jueves, enero 11, 2007

CHÁVEZ EL UNICO Y PROVIDENCIAL DICTADOR CONSTITUCIONAL

El discurso de la toma de posesión del presidente Hugo Chávez ha sido un compendio ideológico político, cargado de vaguedades y ambigüedades, de un contenido más ideológico que programático, repleto de citas y lugares comunes, inyectado deliberadamente de frases altisonantes, retóricas, que fomentan aún más las divisiones en la sociedad venezolana y latinoamericana, –volvió a incurrir en el exceso del insulto a altos prelados de la Iglesia católica, y a tratar en vano de justificar lo injustificable, e intentar banalizar el desproporcionado insulto al Dr. Insulza - ha sido un discurso lamentablemente clasista, divisionista, excluyente, incendiario, radicalizado y amenazante.

Muy hábilmente, y mediante maniobras políticas, prácticamente y de hecho no de derecho, Chávez se ha posesionado de “poderes especiales” supraconstitucionales, sin que se discuta y apruebe la inefable, mal llamada y desde ya tristemente célebre “Ley habilitante” que le solicitó informalmente a una Asamblea Nacional que le es “incondicional” y que de hecho ha confesado sin ninguna vergüenza por boca de su Presidenta la “siempre colaboradora” Cilia Flores, -casi que nos anunció, que se los otorgó a destiempo- sin ni siquiera hacer una sola discusión en la plenaria al respecto, cediéndoselos instantáneamente, renunciando de hecho a sus facultades y competencias legislativas. Esto lo convierten políticamente en un “dictador constitucional”.

Grave es lo que está ocurriendo desde el punto de vista jurídico, visto el asunto desde la perspectiva del derecho constitucional. ¿Qué se está haciendo? El presidente Chávez pretende descarada, abiertamente e impunemente, reformar parcialmente las normas y principios constitucionales establecidos y consagrados en la Constitución Nacional vigente, que es la exclusiva expresión del auténtico poder soberano constituyente nacional. Aprovechando el control político e influencia indiscutible que ejerce sobre el resto de los poderes públicos, con la inaceptable impudorosa anuencia cómplice de ellos, lo cual podría resultar trágico para el país, por inducir a la inestabilidad política y al desmantelamiento del estado de derecho que se intenta sustituir por uno presuntamente mejor .

El Poder Ejecutivo, por intermedio del Presidente de la República le solicita poderes especiales (legislativos) a una Asamblea Nacional integrada por cien por ciento de diputados escogidos a dedo por él mismo, ya que todos esos diputados sin excepción fueron seleccionados y postulados exclusivamente en una lista cerrada elegida únicamente por el presidente, para participar de un proceso electoral seriamente cuestionado, en donde la oposición retiró a la mayoría de sus candidatos objetando el proceso y vetando al entonces Consejo Nacional Electoral. El presidente lo hace entonces sobre seguro, con premeditación, y sobre ventaja, por ante una Asamblea Nacional cuestionada gravemente por el país, al haberse producido en el proceso electoral para elegirla el 4 de diciembre del año 2.005, una elevadísima y descomunal abstención de más del 80% del electorado con derecho al sufragio, y quienes le hicieron el más espectacular vacío y desaire a ese proceso electoral y al CNE, lo cual arrojó una gran sombra de dudas sobre la conformación de esa Asamblea Nacional, actualmente catalogada por la oposición como “irrita e ilegítima” por no representar auténticamente al espectro político verdadero del país nacional.

El presidente Chávez, poseedor ya de todo el poder político, por la influencia obvia y malsana que ejerce sobre todos los poderes públicos del Estado, envestido de la autoridad por el reconocimiento que el principal candidato de la oposición hiciera de su triunfo, y proclamado legalmente por el máximo ente electoral , quiere, pretende, y solicita aún más poder, mayores atribuciones, no le bastan para gobernar eficazmente las que le otorga lícitamente la Constitución Nacional y las Leyes, no quiere ser únicamente el Jefe del Estado; el Jefe del Gobierno (el Ejecutivo Nacional); el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales; el único Administrador de la Hacienda Pública Nacional; el principal responsable de la política internacional de la República no; sino que también quiere, para completar su ya congestionado maletín de atribuciones, legislar.

De hecho, Chávez está asumiendo una dictadura constitucional, valiéndose de la mayoría de votos que obtuvo en las pasadas elecciones donde fue electo presidente constitucional para un período presidencial de seis años; pero no, él quiere es hacerse un marco jurídico adaptado a sus intereses políticos revolucionarios convictos y confesos, un verdadero traje a la medida. Quiere poderes especiales –nos ha dicho- para hacer una “Ley de leyes revolucionaria”, con la cual pueda desmantelar el actual estado de derecho (violando la Constitución) a su único libre albedrío, conveniencia y discrecionalidad; es decir, hacerse un marco legal a la medida de sus pretensiones totalitarias, hegemónicas y autoritarias; pero lo más grave es, que lo está haciendo con la anuencia y complicidad de esa Asamblea Nacional catalogada por buena parte del país como “ilegítima”, porque “aparentemente” no representa el verdadero sentir político del país, lo cual habría quedado evidenciado en el pasado proceso electoral en el que la oposición obtuvo más de 4.300.000 votos, y que de haberse podido expresar en un proceso electoral limpio, transparente, aceptado por “todos”, estarían representados en un buen número de diputados opositores al régimen, quienes impedirían hoy esta arbitrariedad del presidente, quien no podría contar al menos con las dos terceras partes de los diputados de la Asamblea Nacional.

Lo cierto es que Chávez, tratando en vano de hacernos creer que él país le dio el tres de diciembre fue un cheque en blanco, para implementar el socialismo del siglo XXI y no gobernar en democracia, aspira reformar también la Constitución Nacional vigente con el concurso y la buena pro de esa Asamblea Nacional “irrita”, para entonces cambiar su espíritu, propósito y razón desconociéndola de hecho y desde ya, desde antes de comenzar a gobernar nos está diciendo, que no gobernará en base a los principios en ella consagrados sino que en los “nuevos” (inciertos, desconocidos, ambiguos) que pretende incluir de acuerdo a sus particulares visiones, sin discutir con nadie (solo con sus diputados incondicionales), ¿cómo se llama eso? para nosotros es una arbitrariedad, un exceso, un abuso de poder, una usurpación de funciones, y una violación de los principios y normas consagrados en la Constitución que están plenamente vigentes y que son de obligatorio cumplimiento para todos.

Prácticamente Chávez nos dijo a todos sus conciudadanos: Yo soy el único. Si, el único que decide aquí que hacer porque estoy envestido por el poder constituyente, y eso es mentira, es una burda manipulación política, una entelequia.; una falacia; porque él fue electo en base a lo establecido en la Constitución Nacional vigente, la actual, que establece unos principios y normas distintos a los que pretende imponernos. Ha sido electo para ejercer un gobierno democrático, dentro de un marco constitucional y legal ya establecido y aprobado legalmente por “todos”, y que no puede ser alterado caprichosamente a su conveniencia o tendencioso interés político, sin ser sometido al veredicto popular. Además, la Constitución nacional establece en su artículo 350 que si viola esa Constitución, su autoridad presidencial puede ser desconocida por el pueblo.

Naturalmente que la Constitución Nacional puede ser objeto legalmente de “reformas parciales” de una o varias de sus normas,pero la misma Constitución es clara al disponer, que esas reformas no pueden modificar la estructura y principios fundamentales del texto constitucional (Artículo 342 y 342 de la C:N) porque si lo que se quiere es alterar o modificar esos principios pensamos que habría que convocar es a una Asamblea Nacional Constituyente prevista en el Artículo 347 C.N.

.La misma Constitución Nacional consagra el procedimiento para tramitar una reforma parcial, el cual implicaría la presentación de una iniciativa de proyecto de reforma constitucional para ser discutida por la Asamblea Nacional, al menos en tres discusiones artículo por artículo, para aprobar el proyecto en un plazo no mayor de dos años, pero se considerará aprobado con el voto de las “dos terceras partes” de los integrantes de la Asamblea Nacional, para luego ser sometido a referendo popular dentro de los treinta días siguientes a su sanción para su aprobación por mayoría simple; y es allí en donde precisamente está la manipulación y maniobra artera que denunciamos, que en esa Asamblea nacional no existe una lógica representación proporcional de las minorías (¿Quiénes la discutirán?), y que por lo tanto, sus decisiones entonces serían irritas, estarían viciadas de nulidad absoluta, por carecer de legitimidad, por no representar realmente el sentimiento auténtico y legítimo del pueblo soberano, ni ser la expresión real del pensamiento político nacional, del sentir ciudadano general, esa Asamblea no goza del apoyo general nacional, porque no incluye la representatividad política de toda la nación. Como ese procedimiento tarda es que Chávez está desesperado por obtener una “Ley habilitante” urgentemente que ha bautizado como “ley de leyes revolucionaria” que le permitan hacer lo que le venga en gana, sin tener restricciones de control alguno por la Asamblea obediente.

