viernes, agosto 28, 2015

Ante la situación de la frontera colombo-venezolana el Obispo de San Cristobal Mario Moronta expresa su mensaje. (“Una Iglesia sin fronteras, madre de todos”



El Obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta expresó este jueves su compasión, solidaridad y misericordia ante las deportaciones de los ciudadanos colombianos, hechos ocurridos en localidades que jurídicamente están dentro su Diócesis.

A continuación el texto completo:

Al Presbiterio, a los Fieles Cristianos
y personas de buena voluntad en la Diócesis de San Cristóbal

¡Salud y paz en el Señor!
1.
Ante una multitud que le seguía como ovejas sin pastor, el Señor Jesús exclamó “Tengo compasión de ellos” (Mc. 6, 34). Le pidió a los discípulos que les atendieran y Él luego les dio de comer al multiplicar los panes (cf. Mc. 6, 37 ss). Esta imagen evangélica sale a nuestro encuentro para iluminarnos ante la inédita situación creada en días pasados con medidas tomadas por el Gobierno Nacional y que han incluido la deportación de numerosos hermanos colombianos. No podemos sentir menos que el Señor y por eso, manifestamos nuestra compasión, acompañada de solidaridad y de misericordia.
2.
Nos preocupa como creyentes en el Evangelio de Jesús que quienes han sido más golpeados por las medidas tomadas sean gente pobre y familias con niños pequeños que, incluso, han perdido sus viviendas. Han venido como inmigrantes y requieren un trato justo y respeto de su dignidad. Muchos han sido deportados y otros, atravesando el río y por sendas improvisadas, han pasado la frontera cargando con sus enseres. Lamentablemente, son los más débiles socialmente quienes sufren los rigores de medidas como las tomadas. Ante esto, recordamos la enseñanza del Maestro Jesús: “Lo que le hicieran a uno de mis pequeñuelos a Mí me lo están haciendo” (Mt 25,40).
3.
Es cierto que hay conductas irregulares e ilegales por parte de algunos ciudadanos venezolanos y colombianos. Ellos deben responder por sus actos. Las autoridades competentes deben confrontarlos y llevarlos ante la Ley. Suele pasar que quienes son responsables de tantas situaciones inmorales y contrarias al Bien Común nunca aparecen ni son conseguidos para que asuman sus responsabilidades y sean debidamente sancionados. No es secreto para nadie que hay personas y grupos irregulares que han venido creando zozobra no sólo en el eje fronterizo sino en las diversas comunidades del Táchira y de la hermana República de Colombia. Es a ellos a quienes hay que buscar y desenmascarar y hacer que paguen sus fechorías.
4.
Condenamos todo exceso que vaya contra la dignidad de la persona humana y pedimos que se respeten los derechos humanos de cada quien, cualquiera que sea su condición, nacionalidad y credo. Todos somos hijos de Dios y poseemos una dignidad desde la cual brilla el esplendor de la Verdad que libera (Cf. Jn 8,32). Esto incluye el dejar a un lado cualquier tipo de ofensa o expresión peyorativa, así como cualquier tentación a promover conductas de tipo xenófobo. Los colombianos y los venezolanos hemos convivido en esta frontera con un gran sentido de fraternidad durante siglos. No podemos negar que numerosos tachirenses tienen vínculos familiares con hombres y mujeres de Colombia.
5.
