Esto viene a comprometer aún más la ya escuálida llegada de la mercancía importada y el abastecimiento de los anaqueles, esto en un momento cuando los gremios empresariales alertan del cierre técnico de las empresas del país, como consecuencia de la falta de materia prima e insumos para producir. Cabe recordar que el gobierno adeuda más de $20 millardos al sector privado.
Mientras, la producción agrícola va de capa caída, afectando a ocho, de los 12 rubros vegetales más importantes y la ganadera está contraída por la falta de confianza y de estímulo al productor, y los detallistas están ahorcados por las fuertes presiones y la amenaza de cárcel ejercidas por la Superintendencia de Precios Justos (Sundde)
Esto sin hablar de la parálisis que afecta a las empresas estatales, que afecta al 80% de las obras del sector público y privado, por falta de materiales de construcción.
Así que aunque el gobierno insista en su perorata de supuestas guerras económicas, invasiones imperialistas y aventuras de golpes de Estado, las únicas guerras e invasiones que afectan al venezolano son la miseria, la escasez, la inflación, el hambre, la inseguridad y la represión.

Editores de VenEconomía

martes, marzo 24, 2015

"La complicidad corruptiva del régimen"


POR.CARLOS E. AGUILERA A.

No se puede llamar de otra manera, sino complicidad corruptiva de un régimen, cuando se observa que los dineros del estado han sido birlados por una pandilla de pícaros oportunistas, que no contentos con detentar el poder, han llenado sus alforjas con mil millonarias cifras en dólares depositados en bancos extranjeros, tras saquear las arcas del erario público a su antojo y arropados por una libertina alcahuetería, que pone en evidencia la connivencia séptica del régimen socialista bolivariano y comunista.

Existe un denominador común que no es otro que la corrupción entremezclada con la política. Y esto es lo que ha venido ocurriendo en los últimos años en nuestro atormentado país, víctima de la insaciable voracidad de un numeroso grupo de depredadores de la cosa pública, que han dado rienda suelta a sus instintos delictivos, sin importarles en absoluto los principios éticos y morales y sus propias familias, a las que seguros estamos las deslumbraron con oníricos sueños de esa riqueza mal habida. 
 
Es difícil entender cómo con los recursos naturales con los que cuenta nuestro país, podamos estar enfrentando una crítica situación económica, que va desde el desabastecimiento de productos básicos de la alimentación, falta de insumos médicos, desempleo, devaluación de la moneda –aún cuando los jerarcas del régimen se empeñen en afirmar que no se trata de tal, sino de una necesaria reforma fiscal – para hacer frente a una denominada, en jerga militar “guerra económica, propiciada por la burguesía oligarca, imperialista, apátrida y enemiga” (sic) de la tan mentada revolución del siglo XXI. Pretexto tras pretexto para esconder debajo de la alfombra roja la basura y desperdicios de sus erradas políticas públicas y económicas de inspiración marxista, causantes de esta penosa debacle, a lo largo de más de quince años.

A propios y extraños cuesta mucho comprender que este evidente y estrepitoso fracaso de un país con las mayores reservas de petróleo del mundo – una quinta parte –, no lo haya aprovechado especialmente durante esta última década, con los precios e ingresos más altos de su historia, situación que hoy en día se le torna más difícil aún, porque el sector petrolero está en franco deterioro por la falta de reinversión y la excesiva burocratización, y en los últimos días por la caída de los precios.

Venezuela está considerada como uno de los países más corruptos del mundo –vergonzoso record – que aleja a nuestro país de su esplendido pasado, lleno de riqueza, felicidad, paz, tranquilidad, seguridad, armonía y la emblemática jocosidad y alegría que permitía al venezolano –hombres y mujeres – exhibir con orgullo su gentilicio, hoy afectado por el dolor y tristeza de ver partir allende las fronteras a miles de jóvenes en procura de un mejor porvenir. Fuga de talentos irrecuperables, porque si bien es cierto que encontrarán lo que ansían, muchos no regresaran a la Patria por haber sentado raíces en otros lares. Es el doloroso costo a futuro que nos depara la mal habida revolución comunista venezolana del presente siglo.

Un amigo nos refería en días pasados, que Venezuela enfrenta una situación peor que la de Haití, por la extrema situación de pobreza que se observa en ciudades y pueblos de todo el país, a lo cual le respondimos que la tragedia de la nación caribeña era completamente diferente, pues el hambre, pobreza e inseguridad que agobian a la Patria de Petion era el resultado de un terremoto, mientras que en nuestro país era producto de uno de los peores gobiernos (¿?) que hemos tenido, por la inevitable consecuencia de una visión autoritaria de la sociedad y de la economía, una visión que ubica al Estado como el principal, o mejor dicho, como el único protagonista de todas las actividades productivas, financieras y comerciales. Una visión que no cree en la separación de los poderes, sino en la concentración de los mismos, y en consecuencia no cree tampoco en la libertad empresarial, pues su ideología está totalmente divorciada de la libre empresa.

La corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), y por tanto puede tratarse como en el caso venezolano de una depravación moral o simbólica, aun cuando en otro sentido la corrupción es la práctica que consiste en abusar del poder, de funciones o de medios para saca un provecho económico o de otra índole. Lo cierto es que nuestro país copa las primeras páginas de los diarios del mundo, como consecuencia de estos ilícitos, que el régimen pretende ocultar o silenciar, distrayendo la atención pública con pretextos de invasión de potencias extranjeras y otras tantas sandeces, que a diario predican con insistencia por todos los medios y en actos públicos, que suelen ser recurrentes.