De tal modo, que una reforma constitucional discutida y aprobada por esta Asamblea carecería en nuestro criterio de la indispensable legalidad y necesaria validez, pero además, carecería del vital y existencial acuerdo político, lo cual implicaría su gran vulnerabilidad y posterior desconocimiento –al menos de la oposición en general- trayendo mayor inestabilidad política, perdiéndose una gran oportunidad de por fin sosegar al país, y enrareciendo innecesariamente el clima de paz que tanto necesitamos, y que se nublaría gracias a la desmedida ambición y la obsesión delirante, de un presidente que aspira es, imponer su proyecto político revolucionario, no previsto en ninguna parte de esa Constitución vigente, y que pretende artificialmente y convenientemente desmantelar, para en su lugar establecer nuevas normas que le permitan satisfacer su capricho de sociedad revolucionaria, consagrada sólo en sus sueños mesiánicos y megalómanos, que incluyen sin duda como idea esencial, imponer la reelección indefinida como principio sempiterno, sin sospechar tal vez, que ese puede ser el principio de su declive definitivo.

Sin duda, los venezolanos estamos cometiendo un serio error, y corriendo un gravísimo riesgo poniendo en manos de un solo hombre nuestro destino; nos arriesgamos peligrosamente confiando ciega e incondicionalmente, en las buenas intenciones y propósitos reivindicatorios, justicieros y de redención social populista, engañosamente demagógicos, expresados con más que “amor con frenesí”, por quien comanda una “revolución pacífica pero armada”, quien es un convicto y confeso conspirador, que sin ningún pudor ni rastro de arrepentimiento nos ha enrostrado hasta la saciedad que conspiró y disimuló durante años para alzarse en armas en rebelión militar contra la Constitución, y un gobierno legítima y democráticamente elegido, quien luego fue generosamente “sobreseído” por Caldera en sus causas judiciales, procurando una amnistía política necesaria para lograr la ansiada estabilidad y paz nacional, y quien hoy sin ninguna compasión ni misericordia por sus adversarios políticos, pretende gobernarnos por decreto, censurando, silenciando y negando concesiones a medios de comunicación que no le son incondicionales, y persiguiendo, discriminando, y atropellando, catalogando como enemigos, traidores a la patria, lacayos del imperialismo a quienes no se dobleguen a sus designios.

A ese arrogante hombre que se ufana de ser “el líder”, que insulta a todo el que le de la gana, a quien se atreva a pensar diferente y ose expresarlo públicamente, a él, al único, es a quien esa Asamblea Nacional “dudosamente elegida” pretendiendo representar a todo el país (lo cual no es cierto) le entregará poderes especiales, para que decida él solito que hacer con todos nosotros. ¿No es eso acaso un dictador? ¿Para qué entonces tener legisladores nacionales, para qué pagarles un sueldo millonario que cobran ininterrumpidamente, para ceder sus atribuciones en manos de su líder providencial que todo lo sabe y todo lo puede?

martes, enero 09, 2007

CHAVEZ: “ LOS INSULSOS Y LOS PENDEJOS”

El Presidente Chávez volvió a desenterrar el hacha de la guerra a sólo días del comienzo del nuevo año, dejando entrever su ya recurrente actitud de “dividir para reinar”, insultando impropia y desconsideradamente al Secretario General de La OEA, Dr.José Miguel Insulza; llamándolo destempladamente “insulso y pendejo ”. Asombra no tanto el insulto sino la forma, el escenario que escogió para la afrenta. Lo hizo en el acto de la juramentación de su remozado tren ejecutivo, flanqueado por una "endiosada" y gigantesca imagen de su rostro; rodeado de miles de sus partidarios en el Teatro Teresa Carreño,semejando casi que una "coronación", y apoyado con la transmisión televisiva "en horario para todo público" (sólo él puede decir improperios en los medios de comunicación) a través del canal del estado venezolana de televisión.

No nos preocupa la insinstencia de hablarnos de su proyecto revolucionario socialista (queremos conocerlo) eso ya no logra inmutarnos. Lo que particularmente nos causa asombro, es la actitud hostil del mandatario, su verbo incendiario, su empeño en continuar dividiendo a la sociedad ya no venezolana sino latinoamericana. Nos preguntamos: ¿Si Chávez se permite irrespetar en público al Dr. Insulza, quien representa no a un organismo internacional, sino a todos los Estados integrantes de la Organización de Estados Americanos; que nos espera entonces al resto de los mortales? ¿Qué fue lo que dijo o hizo el Dr, Insulza tan grave como para merecer tan desproporcionada e insultante reacción? ¿Se puede o no, estar de acuerdo con el proyecto personalista y arbitrario que promueve, auspicia y lleva personalmente adelante el jefe del estado venezolano?.Incluso, tenemos derecho a discrepar de lo que diga el Dr.Insulza; en lo personal, no comparto la opinión del Secretario General de la OEA, ni me parece apropiada su injerencia indebida en potestades exclusivas del estado venezolano; ¿los problemas pueden o no discutirse?; ¿pero es necesario crear un clima de desasosiego injustificable, de inestabilidad, más aun cuando se alega contar con una importante mayoría de votos?. ¿No debe acaso un jefe de estado promover el dialogo como vía lógica de entendimiento político con el resto de la sociedad que disiente de sus opiniones?. ¿Deben quienes piensen distinto al jefe de estado entonces ser etiquetados como imperialistas? ¿Nada que sea diferente a sus propuestas o visiones particulares es tolerable, ni aceptable ahora en nuestra sociedad sin correr el riesgo de ser catalogados como enemigos del proyecto personalista del presidente? ¿Con quien puede entonces dialogar este hombre "único y providencial" que parece creerse Hugo Chávez, y que llama "insulso y pendejo” al secretario general de la OEA, sólo con sus incondicionales?.

Creemos que no alarma tanto que se pretenda imponer ya de por si el denominado socialismo del siglo XXI, aprovechando una circunstancial mayoría que tienen obviamente en una Asamblea Nacional elegida en una circunstancia realmente "dudosa", a quienes muchos cuestionan su legitimidad, por considerarla irrita, elegida sin la participación de votantes suficientes (80% de abstención), indispensable para darle sostén político; lo cual ha quedado en evidencia con la alta votación obtenida por la oposición venezolana (38 %), y que significarían al menos una sustancial representación legislativa opositora, que impedirían que el régimen tuviera las dos terceras partes en esa cuestionada Asamblea Nacional. Sino que alarma que se pretenda manipular a la opinión pública haciéndonos creer que el pueblo venezolano eligió no a un presidente basado en una Constitución, que tiene plena vigencia y la cual está obligado a cumplir y hacer cumplir, sino que practicamente habilmente pretende esgrimir que se le dio fue una suerte de "cheque en blanco" para que derrumbe todo el estamento de derecho existente en el país, y haga "caída y mesa limpia" contra todo aquel que no comparta su proyecto político, lo cual más que un error es una aberración, un exceso injustificable, que pareciera esconder su verdadera intención de venganza, contra quienes intentaron derrocarlo.

De antemano alertamos al país, que si esa será la tónica del gobierno, avizoramos tiempos muy borrascosos para "todos", porque dudamos que el resto de la sociedad democrática venezolana se deje someter mansamente a esa inequidad sin reaccionar. “Quien siembra vientos cosecha tempestades” decía mi abuelita materna. No somos adivinos, pero eso es lo que le vemos venir al presidente Chávez si persiste en comportarse como un "enterrador" de la democracia y el necesario dialogo. No se puede deformar y desnaturalizar deliberadamente, convenientemente y a su antojo, el mandato que el pueblo le dio el pasado 3 de diciembre. Si la lectura que el presidente hizo de los resultados fue que debía a “troche y moche” imponerle al resto de la sociedad su visión hegemónica y totalitarista, pensamos que se equivoca garrafalmente. Pensamos seriamente que los 7.300.000 votos que obtuvo en las elecciones, no necesariamente votaron para que se haga lo que se pretende; tenemos una lectura distinta de esos votos.

