martes, diciembre 26, 2006

CHÁVEZ LA OPOSICIÓN Y SUS DILEMAS


Hemos expresado hasta la saciedad nuestra visión particular sobre lo que consideramos que ha sido el fenómeno político Hugo Chávez. Es hora de evaluar a la oposición en Venezuela dentro del siguiente contexto: No somos dirigentes políticos, no pretendemos encontrar la fórmula secreta del éxito, sencillamente expresaremos nuestros modestos puntos de vista como ciudadanos observando y viviendo la realidad política, sin condicionamientos de ninguna especie. Tal expresión constituye un esfuerzo por encontrar explicación a lo ocurrido más recientemente a la oposición venezolana, a objeto de proyectar alguna luz sobre los problemas actuales de la dirección política de la oposición.

El mayor error en el que pensamos ha incurrido el liderazgo de la oposición, ha sido el de haber adoptado una estrategia equivocada, aplicando tácticas basadas en esa estrategia. La oposición debió decidir en virtud de las circunstancias obligantes, bajo gran presión y premura, que se confabularon en su contra, para ejecutar e implementar una estrategia basada en un “equivoco”, colocando a los potenciales electores y al país frente a una “dicotomía engañosa”, un dilema muy difícil, ante una disyuntiva muy confusa, indefinida, ambigua. Esta dicotomía ha provocado una larga secuencia de tácticas, total y absolutamente basadas en esa estrategia equivocada. ¿Cuál es esa dicotomía? Decidir anunciarle al país sin pruebas concretas e imposibles de sustentar, después del referéndum revocatorio del 15 de diciembre del 2.004, que se había producido un fraude electoral, y que Chávez había sido realmente revocado, pero que gracias a “manejos dolosos de sus cómplices secuaces del CNE”, se había alterado el resultado electoral en su favor, y que por lo tanto, era un presidente ilegítimo, que el pueblo no lo había ratificado en el cargo; para posteriormente no sólo no probar el fraude contundentemente, sino dejando toda una espesa capa de dudas sobre el proceso y el sistema electoral (con o sin razón).

En fin, se les dijo a los electores que se había materializado un descarado fraude, pero no se demostró jamás de forma contundente, ni tampoco se logró influir en el ánimo de los electores opositores para que se movilizaran masivamente y salir a las calles a defender la presunta victoria, ni existían las condiciones reales para provocar la caída de Chávez, mediante otro golpe militar, más aún, cuando éste había tenido tiempo de reorganizarse política y militarmente luego del paro cívico petrolero; aparte de que, el liderazgo no era el apropiado, no existía el líder opositor con la consistencia necesaria y la ascendencia suficiente en la gente para conducirlos eficazmente y movilizarlos.


Esa dicotomía comenzó allí, un dilema terrible, pero luego la oposición la continuó fortaleciendo como matriz de opinión muy fuertemente, al decidir mayoritariamente objetar el proceso electoral para elegir La Asamblea Nacional, absteniéndose masivamente de concurrir a votar, buscando deslegitimar al presidente; logró atribuirse cierto éxito político, una suerte de victoria moral, pero tampoco pudo obtener el anunciado resultado de deslegitimación, al contrario, el potencial sector opositor volvió a sentir una gran decepción, al percatarse que La Asamblea Nacional ahora era inevitablemente monocolor, se instalaba sin resistencias de liderazgos visibles, ante el asombro de los ya impotentes opositores ¿Qué esperaban entonces los “líderes”, que el país saliera a las calles a manifestar a la Ucraniana?

Así se perdió también ese espacio de La Asamblea Nacional, y Chávez consolidaba el bastión que le faltaba para completar su póquer de ases, tenía ahora si, el control del poder legislativo, la oposición por un error de cálculo político se la regaló en bandeja de plata sin protestar. La cedieron sin pelear electoralmente sin plantear algo distinto, y esta vez con consecuencias impredecibles. De inmediato se vieron sus efectos; el régimen logró sin ningún pudor ni resistencia, elegir a los cinco nuevos integrantes del Poder Electoral, ¿el nuevo CNE incondicional?