En días recientes el Instituto Nacional de Finanzas de Andorra (INAF) ente regulador financiero de España intervino la Banca Privada d’Andorra, que está siendo investigada por el gobierno de los Estados Unidos, a través del Departamento del Tesoro, por encauzar presuntamente fondos del crimen organizado y “lavado de dinero internacional”, con vinculaciones criminales rusas y operaciones con empresas “pantalla” a través de la petrolera venezolana Pdvsa. El régimen se ha desentendido del asunto, lo que a la vista de muchos se interpreta como una silenciosa impunidad, que ya no causa asombro ante tantos otros hechos similares, como la maleta de los dólares incautados en Argentina, provenientes de Venezuela en uno de los aviones privados de Pdvsa.

Una fuente del Departamento del Tesoro explicó que los funcionarios venezolanos sancionados están considerados como una “amenaza” para el sistema financiero estadounidense, y eso atañe a la seguridad nacional. La orden de Obama, indicó “ayudará a proteger el sistema financiero de Estados Unidos de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela”, y por esta razón declaró la “emergencia nacional”, que sitúa a Venezuela como amenaza para la seguridad de esa nación.

La corrupción ha sido definida por acuciosos investigadores del tema como un comportamiento político desviado (falta de ética política), conducta política contraria a las normas jurídicas (falta de ética jurídica y política), y usurpación privada de lo que corresponde al dominio público, al mismo tiempo que destacan que el interés personal no es un elemento que necesariamente debe incluirse en una definición, pues los actos de corrupción no siempre benefician únicamente a intereses particulares.

En el caso venezolano es la falta de todo lo anteriormente indicado, más la ausencia de escrúpulos y la inexistente voluntad política de un gobierno que se arropa bajo la bandera de una supuesta revolución socialista bolivariana, que el mismo viejo caudillo cubano Fidel Castro, la denominó comunismo.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)

careduagui@yahoo.com
@_toquedediana


 Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/03/la-complicidad-corruptiva-del-regimen/

sábado, marzo 21, 2015

"Maduro se la juega a EEUU"



 POR:ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ.

Sin que ese fuera su propósito, EEUU es usado para recuperar deterioro del régimen, que según encuestas, ronda “punto más bajo al que ha llegado en 16 años”: 22%. Todo debido a acomodaticia interpretación de la declaración del Presidente Barack Obama, quien “determino que situación en Venezuela, incluida erosión de garantías de derechos humanos, persecución de oponentes políticos… constituyen amenaza inusual y extraordinaria para seguridad y política exterior, por lo cual declaro emergencia nacional para enfrentarla”. De ello hacen bandera régimen y algunos voceros que se dicen adversos, con apoyo de países aliados. Ignoran extraterritorialidad de la norma.

Según David Smilde, experto en Venezuela de Oficina de Washington para América, tal declaración “al menos en corto plazo”, beneficia a Nicolás Maduro. Le “facilita ejercicio del poder y le sirve para sofocar desacuerdo respecto a todo lo que él dice sobre conspiración en contra”. De hecho se refuerza con ley habilitante.

Más precavido que voceros de partidos de oposición, sesgados por el electoralismo, el chavista de Marea Socialista, Nícmer Evans, declaró:

“Siendo EEUU la potencia bélica más poderosa del mundo, es absurdo que se señale a Venezuela como una amenaza”.

En opinión de Thomas Sparrow, corresponsal de BBC Mundo en Washington, cuando Obama firma la orden ejecutiva en la que declara que hay un estado de emergencia, obtiene ciertos poderes excepcionales que le permiten imponer sanciones o congelar ciertos bienes.

De acuerdo a dicho testimonio el gobierno estadounidense tiene unos 30 programas de sanciones basados en declaraciones de emergencia similares y que son presentadas con un lenguaje similar a la de Venezuela.

Para el Departamento del Tesoro los maduristas sancionados son considerados amenaza a la salud del sistema financiero estadounidense, y en esa misma medida se convierten en problema para la seguridad nacional, como declara el comunicado de la Casa Blanca.

Silencio guardan régimen y aliados, con detección de US$ 2 mil millones depositados en Banca Privada de Andorra. Igual lo hizo con el desfalco de más de US$ 200 millones del Fondo de Pensiones de Trabajadores, por lo cual tribunales yanquis sentenciaron a Francisco Ilarramendi a 13 años de cárcel
Se estima que US$ 4.200 corresponden a operaciones de blanqueo de dinero proveniente de Venezuela. Estuvieron acompañadas de creación de empresas fantasmas. Desde la perspectiva de Obama, son transferencias que contaminan sistema financiero estadounidense.

EEUU califica el narcotráfico como amenaza a la seguridad nacional, ya que afecta salud de la población, orden social y seguridad interna. Recientemente conoció del Cartel de los Soles, al que se dice que el régimen entregó control de espacio aéreo que negocia con otros de la droga.

Afirma que se trata de procedimiento legal normal usado con países como Irán, Birmania o Siria. Recuérdese que a luchar en este territorio en defensa del gobierno de Bashar Al Asad fue el diputado venezolano a Adel El Zabayar Samara ¿No es esta injerencia?

No quedan dudas que Maduro se la juega a EEUU para consolidar su régimen castrocomunista.