Nuestra lectura de esas elecciones es otra; que los venezolanos desean en verdad cambios profundos en la sociedad venezolana, pero quieren que esos cambios se hagan respetando la Constitución y las leyes, en un clima de paz, de tolerancia, de convivencia política, no de violencia. Esa violencia también puede ser expresada, como lo está siendo, a través de la intolerancia, la persecución política, la discriminación, mediante la no disimulada actitud de imponer un pensamiento único, por medio de la constitución de un partido único, y a través de la aprobación de una reforma constitucional que imponga la reelección presidencial indefinida como principio y así tratar de instalarse para siempre en el poder valiéndose de una mayoría transitoria, temporal, que no eterna, jamás incondicional.

Estamos seguros de que la inmensa mayoría de los venezolanos que votó por el presidente no quieren humillar, ni mal tratar al resto de sus conciudadanos que sufragaron por el candidato de la oposición (4.300.000 votantes). La inmensa mayoría de los venezolanos no desea ser enemigo de nadie, ni quiere que en Venezuela se instale como norma la censura, ni que se violen los derechos humanos, y menos que se altere el espíritu, propósito y razón de la Constitución Nacional. Los venezolanos deseamos convivir en paz, entre hermanos, sin que se nos convoque constantemente a la confrontación y a las batallas imaginarias que solo están en la mente de nuestro presidente, y quien pareciera estar determinado a empujar su visión particular excluyente y a todo evento, sin medias tintas, sin permitir los naturales matices que deben existir en una sociedad plural y democrática.

Preocupa que se pretenda etiquetar como “pendejos” a todos quienes disentimos del proyecto político del presidente. También alarma, que se emplee discrecionalmente todo el poder del estado para tratar de acallar a esa disidencia. Da la impresión que lo que se intenta es pulverizar todo vestigio de pensamiento adverso. No vemos otra cosa, sino a un jefe de estado vomitando su odio y resentimiento a todos a quienes él considere que están alineados con el imperio norteamericano. Para muestra un botón: El Dr. Insulza a quien promovió ayer abiertamente para el cargo que dignamente ocupa, porque hoy “se atreve” a opinar en contra de su malsana intención de silenciar mediante un artificio jurídico, y su confesa retaliación contra un canal privado de televisión, pues simplemente se le descalifica, se le etiqueta como un “Virrey” del imperio gringo, se le increpa de manera descortés, impropia y por demás desconsiderada; insultándole no sólo en lo personal, sino innoblemente, tratando de golpearlo en lo más sagrado de un ser humano, en su dignidad.

Se le insulta su inteligencia, y se menoscaba su condición y dignidad humana, y su derecho a opinar libremente. Abiertamente, con descaro, sin moderación, con grosera y despiadada actitud grotesca diciéndole: “Insulza, eres un pendejo”. Lo que no añade y es logicamente implícito y deducible es: Eres un “pendejo” porque no piensas como yo. Pero nos advierte tácitamente a “todos”: yo no soy “pendejo”, los "pendejos" son ustedes”, porque yo soy el único inteligente, los demás son unos “pendejos”. Pareciera decirnos el señor presidente: "Es más chico, todos los que no se afilien a mi idea de sociedad socialista son unos “insulsos pendejos” yo soy el más agudo, el mejor, el más grande".

Nosotros le sugerimos respetuosamente al jefe del estado Hugo Chávez: Tenga “prudencia, y humildad” en lo sucesivo, porque estamos seguros que somos más de 4.300,000 “pendejos” que no votamos por usted; recuérdese también de los “pendejos” que se abstuvieron de votar (25%) y que lo están viendo y escuchando; recuérdese igualmente de los “pendejos” que no habían cumplido 18 años para tener derecho a sufragar, y desde luego, recuérdese como es lógico de buena parte de los “pendejos” que votaron por usted y que no le dieron un cheque en blanco para que hiciera con él lo que a bien se le ocurriera discrecionalmente. No olvide nunca lo que le pasó a aquel "Presidente que se sintió como un Rey" que pareció casi que coronarse en ese mismo sitio donde usted habló, recuérdese lo que le ocurrió a escasos días de "coronarse cual Rey arrogante y majestuoso".Por favor piense por un instante, en la marejada humana de "pendejos" que el 11 de Abril aquel, marchó enfurecida hacia Miraflores, con una sola cosa en mente, provocar y forzar su renuncia, "la cual aceptó". No olvide jamás, que nada es más peligroso que provocar innecesariamente a una enfurecida masa amorfa integrada por "pendejos" acorralados, dispuestos a todo por evitar ser reducidos, en vez de auspiciar el dialogo político. Pero sobre todo, recuérdese también de los 27 millones de venezolanos que no seremos incondicionales jamás con nadie, ni eternamente, porque no podemos ser “pendejos para siempre”. Aún más, no olvide nunca que "todos" alguna vez hemos cometido al menos una “pendejada” (sobreseida) pero a fin de cuentas, es nuestra condición humana equivocarnos. “Errar es de humanos y rectificar es de sabios”.

viernes, enero 05, 2007

REGALO DE REYES DE ARCANGEL VULCANO

Les entrego un regalo de reyes magos a “todos” los blogeros integrantes de esta prestigiosa “organización universal privilegiada” que integramos; especialmente a mis respetados amigos. He querido sacar del cofre de mis “secretos”, un compendio de principios emanados de una antigua Orden mística y exotérica, que se dedica desde tiempos inmemoriales a cultivarlos, aplicarlos y enseñarlos a sus neófitos iniciados en el estudio de esos misterios, antes exclusivos únicamente para sus discípulos y miembros, hoy develados y difundidos como luz inspiradora para que quienes tengan acceso a ellos a través de la poderosa autopista del la información, los sometan a su discernimiento, y le den un adecuado, provechoso y útil empleo en sus vidas. Dicho esto, les presento este compendio de principios místicos, como regalo de día de Reyes:

El HOMBRE debe ser el dueño de su comportamiento; no ha de dejarse llevar por el impulso del momento; siempre tiene que estar consciente de lo que es conveniente para él. Debe llevar a cabo su tarea diaria de tal manera que no haga sufrir a otros ni sufra él mismo. Cuanto más caridad tenga por todos los seres, constricción por sus propias faltas, temor al mal y amor a Dios, tanto más firmemente estará establecido en la paz.

Tiene que cultivar tres tipos de fuerza: del cuerpo, de intelecto y conducta. De tal modo se volverá inconmovible; estará en el camino de la victoria.

El cuerpo es el templo de Dios; en cada cuerpo Dios está instalado, lo reconozca o no lo acepte el dueño del cuerpo. Es el ser interno quien le inspira a hacer buenas acciones y le advierte contra las malas. Escuchen su voz. Obedézcanla, y no les pasará nada adverso.

Debemos realizar meditación profunda y trascendental para hacernos más conscientes del Ser Interno; hay que interiorizar a través de la práctica cotidiana de la reflexión y la activación permanente de la intuición para captar mejor esa Voz interna y no equivocarnos en nuestra actuación.

Cuando tenemos presente que Dios mora en el interior de cada ser humano, no podemos hacerle mal a nadie, ni podemos hacer discriminación. El servicio que hagan a otro será en realidad efectuado a ustedes mismos. No han ayudado a los demás, sino, repito, a ustedes mismos.

Tomen las cosas como y cuando vengan, y no se angustien por el futuro, pues las cosas que merecemos siempre llegan a su debido tiempo.

Estudien, aunque sea poco a poco, pero tengan constancia, porque si dan un paso adelante y otro atrás, el viaje no los llevará muy lejos.

Con ponernos un traje semejante al que todos llevan no demostraremos el principio de la igualdad. Esa es una uniformidad externa. Todos somos iguales, porque todos tenemos la misma consciencia divina dentro de nosotros.

Muchos se preguntarán, ¿por qué se ven tantas diferencias? Cuando el Sol se levanta, no todos los lotos del lago florecen; solamente los botones maduros abren sus pétalos. Los otros esperan su turno. Lo mismo ocurre con los seres humanos. Las diferencias existen a causa de la falta de madurez; sin embargo, todas las frutas han de madurar y caer algún día. Cada ser tiene que alcanzar la meta, no importa lo lento y tortuoso que sea su camino.

La práctica de las enseñanzas es importante, porque nos hacen el viaje más corto.

Si ahora estamos conscientes que está en nuestras manos hacer más corto el viaje a la eternidad, constituye una traición a Dios el desperdicio o mal uso del más leve lapso de la vida.

El lenguaje del corazón se manifiesta por medio de la simpatía, de la bondad, del servicio, del amor, de la fraternidad. Realmente ese es el idioma que importa; todo el mundo lo comprende.