Invitamos a todas las autoridades, a todas las instituciones públicas y privadas para que se encuentren. En el encuentro podrá darse siempre un diálogo constructivo que resuelva situaciones controversiales y conflictos que se puedan dar. La historia común nos enseña que es posible. Hoy más que nunca se debe hacer, a fin de consolidar los vínculos de unión e integración que nos distinguen. La frontera no es una simple línea divisoria de carácter geopolítico. Es mucho más: es un ámbito donde comunidades de varias naciones hacen posible la comunión de esfuerzos en orden al desarrollo integral de todos los ciudadanos. Nuestra frontera colombo-venezolana, sobre todo en nuestra región Táchira-Norte de Santander se ha caracterizado por ser una de las más vivas del continente latinoamericano. Debe seguir siéndolo. La hora presente nos desafía a todos para lograrlo en el diálogo, en políticas comunes y acuerdos que favorezcan tanto la paz social como la sana convivencia de hermanos y el desarrollo integral de los ciudadanos y comunidades.
6.
Desde hace varios años, los sacerdotes y Obispos del eje fronterizo colombo-venezolano nos hemos encontrado para dialogar, realizar proyectos comunes de atención al pueblo y para reafirmar que somos miembros de una misma Iglesia. Hoy, podemos tomar las palabras del Papa Francisco: “Una Iglesia sin fronteras, madre de todos” (MENSAJE PARA LA JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE Y DEL REFUGIADO, 2015). Nos enseña el Santo Padre: “La Iglesia sin fronteras, madre de todos, extiende por el mundo la cultura de la acogida y de la solidaridad, según la cual nadie puede ser considerado inútil, fuera de lugar o descartable. Si vive realmente su maternidad, la comunidad cristiana alimenta, orienta e indica el camino, acompaña con paciencia, se hace cercana con la oración y con las obras de misericordia”.
7.
Desde hace tiempo hemos venido denunciando las situaciones terribles que golpean nuestra frontera: desde el contrabando, el narcotráfico y la trata de personas (sobre todo de niños) hasta conductas amorales que pretenden justificar el relativismo ético que les caracteriza. No hemos sentido una respuesta global de la sociedad civil ni de las autoridades. También hemos anunciado las hermosas realidades que nos permiten ver que el futuro es posible y promisorio en todos los campos. En este momento, el testimonio de trabajo desinteresado de nuestros sacerdotes y de laicos, en comunidades eclesiales de base y grupos apostólicos ha sido determinante para mostrar la compasión y la misericordia hacia quienes más lo requieren. Las “Caritas Parroquiales” están en disposición de atender a tantas personas que tienen necesidad tanto de una ayuda material como de un consuelo humano y espiritual.
8.
Reafirmamos nuestra vocación de servicio y la opción preferencial por los más pobres y excluidos, sean colombianos, venezolanos o de cualquier otra nación del mundo. Nos mueve a ello un solo interés: el amor fraterno que nos debe distinguir siempre como discípulos de Jesús (cf. Jn 13,35). Lo hacemos pues nos identificamos con Él en su amor hecho entrega liberadora para todos los seres humanos del mundo y de la historia. Acompañamos este compromiso con la oración, en particular la eucarística donde podemos compartir el pan de la Palabra y de la Eucaristía, entregado para la salvación de todos sin exclusión de nadie. María, Madre de Dios y Madre Nuestra, la misma Chiquinquirá y Coromoto, nos acompañe con su intercesión y solícita protección.

Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal.
San Cristóbal, 27 de agosto del año 2015, Fiesta de San Agustín.

 Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/08/mensaje-del-obispo-diocesano-mario-moronta-ante-la-situacion-en-la-frontera/

martes, agosto 25, 2015

"Un nuevo comienzo para Venezuela" Fue el lema de la Convención Nacional del G12 en Barquisimeto.



Más de 14.000 personas fueron ministradas en la Convención Nacional ‪#‎UnNuevoComienzo‬ ‪#‎Venezuela‬ ‪#‎Barquisimeto‬
 Los pastores del ‪#‎G12Venezuela‬ se unen para clamar por la redención de toda ‪#‎Venezuela‬ ‪#‎UnNuevoComienzo‬ ‪#‎Barquisimeto‬

"Venezuela vive un nuevo comienzo que cambiará la historia de la Nación"

Fuente:https://www.facebook.com/G12Venezuela 




jueves, agosto 06, 2015

"El peligroso juego del caos" ("... estrategia que adelanta el gobierno...")



 POR:VLADIMIRO MUJICA.

Existen muchas evidencias históricas de cómo movimientos de inspiración fascista, de derecha o de izquierda, promovieron el desorden, la violencia y el caos como una manera de hacerse con el poder. Los ejemplos de Hitler en Alemania y de Mussolini en Italia son probablemente los más obvios, pero casos similares se han presentado también en el resto del mundo. La receta es relativamente sencilla desde el punto de vista conceptual, pero sus efectos son potencialmente letales. Se trata, en esencia, de jugar con el miedo de la gente y de crear la sensación de que solamente un gobierno fuerte puede poner freno a una situación de violencia y desorden, creada precisamente por quienes se presentan como una alternativa salvadora frente a una población atemorizada. 

Una variante del juego del caos ha sido practicada abiertamente en Cuba y Centroamérica, y ahora en Venezuela. En esta versión es el Estado el que estimula, de manera abierta o encubierta, manifestaciones de anomia y caos como formas de avanzar el control social. Se trata, en la práctica, de promover acciones y controles desquiciantes que enervan de manera continua a la población y generan un estado de angustia y ansiedad cotidianas que transforman la vida de la gente en un ejercicio agotador de supervivencia. El resultado final que se pretende es que la población termine por ocuparse solamente de subsistir y abandone la resistencia al control social.

La estrategia de inducir el caos en la situación venezolana se torna aún más compleja para el gobierno porque pretende ejecutarla desde una posición de relativa debilidad política ante la cercanía de unas elecciones que el chavismo da por perdidas. Ello ha determinado el endurecimiento de la conducta del gobierno en todos los flancos y la aparición de manifestaciones abiertamente desesperadas. Por ejemplo, la errática conducta en el plano internacional ha ido aislando en cada vez mayor medida al chavismo en un terreno otrora controlado por una operación de desinformación y de chantaje petrolero cuidadosamente articulada. El gobierno venezolano es percibido en cada vez mayor medida como un régimen paria y violador de los derechos humanos. El espectáculo de oleadas de parlamentarios y ex presidentes de países amigos condenando sin reparos la detención arbitraria de López, Ledezma y de otros importantes dirigentes políticos, activistas ciudadanos, obreros y estudiantes, ha pulverizado la imagen del régimen chavista en prácticamente todos los escenarios diplomáticos del mundo. La infame doctrina del “injerencismo” defendida denostadamente por la Cancillería venezolana ya no tiene ninguna credibilidad y cada vez se impone con más fuerza la noción de que los derechos humanos, la democracia y la libertad no tienen fronteras y que cuando son vulnerados, como en Venezuela, es deber de los pueblos y gobiernos civilizados y democráticos del mundo opinar y actuar dentro del marco del Derecho Internacional.

En otra dirección, la creación de las llamadas “Zonas de Paz” fue tan ilegal y violatoria de la Constitución y las leyes venezolanas como lo es la detención arbitraria, los allanamientos y la terrible violencia de lo que pretende ser el correctivo del gobierno. De hecho, uno casi podría afirmar que simplemente se pasó de una versión de la OLP en las Zonas de Paz, la Organización de Ladrones Protegidos, a la otra más aceptada oficialmente de Operación de Liberación del Pueblo, ambas con las mismas siglas, dos caras de la misma moneda con diferente significado. Que sea este el momento en que el gobierno pretenda reprimir a sangre y fuego a una delincuencia que su propia acción u omisión contribuyó a crear, no es sino otro episodio de la desinformación característica del juego del caos. Lo mismo puede afirmarse del manejo del desabastecimiento y la crisis económica: se la crea durante años de desaciertos y corrupción, los mismos que ahora supuestamente se pretende corregir con una nueva ola de abusos y expropiaciones.