Al margen: La escritora Josefina Jordán se ha dedicado a divulgar la trayectoria del prócer José Leonardo Chirinos, cuya vida reseña en la novela Libertario… todo empezó en Coro. Desafiando al elitismo de ciertas instituciones, la presentará en la Ciudad Mariana.

jordanalberto18@yahoo.com
 
 Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/03/maduro-se-la-juega-a-eeuu/

martes, marzo 17, 2015

"RUNRUNES...Daño Colateral..."

 
 
POR:NELSON BOCARANDA SARDI
ALTO

DAÑO COLATERAL: Como vimos el fin de semana una innecesaria demostración de "fuerza" militar que demostró nuestra vulnerabilidades al mundo entero -como ejemplo los misiles amarrados con mecate- he venido atando cabos para tratar de presentar un panorama serio y veraz sobre las razones estadounidenses para la "Executive Order" del presidente Barack Obama donde se presentó a Venezuela como una amenaza a la seguridad de EEUU. Comencemos por los dos períodos de Obama donde ha querido pasar a la historia de su país como el mandatario que lograría la seguridad en salud para sus gobernados con el llamado programa "ObamaCare" que fue destronado por los gobernadores y representantes republicanos, además de uno que otro miembro de su partido demócrata. Igual suerte corrió el año pasado su proyecto de ley de inmigración con el que quería coronar su mandato ante la injusticia e inequidad de las actuales leyes  inmigratorias. Obama quiere -y necesita- tener un logro de tal magnitud como los que otros presidentes lograron en sus mandatos. El ejemplo de Nixon con la apertura a China y de Clinton con Vietnam lo estimuló a negociar la apertura de relaciones con Cuba en la que  ha puesto todo su esfuerzo para lograrlo tras más de cincuenta años de hostilidades. De esa forma quiere asegurarse un sitial en la historia y por ello tiene la mira puesta en la Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá el próximo 10 de abril y donde quiere mostrarse al mundo estrechando la mano del presidente cubano Raúl Castro. Ante esa eventualidad hemos visto como los sectores más radicales del partido Republicano han querido torpedear esa acción y han venido pidiendo acciones más contundentes no solo contra Cuba sino contra Venezuela, país que ha dado vida a Cuba desde que Chávez llegó al poder, por las violaciones a los Derechos Humanos y la disminución de las libertades políticas y el aumento de la censura informativa. Ante el riesgo que el Congreso, dominado desde enero por los republicanos, tomara acciones contra Venezuela -que como embargo de algunos renglones de importación, medidas financieras punitivas contra Citgo y el gobierno estuvieron contempladas por los radicales- el huésped de la Casa Blanca se lanzó con ese decreto que -al declarar que  hay un estado de emergencia- por el que obtiene ciertos poderes excepcionales que le permiten, por ejemplo, imponer sanciones o congelar ciertos bienes, sin pasar por los trámites de la Administración o el propio Congreso. Nótese que "los sancionados son considerados una "amenaza" a la salud del sistema financiero estadounidense, siendo un  problema para la seguridad nacional, y con la medida se ayudará a protegerlo de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela". Por ello, en apenas tres días de promulgado el decreto, el FinCen (Financial Crime Enforcement Network) y  la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) que son  unidades del Departamento del Tesoro comenzaron a entrar en las instituciones bancarias en las que saben hay dinero ilícito del gobierno venezolano o sus funcionarios. Día tras día intervinieron en la Banca Privada de Andorra, el Banco de Madrid, propiedad del primero y la sucursal panameña de ambos. Allí lograron la congelación de fondos, en primera instancia, que guardan relación con PDVSA y sus filiales, Corpoelec y,  sobretodo, el entorno del expresidente de la empresa Rafael Ramírez Carreño en los diez años como jefe máximo de la petrolera. Sus allegados, funcionarios y familiares muy especialmente a un primo Diego Salazar Carreño quien manejó los seguros y reaseguros de la industria petrolera. En el banco de Andorra éste asegurador llegó a tener 300 millones de euros congelados en una anterior averiguación. Según las autoridades el banco intervenido en un momento llegó a tener depositados 33 mil millones de euros siendo 21 mil de ellos provenientes de Venezuela. Indicaron que investigarán depósitos del ministerio de Finanzas de Venezuela, con envíos en valijas diplomáticas de dinero en efectivo vía Caracas-Madrid-Andorra. La cooperación de un exministro venezolano, tres militares, un exmagistrado y media docena de "cooperantes" ayudaron a tejer el mapa de esa corrupción que tuvo que ser aprobada desde el más alto nivel, sospechan las autoridades, debido a la cuantía del dinero trasladado. En otros países las alarmas se habían prendido en varias oportunidades. Citan el caso de una propina de cien mil euros que habría obsequiado Diego Salazar al "Concierge" del hotel Crillón en París y que al éste declararla a sus jefes, éstos  tuvieron que pasar la información a las autoridades financieras galas. El modo de vida con el que actuaron algunos de los investigados dio al traste con el andamiaje financiero. Saben que desde el gobierno de Venezuela se harán los locos con estos hallazgos pues sería "escupir para arriba" -como me dijo un funcionario al que consulté- mientras crece el sentimiento nacional de que la revolución dilapidó, se robo o dejó perder los más grandes ingresos de nuestra historia desde la llegada a esta tierra bendita de Colón hasta nuestros 1998. Las listas van creciendo a medida que se desenreda la escandalosa madeja de corrupción y dinero fácil. Grave lo que con respaldo será comprobado en relación a grupos terroristas árabes e islámicos, guerrillas, narcos e iraníes. Mas de mil pasaportes en manos de delincuentes globales. El trabajo de la revista Veja comprobando -lo que ya aquí revelamos en 2011-  la conchupancia entre Chávez y Ahmadinejad y a la vez con el gobierno argentino, tanto con el caso de la voladura de la AMIA como el envío de dinero para la campaña de la Kirchner (solo supimos de una maleta, la de Antonini Wilson en el aeropuerto de Buenos Aires el 4/6/2007, y nada de las otras decenas enviadas) triangulado con Irán. Todo eso se considera "peligroso para los EE.UU." y de allí el enfoque dado por la Casa Blanca.