El poder divino está dentro de ustedes; no necesita venir de alguna parte externa.

En el campo espiritual deben ser sinceros, no finjan, no se engañen a ustedes mismos, ni a otros.

El manejo y control de la mente es superior al dominio del cuerpo físico. Pero el control o disciplina del cuerpo es necesario para ser capaz de lograr el control de la mente.

Las prácticas externas no tienen más valor que el de ayudar al desarrollo de la pureza interior solamente. Las formas sólo tienen valor en cuanto sean las expresiones de la vida interior.

El hombre por cuyo corazón ni siquiera pasa el pensamiento de dañar a alguien, que hasta se regocija de la prosperidad de alguien que le ha hecho daño, ese hombre tiene pureza interior.

El aspirante a místico debe ser fuerte física y mentalmente, debe ser alegre. Es una falsa idea creer que para ser místico no se debe sonreír, que debe tener el semblante demacrado, que debe verse como ausente de este mundo. Las personas así necesitan un médico. Sólo el fuerte, el que tiene una mente alegre es perseverante.

Con la comprensión y aplicación de estos principios ya podemos acercarnos a ser mejores seres humanos para intentar ser felices e irradiar paz, armonía y felicidad en nuestro entorno familiar, en nuestras comunidades, en nuestra nación y en el mundo entero.

viernes, diciembre 29, 2006

AGRIDULCE CHÁVEZ

Teníamos la esperanza de que el Presidente Hugo Chávez aprovechara esta época navideña y de proximidad del año nuevo para auspiciar un clima de reconciliación general en el país; hubiera sido muy auspicioso en bien de logar el tan ansiado sosiego que toda la sociedad venezolana necesita y requiere. Chávez tiene todo lo indispensable para realizar una obra de gobierno positiva en beneficio colectivo: Incuestionable respaldo popular, apoyo de fuertes organizaciones partidistas, institucionalidad democrática, recursos financieros suficientes, incluso el reconocimiento de su victoria electoral el pasado 3 de diciembre por parte de su principal contendor, quien no le objeto su triunfo; el reconocimiento de la comunidad internacional; la felicitación y los buenos deseos incluso de quienes no votamos por él, pero que somos auténticamente democráticos y acatamos las reglas del juego, 4.300.000 venezolanos quienes votamos por otra opción, y aceptamos el resultado electoral, aún siéndonos adverso, y deseamos contribuir modestamente para promover la tolerancia, la convivencia pacífica y el dialogo entre hermanos de un mismo pueblo; en fin, Chávez no puede tener mejores condiciones para gobernar el país y realizar una obra positiva en beneficio de todos los venezolanos, no tendría ningún pretexto para justificar un fracaso que en el fondo nadie desea.

Sin embargo, Chávez desaprovechando la oportunidad de sosegar al país enviando un mensaje de reconciliación en esta época apropiada para hacerlo, y así haber demostrado sus buenas intenciones, su talante democrático, en vez de ejercer un efectivo liderazgo conciliador y ser un estadista esclarecido que irradie luz e influencia positiva sobre toda la nación, que le reclama que tenga grandeza de espíritu, y que demuestre verdadera vocación de trascender por sobre lo rastrero de los egoísmos, y sobreponerse por encima de las pequeñeces de la lucha, prefirió empequeñecerse atizando el fuego de la disputa permanente y estéril, precipitando de nuevo la confrontación innecesaria e inoportuna con “algunos” sectores opositores que lo adversa legítimamente; disidencia que en democracia en esencia tienen derecho a ejercer sin reparos, pueden y deben pensar diferente.

Luego del dulce mensaje de “amor” que había difundido cual querubín amoroso en su campaña electoral, a días de ser reelecto en la presidencia, realiza un mensaje en un acto en el patio de la Academia Militar que hizo palidecer a aquel que hiciera vestido de azul cielo; hoy se nos presenta más real, tal cual es, vestido con uniforme militar verde oliva con su boina roja, visiblemente enfurecido, destilando una amargura que le brotaba por los poros, los ojos y por todas partes, y que no puede disimular, ni resistir, ni contener, para vomitarnos en la cara todo el veneno imaginable en un día de los “Santos Inocentes”, cual “Herodes moderno reencarnado”, presa de un celo inexplicable a estas alturas, cuando ha sido ratificada su autoridad, expresando el odio y el resentimiento que le debe estar carcomiendo el alma, (Dios mío tanto desprecio por los demás, cuanto resentimiento inútil) y la emprende con toda su ira contenida, con la furia más decadente y primitiva contra un canal de televisión y su principal directivo, para hacernos obviar todas nuestras esperanzas de sosiego colectivo. Volvió a enrarecer con su verbo incendiario el tan deseado clima de “precaria paz navideña” que se había logrado, luego de tanta tensión por intermediación de la “natividad del señor”, para arremeter con su incontinencia verbal , contra lo que él denomina como “la sucia y mal oliente oligarquía traidora que expulsó a Bolívar, y que asesinó a Sucre”, y traerla a colación para comparar a aquella con la actual (deformación acomodaticia de la histórica) también según él, igual a aquella, a la que hay que apagarle sus equipos de televisión…”

Con el debido respeto, con la mejor buena fe, con recta intención, le expresamos al presidente Chávez desde aquí nuestra modesta opinión: Señor presidente, puede que tenga usted razones de peso para haber dicho y hecho lo que hizo frente al país entero, pero escogió un momento inoportuno y un escenario absolutamente inadecuado para difundir esa noticia que anunció el 28 de diciembre. Además, nos parece una total inequidad, hacerlo de esa forma tan inapropiada. Nada es más inútil e injusto, que combatir la injusticia cometiendo más injusticias.

Aunque también lamentamos que se decida tal o cual medida sobre la concesión de un canal de televisión, sin consular al país, y sin considerar que se atenta contra los derechos ciudadanos en general (la libertad de expresión) y no únicamente contra los intereses privados de una empresa; pero para eso están las leyes y los organismos jurisdiccionales, los conflictos de intereses entre los particulares y las disputas con el estado, deben dirimirse de conformidad con los principios de derecho vigentes; ya habrá tiempo para dar ese debate frente al país. En realidad lo que más preocupa es su actitud violenta; no es el qué, sino el como.

En verdad, lo que más nos impactó negativamente de sus palabras, es su crudo empeño en dividir a la sociedad entre oligarcas y pobres; entre traidores y patriotas; entre revolucionarios socialistas o contrarrevolucionarios lacayos del imperialismo; entre socialistas o capitalistas; entre limpios servidores del proceso y sucios interesados del imperio; entre pro nacionalistas bolivarianos y pro imperialistas norteamericanos; entre buenos y malos. Esa dicotomía en la que usted muy capciosamente pretende o intenta situarnos, encajonarnos, o etiquetarnos a los venezolanos, nos parece de lo más inapropiada e injusta, pero también inconveniente y hasta peligrosa, porque insinúa o sugiere equivocadamente que quienes estamos en desacuerdo con su manera de percibir la realidad (con o sin razón) somos sus enemigos a muerte, o desleales a la patria, o una suerte de delincuentes, y hemos de ser excluidos o aniquilados, despreciados o sometidos al escarnio y al desprecio público, simplemente por no pensar como usted, o igual a usted, lo cual no nos parece nada agradable como mensaje preliminar de año nuevo, y más bien nos resulta decadente, de un marcado y tendencioso primitivismo político, es sin duda una indecorosa, indebida y mal disimulada manipulación política, es todo un abuso de poder de su parte, que puede conducirnos a un terreno sumamente delicado, nada deseable, y que ha llevado a otros pueblos a la desesperación y a la guerra fraticida ¿es eso lo que se pretende precipitar, más enfrentamientos?.

Si lo que se pretende con esto es amedrentar a la sociedad democrática, acorralándola, callándola, silenciándola, o evitar que lo combatan legítimamente en su visión de país, sinceramente creemos que no lo logrará jamás de esa manera, no podemos estar de acuerdo con usted señor presidente, jamás tendrá nuestra obediencia y ya debería tenerlo muy claro. Que usted diga lo que dijo frente a todo el mundo a la luz de las cámaras en vez de seguir transmitiéndonos mensajes de amor, (no nos diga más que todo lo ha hecho por amor) lo único que nos dejó muy claro es que usted va a insistir en su idea absurda de continuar agrediendo injustamente a quien se le oponga, y tratando de dividir a la sociedad venezolana para sostenerse en el poder a pesar de sus carencias, en vez de procurar la ansiada reconciliación, y eso no augura nada bueno para el futuro, ni fomenta el necesario clima de sosiego que tanto necesitamos para producir, salir del atraso y el subdesarrollo en el que aún estamos por culpa de tantos errores pasados y de imposiciones sectarias de líderes ciegos y sordos.