Pero hay otra dimensión de toda esta tragedia que se cierne sobre Venezuela que no puede ser desestimada y que también se deriva de la peligrosa estrategia que adelanta el gobierno. Se trata de que la desesperación de la gente y los episodios incontrolados de violencia y saqueo de los que hemos sido testigos en estos meses, tienen el potencial de generar una reacción en cadena que se le puede escapar de las manos al represivo gobierno de nuestro país. La resistencia democrática claramente no tiene ningún interés ni vocación en provocar un estallido social incontrolado. Ello solamente abriría la puerta a más violencia y a poner en riesgo la consulta electoral del próximo diciembre.

La estrategia del caos puede terminar por volverse contra sus creadores, y el gobierno venezolano, acorralado en el perverso juego por mantenerse a todo evento en el poder, puede descubrir que la paciencia y el miedo de la gente tienen un límite. Una frontera muy tenue separa el que salgamos de este desastre por medios democráticos o que el drama que ya vive nuestro país dé paso a una tragedia humanitaria de hambre y violencia. A evitar que esto último ocurra debemos contribuir todos los demócratas y amantes de la libertad, no importa donde estemos ni que nacionalidad tengamos.

Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/08/el-peligroso-juego-del-caos/

sábado, agosto 01, 2015

"2015: ¿Último año de gobierno chavista? por Heinz Dieterich.


 POR:HEINZ DIETERICH.
1. Crisis terminal
La crisis económica de Venezuela se ha convertido en una crisis política terminal para el gobierno de Maduro. Maduro perderá las elecciones parlamentarias de este año y saldrá a más tardar en 2016 del poder, sea por referéndum revocatorio, renuncia o intervención militar. Es prácticamente imposible que el oficialismo revierta este escenario. Con el 75% de la población en contra del gobierno de Maduro; con China negándose a inyectar más liquidez a una política económica idiota y suicida; con una oposición unificada para las elecciones parlamentarias y la cobardía sin límites de los gobernadores y líderes del PSUV para cambiar el rumbo del país, el oficialismo ha perdido todo poder de negociación para salvarse. La troika Maduro-Cabello-Arreaza se mantiene sobre mentiras y bayonetas. Pero, las mentiras (“guerra económica”) ya sólo convencen al 20% de la población y el tiempo de las bayonetas se acaba. En menos de dos años, una troika de ineptos y prepotentes ha despilfarrado la herencia de lucha popular de generaciones; desprestigiado la alternativa del Socialismo del Siglo 21 y creado las condiciones para la reconquista del poder por la oligarquía y el imperialismo.

2. Economía política del debacle
La crisis terminal es resultado del fallido intento de la Nueva Clase Política “bolivariana”, de monopolizar el poder político monopolizando el plusproducto petrolero. En un raro momento de verdad, el Gobernador del estado Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz, reconoció públicamente (14.7.2014) esa estratagema: “El control de cambio en Venezuela no es una medida económica…, es una medida política. Porque si nosotros quitamos el control de cambio, ustedes sacan los dólares y nos tumban. Mientras gobernemos tendremos que tener control de cambio. […] Y tendremos que amoldarnos, con control de cambio, a manejar la economía”.
Dirigir un país a través del control del plusproducto –medida recomendada por Fidel a Chávez— es una política correcta. De hecho, todas las clases dominantes del mundo lo hacen. Pero, hay que saber hacerlo. Y ahí, la troika tenía todo resuelto. Delante de sus narices, Evo Morales, Rafael Correa, Lula y Daniel Ortega, aplicaban exitosamente el know how del desarrollismo criollo viable en América Latina. Simplemente, tenían que entender y asimilar la dialéctica de este desarrollismo. Pero, su incultura, arrogancia e ideología delusional (delusional thinking) lo impidieron y llevaron la economía nacional al actual panorama desolador. Las cifras del PIB, del déficit fiscal, de la inflación, de las reservas internacionales, de la sobrevaluación, etc., describen el panorama con precisión; mientras que el precio bajo del petróleo y la incapacidad de someter mercantilmente a Arabia Saudita, Irak y Qatar, aborta las esperanzas de una pronta recuperación.

