lunes, noviembre 13, 2006

REDENTORES CON TRONO

La humanidad ha intentado dar respuestas a las crisis de orden social aplicando varias recetas. Ha implementado distintos sistemas para tratar de alcanzar sus utopías. El capitalismo, la tecnocracia, el socialismo, el comunismo, el colectivismo, el comunitarismo, la social democracia, el social cristianismo, etc. Mediante su ejecución, todos han pretendido terminar con las miserias humanas a través de la aplicación de leyes y disposiciones sociales más o menos equitativas. Cada uno de esos sistemas tiene sus méritos y sus máculas. Suponiendo que fueran capaces de cumplir con amplitud sus promesas, realmente es dudoso, de que logren satisfacer al ser humano y alcanzar construir, edificar e instaurar un mundo próspero y feliz, porque las miserias, las crisis profundas de naturaleza humana, en nuestra opinión, no son sólo de tipo físico-material y social sino que también "ético morales y espirituales" así que la abundancia y la repartición equitativa por si solas, no resolverán los complejísimos problemas de toda índole de las sociedades integralmente. Se requeriría también de la ejecución de otras iniciativas particularmente importantes, muy distintas a regalar la riqueza o a repartirla a discreción entre los más necesitados.

En tanto que las personas seamos vanidosas, perezosas, arrogantes, irresponsables, superficiales, soberbias, envidiosas, maliciosas, glotonas, intemperantes, malhumoradas, crueles, vengativas, ambiciosas, rapaces, avariciosas, hipócritas, etc., estaremos siempre infringiendo miserias y ahondando las ya anchas diferencias entre nosotros mismos y a los demás, a pesar de que tengamos y dispongamos de todas las riquezas y comodidades que podamos imaginar.

El mundo exterior nunca podrá ser perfecto, mientras no hayamos perfeccionado nuestro mundo interior. El camino de salida a nuestras miserias es también, a fin de cuentas, el camino de entrada a las fuentes de nuestras miserias. Así lo comprendemos sinceramente ahora más claramente, luego de observar y constatar que en Venezuela existe muchísima miseria humana, toda clase de gravísimos problemas socioeconómicos, que padece la población en general, no obstante estar los venezolanos bendecidos, bañados en borbotones de dólares producto de la grande e inimaginable riqueza petrolera que Dios les ha regalado. La sociedad venezolana a pesar de tanta riqueza, pareciera estar sumergida en la más espantosa crisis de decadencia social, política, económica, cultural, ética, moral y espiritual, muy a pesar de disponer de todas las posibilidades físicas y humanas, para resolver sus problemas como sociedad.

Es muy importante sin embargo luchar por el mejoramiento social; pero esa lucha será estéril si al mismo tiempo no nos educamos para eliminar de nuestra personalidad nuestros vicios, defectos e imperfecciones; para elevar nuestras consciencias; para saber darle uso a las cosas y bienes materiales que poseemos; para aprender a compartir entre todos esas riquezas de origen providencial, para conseguir no sólo administrarla sino también, multiplicarla produciendo todos juntos más riqueza material, pero también más desarrollo y evolución interna, espiritual, psíquica, mental, moral y ética.

Quienes logren esto, aunque tengan pocas cosas materiales serán ricos realmente; más quienes tengan muchos bienes y varios de los vicios e imperfecciones señalados, en realidad será muy difícil que logren conseguir la felicidad. Este pensamos que es el "verdadero paradigma", esa es la real utopía de la humanidad como colectivo y de Venezuela como nación, el cual deberíamos auspiciar en nuestras sociedades divididas y fragmentadas, para así lograr impedir el establecimiento del caos, la anarquía y la infelicidad colectiva, para poder conducirnos cada día con mayor definición hacia la cristalización y consecución de nuestras "utopías" como colectivo, como pueblo, y como país; más allá de la implementación de visiones ideológicas contrapuestas, de proyectos políticos mesiánicos, lo que se requiere es educar a los hombres y mujeres integralmente para que sean ciudadanos exitosos, auténticos seres humanos, elevados conscientemente desde sus viscerales instintos primitivos, que los hacen ser personas inferiores, a el elevadísimo estadio de ser personas poseedoras de un alto nivel evolutivo en todos los órdenes de la existencia y el conocimiento humano, en lo místico divino y en lo espiritual, como también en lo material humano; instruidos, educados, virtuosos, patriotas e ilustrados; pero también supremamente espirituales, místicos, morales, éticos, que estén armonizados con la naturaleza, con ellos mismos en su interior, con sus congéneres, con el Universo, con el Cosmos y finalmente con el absoluto, con Dios Todopoderoso.

Debemos en el futuro formar a los individuos-ciudadanos para que puedan ser más conscientes, más honestos, más amorosos, más piadosos, más humanos, más bondadosos, más solidarios, más unidos, más productivos, reflexivos, trabajadores, emprendedores. Para que puedan dejar de ser decadentes, y crueles, criminales, egoístas, ambiciosos, avaros, envidiosos, ególatras, individualistas, lujuriosos, y sobre todo, que sean más cumplidores de sus deberes y obligaciones colectivas solidarias e individuales, que puedan y logren ser más tolerantes, respetuosos del prójimo, de sus "hermanos". Más humildes de corazón, ser mansos de verdad...Y para eso hay que evolucionar demasiado en la escala evolutiva espiritual, es realmente toda una “utopía” por la cual luchar.