No queremos parecerle vanidosos señor presidente, no pretendemos ser sus arrogantes asesores, además, deben sobrarle por estos tiempos de luna de miel; pero si pudiéramos hablarle directamente como si lo fuéramos, no nos atreveríamos a ofrecerle ningún consejo, después de todo usted ha logrado su reelección sin ninguna recomendación de nuestra parte. Pero no está nunca de más escuchar las sugerencias de otras personas distintas al entorno, casi siempre desprovistas de prejuicios, más si se las hacen sin cobrarle nada por ello. Haremos un ejercicio temerario, pensaremos por un momento que nos encontramos en ese privilegiado cargo de asesores presidenciales, y a solas en su despacho, debiéramos expresarle algunas sugerencias sobre lo prioritario que ha de hacer ahora que ha sido reelecto. ¿Que podríamos decirle, que ya no le hubieran acotado sus más cercanos colaboradores? Sin pensarlo, le expresaríamos lo siguiente: Presidente sabemos que usted tiene ansias de historia, de trascender como presidente, que aspira realizar algunas confesas transformaciones sociales en nuestro país, pero el bien más preciado que puede usted aspirar a lograr para todos sus conciudadanos en este momento es el de mantener la paz, sin sacrificar sus convicciones.

Le agregaríamos a esas palabras: Gobierne para “todos” , sea magnánimo, ha costado mucha sangre llegar hasta aquí; el mayor merito que a usted le reconocemos es haber podido ganar las elecciones en un clima muy difícil, de serias “dudas” sobre la transparencia del proceso, de graves riesgos de confrontación; y que se le reconociera su triunfo, eso no era sencillo de lograr, y usted lo debe saber mejor que nadie. Las amenazas, asechanzas a la paz y la estabilidad de la república de distinto signo, eran muchas. Es tiempo de gobernar ocupándose principalmente -es verdad- de todos los más necesitados, pero para lograr el ansiado desarrollo, se requiere del trabajo de “todos”.

Para implementar y aplicar los principios constitucionales consagrados en La Constitución Nacional que usted sostiene que son “revolucionarios”, y que para nosotros son “democráticos”, que usted tanto nos cita y muestra en cada alocución, y que ambos defendemos y consideramos legales, válidos y legítimos; los podría perfectamente desarrollar y construir sin más traumas, por etapas, por fases, como los ha venido asumiendo progresivamente el país, ganando aliados, intentando conquistar el respeto de la disidencia con argumentos válidos; exponiendo sus ideas con claridad; convenciendo al país. Pero intentar acorralar a sus adversarios internos, insultándolos, etiquetándolos como golpistas traidores, usando su poder ilimitado, de forma despiadada y sin darles oportunidad a que sobrevivan exponiéndolos a la desaparición, a su liquidación total y absoluta, sin darles ninguna posibilidad de subsistencia posible, los pudiera hacer reaccionar lógicamente con desesperación, y hacerlos incurrir en el error de la violencia “justificadamente”, y en legítima defensa de sus derechos e intereses.

Presidente, “gobierne para todos los venezolanos”, su lema propagandístico de campaña pregonado hasta la saciedad nos agrada: “Venezuela ahora es de todos”, se lo compramos, cúmplalo, hágale honor a ese eslogan publicitario, demuéstrenos que no es sólo eso, un eslogan propagandístico para captar votos; díganos con su accionar cotidiano que Venezuela ahora es de todos, incluso de quienes no compartimos su ideología política; no se comporte como un arrogante tirano, ni haga lo que tanto ha criticado, no excluya a nadie. Si criticaba el sectarismo de antaño no sea sectario; si cuestionaba la demagogia no sea demagogo; si desenmascaraba la injusticia no sea injusto, si arremetía contra las cúpulas podridas de los viejos partidos no fomente cúpulas; si denunció hasta el cansancio la corrupción anterior, combátale eficazmente hoy. Tiene todo lo necesario y auspiciosamente positivo para hacerlo con éxito, no les de en este instante inoportuno a “algunos grupos” de adversarios, “motivos” para volver a enrarecer el ambiente propicio de paz que ha costado tanto lograr, ni el pretexto que desencadene un nuevo clima de violencia inmerecido para todos, quienes en gran mayoría somos acatadores de la voluntad del pueblo, sus gallardos y dignos adversarios autenticamente democráticos, que sabemos ganar y perder, que seguiremos compitiendo legítimamente por el favor popular sin pedir ni dar cuartel, pero que estamos dispuestos a convivir pacíficamente en democracia, siempre que se respete la ley y se nos brinde la oportunidad de expandir nuestras actividades ciudadanas en libertad.

Presidente Chávez, si en verdad desea gobernar garantizando la paz de la nación, convoque a todos los venezolanos a la unidad nacional; llámenos a trabajar por la consolidación del progreso nacional; ofrezca plenas garantías de los derechos democráticos consagrados en La Constitución Nacional; cree la indispensable confianza y la seguridad jurídica necesaria; cumpla al pie de la letra esa Constitución y hágala cumplir; concéntrese en resolver los más urgentes problemas que experimentan los ciudadanos, ocúpese decididamente de estos temas: La alimentación, la vivienda, la inseguridad, el desempleo, la salud, la educación y el mejoramiento de los servicios en general.

Pensamos que si usted como presidente logra crear las condiciones para satisfacer estas demandas, habrá auspiciado la construcción de un clima apropiado de paz y convivencia democrático y cristiano, y para hacerlo no necesitará ni siquiera reformar la constitución (crear un interminable debate que distraiga al país de lo esencial), hay que poner a trabajar a tanto funcionario del estado inoperante e ineficaz; castigar a los corruptos que medran a la sombra del estado. Sólo con cumplir La Constitución eficazmente, le bastaría para emprender el verdadero camino de la recuperación definitiva que tanto pregona, y tal vez ni siquiera sea necesario apagar los equipos de ningún canal privado de televisión, ni revocarle su concesión o no renovársela, a ellos lo que habrá que hacerles únicamente es obligarlos a cumplir la ley de responsabilidad social, para que no abusen con la programación televisiva en detrimento de los derechos de los menores de edad y los ciudadanos; y sancionarlos severamente conforme a la ley con multas o suspensión temporal si incurrieran en faltas. Para el año nuevo le deseamos que se sosiegue y serene, “lo cortes no quita lo valiente”, que no sea más “agridulce Chávez”, que sea de un solo color es tolerable, podemos comprender –no justificar- pero es válido, lo que no aceptamos es la amargura. Sea de su color preferido, aunque su corazón debería ser multicolor, si en verdad quiere ser el merecedor del respeto de todos sus conciudadanos;pero trate de ser dulce también. El país se lo agradecerá.

martes, diciembre 26, 2006

CHÁVEZ LA OPOSICIÓN Y SUS DILEMAS


Hemos expresado hasta la saciedad nuestra visión particular sobre lo que consideramos que ha sido el fenómeno político Hugo Chávez. Es hora de evaluar a la oposición en Venezuela dentro del siguiente contexto: No somos dirigentes políticos, no pretendemos encontrar la fórmula secreta del éxito, sencillamente expresaremos nuestros modestos puntos de vista como ciudadanos observando y viviendo la realidad política, sin condicionamientos de ninguna especie. Tal expresión constituye un esfuerzo por encontrar explicación a lo ocurrido más recientemente a la oposición venezolana, a objeto de proyectar alguna luz sobre los problemas actuales de la dirección política de la oposición.

El mayor error en el que pensamos ha incurrido el liderazgo de la oposición, ha sido el de haber adoptado una estrategia equivocada, aplicando tácticas basadas en esa estrategia. La oposición debió decidir en virtud de las circunstancias obligantes, bajo gran presión y premura, que se confabularon en su contra, para ejecutar e implementar una estrategia basada en un “equivoco”, colocando a los potenciales electores y al país frente a una “dicotomía engañosa”, un dilema muy difícil, ante una disyuntiva muy confusa, indefinida, ambigua. Esta dicotomía ha provocado una larga secuencia de tácticas, total y absolutamente basadas en esa estrategia equivocada. ¿Cuál es esa dicotomía? Decidir anunciarle al país sin pruebas concretas e imposibles de sustentar, después del referéndum revocatorio del 15 de diciembre del 2.004, que se había producido un fraude electoral, y que Chávez había sido realmente revocado, pero que gracias a “manejos dolosos de sus cómplices secuaces del CNE”, se había alterado el resultado electoral en su favor, y que por lo tanto, era un presidente ilegítimo, que el pueblo no lo había ratificado en el cargo; para posteriormente no sólo no probar el fraude contundentemente, sino dejando toda una espesa capa de dudas sobre el proceso y el sistema electoral (con o sin razón).