La oposición se empeñó entonces en esta dicotomía basada en un equivoco; había invertido grandes dosis de recursos, y tiempo en tratar de vender la matriz de opinión del fraude electrónico continuado, objetando todo el proceso electoral, para luego súbitamente a solo meses de las elecciones cambiar de estrategia decidiendo ir a como diera lugar a las elecciones; colocando así al país frente a una “dicotomía difícil de descifrar”, y de resolver, era casi imposible enfrentarla, sin ser víctimas de sus propias ambigüedades, sin darse cuenta tal vez, del daño causado en la psiquis del electorado, y del gran riesgo asumido por el efecto de la matriz de opinión de la abstención vendida como buena durante largos meses, originando una total confusión en la mayoría de los opositores, dividiéndose antes de la contienda en dos bandos, los abstencionistas y los participa sionistas, ir a las elecciones en esas condiciones era muy arriesgado y el costo muy elevado ¿pero no tenían más opción?


A la oposición le ocurrió una terrible circunstancia, debió enfrentarse al problemático dilema que había producido: ¿Votamos o no votamos, participamos o no participamos, competimos o nos abstenemos y si lo hacemos sin éxito, luego que haremos?

Sostengo que la oposición basó toda su estrategia en una “dicotomía mortal”, (se entrampó ella misma) porque fue sustentada sobre “el equivoco del fraude no probado”, no desmontado, porque si hubo fraude ha sido hasta ahora imposible de demostrar. Porque luego que había objetado el proceso electoral en diciembre del dos mil cinco, rechazando el registro electoral, las capta huellas, denunciando la presunta parcialidad del ente electoral en general, cuestionando sistemáticamente a los rectores electorales acusándolos de cuanta inequidad imaginable, realizando denuncias sobre cedulaciones amañadas, de gravísimas irregularidades en las denominadas migraciones electorales dirigidas para favorecer al oficialismo; denunciar el ventajismo y la violación de las leyes electorales; de decir hasta rabiar por todos los medios, que no iríamos a un proceso electoral si no se obtenían las condiciones electorales mínimas; después que se amenazó a Chávez con dejarlo sólo en el proceso, y convertírselo en una suerte de plebiscito ratificatorio o reprobatorio de su mandato, para intentar deslegitimarlo haciéndole un vacío de electores y alentando a todo evento la abstención electoral como medio de lucha pacífica; se decidió hacer un violento giro de la estrategia, practicando todas las tácticas para tratar en vano de cambiar la marcada negativa impresión, que se había logrado construir -con o sin razón- de lo viciado y fraudulento del proceso electoral.

Hoy día aún quedan algunas voces lamentándose de no haber jugado la carta de la abstención, y que parecieran únicamente trabajar para ahondar la profunda brecha que ha quedado entre ambas tendencias opositoras, que defendían una y otra postura, sin ni siquiera advertir que ya estaban ambas de antemano destinadas al fracaso antes de imponerse una sobre otra, en razón del peor cálculo que pudieron haberse hecho o planteado. Pensar en uno y otro caso que las elecciones se ganarían únicamente creando matrices de opinión desde sus laboratorios en los medios de comunicación, obteniendo una precaria unidad para seleccionar un liderazgo mediante un discutible y cuestionado acuerdo entre un cenáculo cerrado integrado por tres dirigentes sin raíces y carisma en las bases opositoras, lograda a regañadientes y a empujones, sin organización, ni partidos fuertemente estructurados y organizados por todo el territorio nacional, y dependiendo de la “participación espontánea” de los electores (en avalancha), sin contar con partidos políticos poderosos, ni militantes disciplinados y probados en el duro fragor político, que los movilicen y motiven directamente a la participación, y a votar en su favor.

Ahora que, el colmo de los errores, de las pretensiones y de los atrevimientos, que cometió la oposición, fue intentar ganarle en tan sólo tres meses de campaña, sin los suficientes recursos organizativos, logísticos y de toda índole, luego de cometer toda suerte de errores estratégicos y tácticos, a un líder carismático y popular consolidado como Chávez, quien ha logrado articular todo un poderoso aparato logístico en su entorno, un esquema absolutamente ventajista y favorable para desarrollar sus estrategias políticas y obtener sus fines, y quien sin dudas –queramos o no reconocerlo- ejerce una profunda influencia directa en buena parte de la población, en virtud de todas las ventajas comparativas que ha logrado acumular, todo un capital político nada despreciable del cual dispone.

