jueves, enero 12, 2017

" Venezuela, preludio de una dictadura militar"




POR:HEINZ DIETERICH.

1. El Comando Nacional Antigolpe
La constitución del “Comando Nacional Antigolpe” y el nombramiento de Tareck El Aissami como su coordinador y nuevo Vicepresidente ejecutivo, colocan a Venezuela en la antesala de la dictadura militar abierta. Es el último dispositivo disponible de un Estado y modelo en agonía, previo a la instalación de un régimen militar abierto. Significa la amenaza con la fuerza brutal, que Federico el Grande llamaba ultima ratio regis: el último argumento de los reyes; consigna que mandó grabar en los cañones de su ejército.
Que el “madurismo” prepara el Estado de Excepción y su propio “Comité de Salud Pública”, a fin de “buscar las medidas preventivas, legales y correctivas contra los sectores golpistas, y así lograr la paz y la estabilidad de la población venezolana”, es lógico, desde su afán de prolongarse en el poder. Sin embargo, ni caminando sobre el filo de la navaja, el régimen es capaz de acertar en sus recursos de sobrevivencia. La preparación de una mayor violencia estatal es una medida impotente que en nada ayudará a cambiar la agonía del régimen y el desenlace de la crisis terminal, en que se encuentra.
2. Tres escenarios de cambio
En un país con una crisis terminal del modelo monoproductor económico, caracterizada por una caída del Producto Interno Bruto de alrededor del 12% y una inflación de 500% en el año pasado; los precios mundiales del petróleo estancados; con un gobierno incapaz de tomar las medidas necesarias para cambiar el rumbo nacional; una oposición parlamentaria igualmente incompetente y corrupta para re-direccionar el país; un pueblo y clases medias antagónicas a la violencia; una fuerza armada controlada por una fracción hegemónica abrazada al “Libro de las Revelaciones” (apocalipsis) gubernamentales; una creciente pérdida de prestigio y posiciones internacionales y, sin un sujeto nacional visible capaz de impedir de manera racional el colapso del modelo, la preparación represiva estatal del “Comité de Salud Pública” madurista, sólo acelerará la llegada del Termidor, del fin del proceso. Ante el parálisis estructural del Estado, del sistema partidista y de los movimientos sociales independientes, eventuales cambios de rumbo sólo pueden devenir de tres fuentes: a) una mayor intervención de Washington; b) un levantamiento popular y/o de clase media; c) un cambio en la correlación de fuerzas dentro del aparato militar.
3. Onán, el estratega de la MUD
Un cuarto escenario posible, pero que no cambiaría la tragicomedia venezolana actual, sería la capitulación final y abierta de la MUD, aceptando las condiciones del madurismo en un modelo de poder compartido. Julio Borges, el nuevo líder de la AN, con un pasado turbio suyo y de Primero Justicia, parece estar en ese camino, con su estratagema idiota de la declaración de “abandono de cargo” de Maduro. De hecho, la oposición actúa en la realidad virtual (VR) de su play station “Asamblea Nacional”, con episodios como los de una nueva asamblea constituyente, de desconocimiento del gobierno, de referendos revocatorios, de diálogos de paz, etc., tratando de justificar su razón de ser ante su clientela electoral con prácticas, que más bien pertenecen al campo de la satisfacción auto-erótica (Onán), que a la política. Es totalmente claro, que la camarilla en el poder no entregará el Estado bajo ninguna de las modalidades institucionales que la oposición promueve en sus simulaciones y “reality shows” parlamentarios. El diálogo con la Internacional Socialista y el Vaticano, por ejemplo, es un foro mediático y, nada más. La modificación real del status quo sólo vendrá por uno de los tres escenarios mencionados anteriormente. Lo demás son memes propagandísticos y deseos filantrópicos que desconocen la realidad darwinista de las sociedades de clase y el papel de la violencia en ella.
4. El Aissami versus Diosdado Cabello
En la despiadada lucha por el poder dentro del oficialismo, el nombramiento de El Aissami refuerza el eje Maduro-Padrino López, en detrimento del grupo de Diosdado Cabello. La implicación para las elecciones del 2018 es evidente. Si El Aissami logra cierto éxito en el cargo, será el candidato presidencial del PSUV en el 2018. Si Maduro es forzado a renunciar antes, lo que es probable, El Aissami será automáticamente la cabeza del Estado. Ambos factores operan en contra de Cabello, quién además, carece de un sostén fundamental: no tiene proyección ni respaldo geopolítico. Siendo El Aissami parte del grupo de Maduro, cuenta con la simpatía de Cuba, a diferencia del anticomunista Cabello, a quién la Revolución Cubana nunca vio con buenos ojos. De la misma manera, por los grandes éxitos del eje geoestratégico Putin-Irán-Hezbollah-Turquía en Medio Oriente, el factor etno-político de ser libanés-sirio, beneficia excepcionalmente a El Aissami. El flamante Vicepresidente ejecutivo contará con el apoyo de esta nueva y poderosa configuración geopolítica mundial y, por supuesto, el de la comunidad sirio-libanesa venezolana.
5. Dos atractores, cero pueblo
El talón de Aquiles de El Aissami es, que lleva el estigma del fracaso del madurismo y que tiene que compartir entusiastamente todo el discurso absurdo y engañoso del grupo en el poder, por ejemplo, que el raquítico aumento al salario mínimo reciente es el comienzo de la “contraofensiva económica del Gobierno Revolucionario” y que 2017 será el inicio del “despegue económico”. De todas formas, su nombramiento y los cambios en el gabinete no salvarán al gobierno, porque el cambio de algunas figuras de la inflada e inepta burocracia ministerial madurista no parará la crisis sistémica del modelo, ni convencerá a los ciudadanos de que el Titanic pueda salvarse. Sin un programa de saneación económica y sobrevivencia nacional, una narrativa de esperanza creíble y un extraordinario equipo humano capaz de salvar el barco del naufragio, no servirá de nada cambiar alguno de los oficiales a bordo.
El nombramiento de El Aissami y la formación del Comando Antigolpe representan la política madurista de siempre: improvisaciones tácticas, carentes de estrategia y perspectiva. Mientras tanto, el país sufre las consecuencias de este circo político, en el cual entretienen los gladiadores y payasos de dos camarillas de la clase dominante. A diferencia del circo romano, el pueblo está ausente. ¿Hasta cuándo?