BAJO

ROJOPINTAS: Pronto se destapará la olla que contiene los negocios ilícitos de un ex magistrado larense del TSJ y hoy opositor al gobierno de Maduro por no haber sido designado rector en el CNE.  El susodicho ofertaba sus contactos para solucionar "casos" en instituciones públicas valiéndose de su vestimenta, para ese entonces,  roja rojita. El caso será noticia en los próximos días... La Televisora Regional de Venezuela, TRT, fue vendida a la roja gente de TV-Aragua. Así podrá entrar ésta a la parrilla de las cableras y vencer la resistencia de Conatel. Por cierto, hasta hoy no quieren renovarle la concesión a Globovisión vencida la semana pasada ...¿Cohetes con mecates?. Un muerto en ejercicios sin enemigos. 3 buques de la Armada navegando a Occidente, Centro y Oriente. Uno no llegó al Delta y el otro mucho menos a la Isla de Aves. ¿Venceremos?...

www.runrun.es
@nelsonbocaranda

viernes, marzo 13, 2015

"¿MADURO CONTRA OBAMA?"

 
 
POR:FERNANDO MIRES. 
 
Debe quedar claro: las desde hace algún tiempo anunciadas sanciones a siete funcionarios del gobierno venezolano, recién firmadas por Obama el 9 de marzo, no están dirigidas en contra de una nación, ni siquiera en contra de un gobierno. Solo afectan financieramente a siete individuos comprometidos en actos de corrupción –en contra de ideales “socialistas” de su propio gobierno- y de violación de acuerdos internacionales en materia de derechos humanos.
La ostensible dilación de la firma de Obama puede ser vista como una oportunidad ofrecida al gobierno venezolano para que este enmiende el rumbo de represión dictatorial tomado en los últimos tiempos. Hecho que no ocurrió. Por el contrario, la represión ya alcanza niveles similares a las de las dictaduras militares sudamericanas durante los años setenta del pasado siglo.
 
Resulta evidente que las medidas tomadas en contra de los funcionarios chavistas son respuestas simbólicas a un programa de provocaciones sostenido por el gobierno de Venezuela en contra de los EE UU. Ningún gobernante del mundo, menos el de una potencia mundial, puede dejarse insultar permanentemente por gobernantes de otras naciones con las cuales no se encuentra en litigio ni económico, ni territorial ni militar, sin correr el riesgo de ver disminuida su imagen justo en los momentos cuando enfrenta agudos problemas internacionales. 
 