Por lo demás, a pesar de que a Rosales hay que reconocerle sus extraordinarios meritos individuales como probado dirigente regional y los loables esfuerzos personales que realizó durante la campaña meteórica que desplegó por donde “pudo y lo dejaron”, evidentemente le fueron ampliamente insuficientes para alcanzar una victoria electoral, que sabíamos de antemano sería si no imposible de lograr, si muy poco probable, en virtud de la ventaja que le llevaba su hábil contendor. Pero es que si fueran pocos argumentos, agregaría que era difícil ganar en esas desventajosas circunstancias en las que se concurrió al evento electoral, porque Manuel Rosales con el debido respeto, no estaba al nivel político de Chávez para el momento de realizarse las elecciones.

Por poco delicado que parezca, lanzar la candidatura de Rosales fue como poner a boxear a un peso ligero con un peso pesado, es desde luego una odiosa comparación, pero a Rosales no le alcanzaban sus fuerzas para doblegar a un Chávez sobrado en ventajismos. Rosales se encontró con casi 40 partidos que lo apoyaban formalmente con sus siglas, pero sobran los ejemplos de partidos que no obtuvieron ni siquiera 40.000 votos, lo cual indica, que no tienen maquinaria, ni capacidad adecuada de movilización, sufren ausencia de militancia, sin suficientes activistas que actúen en la sociedad, y la motiven eficazmente para que participen ¿y entonces así quien hace el trabajo político directo, el de activismo político, el que busca los electores y los transforma en votos?

Manuel Rosales gallardamente realizó un gran esfuerzo, esa es la verdad, y no reconocerlo sería mezquino; pero él no disponía de la necesaria maduración de su liderazgo para competir con Chávez, con reales posibilidades de victoria. Las encuestas serias -en las que siempre he creído- nos lo advertían, a sólo 4 meses de las elecciones Rosales no llegaba ni siquiera a los 10 puntos en la intención de votos nacional; no había hecho el indispensable recorrido, el trabajo político que requiere hacer un dirigente que aspire consolidarse como un líder nacional, tal vez existan Estados a los que Rosales ni siquiera había ido en su vida, que debió visitar por primera vez, así ¿cómo se puede aspirar a ser presidente compitiendo en condiciones tan desiguales?

Los viejos partidos políticos estaban desmembrados, desmantelados. Sus dirigentes de envergadura y peso específico silenciados, obligados a mantenerse de bajo perfil, en un ostracismo obligado. AD aparatosamente autoexcluido de la contienda por su caduca dirección nacional, COPEI víctima de sus fantasmas, apenas obtuvo 250.000 votos; partidos como un solo pueblo alcanzó escasos 36.000 votos, otras organizaciones emblemáticas como el MAS se diluyeron, ni siquiera lograron 76.000 votos; partidos como La Causa R a penitas sacaron 25.000 sufragios, y así, una catarata de partidos que quedaron muy disminuidos. Nos preguntamos: ¿cómo se puede responsabilizar únicamente a Manuel Rosales? su partido Un Nuevo Tiempo, obtuvo casi 1.700.000 votos, colocándose como la segunda agrupación política más votada en el país, seguido por Primero Justicia con más de 1.300.000 votos. Pero en esencia, las viejas maquinarias políticas AD, COPEI, El MAS, La Causa R, estaban desmanteladas, desmovilizadas, desarticuladas, han quedado en evidencia su bajo nivel de convocatoria en la sociedad, su saldo negativo, y su escasa posibilidad de influir y contribuir con su pregonado respaldo a Rosales, en obtener un resultado electoral positivo para la oposición. La sociedad los ha relegado del liderazgo y ha investido de autoridad a nuevos líderes les guste o no a esos partidos reducidos.