 Fuente:http://www.lapatilla.com/site/2017/01/12/heinz-dieterich-venezuela-preludio-de-una-dictadura-militar/

sábado, enero 07, 2017

"Parte de guerra: las agendas de la oposición"



POR:VLADIMIRO MUJICA. 
 
Leo con atención el escrito adulante y sibilino de Ignacio Ramonet que circula en las redes sociales sobre las victorias de NIcolas Maduro en el año 2016 y acerca de su transformación en líder indiscutible de la revolución chavista. A pesar de que todo lo que allí se señala constituye una manipulación descarada de realidades a medias y mentiras obvias, como atribuirle a Maduro una competencia de la AN como el nombramiento de los magistrados del TSJ, es inequívoco el mensaje: en la guerra declarada contra el pueblo de Venezuela y la oposición democrática, el gobierno de Maduro ha salido fortalecido.
El parte de guerra favorable al gobierno en el 2016 incluye tres retrocesos importantes de las fuerzas opositoras: la suspensión del RR; la anulación y el secuestro de la AN y el uso del diálogo oposición-gobierno mediado por el Vaticano y el trio de ex-presidentes, para dividir a la oposición y debilitar su imagen internacionalmente. La oposición inició 2016 con una victoria electoral monumental, la conquista de la mayoría en la AN, lo cual auguraba un año de avances sostenidos. Termina en una situación disminuida y, lo que es más grave, con su propia base de sustentación confundida y frustrada y con el liderazgo político, tanto el reunido alrededor de la MUD, como el que se desempeña en otros espacios, profundamente cuestionado.
No cabe ninguna duda de que el primer señalamiento que hay que hacer es que el “avance” del gobierno está construido sobre violaciones sostenidas de la Constitución, represión, corrupción masiva y de la pobreza y la miseria de su propio pueblo. Estamos enfrentados a una anocracia cuyo único objetivo es la preservación del poder a todo evento y esto determina que la lucha de las fuerzas democráticas sea singularmente compleja. A ello hay que sumarle el hecho nada trivial y relativamente poco examinado que “el ciudadano opositor de a pie” sigue teniendo las mismas carencias de inmediatismo y visceralidad que en su momento llevaron a la clase media venezolana a apoyar a Chávez por el rechazo a los partidos políticos. Y toda esta situación, agravada por otro elemento tóxico en el panorama político: el secuestro de la opinión ciudadana y la virtual fabricación de realidades a través de las redes sociales. Todo un entramado de artilugios electrónicos simultáneamente en manos de cualquiera con un computador y en manos de organizaciones fabricantes de realidades, que elevan a la cima de la adoración pública o hunden en la sima del desprecio a los actores políticos, en cuestión de horas y que son capaces de generar alarmas y distorsiones que a su vez influyen desmedidamente en la conducta del liderazgo político. Como suele ser el caso, los avances tecnológicos que permiten la comunicación masiva en las redes sociales facilitan tanto la activación y la concientización ciudadana, como el ejercicio de conductas viles y la manufactura de realidades a conveniencia.
Pero todos los señalamientos del párrafo anterior son tan solo una explicación parcial del debilitamiento y los retrocesos de las fuerzas democráticas opositoras. Hay otras razones de fondo, que deben ser procesadas e internalizadas cuidadosamente tanto por los partidos políticos como por la sociedad civil, y también, en última instancia por todo ciudadano que sienta como su responsabilidad la democracia y la libertad de su país. La primera causa de fondo es que el movimiento opositor venezolano ha sido incapaz de generar una verdadera dirección política que se apoye en una visión y proyecto de país y que lidere el esfuerzo unificado de los ciudadanos para salir de la anocracia. La MUD fue una exitosa alianza electoral pero la existencia innegable de agendas, ya ni siquiera secretas, sino públicas