3. Se asoma el Leviatán
En su sobreestimación infantil del poder del Estado frente a la sociedad, y su hybrisgeneralizada, la nomenclatura del PSUV convirtió la crisis económica en crisis política. Su receta de autodestrucción consta de tres elementos: a) no hacer las reformas necesarias cuando tenía el poder de negociación necesario, después de la elección de Maduro; b) no entender que su mentira de “guerra económica” tenía un ciclo de manipulación efectiva limitado, como toda propaganda; c) al obligar al ciudadano a presentar documentos de identidad, registrarse, someterse a controles biométricos, conculcarle sus derechos civiles y constitucionales (prohibición de pernoctar fuera de supermercados) etc. —y toda esta parafernalia para comprar un kilo de papas (sic)— lo humillan, muestran que su modelo económico es inviable y exhiben la cara de Leviatán del Estado (policiaco).

4. La negación de China
El gobierno chino ha tenido tres fases en su trato con la troika. Cuando –por default— la troika llegó al Palacio de Miraflores, Beijing creyó en los reportes triunfalistas de los burócratas de su embajada, de que todo iba viento en popa. Cuando los índices de disfuncionalidad de la troika se hicieron más evidentes, Beijing aceptó que había una alta probabilidad, de que fracasara. Pero, para proteger sus inversiones de alrededor de 50 mil millones de dólares, por razones de Estado y geopolítica, decidió seguir apoyando, para evitar el peligro de un gobierno de derecha pro-gringa. Sin embargo, con el fracaso de la desesperada e improvisada visita de Maduro a China, Rusia y los países de Medio Oriente, quedó claro que Beijing ha abandonado la esperanza de que la troika pueda salvarse. Le negó a Maduro la liquidez necesaria ($16 mrd) para mantener su reality show” de “socialismo” hasta las elecciones. Para Beijing, la troika ya ha entrado en un de facto default político-económico. Es una conclusión nada dramática ni sorprendente. Simplemente reconoce una verdad objetiva que en lo económico ya había sido evidenciada por múltiples instituciones financieras del Capital.
5. Las mayorías se van – el fin del Chavismo
La sentencia al colapso de la troika está escrita en la evaluación de su gestión en las últimas encuestas nacionales. El 84% de la población considera la situación del país mala o muy mala; el 74% piensa que la gestión de Maduro es mala; el 72% no creen “nada” de las declaraciones del Presidente sobre la economía; el 70% no quiere que siga más allá del 2016; el 86% lo considera responsable de las colas; la presencia de los militares en el gobierno es considerado malo por un 70% y el 75% cree que la situación económica es ahora peor o mucho peor que hace un año.

Maduro es, hoy día, un general sin tropas. Pero, peor, sin espacios de maniobra: el 80% de los encuestados está en contra de una devaluación del bolívar; el 70% en contra del aumento de la gasolina; el 85% rechaza las expropiaciones como mecanismo para resolver la crisis y más del 90% considera indispensable un acuerdo entre el sector público y el privado para enfrentar la crisis.

6. La Batalla decisiva y el colapso de la 5ta República
La troika y su sumisa nomenclatura entran ahora a la batalla decisiva por el poder. Pero, comandan una fuerza fantasma. No tienen programa, ni cuerpo dirigente, ni narrativa o mística de guerra, ni tropas (apoyo popular/clase media), ni dinero. Es decir, carecen de los recursos básicos para vencer. Y, aunque en la guerra se cuentan los muertos después de la batalla, es obvio, que el destino de la batalla está sellado.

Ante esta situación, al 40% de los ciudadanos que no quieren votar ni por la troika moribunda, ni por la derecha unificada de Capriles- Fcón-López, les queda un solo camino de acción, para garantizar su futuro y el de la Patria. A semejanza de Grecia y España (Syriza, Podemos), formar un nuevo partido político de centro(-izquierda) que acaba con el estéril bipartidismo venezolano.

 Fuente:http://barometropolitico.com/2015/07/31/2015-ultimo-ano-de-gobierno-chavista-por-heinz-dieterich/