Sin embargo, no es tiempo de buscar “culpables”, sino de reconstruir el edificio de la oposición con nuevas bases; fortalecer las nuevas organizaciones políticas que quedaron en pie, de eso se trata, todos caben para hacer la magna obra que la sociedad les está ordenando edificar. Es la hora de reorganizar a la oposición democrática en base a los logros alcanzados que no son pocos, como por ejemplo, haber consolidado una estructura organizativa medianamente operativa que habrá de reforzarse hacia el futuro; activando la integración y la participación verdadera de los ciudadanos a las organizaciones políticas; asignando tareas, motivando esa integración mediante distintas iniciativas y actividades sociales, culturales, deportivas; es hora de retomar el contacto directo con los ciudadanos de forma permanente, constante. Hay que enseñarles a participar, incluirlos en la lucha política diaria, cotidiana, hacer de la actividad política algo útil, eficaz para obtener respuestas y soluciones oportunas de los entes públicos; hacerlo a fuego lento, es hacer política de calle, sin esperar resultados inmediatos, sino a largo plazo; no se trata únicamente de organizarse para marchar o protestar, activar en organizaciones políticas de oposición es mucho más meritorio, porque se lucha sin los habituales recursos del estado que nutren a los partidos oficialistas. Habrá que reorganizar las finanzas de los partidos, y de los aportes financieros de los militantes viejos y nuevos que han de sumarse.

Aquí lo que ha quedado claro es que los venezolanos no quieren una guerra civil, ni confrontación fraticida, ni golpes de estado; que la mayoría de la oposición quiere es elecciones y lucha democrática, que cada voto opositor es cualitativamente de gran calidad, y de un peso específico; que son votos verdaderos, auténticos, sentidos, conscientes, logrados a pulso, contra todas las adversidades, conquistados a fuerza de trabajo constante, de la dirigencia opositora, buena, regular o mala, pero la que había disponible, la que se tiene, con la que se cuenta, como dicen algunos jóvenes ahora, “eso es lo que hay”. Hay que ver en lo negativo que le ha ocurrido a la oposición, una grandiosa oportunidad para comenzar el camino seguro de su adecuada recuperación. El liderazgo no se mendiga el liderazgo se conquista, no se pide, se logra a base de esfuerzo, constancia, sacrificio, disciplina, trabajo, talento y el contacto directo con el pueblo.

Se deben invertir años para construir un liderazgo preclaro, efectivo y profundamente útil, más que carismático y popular. A Venezuela no le han faltado liderazgos muy carismáticos, sobran los ejemplos, pero ¿Cuántos de esos líderes carismáticos han sido realmente útiles para el país? Porque si de líderes carismáticos se trata, allí están los ejemplos mundiales como el de Hitler.

Existen muchos venezolanos capaces y con gran talento, lo que se necesita y requiere es que se desarrollen y afloren. Los líderes surgen cuando los pueblos los necesitan y se presentan las circunstancias. En el mundo surgieron durante la segunda guerra mundial, tres líderes prodigiosos y virtuosos como Wiston Churchill ; De Gaulle y Franklin D. Roosevelt quienes cumplieron un papel estelar al conducir a sus pueblos a la victoria contra el Führer Adolfo Hitler, el Duce Benito Mussolini y el Emperador Japonés la deidad Hirochito, en medio de grandes calamidades, ninguno de ellos claudicó sus ideales, ni siquiera en las peores circunstancias imaginables. ¿Se pueden olvidar por ejemplo los episodios trágicos como el ataque sufrido por Los Estados Unidos en Peral Harbor por parte de la aviación japonesa, o la invasión de Francia por las Tropas alemanas, así como el bombardeo vivido por Inglaterra en Londres? Líderes habrá…

4 comentarios:

Cruz J. Saubidet dijo...

Amigo, muy interesante su artículo. Sin mucho que acotar, considero que Rosales perdió porque pertenece a una vieja forma de hacer política, y esta forma fue la que posibilitó la ascensión de Chávez al poder. Desde ya que lo votaron muchos, pero sus votos fueron de aquellos que no les molestaban las cosas como estaban antes de Chávez (ojo, es solo una idea que tengo por hablar con algunos venezolanos que me aseguraban “Cualquier cosa es mejor que Chávez”)
La oposición deberá rearmarse a base de juventud e inteligencia, y así todo es posible que sus logros se reflejen dentro de mucho tiempo.
Líderes siempre surgirán, y es una pena, porque de no existir líderes fuertes los pueblos podrían ser administrados con más cabeza y menos pasión. Es una utopía, pero una vez escribí que los dirigentes deberían tener prohibido “inaugurar y dar discursos” para alejarlos de la demagogia y acercarlos a la buena administración de los bienes del estado, porque al fin de cuentas es solo ese el trabajo que el pueblo les ofrece con el voto.
Que pase un muy bien año nuevo.
Cruz

Arcangel Vulcano dijo...