En fin, se les dijo a los electores que se había materializado un descarado fraude, pero no se demostró jamás de forma contundente, ni tampoco se logró influir en el ánimo de los electores opositores para que se movilizaran masivamente y salir a las calles a defender la presunta victoria, ni existían las condiciones reales para provocar la caída de Chávez, mediante otro golpe militar, más aún, cuando éste había tenido tiempo de reorganizarse política y militarmente luego del paro cívico petrolero; aparte de que, el liderazgo no era el apropiado, no existía el líder opositor con la consistencia necesaria y la ascendencia suficiente en la gente para conducirlos eficazmente y movilizarlos.


Esa dicotomía comenzó allí, un dilema terrible, pero luego la oposición la continuó fortaleciendo como matriz de opinión muy fuertemente, al decidir mayoritariamente objetar el proceso electoral para elegir La Asamblea Nacional, absteniéndose masivamente de concurrir a votar, buscando deslegitimar al presidente; logró atribuirse cierto éxito político, una suerte de victoria moral, pero tampoco pudo obtener el anunciado resultado de deslegitimación, al contrario, el potencial sector opositor volvió a sentir una gran decepción, al percatarse que La Asamblea Nacional ahora era inevitablemente monocolor, se instalaba sin resistencias de liderazgos visibles, ante el asombro de los ya impotentes opositores ¿Qué esperaban entonces los “líderes”, que el país saliera a las calles a manifestar a la Ucraniana?

Así se perdió también ese espacio de La Asamblea Nacional, y Chávez consolidaba el bastión que le faltaba para completar su póquer de ases, tenía ahora si, el control del poder legislativo, la oposición por un error de cálculo político se la regaló en bandeja de plata sin protestar. La cedieron sin pelear electoralmente sin plantear algo distinto, y esta vez con consecuencias impredecibles. De inmediato se vieron sus efectos; el régimen logró sin ningún pudor ni resistencia, elegir a los cinco nuevos integrantes del Poder Electoral, ¿el nuevo CNE incondicional?

La oposición se empeñó entonces en esta dicotomía basada en un equivoco; había invertido grandes dosis de recursos, y tiempo en tratar de vender la matriz de opinión del fraude electrónico continuado, objetando todo el proceso electoral, para luego súbitamente a solo meses de las elecciones cambiar de estrategia decidiendo ir a como diera lugar a las elecciones; colocando así al país frente a una “dicotomía difícil de descifrar”, y de resolver, era casi imposible enfrentarla, sin ser víctimas de sus propias ambigüedades, sin darse cuenta tal vez, del daño causado en la psiquis del electorado, y del gran riesgo asumido por el efecto de la matriz de opinión de la abstención vendida como buena durante largos meses, originando una total confusión en la mayoría de los opositores, dividiéndose antes de la contienda en dos bandos, los abstencionistas y los participa sionistas, ir a las elecciones en esas condiciones era muy arriesgado y el costo muy elevado ¿pero no tenían más opción?


A la oposición le ocurrió una terrible circunstancia, debió enfrentarse al problemático dilema que había producido: ¿Votamos o no votamos, participamos o no participamos, competimos o nos abstenemos y si lo hacemos sin éxito, luego que haremos?

Sostengo que la oposición basó toda su estrategia en una “dicotomía mortal”, (se entrampó ella misma) porque fue sustentada sobre “el equivoco del fraude no probado”, no desmontado, porque si hubo fraude ha sido hasta ahora imposible de demostrar. Porque luego que había objetado el proceso electoral en diciembre del dos mil cinco, rechazando el registro electoral, las capta huellas, denunciando la presunta parcialidad del ente electoral en general, cuestionando sistemáticamente a los rectores electorales acusándolos de cuanta inequidad imaginable, realizando denuncias sobre cedulaciones amañadas, de gravísimas irregularidades en las denominadas migraciones electorales dirigidas para favorecer al oficialismo; denunciar el ventajismo y la violación de las leyes electorales; de decir hasta rabiar por todos los medios, que no iríamos a un proceso electoral si no se obtenían las condiciones electorales mínimas; después que se amenazó a Chávez con dejarlo sólo en el proceso, y convertírselo en una suerte de plebiscito ratificatorio o reprobatorio de su mandato, para intentar deslegitimarlo haciéndole un vacío de electores y alentando a todo evento la abstención electoral como medio de lucha pacífica; se decidió hacer un violento giro de la estrategia, practicando todas las tácticas para tratar en vano de cambiar la marcada negativa impresión, que se había logrado construir -con o sin razón- de lo viciado y fraudulento del proceso electoral.

Hoy día aún quedan algunas voces lamentándose de no haber jugado la carta de la abstención, y que parecieran únicamente trabajar para ahondar la profunda brecha que ha quedado entre ambas tendencias opositoras, que defendían una y otra postura, sin ni siquiera advertir que ya estaban ambas de antemano destinadas al fracaso antes de imponerse una sobre otra, en razón del peor cálculo que pudieron haberse hecho o planteado. Pensar en uno y otro caso que las elecciones se ganarían únicamente creando matrices de opinión desde sus laboratorios en los medios de comunicación, obteniendo una precaria unidad para seleccionar un liderazgo mediante un discutible y cuestionado acuerdo entre un cenáculo cerrado integrado por tres dirigentes sin raíces y carisma en las bases opositoras, lograda a regañadientes y a empujones, sin organización, ni partidos fuertemente estructurados y organizados por todo el territorio nacional, y dependiendo de la “participación espontánea” de los electores (en avalancha), sin contar con partidos políticos poderosos, ni militantes disciplinados y probados en el duro fragor político, que los movilicen y motiven directamente a la participación, y a votar en su favor.

Ahora que, el colmo de los errores, de las pretensiones y de los atrevimientos, que cometió la oposición, fue intentar ganarle en tan sólo tres meses de campaña, sin los suficientes recursos organizativos, logísticos y de toda índole, luego de cometer toda suerte de errores estratégicos y tácticos, a un líder carismático y popular consolidado como Chávez, quien ha logrado articular todo un poderoso aparato logístico en su entorno, un esquema absolutamente ventajista y favorable para desarrollar sus estrategias políticas y obtener sus fines, y quien sin dudas –queramos o no reconocerlo- ejerce una profunda influencia directa en buena parte de la población, en virtud de todas las ventajas comparativas que ha logrado acumular, todo un capital político nada despreciable del cual dispone.

Por lo demás, a pesar de que a Rosales hay que reconocerle sus extraordinarios meritos individuales como probado dirigente regional y los loables esfuerzos personales que realizó durante la campaña meteórica que desplegó por donde “pudo y lo dejaron”, evidentemente le fueron ampliamente insuficientes para alcanzar una victoria electoral, que sabíamos de antemano sería si no imposible de lograr, si muy poco probable, en virtud de la ventaja que le llevaba su hábil contendor. Pero es que si fueran pocos argumentos, agregaría que era difícil ganar en esas desventajosas circunstancias en las que se concurrió al evento electoral, porque Manuel Rosales con el debido respeto, no estaba al nivel político de Chávez para el momento de realizarse las elecciones.

Por poco delicado que parezca, lanzar la candidatura de Rosales fue como poner a boxear a un peso ligero con un peso pesado, es desde luego una odiosa comparación, pero a Rosales no le alcanzaban sus fuerzas para doblegar a un Chávez sobrado en ventajismos. Rosales se encontró con casi 40 partidos que lo apoyaban formalmente con sus siglas, pero sobran los ejemplos de partidos que no obtuvieron ni siquiera 40.000 votos, lo cual indica, que no tienen maquinaria, ni capacidad adecuada de movilización, sufren ausencia de militancia, sin suficientes activistas que actúen en la sociedad, y la motiven eficazmente para que participen ¿y entonces así quien hace el trabajo político directo, el de activismo político, el que busca los electores y los transforma en votos?

