domingo, enero 28, 2007

TOTALITARISMO Y DERECHOS HUMANOS

Queramos o no, estamos en revolución. En todos los órdenes se desmoronan los viejos y rígidos moldes: en lo cultural, en lo económico y aun en lo religioso. Y, aunque no lo parezca, de ese desconcierto y general confusión surge el hombre con renovada conciencia de sus responsabilidades, con obligada urgencia de hacer un mundo en progresiva respuesta a sus exigencias de desarrollo. Los sistemas y el hombre han entrado en pugna.

Desde la primera página de la Biblia, cuando Dios dijo al hombre: “Llenad la tierra y dominadla”, no sólo las simientes, los animales y las aves caen bajo el dominio del hombre, sino las mismas estructuras y sistemas tienen que permitirle su más amplia realización en el tiempo.

Todos los integrantes de una sociedad, tanto los ciudadanos comunes como los gobiernos tienen que auscultar y promover y encausar ese desarrollo integral y equilibrado del hombre. Del hombre realizándose y desarrollándose en sociedad. Ninguna persona o grupo de personas pueden ser propiedad de un individuo, de una sociedad o de un Estado.

El reclamo de cambios estructurales y de sistemas que puedan satisfacer las nuevas dimensiones de la vida humana no tienen otro objeto ni pueden tener otra justificación que la de promover y regular el más amplio ejercicio de los derechos y aspiraciones humanas.

El orden social no puede consistir, por tanto en un mecanismo rígido y acabado que prive, reprima y monopolice el ejercicio de los derechos de una facción dominante. Es más, aún cuando un sistema o grupo ideológico hubiere sido preferido o elegido entre otros, esta preferencia y prevalencia no le da derecho a abolir o excluir otras posibles opciones y la búsqueda de nuevas expresiones de las aspiraciones vivenciales de una comunidad.

Hay desorden desde que no se busca encausar y regular los derechos, sino reprimirlos y anularlos.

El punto de equilibrio del orden y, por consiguiente, de la paz en una nación está en el reconocimiento y ecuánime regulación del ejercicio de los derechos. Lo contrario es proclamar la guerra al hombre, queriendo someterlo a un régimen de privilegios y desigualdades.

La paz, por tanto, no puede fundamentarse sobre una fuerza represiva; sólo es humana si estimula el ejercicio de los derechos y la creatividad ciudadana.

El derecho colectivo nace de los contactos e intercambios personales, que comunican y conviven en determinadas opciones y líneas de acción. Al anteponerse los derechos personales frente a las imposiciones de los sistemas, se esclarece cuál es el verdadero derecho colectivo. Son las personas las que perciben y aceptan una determinada globalidad de interés y de medios, necesarios para el logro de sus comunes objetivos.

El derecho colectivo no es ni humano ni justo si no hay una humanidad conscientemente reunida que elabore su propio ambiente cultural y económico. El sujeto y el rector de la colectividad es el hombre, no el sistema o el régimen.

No podemos confundir la concienciación con la mera mentalización o ideologización impositiva.

Los grupos o las masas se descubren a sí mismos en esa conciencia de su comunión y necesaria cohesión para contrarrestar las fuerzas impositivas que las destruyen o marginan. Lo que es para todos no pueden menos de ser creado y garantizado por todos.

El derecho colectivo no es un derecho personal. Proviene de las personas y expresa a personas reales en solidaria comunión. Por consiguiente, no puede invocarse el derecho colectivo como privilegio de un grupo o como un derecho de dominación de un grupo sobre todos los demás. Un partido dominante, por mayoría, no tiene derecho a excluir y desconocer a las minorías.

Si la paz y los derechos son de todos, tienen que hacerse por medio de todos. De aquí la innegable necesidad del pluralismo en las colectividades. No puede haber derecho colectivo sin derecho de las colectividades. La paz y bienestar de una nación no pueden consistir en una entidad monolítica, sino en la posibilidad de gestarse y complementarse muchas y varias colectividades frutos del desarrollo humano de las personas.