Más aún: las sanciones norteamericanas solo fueron respuestas a sanciones dictadas por el gobierno de Maduro al de EE UU (disminución del personal diplomático, entre otras). Es evidente entonces que Maduro precipitó las sanciones en contra de sus corruptos funcionarios. Sin duda espera sacar de ahí dividendos políticos. La pregunta correcta es entonces: ¿Cuáles son los objetivos que persigue el gobierno Maduro al provocar sanciones de EE UU en su contra?
Es necesario tomar en cuenta que el de Maduro, según todas las encuestas, es un gobierno muy impopular. En medio de la por el mismo inducida crisis económica, el régimen afrontará en un futuro cercano elecciones parlamentarias. Si estas tuvieran lugar hoy -aun contando con el monopolio estatal sobre el aparato informativo y la sujeción gubernamental del aparato electoral- ellas llevarían a la derrota más grande experimentada por el chavismo en el curso de toda su historia. Pero si las elecciones tienen lugar en el medio de una “guerra en contra del imperio”, Maduro intentará otorgarles el carácter de lucha por la independencia nacional, en contra de una oposición “apátrida”.
Naturalmente, elecciones realizadas en el marco de una (artificial) guerra, en defensa de la “patria amenazada” y bajo el imperio de leyes de excepción (habilitantes), no pueden ser en ningún caso normales. Ahí reside precisamente una parte del juego: Maduro, en condiciones normales, no podría ganar una elección. Requiere por lo tanto “a-normalizarlas”, y si eso no fuera posible, postergarlas hacia un futuro indeterminado.
¿Ha pisado entonces Obama una trampa tendida por su oponente Maduro, la misma que no pisó Bush cuando era insultado todos los días por Chávez?
Quizás en esa pregunta reside la respuesta. Maduro no es Chávez ni Obama es Bush (aunque Maduro quisiera que lo fuera). Todo lo contrario. Maduro, a estas alturas, debe ser uno de los gobernantes menos populares del mundo. En cambio, Obama, es uno de los más populares; aún en Venezuela. Es decir, justo la relación inversa que se daba entre Chávez y Bush. Por lo mismo, si Maduro espera que la ciudadanía venezolana va a agruparse en su torno, puede equivocarse. En medio de la feroz crisis que azota al país, lo menos que puede importar a la mayoría de los habitantes de pueblos y cerros y a los sectores medios de bajos ingresos castigados por la escasez y la inflación, son las dificultades internacionales de Nicolás Maduro.
Probablemente Maduro piensa que su enfrentamiento al “imperio” va a contar con el apoyo de los gobiernos latinoamericanos, ratificado en la reciente presencia de UNASUR. Si es así, se engaña. Una cosa es que los gobiernos latinoamericanos miren hacia otro lado cuando son violados derechos humanos y otra es que secunden a un gobierno en la arena internacional. Quizás Evo dirá una palabra hueca en contra del “imperio”. Correa desde el país del dólar, emitirá como siempre una retórica protesta. Y lo que diga la dinastía Ortega a nadie importa pues viene de un régimen que en la mejor tradición de Somoza ha practicado un total entreguismo al capital extranjero. ¿Y Cuba? Cuba es otra historia. Cuba es parte del problema. Efectivamente, si miramos bien el conflicto internacional desatado por Maduro, tiene que ver bastante con las decisiones de Obama con respecto a Cuba.
Para nadie es un misterio que la política de apertura de los EE UU hacia Cuba cuenta con poderosos enemigos en EE UU. Las fracciones más recalcitrantes de los republicanos acusan, como ya es costumbre, de debilidad a Obama. Dichas críticas aumentarán mientras más se acerque la fecha definitiva del levantamiento formal del embargo (formal, porque informalmente ya fue levantado)
Ahora bien, Obama, al distanciarse aún más de Venezuela, podría matar dos pájaros de un tiro. A los republicanos ofrecería un trueque: aumento de la enemistad con Maduro a cambio de un apoyo al levantamiento del embargo a Cuba. A la vez, a los gobernantes latinoamericanos ofrecerá el mismo trueque pero al revés: levantamiento del embargo a Cuba a cambio de un mayor aislamiento internacional del régimen venezolano. Al fin y al cabo, eso deben pensar con seguridad los expertos, ese régimen, el de Maduro, ya se encuentra, con sanciones o sin ellas, en caída libre.
Hay, además, un punto adicional que aparentemente no tiene que ver con Venezuela; pero si lo analizamos con cierto cuidado veremos que sí lo tiene. Es el siguiente:
Los EE UU se encuentran en medio de dos guerras: una muy caliente, contra los ejércitos del ISIS en el Oriente Medio, y una guerra fría (o tibia) contra la Rusia de Putin. En el marco determinado por esas dos confrontaciones de carácter mundial, el gobierno norteamericano no cuenta por cierto con el apoyo activo de ningún gobierno latinoamericano. Pero tampoco –obvio- desea contar con la colaboración de alguno de esos gobiernos –en este caso, el de Venezuela- con sus enemigos fundamentales.
Sabidas son las tendencias del régimen “bolivariano” a vincularse con todas las dictaduras y autocracias del mundo. Sabido es también que las relaciones entre Venezuela y Rusia van bastante más allá de simples acuerdos comerciales. En ese contexto, Venezuela es para los EE UU, dicho literalmente, “una amenaza para la seguridad”. Puede entonces que no haya sido casualidad que el mismo día cuando Obama firmó las sanciones en contra de los corruptos funcionarios de Maduro, partieran desde los EE UU tres mil soldados a realizar ejercicios de combate en las naciones bálticas, después de Ucrania las más amenazadas por el expansionismo ruso. Al fin y al cabo, en un mundo global hay que pensar y actuar de modo global.
Afortunadamente para la heterogénea oposición venezolana, los acuerdos electorales básicos tendientes a enfrentar las próximas elecciones legislativas ya han sido alcanzados. Esa alianza deberá -en las condiciones determinadas por el desencadenamiento del más obsceno patrioterismo que haya vivido el país- ser mantenida más allá del plano puramente electoral. 

Se trata en el fondo de un problema de supervivencia.
La tentación del régimen venezolano por dar la patada final a la mesa parece ser cada día más grande. Eso significa que para la oposición no solo se trata de ganar las elecciones sino de ganar la posibilidad de las elecciones. Como nunca los protagonismos individuales, las escapadas hacia delante y las soluciones mágicas, podrían ser fatales. Si la posibilidad electoral se hunde, perderán todos y nadie los salvará. Obama tampoco. EE UU, como toda nación del mundo, solo atiende a sus intereses. Ni Obama, ni ningún otro presidente de la tierra, actúa por idealismo. Ya es hora de que esa verdad tan elemental se sepa.

Fuente:http://polisfmires.blogspot.com/2015/03/fernando-mires-sobre-la-marcha-maduro.html

miércoles, marzo 11, 2015

"No va más: Unasur, Washington y La Habana"



POR:ANTONIO SÁNCEZ GARCÍA.

"Venezuela representa una grave amenaza para la seguridad de los Estados Unidos". Barack Obama, 9 de marzo de 2015

Sin el petróleo de Venezuela la revolución fracasará. Maduro es nuestro hombre en Caracas. Fidel Castro, Granma, 1 de mayo de 2013

Todos los Estados de Unasur, sin excepción, rechazan cualquier intento de desestabilización democrática de orden interno o externo que se presente en Venezuela. Ernesto Samper, Secretario General de Unasur, Caracas, 4 de marzo de 2015