Esa si seria una verdadera revolución, en la que nos sumariamos sin dilaciones, ni pretextos ideológicos, esa es la revolución que proponemos a nuestro hermanos venezolanos, la de realizar un profundo cambio de paradigmas en la formación interna y espiritual de los ciudadanos para humanizarlo integralmente. Pero para implementarla se requiere de gran voluntad, de muchísima capacidad, pero también de ilimitada libertad, para accionar socialmente en la construcción de esos cambios profundos, esa revolución auténticamente liberadora e instauradora de nuevos valores espirituales, morales y éticos, colectivos, supondría derrumbar viejos temores, vicios decadentes enclaustrados en las mentes y en las interioridades de funcionamiento interesado del aparato gubernamental obsoleto, periclitado y decadente, del estado todopoderoso que nos oprime las consciencias con sus erradas, repulsivas y asfixiantes políticas alienadoras y usureras.

Implica también, luchar con gran dignidad, gallardía, valor inconmensurable e infinito, por derrotar las imposiciones y pretensiones ideológicas totalitarias de los líderes caudillistas y personalistas absolutamente demagógicos y populistas, que poseen una visión absolutamente primitiva de la realidad mundial. De allí que la única vía en la cual podríamos aplicar estos paradigmas sería en total y absoluta democracia, por eso rechazamos todo intento abusivo de parte de cualquiera que intente suprimirnos la capacidad de pensar y de actuar, de soñar, y de ser nosotros mismos.

Por eso nos rebelamos ahora y nos opondremos siempre a la pretensión absurda de tratar de imponer en Venezuela un sistema político social que defiende, propugna y ejecuta una visión totalmente equivocada de la realidad, una particular propuesta política hegemónica de la sociedad, un esquema social y económico de corte colectivista muy primitivo que propone el trueque y el comunitarismo como sistema de funcionamiento comercial, todo un dinosaurio históricamente fracasado en otras latitudes; un esquema de funcionamiento general de la sociedad muy populista, totalitario, militarista, que tratan de implementar a todo evento engañando al país, defendiendo a un sistema político que como el socialismo, ha fracasado estrepitosamente en todas partes del mundo en donde ha sido implementado como propuesta ambiciosa de solución y receta liberadora de los pueblos; para terminar convirtiendo a millones des seres humanos incautos, en esclavos de regimenes oportunistas y opresores de las libertades y derechos de los pueblos ignorantes, en víctimas de sus planes de dominación.

¡No!, definitivamente la revolución debe ser otra cosa. Debe ser de inspiración verdaderamente cristiana, sin disfrazarse de redentores, ni de Mesías revolucionarios, empuñando el crucifijo con la mano derecha, pero sosteniendo la hoz con la mano izquierda en la espalda, gobernado e impartiendo órdenes irrevocables y absolutas, sin permitir disidencia, sentado sobre una silla forrada con una finísima tela de seda roja, que en realidad es un gran “yunque de acero labrado a golpe de martillo ”, traída tal vez de Rusia por vía de Cuba, y que suele usar como un trono ¿que se le va a hacer?, suelen existir aún para nuestra desgracia, quienes se sienten y se creen, los redentores revolucionarios de sus países y de la humanidad.

2 comentarios:

Elijah dijo...

Poner en contacto al venezolano contemporáneo con el colectivista / comunista de otrora, seria equivalente a poner en contacto dos especies separadas por 400 millones de años de evolución. Solo imagínate el caos.

Arcangel Vulcano dijo...

Respetado Elijah, entonces en Venezuela ya tenemos un "Museo Prehistórico", con los miles de seres humanos con ideología "comunistas" enviados desde la tiera del Azucar de Celia, no sólo en contacto directo con lo que denominas como "venezolanos contemporáneos". Y sí, tienes razón, me imagino el caos,si llegan a imponer un sistema totalitario de corte comunista en Venezuela; pero no porque se pongan en contacto dos "especies separadas", según entiendo,una muy atrazada o prehistórica y una muy avanzada o moderna, que es contemporanea frente aquella.No, amigo Elijah, la razón del caos sería por la lucha fraticida que se libraría por el control de la botija multimillonaria que genera el petroleo.Las razones creo que serían económicas,no ideológicas, pero también morales, espirituales. Lo ideológico es un engaño aquí en este juego político; es un comunismo velado el que nos quieren imponer, el pretexto perfecto es la presunta exclusión social que sufría el pueblo.Ahora existe una élite política enquistada en el poder aún más terriblemente corrupta e inmoral que las viejas cúpulas de AD y Copei, de tal manera, que pienso que no se trata de una lucha por ideales, sino por la ambición y conquista del poder para prevalecer, para continuar disfrutando de él, manteniendo al pueblo más olvidado que nunca, usándolo de sosten, de comodín, de servil subdito, como esclavos. Gracias por tus comentarios, un gran saludo amigo.