Manuel Rosales gallardamente realizó un gran esfuerzo, esa es la verdad, y no reconocerlo sería mezquino; pero él no disponía de la necesaria maduración de su liderazgo para competir con Chávez, con reales posibilidades de victoria. Las encuestas serias -en las que siempre he creído- nos lo advertían, a sólo 4 meses de las elecciones Rosales no llegaba ni siquiera a los 10 puntos en la intención de votos nacional; no había hecho el indispensable recorrido, el trabajo político que requiere hacer un dirigente que aspire consolidarse como un líder nacional, tal vez existan Estados a los que Rosales ni siquiera había ido en su vida, que debió visitar por primera vez, así ¿cómo se puede aspirar a ser presidente compitiendo en condiciones tan desiguales?

Los viejos partidos políticos estaban desmembrados, desmantelados. Sus dirigentes de envergadura y peso específico silenciados, obligados a mantenerse de bajo perfil, en un ostracismo obligado. AD aparatosamente autoexcluido de la contienda por su caduca dirección nacional, COPEI víctima de sus fantasmas, apenas obtuvo 250.000 votos; partidos como un solo pueblo alcanzó escasos 36.000 votos, otras organizaciones emblemáticas como el MAS se diluyeron, ni siquiera lograron 76.000 votos; partidos como La Causa R a penitas sacaron 25.000 sufragios, y así, una catarata de partidos que quedaron muy disminuidos. Nos preguntamos: ¿cómo se puede responsabilizar únicamente a Manuel Rosales? su partido Un Nuevo Tiempo, obtuvo casi 1.700.000 votos, colocándose como la segunda agrupación política más votada en el país, seguido por Primero Justicia con más de 1.300.000 votos. Pero en esencia, las viejas maquinarias políticas AD, COPEI, El MAS, La Causa R, estaban desmanteladas, desmovilizadas, desarticuladas, han quedado en evidencia su bajo nivel de convocatoria en la sociedad, su saldo negativo, y su escasa posibilidad de influir y contribuir con su pregonado respaldo a Rosales, en obtener un resultado electoral positivo para la oposición. La sociedad los ha relegado del liderazgo y ha investido de autoridad a nuevos líderes les guste o no a esos partidos reducidos.

Sin embargo, no es tiempo de buscar “culpables”, sino de reconstruir el edificio de la oposición con nuevas bases; fortalecer las nuevas organizaciones políticas que quedaron en pie, de eso se trata, todos caben para hacer la magna obra que la sociedad les está ordenando edificar. Es la hora de reorganizar a la oposición democrática en base a los logros alcanzados que no son pocos, como por ejemplo, haber consolidado una estructura organizativa medianamente operativa que habrá de reforzarse hacia el futuro; activando la integración y la participación verdadera de los ciudadanos a las organizaciones políticas; asignando tareas, motivando esa integración mediante distintas iniciativas y actividades sociales, culturales, deportivas; es hora de retomar el contacto directo con los ciudadanos de forma permanente, constante. Hay que enseñarles a participar, incluirlos en la lucha política diaria, cotidiana, hacer de la actividad política algo útil, eficaz para obtener respuestas y soluciones oportunas de los entes públicos; hacerlo a fuego lento, es hacer política de calle, sin esperar resultados inmediatos, sino a largo plazo; no se trata únicamente de organizarse para marchar o protestar, activar en organizaciones políticas de oposición es mucho más meritorio, porque se lucha sin los habituales recursos del estado que nutren a los partidos oficialistas. Habrá que reorganizar las finanzas de los partidos, y de los aportes financieros de los militantes viejos y nuevos que han de sumarse.

Aquí lo que ha quedado claro es que los venezolanos no quieren una guerra civil, ni confrontación fraticida, ni golpes de estado; que la mayoría de la oposición quiere es elecciones y lucha democrática, que cada voto opositor es cualitativamente de gran calidad, y de un peso específico; que son votos verdaderos, auténticos, sentidos, conscientes, logrados a pulso, contra todas las adversidades, conquistados a fuerza de trabajo constante, de la dirigencia opositora, buena, regular o mala, pero la que había disponible, la que se tiene, con la que se cuenta, como dicen algunos jóvenes ahora, “eso es lo que hay”. Hay que ver en lo negativo que le ha ocurrido a la oposición, una grandiosa oportunidad para comenzar el camino seguro de su adecuada recuperación. El liderazgo no se mendiga el liderazgo se conquista, no se pide, se logra a base de esfuerzo, constancia, sacrificio, disciplina, trabajo, talento y el contacto directo con el pueblo.

Se deben invertir años para construir un liderazgo preclaro, efectivo y profundamente útil, más que carismático y popular. A Venezuela no le han faltado liderazgos muy carismáticos, sobran los ejemplos, pero ¿Cuántos de esos líderes carismáticos han sido realmente útiles para el país? Porque si de líderes carismáticos se trata, allí están los ejemplos mundiales como el de Hitler.

Existen muchos venezolanos capaces y con gran talento, lo que se necesita y requiere es que se desarrollen y afloren. Los líderes surgen cuando los pueblos los necesitan y se presentan las circunstancias. En el mundo surgieron durante la segunda guerra mundial, tres líderes prodigiosos y virtuosos como Wiston Churchill ; De Gaulle y Franklin D. Roosevelt quienes cumplieron un papel estelar al conducir a sus pueblos a la victoria contra el Führer Adolfo Hitler, el Duce Benito Mussolini y el Emperador Japonés la deidad Hirochito, en medio de grandes calamidades, ninguno de ellos claudicó sus ideales, ni siquiera en las peores circunstancias imaginables. ¿Se pueden olvidar por ejemplo los episodios trágicos como el ataque sufrido por Los Estados Unidos en Peral Harbor por parte de la aviación japonesa, o la invasión de Francia por las Tropas alemanas, así como el bombardeo vivido por Inglaterra en Londres? Líderes habrá…

jueves, diciembre 21, 2006

CHÁVEZ : ¡HALLACAS CON COCA COLA POR EL BUCHE!

El Presidente Chávez en Venezuela no pronuncia un discurso por esta época, sin dejar de aludir a las hallacas. Las cita a cada momento, obsequiosamente se las ofrece casi como un trofeo, a cuanto personaje representativo de algún sector social le anuncie su visita o le pida un encuentro. Excelentísimos personajes, Presidentes, Mandatarios, Primeros Ministros, Magistrados, Líderes Políticos, Embajadores, Plenipotenciarios, Prelados de la Iglesia, Cardenales, Nuncios Apostólicos, Arzobispos, Obispos, Presidentes de Organizaciones empresariales y Sindicales, Ministros, Jefes Militares, Representantes de Organizaciones Mundiales como la ONU, La OEA, MERCOSUR, la CAN, todos personajes importantísimos del acontecer mundial y nacional, no se salvarán de probar las hallacas presidenciales, son particularmente aludidos como futuros comensales de aquel multi sápido manjar de Dioses, prácticamente son advertidos a tiempo, se les meterá si se acercan a hablarle, como mínimo, “una hallaca por el buche”.

En tal virtud, y como quiera que el imaginario popular no descansa, porque en esta época navideña en Venezuela nadie escapa a sentir el apetito por ingerir esta exquisitez autóctona; y con el propósito de que en el mundo sepan, lo que comerán los ilustres visitantes en la eventual visita presidencial, haremos hoy una modesta contribución de descripción del aludido y ya emblemático manjar.

Trataremos de explicar, las razones probables de esa suerte de obsesión presidencial, al mencionar las hallacas a cada instante, y al ofrecerlas despiadadamente a quien se atreva a aproximársele a saludarlo, como tuvimos la impresión que lo hiciera de forma algo descortés con el Cardenal que solo insinuó una humilde visita para interceder por sus ovejas. “¡Que bueno que pidan un encuentro!” dijo desencajado y visiblemente incomodo, el renovado caudillo ahora jefe supremo de un partido único; “que vengan a hablar conmigo, para comernos una hallaca”. Su palabra “Jefe máximo” valla por delante; pero en su boca eso parecía casi un insulto al solicitante purpurado, que seguramente debe tener ya las hallacas atragantadas, antes de que usted le ofreciera, casi que metérselas por el “buche,” si cometía la osadía de acercársele a dialogar. Nos transmitió la sutil impresión de que el diálogo le insulta, que se ofusca cada vez que escucha mencionar la Iglesia Católica, o cuando piensa en sotanas negras, ¿será acaso que le recuerdan episodios tristes, tal vez a la Isla de la Orchila, o la bahía de Turíamo; o son sus indecisiones, resquemores, ambigüedades y culpas, las que le impiden serenarse y estar en paz con su consciencia? Cómase usted no una sino muchas hallacas contento y déjenos a nosotros degustar las nuestras felices, seguramente un poquito más escuálidas este año que las suyas, pero tal vez más sabrosas, porque nos las comeremos serenamente, sin sentir ira, ni odio, sólo mucha compasión cristiana. De verdad, le deseamos éxitos y salud.