Si queremos la paz y evitar la guerra de las armas, tenemos que procurar antes el “desarme de las almas”. Todo hombre en madurez de conciencia tiene que estar liberado, lo mismo del azar, que le irresponsabiliza, como del fatalismo histórico, que lo oprime y aprisiona, que le impide actuar en libertad. Ser sujeto de la historia quiere decir estar en capacidad responsable de cambiarla cuando desgarre a las personas, la someta o anule fatídicamente.

No hay mejor camino para evitar la guerra fraticida (entre hermanos) que aceptar el uso y el ejercicio de los derechos. Esa es la dinámica de la paz: la acción en justicia y en respeto al derecho ajeno. Los propiciadores de la violencia buscan el camino de la “irracionalidad, del instinto y de la aventura”. Su propósito es la dominación de la colectividad, no el respeto y fomento del ejercicio de los derechos colectivos. Nada justifica sus actuaciones irracionales que todo lo irracional, instintivo y voluntarioso de que adolecen las constituciones, las estructuras y los regímenes en el poder.

Frente a la guerra legalista o frente a los regímenes totalitarios, que tratan de imponer por la fuerza legal y por la coacción policíaca algo que está en contra de las convicciones u opciones de conciencia se ha establecido en el campo del derecho el derecho a disentir. Consiste en la facultad o práctica del ciudadano de poner una objeción de conciencia de tipo civil a las injusticias y arbitrariedades contra derecho. (No es de tipo militar, ni armada, sino razonada y de conciencia).

El derecho a disentir se apoya en el derecho de toda persona de no ser enajenada por nadie ni a favor de nadie que no esté de acuerdo con su conciencia. Se le invoca especialmente contra los abusos de los regímenes totalitarios.

El derecho a disentir se convierte en un deber de resistencia moral cuando, por un abuso del poder físico o ideológico, la ciudadanía se ve ultrajada cívica o moralmente. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

No es lo mismo que la oposición sistemática o el mero desavenir en todo que hace un gobierno. Es un desavenir racional, basado en un disentimiento y juicio de valor.

A la objeción de conciencia de tipo militar que ha adquirido ya un estatuto legal en ciertos países también se agregó desde hace largo tiempo la objeción de conciencia de tipo civil. Es invocado, en diversos lugares, bajo el nombre del derecho al disentimiento, como una especificación al derecho a la libertad de opinión, reconocido en la Declaración universal de los derechos humanos.
La participación ciudadana en la vida política es tan urgente y necesaria en el momento de las elecciones como en todo el transcurso de las actuaciones y desarrollo de los programas de gobierno. El gobierno democrático es una representación del pueblo; no una entrega ni una eneajenación de los derechos civiles del ciudadano. Cuando hablamos del deber político no podemos restringirlo solamente a los que aspiran al poder gubernamental o a los que detentan los poderes públicos. El poder político incumbe a todo ciudadano; dentro de ese deber está el ejercicio del poder gubernamental.
Ni los partidos ni las constituciones políticas pueden imponer determinadas ideologías. Lo ideológico es más bien del orden conciencial. Los partidos son opciones prácticas; las constituciones son principios y normas para regular el ejercicio de los derechos, no para desconocerlos. Los partidos no son el todo, no son el pueblo; siempre tienen que ser para el todo, para el pueblo. Los partidos han de ser órgano del pueblo, no del Estado. Son actividades dentro de una colectividad, no son la colectividad.
El partido único de signo totalitarista repugna a la naturaleza humana. El derecho a fundar nuevos partidos no puede ser restringido a ningún ciudadano, aunque deba regularse debidamente a su existencia. Nada contribuye más a la instauración del totalitarismo que el endiosamiento y la adoración de un solo líder que se crea insustituible, que fomenta la disolución de los partidos, para unificarlos en una solo organización que le sea incondicional y obediente ciegamente, sin derecho a disentir de él, quien se convertirá en su tirano por su propia decisión blandengue y entreguista, en virtud del temor injustificado que les infunde.
La política tendrá que dejar de ser un mero arte de dominar aprovechándose de los imponderables sociológicos. Tendrá que restituirse como una ciencia humanista que, en base a los derechos fundamentales del hombre y de la jurisprudencia social, fomente la mayor participación de los ciudadanos y su más adecuado e integral desarrollo.
"Cerrar la puerta sistemáticamente al acceso a la gestión pública a otros grupos lleva a extremar las tensiones políticas de los así marginados, con riesgo de la paz".