y destructivas de los partidos políticos y sus dirigentes fundamentales, han tornado en una tarea imposible la conversión de esa convergencia electoral en una dirección política nacional. Si se me permite la imagen, estas distintas agendas coinciden en un vórtice divergente: la pretensión de dirimir el liderazgo que surgirá luego de la derrota de la anocracia chavista sin haber resuelto el problema fundamental de cómo se derrota al régimen. Por increíble que parezca, esta simple explicación basta para entender porque nos metimos en el camino sin retorno del RR sin contar con las fuerzas políticas para lograrlo. O porqué se abandonó la exigencia constitucional de realizar las elecciones de gobernadores. O porqué la primera acción de la AN no fue actuar contra la designación arbitraria e inconstitucional de los magistrados del TSJ, a sabiendas de la estrategia del gobierno de usar al TSJ para neutralizar a la AN. O porqué se acudió con divisiones a la crucial cita de la mesa de diálogo. O porqué se desactivó todo el mecanismo de presión de calle durante el proceso de diálogo. O porqué se aprobó un acuerdo conjunto MUD-Gobierno que claramente debilitaba el esfuerzo opositor. O porqué se debilitó el esfuerzo internacional, tan difícilmente conseguido, de la OEA, Mercosur y la Unión Europea. Por supuesto que aún con una dirección política real se pueden cometer errores, pero en cada una de las instancias mencionadas la inexistencia de esa dirección, cuya responsabilidad última sería conducir el esfuerzo unitario contra el régimen, impidió la evaluación sólida de riesgos y amenazas y expuso al movimiento opositor a derrotas previsibles y, quizás, evitables.
Cabe aquí una reflexión importante. Soy un convencido de que los partidos políticos son indispensables para la democracia y durante mucho tiempo he actuado con desinterés para favorecer su crecimiento, casi con independencia de su signo ideológico, porque pienso que los tiempos de deslinde serán otros, cuando volvamos a vivir en democracia. Debo a mi amigo Wilfredo Urbina el recordarme un escrito de Leon Trotsky donde el gran estratega bolchevique apuntaba que los partidos eran a las masas como la máquina de vapor era al vapor. Sin la máquina, el gas es incapaz de generar trabajo, del mismo modo que sin la dirección de los partidos el descontento y la acción de las masas carece de efectividad. Como menciono arriba, en el combate contra regímenes autoritarios la dirección política es insustituible, pero la misma puede ser ejercida, o no, por los partidos políticos, precisamente porque estas organizaciones pueden estar naturalmente disminuidas. En el caso venezolano hemos probado casi todas las alternativas: previo al desastre del Carmonazo, fungía de dirección una alianza de los medios, y organizaciones patronales y sindicales; la Coordinadora Democrática era una alianza de partidos y la sociedad civil, al tiempo que el predominio de los partidos en la MUD es total.
Cualquier alternativa de conformación de la dirección política es válida. Lo que es inaceptable es la imposición de agendas partidistas o individuales sobre el esfuerzo unitario. Eso lo estamos viviendo y es urgente corregirlo. Pero no se pueden esperar soluciones mágicas: la sociedad civil no está exenta de los mismos vicios de los partidos, así que tendremos que hacerlo juntos, pero la destrucción del país no admite más dilaciones.
La segunda responsabilidad de fondo del liderazgo opositor es no contar con un canal fluido de participación y discusión con la gente. No tanto para celebrar las victorias, que no requieren mucha explicación, sino para que se entiendan los retrocesos y los cambios de rumbo, sobre todo cuando se han anunciado grandes victorias que luego se desvanecen.
No tengo claro que surgirá en esta nueva etapa. Espero si, que no sigamos apostando al reventón social y a las contradicciones del chavismo como remedio a nuestras propias carencias.