Gracias Cruz J. Saubidet,por tus estimulantes comentarios y la agradable visita. Estoy de acuerdo con tus opiniones sobre las causas de la derrota opositora.Aunque he de acotar que Chávez ha gobernado copiando y multiplicando los vicios del pasado y ganó, él es más demagogo y populista que el mismo Carlos Andrés Pérez, aunque representa a la izquierda socialista que no había gobernado en Venezuela jamás. Me parece interesantísima la "utopía" que nos expones sobre el futuro liderazgo desprovisto de demagogía, (sin discursos e inauguraciones) ¡que utopía! Te deseo que tengas muchos éxitos y salud este próximo año nuevo.

Khabiria dijo...

La crisis de liderazgo en Venezuela no es solo de la oposición, el año pasado (2005) se evidenció que, en las regiones, los Alcaldes y Gobernadores ganaron por el apoyo de Chávez pero no por el trabajo político de ellos mismos...Chávez sabe que no tiene líderes y lo ha hecho notar con sus regaños publicos.

La oposición tiene mucho trabajo para el 2007, este año quedó demostrado que la crisis de liderazgo es lo que no le ha permitido crecer.

Rosales fue un candidato construido (con nariz incluida), no es un líder nato (sin dejar de reconocer los méritos que tu expones), no tiene carisma ni empatía con el pueblo.

La oposición debe salir de Baruta y Chacao, meterse en Catia y en Petare, crearse espacios de participación mas allá de la burbuja del este, y ese no es un trabajo de tres meses, pero seguro que en un año podrían lograr una buena militancia.

Ahora bien, mas allá de eso, lo primero a resolver es la propuesta, el plan, los objetivos, porque creo que son muy discrepantes entre sus propios partidos y esas divisiones (cargadas de intereses personales) son las que han mermado las posibilidades de una oposición que a mi jucio en este momento, no existe. Si existe gente que no quiere a Chávez, que votaron po Rosales porque "cualquier cosa es mejor que Chávez", como dice Cruz, pero no tienen criterios de militancia de oposición.

Esto parece un post, perdón amigo Vulcano, me pasé un poquito
Un abrazote
;)

Arcangel Vulcano dijo...

Khabiría me gusta leer todo lo que escribes desde hace tiempo, ojalá te sigas "pasando" y no un "poquito", sino mucho.

De verdad me fascina el dialogo, la discusión fraternal, el debate de ideas, el intercambio de opiniones. Desde muchacho lo que más disfrutaba eran los llamados círculos de estudio en retiros espirituales con mis compañeros de generación. Por eso cuando tengo la oportunidad de intercambiar opiniones me siento muy a gusto; incluso lo que más me agrada es encontrarme a alguién que no comparta mis ideas, y me exponga sus visiones; no se por qué, pero cuando me toca cambiar de opinión porque alguién viene y me persuade con argumentos con otra idea que me haga ver otra perspectiva u realidad, suelo darme cuenta que estar equivocado es parte esencial de la existencia.

En el presente caso, debo decirte que comparto cien por ciento lo expresado; tus reflexiones sobre la "crisis" liderazgo pienso que son acertadas.

Añadiría, que la "oposición" que es vario pinta, multiforme, multicolor, diversa, se enfrentará a nuevos dilemas, muy difíciles de descifrar, no sólo en el 2.007 sino en lo adelante, y por muchos años como bien nos acata muy adecuadamente Cruz. El camino de su recuperación es largo, empedrado, empinado, arido; eso de estar en la oposición es como atravezar un desierto.