viernes, enero 26, 2007

ORÁCULOS INMACULADOS

El acontecer cotidiano transcurre a veces de forma incomprensiblemente confusa; observamos en el diario trajinar a seres diversos desplazándose inertes por los distintos escenarios como máquinas suicidas y ambulantes, parecidos a zombis autómatas desprovistos de sensaciones, emociones, sueños, anhelos; tropezando con las paredes de sus ocultos temores, frustraciones, egoísmos y dudas; entre ellos se infringen hondas heridas cada vez que se tropiezan, empujados por sus narcisos egos; se llenan de ira, vomitan insultos, se restriegan en la cara renovadas facturas enmohecidas, ocultas y guardadas en las gavetas de sus recuerdos, extraídos súbitamente de sus archivos de resentimientos para ser cobradas sin piedad a la hora de las venganzas. Nadie se salvará de la mano inmisericorde y miserable del vengador absoluto, todos estamos expuestos al albedrío escrutador de su mente todopoderosa, el oráculo mayor dará pronto su inapelable veredicto.

Se confunden los sueños difusos con los ilusos y precarios objetivos, se soslayan las pasadas glorias de los próceres, que amotinados en el bronce de las estatuas, desde las pálidas y tétricas plazas públicas permanecen inmutables ante la difamación proferida con saña, por el gendarme sin mancha. Sombras lúgubres lo arropan todo con su torrente de oscuridad; nadie se sorprende ante el incontenible torrente, que fluye de la mítica garganta difusora interminable, de una incendiaria voz que nos resuena mensajes, cuando sin medida nos pronuncia el oráculo predestinado que nos regaló la historia, ruidos convertidos en fácil costumbre, en pestilente olor que envuelve la brisa y contamina la existencia. El sonoro delirio masivo congestiona pantallas y papeles coloridos, que descubren un ambiente lleno de rutina y hastío, agobiante desazón, desaliño, aliento fúnebre, sabor amargo que se irradia presuroso por comarcas y parajes; los seres gastados se familiarizan con la trama truculenta que los agobia.

Trastocadas las conciencias, enrojecidos los ojos, entumecidos los cerebros; mansos en apariencia pero rabiosamente disconformes, los patéticos personajes de esta historia inconclusa contienen su ira, como maniquíes moldeados se aferran a sus esperanzas pérdidas, a los sueños enterrados, a sus odios inhumanos, a febriles memorias que estremecen sus labios resecos, que los mantienen oxidados, inmóviles, sin intención de trasladar un solo hueso; manteniéndose distantes, alejados, presos de una vana ilusión pasajera; miran al cielo, claman auxilios, ayudas ausentes que no vendrán de ninguna parte; ni agua les lanzan las grises voladoras gaseosas, flotando en el aire contorsionando lentamente sus figuras corrugadas con el telón de fondo azulado; sólo las polvorientas calles soportan el tieso sonido que despiden los pasos apresurados, de los transeúntes perturbados, que invaden espacios y tiempos; allí están pululando sedientos de algo que no saben que es, la mayoría aleteando sus miserias entre aires y corrientes de cambio desenfrenadas, golpeando pasiones, motivando disputas, asechando con seguir quejándose de todo y obedeciendo a ciegas, sin detenerse un instante, pero siendo siempre los pretextos usados, las espléndidas causas de divisiones y grandilocuentes planes emblematizados en aburridos discursos .