jueves, enero 05, 2017

"Arzobispado de Caracas pide elecciones y resolver crisis en 2017 "

Arzobispado de Caracas pide elecciones y resolver crisis en 2017
1. Al inicio de este nuevo año 2017 nos complace enviar a todos los habitantes de Caracas, en especial a los católicos de nuestra Arquidiócesis, así como a los sacerdotes y diáconos, a las religiosas vicarias y a los miembros de institutos de vida consagrada, un afectuoso saludo en Jesucristo, nuestro Salvador, y la seguridad de nuestras oraciones por todos ustedes.
2. Acabamos de celebrar la Navidad. En medio de nuestras dificultades, Dios está con nosotros en Jesús, Emmanuel, Dios hecho hombre. El nos alienta y llena de esperanza, aún en medio de las peores circunstancias. Jesús nos dice hoy, como a los apóstoles en el lago: “Soy yo, No teman” (Mt 14,27). Movidos pues, por la ternura y la fuerza del amor de Dios, nos acercamos al año próximo con la esperanza puesta en Dios de alcanzar la felicidad que todos anhelamos y nos deseamos mutuamente.
3. Recordemos que Dios es el autor de la felicidad, que es la conjunción de la serenidad, la alegría y de la paz. Y Él la concede, como nos enseña Jesús, a quienes escuchan y cumplen su palabra: “Dichosos los que escuchan y cumplen la Palabra de Dios” (Lc 11, 28). Ese es, pues el camino, el secreto de la felicidad, aun en medio de circunstancias adversas: estar unidos al Señor, vivir en su amor, cumplir su palabra, cumplir los Diez Mandamientos de la Ley de Dios. Recordemos eso, y pidamos al Señor nos ayude a ir por ése, que es el único camino hacia la felicidad.
Urgencias para el próximo año
4. Este año 2016 ha sido un año difícil, cargado de angustias y dificultades para todos nosotros. El diálogo entre el gobierno y la oposición, que fue un motivo de esperanza para amplios sectores del país, está seriamente cuestionado. Independientemente del futuro de ese diálogo, que debía haber aportado soluciones a la severa crisis actual, debemos tener presente que el pueblo exige la paz, seguridad personal y convivencia social, y condiciones que permitan trabajar y vivir en tranquilidad. Esto solo puede darse con el concurso de todos.
5. El sufrimiento de millones de venezolanos reclama al Gobierno Nacional la necesidad de resolver la gravísima crisis alimentaria y de medicamentos que sufrimos, y que tiene su causa en la aplicación de un sistema económico errado, el totalitarismo socialista que adscribe al Estado el control total de la economía. ¡Nunca antes tantos venezolanos han tenido que buscar comida en la basura!
6. Otro problema pendiente es el reconocimiento de las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional, actualmente bloqueada tanto por el Poder ejecutivo como por el Judicial. Esto configura una situación real de dictadura, por el desconocimiento de la voluntad del pueblo expresada el pasado 6 de diciembre de 2015. Para el normal desarrollo de la vida democrática, es preciso que se restituyan a la Asamblea sus facultades constitucionales.
7. De nuevo pedimos la liberación de los presos por hechos conexos con actividades políticas. Tanto el Poder Judicial como el Gobierno Nacional tienen instrumentos legales y constitucionales para poner en libertad inmediata a la mayoría de esos ciudadanos, más de un centenar, que sufren una prisión injusta. Además, aunque estuvieran presuntamente incursos en delitos, todos ellos deberían ser procesados en libertad, tal como lo dispone el Código Orgánico Procesal Penal.
8. Y es preciso que se permita el ejercicio de la potestad electoral del pueblo, a través del referendo revocatorio o de otras elecciones que resuelvan la crisis política actual, pues el pueblo en las elecciones de diciembre de 2016 indicó mayoritariamente no estar de acuerdo con el actual Gobierno.
9. Por último, es preciso que se evite la violencia social como el vandalismo y saqueo que se provocó, y el gravísimo caos y dolor que se causó, especialmente a los más pobres, con la desacertada medida de sacar de circulación los billetes de cien bolívares. Mientras no haya otros billetes y monedas que los sustituyan, es absolutamente necesario mantener la validez de esos billetes.

Tomada de Arquidiócesis de Caracas 

Fuente:http://www.unidadvenezuela.org/2016/12/arzobispado-caracas-pide-elecciones-resolver-crisis-2017/