1. Héctor Schamis, un perspicaz y avisado columnista de El País, de Madrid, lo dijo en una de sus últimas columnas refiriéndose a los factores definitorios de la gravísima crisis venezolana: ella no se dirimirá en Caracas ni sus factores esenciales son los que aparentemente se enfrentan sobre el terreno. Ella se dirimirá en el tablero que acuerden Washington y La Habana. El primero, consciente y con insólita e irresponsable tardanza – tras 16 años de apatía y desidia frente a la colonización de nuestra republica por el castrismo cubano – de la importancia geoestratégica de Venezuela en un complejo e intrincado panorama internacional. Los cubanos, de retirada del puesto que ocuparan en el tablero de la Guerra Fría, acosados por la debacle económica y urgidos por encontrar alguna salida a su callejón sin que la pérdida de su único enclave continental se traduzca en una catástrofe social, económica y política de dimensiones apocalípticas. Lo que es perfectamente previsible e inevitable si una Venezuela democrática le cortara los subsidios, le exigiera el pago de la brutal deuda contraída en estos años de regalías y la pusiera ante su cruda verdad: la bancarrota de una revolución traicionada. Lo cual explica la urgencia en mover todos sus peones de la Unasur intentando atajar el brutal descontento y la indignación que en Venezuela crecen como la espuma ante la feroz incapacidad del hombre de los Castro en Caracas.

La presunción de Schamis no va desencaminada. Venezuela está en manos cubanas y desde la muerte de Hugo Chávez su gobierno prácticamente no existe, la oposición no parece tener la competencia suficiente como para terciar en el debate y en último término, los Estados Unidos son el factor esencial de nuestras relaciones. La historia lo refrenda: ni Batista cayó sin la buena pro de la Casa Blanca ni Pérez Jiménez se fue sin haber sido aventado con el beneplácito de Washington. Castro en La Habana, Betancourt en Caracas. Un estudio serio daría con las claves de las movidas estratégicas de América Latina a partir del fin de la Segunda Guerra. Sin anticipar sus resultados, es más que evidente que el Che, Allende, J.J. Torres y Velasco Alvarado cayeron tras los signos adversos de la Casa Blanca, que Chávez ascendió al poder con su aprobación – la misma con la que no contara la rebelión de Abril – y que la profundidad, gravedad y hondura que ha alcanzado la crisis venezolana se debe al desinterés, la torpeza o la miopía de un Departamento de Estado que creyó seriamente que la caída del Muro y la desaparición de la URSS había llegado para bajarle el telón a la historia, como lo dijese en un muy lamentable y patético pronóstico el politólogo Francis Fukuyama.

2. Fatigados por los apuros que les causaran las dictaduras de los generales después de que les sacaran las castañas del fuego en los setenta y dispuestos a creerle a Lula da Silva, abiertos a sus campanillas por la insólita incapacidad intelectual de la secretaria de Estado Hilary Clinton y el completo desinterés de Obama en la región, decidieron fijar su mirada en el mundo árabe y hacer como que América Latina no seguía siendo más que su despreciable patio trasero. Fue la natural herencia a la época en que en sus mensajes a la Nación, George Bush hijo, profundamente afectado por el atentado a las Torres Gemelas, no hizo una sola mención a América Latina. No ya un pasaje, un párrafo, una línea, una frase. Digo, escueta y literalmente: después del 2001 ni una sola palabra sobre nuestra región. América Latina había desaparecido del GPS del Departamento de Estado. ¿Qué mejor ocasión para Fidel Castro como para tomársela a saco? Estaba preparado para ello. En 1992 y en respuesta a la caída de la URSS había montado con Lula el Foro de Sao Paulo y diseñado la nueva estrategia para el Siglo XXI: apurar la crisis de los sistemas políticos, golpear a las democracias y coparlas mediante elecciones. Se topó con Chávez: el hambre con las ganas de comer. El resto es historia. Esa Historia, con mayúscula, que según publicara Fukuyama en ese mismo año crucial para Venezuela, 1992, había culminado su faena y se había ido de vacaciones.

A estas alturas, 23 años después, el panorama luce mucho más intrincado. Despertó el fantasma musulmán. Venezuela está al borde del abismo. La crisis se ha acelerado por los bajos precios del petróleo. El gobierno venezolano no aguanta seguir subsidiando a sus vecinos y sin esos subsidios, Cuba naufraga. ¿Qué hacer, dado el desinterés real de la administración Obama por la situación venezolana, que parece haber despertado de súbito? La reciente visita de una comisión de la Unasur y su insólita declaración de absoluto respaldo a la dictadura venezolana no dejan lugar a dudas: la región se las juega por el castrochavismo.

El insólito desinterés, – es más: esa insólita complacencia con el forismo castrolulista, para el Departamento de Estado los mejores y más confiables socios que encontrara en este siglo en América Latina -, permitió que Nicaragua, Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, incluso Colombia, gran parte de Centro América y en el colmo de los colmos, la OEA misma y sepa el destino si Chile, hoy o mañana, se convirtieran en plataformas de dominación castroforista. Con el desmantelamiento de los organismos de cooperación multilateral de los ochenta/noventa y el montaje de la Unasur, el Alba y la Alca, así como con los programas de cooperación adelantados por la petrolera castro venezolana, América Latina es un complejo entramado de intereses objetivamente antidemocráticos y proto totalitarios. Bajo el influjo definitorio del castrismo cubano. Y al servicio del narcotráfico, el neofascismo y la expansión de la Yihad en la región. Una bomba de tiempo.