La imaginación florida, se expande por doquier, milagros, trampas, y brincos se aprenden como conducta adquirida; se sabe rugir, cual felinos guerreros se enfrentan por sus apetencias, imponen hábitos, entremezclan placeres, amores y odios; se liquidan entre si, compiten debatiéndose entre ideologías redentoras de pueblos, se sienten indoblegables, dolientes del mundo, sabios y dueños, semejándose a oráculos inmaculados; jamás tiemblan, ni quedan en evidencia, son los dioses, los nuevos salvadores, quienes nos liberarán de los efectos horrendos del festín del pasado; sabrán llevar sobre sus hombros nuestras pesadas cargas, nos sanearan, atenuarán o eliminarán nuestros vicios, defectos, egoísmos, avaricias, codicias, y decadentes debilidades e imperfecciones, ¡nos salvaremos!, nos aman demasiado, nos los merecemos, al fin nos llegaron, somos afortunadísimos de tenerlos aquí reunidos.

No engañan, no mienten, no manipulan, jamás se venderán por el metálico dinero, no serán seducidos por ningún imperio inmoral, jamás nos traicionarán, debemos confiar en ellos, entregarles nuestros destinos incondicionalmente, la honestidad es su ley, son únicos, no fallan, no están para errar, ni morir, vienen por todos, a querernos, a decirnos que hacer, como actuar, vivir y comer, se nos muestran radiantes en las noches por las ventanas de cristal brillantes y coloridas como bolas mágicas, ya no hay de que preocuparse han venido a quedarse para siempre, nos acompañarán hasta el fin de nuestros días, no es un juego ni falsa alarma, es verdad, al final de tanto trajín y sufrimiento tendremos a quien nos dirigirá hacia la luz esclarecedora de su sabiduría, ya no será necesario angustiarse, la vida nos premió, tendremos para siempre cortantes argumentos en las noches luminosas de fulgor resplandeciente, que harán olvidar a aquellas desoladas y oscuras épocas pasadas, ahora disfrutaremos por fin de una programación televisiva esclarecedora, nada dejará de ser inexplicable, tendremos el constante auxilio del oráculo que todo lo sabe, lo entiende, y lo explica correctamente, y en horario cómodo para apreciarlo en el hogar, o convenientemente verlo repetido, por si nos lo perdiéramos, en la silenciosa madrugada, ¡qué deliciosa suerte tenemos!

! No habrá problema sin solución ¡ Los “inmaculados oráculos” nos aman y nos salvarán! Existen para entregarnos en las noches de oscurantismo primitivo y de programación imperialista, alienante, consumista, de transculturación capitalista salvaje, de los “lacayos canales privados”, sus luminosas presencias, brindarnos sus conocimientos infinitos, definitivos, únicos; encarnan la verdadera revolución educativa, serán “la moral y las luces” que todos necesitamos para salir del oscuro abismo de ignorancia en el que nos precipitó el imperio devorador, seremos como el “guerrillero heroico”, nosotros y nuestros hijos ya no estaremos más expuestos a ejemplos degradantes, se acabará la violencia, no más tendenciosas líneas editoriales, ya tenemos un modelo limpio y purísimo a seguir en la ventanita virtual, el oráculo inmaculado patentado por el “Imperator” haciendo uso con la avenía del oráculo en jefe y a discreción, de navajas oxidadas, muy amelladas que solo cortan su ego. ¡Salve César! pareciera decir servil, pero eso si, pálido y descolorido, carente de vida repite: “patria, socialismo o muerte”

jueves, enero 25, 2007

¿CON JESÚS DE NAZARET O CON MARX?

El creyente en Jesús de Nazaret no puede aceptar la ideología marxista sin contradecir su propia fe; ni tampoco puede adherirse globalmente a los postulados del análisis marxista del hombre y de la sociedad, sin comprometer aspectos substanciales de esa misma fe. Dicho análisis, en efecto está fundamentado en una concepción filosófica materialista, desconocedora de la naturaleza y misión integrales del hombre, quien si bien es cuerpo, también es espíritu, y poseedor, por tanto, de valores superiores y de una existencia que no se agota en la muerte; más aún, el Evangelio nos revela la persona y la comunidad humana como sujetos de una vocación divina de Cristo, hijo de Dios hecho hombre.