Para quienes desconocen ese exquisito manjar en otros países, se trata de una especie de bollo de harina de maíz muy elaborado, apropiadamente condimentado que le dan un particular color amarillento, que sirve de base para envolver un delicioso guiso de carnes picadas de res, cerdo, gallina o pescado, dependiendo de la región del país, mezclado con toda clase de ingredientes de origen europeo, tales como: alcaparras; aceitunas rellenas, verdes o negras según las costumbres; pasitas; vegetales encurtidos; ciruelas pasas; garbanzos, condimentado con toda clase de especies, como pimienta; orégano; comino; caldo de gallina; vino tinto o blanco; sazonado con cebolla; ajo; pimentón; tomate; ají dulce; puerros; en fin, con cuanta verdura y hortaliza disponible en las distintas regiones. Este guiso es macerado normalmente en vino blanco o tinto –según el gusto- de un día para otro, y es colocado como relleno a la masa de maíz, adecuadamente, sobre hojas de plátano pasadas por fuego, posteriormente, amarradas con hilo pabilo, para ser cocinadas sumergidas en agua hirviendo durante varias horas, hasta lograr su punto de cocimiento perfecto, que hacen desprender un extraordinario aroma, que deleitaría al más exquisito comensal. En realidad este plato constituye un delicioso manjar de Dioses inigualable, y no hay hogar venezolano por humilde que sea, que en época navideña no haga lo imposible para elaborarlo.

Existen distintas modalidades; en algunas partes el guiso suele cocinarse previamente, en otros lugares sin embargo, prefieren confeccionarlas con el guiso crudo, para ser cocido dentro de la masa posteriormente. Cada región venezolana posee su particular estilo y sazón, por ejemplo, en los Andes en las zonas de los estados Táchira, Mérida y Trujillo, las viejas matronas suelen realizarlas con harina de maíz del denominado “pilado o pelado”, que ha venido siendo sustituido por la harina de maíz precocida e industrializada, masificada en el mercado; así como en zonas del oriente se hacen con pescado. En cualquiera de los casos, suele teñirse la masa con algún colorante natural como el llamado onoto, que puesto al fuego mezclado con aceite lo pinta de un profundo color rojizo, que diluido en la masa se transforma en un suave, hermoso y apetecible color amarillento. Igualmente es típico añadirle al guiso, un toquecito de papelón o panela, que es un producto rústico elaborado en los trapiches, preparado con el extracto de la caña de azúcar sometido a altas temperaturas, no refinado, vaciado en paneles cuadrados de madera, endurecidos al enfriarse, de una coloración entre marrón y amarillenta, que suele normalmente suplir al azúcar refinada en la mesa venezolana, y con el cual se elaboran toda clase de preparaciones, bebidas y postres. No faltan quienes le vierten un chorrito de ron. Por otro lado, también se le añade al guiso, el denominado tocino de cerdo, para darle sabor; o tocineta ahumada. Las hallacas andinas típicas de regiones merideñas contienen carne de gallina y garbanzos. En varias regiones, las adornan con huevos duros, aros de cebollas, tiritas de pimentón; igualmente, no faltan lugares en los que son particularmente usadas las papas como integrante del guiso. En fin, cada región tiene sus particularidades y especificidades, en la preparación de este suculento plato navideño que constituye todo un ritual familiar, motivo de reuniones, y fiestas amenizadas con música y bebidas; pero todos los venezolanos aseguran que "la mejor hallaca la hace es su mamá".

Normalmente en la mayoría de los hogares las hallacas son hervidas en agua, en grandes ollas, durante más de dos horas como mínimo, en las novedosas y modernas hornillas de las cocinas; pero los lugareños más ancianos, aseguran que los fogones de leña, les dan el auténtico sabor primigenio. Actualmente por lo complicado que resulta en la vida cotidiana moderna, es difícil seguir esa tradición, si consideramos que la mayoría de la población habita en edificios de apartamentos, en grandes condominios, en los cuales es casi imposible cocinar de ese modo. No pocos prefieren cocinarlas en ollas especiales del tipo de vapor, que facilitan enormemente su preparación reduciendo el tiempo de cocción a apenas una hora.

Lo cierto es que ese mítico rito de la preparación de la hallaca, al parecer tiene su origen antiguo, en la época colonial; se creé que las primeras hallacas fueron muy rudimentarias, y preparadas casi que por una casualidad, por esclavos negros de origen africano, traídos por los conquistadores, quienes trabajaban en estas haciendas labrando la tierra y como sirvientes. Cuentan “algunos”, que el suceso ocurrió como consecuencia de los grandes bacanales (comidas, cenas) que solían realizar los “ricos hacendados” los denominados blancos peninsulares, inmigrantes españoles establecidos en sus fincas de cacao y café, a quienes históricamente se les calificaba como “grandes cacaos”, y quienes tenían absceso a la importación de distintas exquisiteces que no se producían en el país, como eran las aceitunas, las alcaparras, las pasas, encurtidos, así como, diferentes bebidas y licores como, los vinos, whiskys, brandys etc; pero además, la basta cultura culinaria y gastronómica española y europea también suponían, la aportación de muchísimos otros preparados y su forma de cocinarlos, como es el caso de los jamones ahumados, los distintos modos de preparar el cerdo, embutidos, jamones curados, etc; así como la amplía gama de productos y especias llamados secos que se comercializaban y traían del viejo continente, y que vinieron a ser incluidos y fusionados con las tradiciones y hábitos culinarios propiamente indio americanos. Por ejemplo, toda esa gama de exquisitos frutos como los duraznos, ciruelas, almendras, nueces, avellanas, las especies del oriente que entraron con los conquistadores españoles, como la pimienta, el comino, la canela, el orégano, los clavos de olor entre otros.

Al parecer, en una de estas comilonas oligárquicas y aristocráticas, luego de abundantes y copiosas comidas, “las sobras o residuos”” eran retirados por los esclavos sirvientes, quienes decidieron no desecharlas, sino que juntarlas todas en un único recipiente, para confeccionar una especie de mazacote, aquí lo llaman “revoltijo”, de lo que se obtuvo algo parecido a un tamal mexicano, pero mucho más nutrido por la diversidad de ingredientes, que lograron compactar y envolver en hojas de plátano amarradas con cabuyas, para luego, en un fogón de leña hervirlas en agua, en los recintos aledaños dispuestos para los esclavos. Aseguran los viejos de las comarcas, que al producirse el fuerte, particular y exquisito aroma que despedía aquella “genial” preparación, llegó al olfato de los distraídos patrones hacendados, que debieron ir a indagar, ¿de donde provenía y que era ese extraordinario olor, que traía aquella maravillosa brisa, que les penetraba en sus aterciopeladas mucosas nasales?. Al llegar el patrón al sitio del “crimen”, en pleno lugar de los hechos, los desprevenidos e ingenuos esclavos, ya comían felices y gozosos aquella maravilla, tan suculento manjar, sin ni siquiera caer en cuenta de que habían inventado la que iba a ser sin lugar a dudas, y por siempre, el más extraordinario, exquisito y emblemático plato, símbolo de las tradiciones navideñas venezolanas, habían inventado sin proponérselo la hallaca navideña, todo un manjar de Dioses, que ahora hasta el Jefe supremo se ufana de él, sin avergonzarse y con verdadero orgullo de su origen, le ofrece con jactancia, y vanidosamente a cualquiera -por encumbrado que sea- “meterle una hallaca venezolana por el buche”. Ahora ya intuimos y sospechamos por qué; presuminos, que es porque de acuerdo a su peculiar historia, es un plato extraordinariamente “mestizo”, toda una mezcla de culturas, tradiciones y hasta de razas, donde no participaron directamente en su invención los “aristócratas y oligarcas” -aunque pusieron las sobras- pero ciertamente, si intervinieron muchísimas especificidades ¿no les provoca una hallaca? Ahora podrán comérsela con pleno conocimiento de causa y efecto, y metérselas por el “buche” a cualquier oligarca que los visite sin sentirse menos, a fin de cuentas las hallacas las inventaron los esclavos africanos (afro descendientes), no los indios, nuestros auténticos descendientes. Aunque podríamos acompañar la hallaca con un buen carato de plátano, o tal vez, con chicha de maíz, es más indio americano, nosotros la solemos acompañamos con “coca cola”, como nos la servía la abuela, y sin sentir ningún complejo imperialista, “¡hallacas con coca cola por ese buche!”.