3. No se explica bajo otra perspectiva el desenfado y el absoluto desinterés, por no decir la aviesa complicidad de los gobiernos latinoamericanos, frente a la tragedia de Venezuela y la dictadura que la aherroja, que la luz verde conferida implícita o explícitamente por la Casa Blanca al castrocomunismo en su versión chavista. De la que el lulismo, el kirchnerismo y el bacheletismo no son más que variantes locales. Ha contado el Departamento de Estado con más que suficientes elementos inculpatorios como para enfrentar al narco estado venezolano, forajido por sus relaciones con el terrorismo y antidemocrático por su vocación dictatorial. Independientemente de las razones de tal irresponsabilidad, para quienes lo acepten o no lo acepten, los Estados Unidos continúan siendo la primera potencia democrática del planeta y ante la ofensiva del integrismo talibán la última frontera del liberalismo, lo único cierto es que América Latina había perdido hasta hoy toda importancia para los Estados Unidos en el concierto mundial. Era un terreno entregado a las fuerzas de su disolución.

En este contexto se produce el primer paso de un cambio estratégico de gran política: el acercamiento de la administración Obama con el régimen cubano. Y es a ese entramado que nos referimos cuando avizoramos un desenlace a nuestra crisis en la que, muy posiblemente y si no intervenimos en contrario, no tendremos arte ni parte. Cruelmente dividida, y sin mayores auspicios unitarios ante la insólita incapacidad de sus liderazgos, la oposición venezolana muestra una fisura aparentemente insalvable entre quienes rechazan intervenir en contra de la dictadura respaldándose en el movimiento popular, plegándose al ritmo que el castrocomunismo le impone a la crisis – elecciones y sometimiento – y quienes quisieran jugarse por asumir el protagonismo de nuestra lucha de liberación. De lo cual no cabe más que sospechar que la suerte de Venezuela ya no se juega en territorio venezolano ni sus protagonistas somos los propios venezolanos.
Es el momento en que Cuba, por su lado, decide implementar el respaldo total de todos los gobiernos filocastristas de la Unasur en auxilio de un gobierno asediado por la crisis, enfrentado a un exponencial crecimiento de la indignación popular y súbitamente amenazado por la agresiva política del Departamento de Estado, que, por el otro lado, ataca en varios flancos: desde la denuncia a las graves violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno Maduro hasta el papel de altas autoridades militares y civiles en el narcotráfico.

La respuesta de La Habana en Venezuela no se ha hecho esperar: estirar al máximo la cuerda de la represión y el sometimiento, derramando cuanta sangre sea necesaria para impedir una rebelión popular tipo 23 de enero que se atraviese en sus proyectos en el corto plazo y expulse a sus tropas de tierra firme; rastrojear hasta el último centavo de la renta petrolera; frenar todo movimiento emancipador que no obedezca a los planes combinados de gobierno y oposición electoral que amenace la prolongación de Maduro hasta diciembre del 2019; tomar rehenes y prepararse para la inevitable caída de la satrapía con suficiente capacidad de negociación como para salir de Venezuela sin las manos vacías.

Dicha estrategia parte del convencimiento que deben poseer los cubanos de que la unidad de la oposición es, por ahora, un sueño irrealizable. De que los factores tradicionales no muestran el menor interés en salir de la dictadura bajo las actuales condiciones, de que esperan por el inevitable colapso del régimen, momento para el cual esperan asumir el liderazgo de un eventual retorno a la democracia bajo condiciones que podrían suponer una nueva forma de entendimiento nacional, que abarque tanto a las viejas fuerzas democráticas y los nuevos factores surgidos al calor del deslave chavista. Un híbrido de la Cuarta y la Quinta: la Sexta República.

Extraño pronóstico, pero sustentado. Hablamos de salir de estos veinte años de tragedia limpios de polvo y paja, con una boliburguesía dueña de los medios de comunicación y las principales empresas del país, con un socialismo democrático constituido por las fuerzas combinadas del Psuv y los viejos partidos del sistema, una ley de amnistía que limpie de asesinatos, narcotráfico, desfalcos, contrabandos y saqueos al generalato de la Fuerzas Armadas y conduzca a un sistema combinado grato a la Cuba y a los Estados Unidos post bloqueo. La Sexta República. Borrón y cuenta nueva. El propósito: un lavado de cerebro que haga de esta pesadilla un simple sueño de una noche de verano.

¿Serán delirios de la imaginación? El tiempo lo dirá.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2015/03/no-va-mas-unasur-washington-y-la-habana/

viernes, marzo 06, 2015

"Vamos a ganar las parlamentarias con el 80%" Asegura el diputado por Primero Justicia, Tomás Guanipa.



"Hoy estamos más unidos que nunca " Expresó el dirigente venezolano.

POR: MARÍA ALEJANDRA RIVAS.

- El diputado por Primero Justicia, Tomás Guanipa aseguró que aunque la lucha ha sido difícil ya están cerca de lograr una victoria. “Vamos a ganar las elecciones con el apoyo y la voluntad popular del 80% de los venezolanos”.

Así lo dijo en el programa televisivo  Primera Página.

“Cuando ganemos la AN no vamos a llegar para imponer, para quebrar, para ofender como la han utilizado sino para promover el diálogo principalmente con todos los sectores del país”, señaló.

“Hoy estamos más unidos que nunca y vamos a ganar las elecciones con el apoyo y la voluntad popular del 80% de los venezolanos que no están de acuerdo con lo que estamos viviendo”, indicó.

Informó que aún no hay nombres o candidatos definidos para las parlamentarias en la MUD, en aquellas circunscripciones donde se decidirá por concenso pero esperan que para el 17 de mayo tengan a todos los candidatos listos y definidos.