Según lo expresado por el Papa Pablo VI en la Octogésima Adveniens, “es sin duda ilusorio y peligroso olvidar el lazo íntimo” que une radicalmente los diversos aspectos del marxismo., “el aceptar los elementos del análisis marxista sin reconocer sus relaciones con la ideología, el entrar en la práctica de la lucha de clases y de una interpretación marxista, omitiendo el tipo de sociedad totalitaria y violenta a la que conduce este proceso”. Exhortamos, por tanto, a los cristianos del mundo, a orientar su reflexión y su acción según los principios del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia, y a estar atentos a una sutil infiltración marxista que se viene operando abiertamente, disfrazada de socialismo renovado. Este término, si bien pudiera tener significaciones válidas y aceptables, si se le toma como sinónimo de una sociedad de mayor igualdad y participación y de un recto intervencionismo del Estado que concilie el progreso económico con la justicia y la libertad de la persona humana.

El término “Socialismo Cristiano”, es empleado por algunos políticos cínicos, abusivos, ambiciosos de poder, usurpadores del mensaje sagrado de Dios nuestro padre celestial, salvador de nuestras almas, apareciendo ante el mundo convenientemente inspirados en Cristo redentor, denominándolo con desparpajo e irrespeto como “Cristo mi comandante, el primer comunista del mundo”. El concepto de socialismo, hoy maquillado con visos de modernidad, es utilizado, sin embargo, comúnmente en el mundo para denominar o disfrazar ideologías y movimientos políticos de índole marxistas de corte comunistas e intenciones camufladamente totalitaristas ; incluso mal empleando la figura de Cristo, deformándola, desnaturalizándola y manipulándola para emplearla absurdamente e injustificadamente como sostén de sus oscuras intenciones y planes de dominación política de toda la sociedad, para tratar de imponer, pregonar y difundir desvergonzadamente en su nombre, mediante audaces y hábiles mensajes propagandísticos, cínicamente configurados con maña, premeditación y aviesa mala intención, unas ideas de redención y liberación social que no son auténticamente cristianas sino diabólicamente comunistas; son una entelequia, una burda manipulación de la inmensa y gigantesca figura y mensaje auténticamente liberador de nuestro Señor Jesucristo, para intentar ganar adeptos e incautos, manipulando a los inocentes e ignorantes, para que le sirvan en sus perversas maquinaciones y en sus inhumanos propósitos de dominación política univeral.

El cristianismo no defiende ni al capitalismo explotador, consumista y decadente, ni al socialismo marxista totalitarista conculcador de las libertades, los derechos humanos e individuales; ambos son sistemas que esclavizan al ser humano, igualmente destructores de los valores y principios impartidos por Jesucristo, que en esencia son los únicos ofrendados por Dios.

En cuanto a las ideas y formas que se proponen para la organización social y política , es necesario señalar, sin embargo, lo expresado por el papa Pablo VI en su carta Octogésima Adveniens: “ El cristiano que quiere vivir su fe en una acción política, concebida como servicio, tampoco puede adherirse sin contradicción a sistemas ideológicos que se oponen radicalmente o en los puntos sustanciales a su fe y a su concepción del hombre; ni a la ideología marxista, a su materialismo ateo, a su dialéctica de violencia y a la manera como a ella entiende la libertad dentro de la colectividad, negando al mismo tiempo toda trascendencia al hombre y a su historia personal y colectiva; ni a la ideología liberal que cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación, estimulándola con la búsqueda exclusiva del interés y del poder, y considerando las solidaridades sociales como consecuencias más o menos automáticas de iniciativas individuales y no ya como un fin y un criterio más elevado del valor de la organización social.” (OA, 26).

Esta posición de La Iglesia Católica, entiende ser un vivo llamado a los cristianos y a los hombres de buena voluntad, a explotar nuevos modelos de sociedad que no sean ni el capitalista alienante, consumista y explotador, ni el socialista marxista conculcador de los sagrados derechos humanos y esclavizante, y a promover aquellos ordenamientos que conjuguen mejor la verdadera libertad con otros valores fundamentales como son la paz, la participación y la fraternidad servicial.