¿Que es crisis de liderazgo? Acaso la ausencia de ellos, o la ineficacia o carencia de influencia efectiva de éstos en la sociedad.Pienso que se trata de lo segundo, porque líderes hay; lo que ocurre es que frente al liderazgo avasallante y "carismático" de Chávez, aquellos lucen disminuidos. Un líder carismático no siempre es útil; pero es obvio que parte de las características del líder que pareciera reclamar la mayoría de la población, requiere de ese elemento, de gran carisma; en verdad en este instante pareciera no existir ese elemento en ninguno de los dirigentes de la oposición que se insinúa como aspirante al liderazgo.

¿El tipo de líder, su perfil? Lo dirá el tiempo y la gente, los dirigentes políticos que están allí en el escenario parecieran impotentes ante el liderazgo de Chávez.Pero eso no tiene por que ser así siempre, han de surgir nuevos líderes que serán visibles.

El otro elemento, esencial: La propuesta, el plan, los objetivos. Son discrepantes, precisamente porque la oposición no es uniforme. Surge la gran pregunta: ¿debe ser la oposición uniforme, aglutinarse en un partido único? Son temas que se constituirán en dilemas, desafíos vitales.A veces el exceso de debate no permite el despliegue eficaz de las propuestas; eso ocurre porque no hay un líder "fuerte" que imponga con carisma el ritmo; ese es parte del problema.

Hay una sola cosa en la que no estoy absolutamente de acuerdo. Pienso seriamente que la oposición si existe, y con gran potencial, lo que ocurre es que se han cometido graves errores estratégicos, y en la política los errores se pagan caros.Existe, pero atraviesa varios problemas que la afectan seriamente, y ha de redimensionarse, modernizarse, readecuarse a las nuevas realidades. Debe hacer lo que muy bien sugiere el amigo Cruz J, "rearmarse de juventud", me fascinó ese concepto, más claro no puede haberlo dicho.

Finalmente,pienso, que el país no es únicamente "la capital", sin ninguna ptretensión, diré que he viajado por toda Venezuela, también he vivido por motivos laborales en diferentes regiones; en oriente, en occidente, en los Andes, en Margarita,Puerto La Cruz,en Maracaibo, en Mérida, en Caracas, y a veces me asombro de las notables diferencias de toda índole,de las diferentes regiones.Por ejemplo, es increíble pensar que Chavez perdiera en San Cristobal, allí Rosales ganó, eso hay que estudiarlo con atención. ¿Que pasó allí?. El país es algo más que Catia y Petare, algo más que Chacao y Baruta; creo que quien mejor entiende eso es Chávez. Por eso no dudo de su triunfo ni caigo en el error, el equivoco del fraude. Pienso que en verdad Chávez ha logrado implementar su estrategia habil y exitosamente.He visto y analizado los resultados en detalle, estado por estado, Municipio por Municipio,incluso Parroquía por Parroquía; los resultados son incuestionables; pero también estuve en el interior viendo mesas en barrios populares, en donde Chávez ganó con más del 7o%, lo vi, nadie me lo contó; Chávez es real, existe su fenómeno, ejerce una influencia directa; y hasta que la oposición no lo comprenda, no parta de esa idea cierta, podría continuar distraída de la realidad haciendo campañas mediáticas. Si quiere crecer, debe asimilar esta realidad; ¡pero no!, "algunos ingenuos" siguen desde sus casas frente a sus computadoras, escribiendo en base a lo que ocurre en el Este de Caracas, y están absolutamente equivocados. El diagnóstico que hacen está errado; entonces se sumergen en una constante e interminable "dicotomía mortal", ¿hubo o no fraude? ¡Por favor! . Culpan a Rosales, Teodoro y a Borges, de haber negociado`¡por Dios!. Están cegados. Chávez ganó las elecciones en todos los estados. Hay que comenzar por aceptar esa realidad y empezar a trabajar para crecer, eso no será sencillo, es verdad, pero es infinitamente apasionante. Es todo un desafío hermoso, esa es la lucha política, y de allí emergerán los verdaderos líderes, pueden apostarlo. Un gran abrazo Khabiría, me fascinó dialogar contigo. Que recibas un año nuevo 2.007 muy feliz junto a tus seres amados. ¡Salud!