En vista de las denuncias hechas por el Gobierno hacia la MUD sobre promover planes desestabilizadores, el dirigente de PJ aclaró “en la unidad democrática jamás ha habido una reunión para flaguar, para hablar sobre algún intento de golpe de Estado, conocemos perfectamente que eso es lo peor que puede ocurrir en Venezuela”.

Al respecto comentó que la única salida que ellos avalan es la electoral para poder derrotar democráticamente.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2015/03/guanipa-vamos-a-ganar-las-elecciones-con-el-apoyo-del-80-de-los-venezolanos/

jueves, marzo 05, 2015

"La desilusión de los seguidores de Chávez que no creen en Maduro"


Desde el principio pareció claro que no todos los simpatizantes de Hugo Chávez tenían la misma confianza en Nicolás Maduro.

Poco después de la prematura muerte de Chávez a raíz de un cáncer el 5 de Marzo 2013, a pocos días del voto presidencial que eligió Maduro por un margen muy estrecho, visité el barrio del 23 de Enero en Caracas, un bastión del chavismo.

En su apartamento construido por el Estado, la líder de una cooperativa de mujeres bolivarianas, Judith Vegas, luchaba por evitar que las lágrimas le brotaran a la sola mención del nombre de Hugo Chávez.

Aquella muerte le dolía tanto como si fuera la muerte de un miembro de su propia familia.

En cambio, cuando hablamos de Maduro su actitud se endureció notablemente. Ella iba a votar por el sucesor de Chávez, como pidió el difunto presidente antes de su último viaje a Cuba para su tratamiento.
Pero explicó que Maduro no tenía garantizado su apoyo por el solo hecho de que se hubiera mantenido al lado de Chávez a lo largo de los años.

Dos años más tarde, hasta chavistas leales como Judith parecen estar perdiendo la fe. En una reciente encuesta realizada por la consultora Datanálisis se indica que la popularidad de Maduro ha bajado a un 22%.

"Tengo que ser sincera, no he sentido lo mismo desde que murió Chávez y con Maduro no he vista resultados que nos favorecen", dice Judith Vegas desde Caracas.

Además ella cree que el presidente está perdiendo su ascendente en lugares como el 23 de Enero.

"La cosa se le está saliendo de las manos a Maduro, está perdiendo el control", explica la líder comunitaria haciendo referencia a la explosiva combinación de inseguridad y caos económico.

Esta situación condujo a protestas, algunas de las cuales tuvieron desenlaces violentos.

La última víctima de alto perfil de esta violencia es Kluiver Roa Núñez, de 14 años.

El joven estudiante murió cuando un policía le disparó en la cabeza con una bala de goma mientras presuntamente participaba en Táchira en una marcha contra la escasez de productos básicos y las colas largas en los supermercados.

Las autoridades han arrestado al policía en cuestión y el gobierno dice que hay una investigación en proceso.

Complicaciones económicas

En la economía, la situación sigue enredada. Los niveles de inflación en Venezuela son de los más altos del mundo.

Mientras tanto, el gobierno trata de normalizar su enrevesado sistema múltiple de cambio de divisas.

En la calle, el dólar ha llegado a superar los 220 bolívares en el mercado negro, muy lejos de los 6,3 bolívares de cambio básico o hasta los 177 de la tasa oficial máxima.

Quizás usando una táctica que empleaba Chávez en los momentos difíciles, el presidente Maduro salió a la ofensiva.

Maduro acusa a Estados Unidos de armar una guerra económica contra Venezuela y de planificar un golpe de estado en su contra, acusaciones rechazadas rotundamente por Washington.

El alcalde mayor de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, fue arrestado por su supuesto papel en la organización de las protestas violentas el año pasado en los cuales murieron 43 personas.

El presidente aseguró que Ledezma tiene que "responder a todos los delitos cometidos contra la paz de país, la seguridad, la constitución".

Considerando que otro importante líder de la oposición, Leopoldo López, lleva más de un año en la cárcel enfrentando un juicio plagado de problemas, Ledezma se enfrenta a la posibilidad de pasar muchos meses tras las rejas.

La situación en Venezuela es tal que ha llevado al papa Francisco a llamar para la paz y el diálogo.

Grupos regionales, como Unasur, también están recibiendo presión para que levante su voz sobre la situación de derechos humanos en Venezuela.

Pero en muchos casos, las semillas de los problemas en Venezuela no fueron sembradas por Maduro.

El precio de un barril de petróleo, el motor de la economía venezolana, ha caído mucho desde que tomó las riendas del poder, y está dejando cada vez más claro que las estructuras para manejar el país durante los momentos de crisis, como esto, son inadecuadas.

Como dos años atrás, este es un año electoral en Venezuela con comicios parlamentarios previstos para dentro de pocos meses.

"He oído muchos, muchos chavistas decir 'Chávez si, Maduro no'", dice Judith Vegas, de la cooperativa socialista en 23 de Enero.

¿Comparte ella esta visión?

"Un poquito, sí", me dice medio avergonzada, aunque rápidamente aclara que en su caso su cansancio y malestar con la situación no se ha convertido en un voto para la oposición venezolana.

Aun así, es la primera vez que le he oído salirse de la línea del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

Uno se pregunta entonces cuántos chavistas menos leales que Judith pueden haber abandonado Maduro del todo.

Fuente:http://www.el-nacional.com/bbc_mundo/desilusion-seguidores-Chavez-creen-Maduro_0_586141470.html