Un modelo de sociedad que satisfaga los más nobles anhelos y expectativas del hombre contemporáneo, ha de romper con los asfixiantes esquemas de una sociedad de consumo, las estrechas perspectivas de una visión puramente tecnocrática y un desarrollo fundado en la competencia del lucro y orientado a un desaforado y escueto tener más. Una sociedad a la medida del hombre ha de tener, en efecto, como centro y flecha de su dinamismo, el servicio de la persona y de la comunidad humana.

Es ésta también la razón por la cual exhortamos a los cristianos, especialmente a los jóvenes, a no dejarse seducir por el socialismo marxista, como si éste fuese el camino apto para la construcción de una sociedad verdaderamente nueva. Una tal sociedad, que ha de responder a las más íntimas y amplias exigencias del hombre, no pueden lograrse, en efecto, en base a una ideología que, como la marxista, establece la acción política sobre el odio. Su visión materialista atea no permite -y la experiencia de los regímenes marxistas así lo demuestra abundante- el ejercicio de una auténtica libertad humana en múltiples y fundamentales niveles (religioso, político, etc) en que dicha libertad está llamada a ejercerse.

Parte de éste post está inspirado, en el libro: Misión Política de La Iglesia, del autor: “Cesáreo Gil”, ideas que suscribimos íntegramente sin reservas.

martes, enero 23, 2007

CHAVEZ: ¿EMPERADOR SIN LÍMITES?


El presidente Chávez se comporta como si fuese un emperador sin límites institucionales, y no un presidente democrático. Nos luce desenfrenado, sin la indispensable moderación de un jefe de estado en su actuación política, expresa una preocupante actitud, es como si estuviera poseído de un raro delirio de grandeza, muestra un desmesurado comportamiento totalmente inadecuado, que evidencia y revela su ilimitada ambición de poder ¿se comporta como el nuevo libertador de América, el heredero de Castro, el renovado adalid del anti norteamericanismo mundial?

Chávez, aprovechando el resultado electoral favorable que obtuvo en las resientes elecciones, acciona políticamente en Venezuela como si deseara demoler, desmantelar el modelo político y económico previsto en la Constitución Nacional vigente, presumiblemente, con el respaldo del resto de los poderes públicos que parecieran, incondicionales y obedientes, para tratar de imponer sin debatir con el resto del país que no lo apoya, una reforma constitucional y una Ley habilitante que le permitan avanzar en la consolidación de su proyecto político de corte comunista, a contra corriente de lo que piensen y necesiten los venezolanos que no lo respaldan en sus planes, quienes estarían indefensos, impotentes, vulnerables e inmovilizados, ante su poder militar, y por el control que pareciera ejercer sobre los comandos de la Fuerza Armada Nacional, que transmiten la imagen de no garantizar el ejercicio pleno de los derechos constitucionales, sino que “presuntamente” le sirven incondicionalmente a un líder y a su proyecto político totalitario.

Ante las arbitrariedades del caudillo, conocidas y difundidas por medios de comunicación nacionales e internacionales, sobran los diagnósticos. Ha sido develada la gran farsa seudo democrática que el jefe del proceso revolucionario mantenía oculta bajo la manga. Creyéndose seguro de su poder ilimitado, se siente invencible. Ha decidido acelerar la marcha de sus planes conculcadores de las libertades democráticas, para ahora si, habiendo sometido a sus debilitados y acorralados opositores mediante el ventajismo, venciéndolos “dudosamente” en las urnas electorales, para sin miramientos legales imponer su proyecto.

Se siente seguro y confiado en que la sociedad democrática no podría reaccionar; supone que la tiene anestesiada, hipnotizada para siempre, con su persuasivo verbo y con su multimillonaria e interminable botija petrolera, que emplea discrecionalmente, sin control, y con la complacencia del resto de los poderes del estado sumisos a sus designios, gastando a manos llenas como si fuera el único propietario de esa riqueza, se considera ahora todopoderoso, ¿Será que desearía que todos le rindiéramos pleitesía a su narcisismo exacerbado, que le obedeciéramos ciegamente y le adoráramos como a un emperador?. ¡Habrase visto! semejantes pretensiones de quien se cree insustituible.

Ya no está en campaña, y no habiendo riesgos de pérdidas de votos, puede a los cuatro vientos anunciar lo que ayer se prohibía, no necesita mantener una conveniente e hipócrita prudencia, seguro del suficiente caudal de votos que le dieron sostén a sus planes futuros. Por eso es que se siente confiado al anunciar un aumento de la gasolina que había postergado; y decirnos que deseaba relegar a la Asamblea Nacional para legislar él solo por decreto, mediante la aprobación de una ley habilitante que le otorgaría poderes especiales y absolutos.

Pretende reformar la Constitución cambiando el sistema democrático de libertades económicas, por otro socialista de corte comunista, que estatice la economía, pero sin convocar a una Asamblea Nacional Constituyente; no renovarle la concesión a un canal de televisión como RCTV; nacionalizar a la Compañía telefónica CANTV y la Electricidad de Caracas; anuncia eliminar la autonomía del Banco Central y someterlo bajo su control; nos expresa que cambiará el modelo territorial y político de la república, y hará un nuevo diseño geométrico; advierte que no deberían haber tantos Municipios, pretende eliminar alcadías,crear territorios federales y ciudades socialistas para acumular más poder, quiere nombrar una suerte de gobernadores paralelos para intervenir a los elegidos por el pueblo y poderlos controlar ¿querrá convertirse en una especie nueva de emperador con poderes ilimitados ?. Lo ha podido hacer mediante el uso de una estrategia, que tiene como táctica un señuelo falaz que es la oferta del socialismo del siglo 21, mientras desmonta y desmantela la democracia representativa, y anula las conquistas democráticas de la descentralización.Convirtiéndose en una seria amenaza para los derechos democráticos de todos.

Durante la campaña electoral evitó hablarnos de estos planes que mantuvo bajo la manga, y que hoy saca de su chistera cual mago advenedizo; ayer prefirió diferir muy convenientemente estos temas, para cuando sintiera que se atornillaría en la presidencia, confiesa sus aspiraciones de ser presidente vitalicio, ahora que intuye que no hay ningún riesgo de perder ni los votos blandos, ni el poder político acumulado.

Subestima al “Bravo Pueblo de Venezuela”, calcula tal vez equivocadamente sus capacidades; lo presiente dócil e ignorante, dominado, sumiso, inmóvil, anestesiado, dormido, inerte. Confía en que repitiéndole al país que tiene el 63% de los votos lo puede maniatar incondicional y obediente; pero podría equivocarse garrafalmente. Chávez obtuvo 7.300.000 votos -que no son todos incondicionales, ni un cheque en blanco- de 16 millones de electores, lo cual significa que contó apenas con el 45, 62 % de los votos de los electores que tenían derecho al sufragio. Esto indica que un 55% de los electores que votaron en su contra o se abstuvieron, no respaldan incondicionalmente el proyecto político socialista del presidente, y lo observan atentamente con mirada escrutadora. Rosales obtuvo 4.300.000 votos que equivalen a un 26,87%; la abstención fue de más de 4.400.000 votos que respresentan el 27,5 % del electorado inscrito (muy alto).Es notorio que el presidente se ufana de una incondicionalidad del país con derecho al sufragio que no es tal; esto refleja la gran mentira de su presunta popularidad general en el país.Si llevamos ese porcentaje a los 26 millones de venezolanos, concluiríamos en que medio país lo adversa legitimamente, y no desea instaurar un régimen totalitarista militarista de corte comunista.

Quiere decir que la lectura que el régimen está haciendo de sus votos favorables, pudiera no ser la correcta, que la mayoría no desea vivir bajo un sistema político y económico de inspiración comunista, y que ese "gigante dormido" que es el pueblo democrático venezolano, pudiera estremecerse, despertarse y reaccionar violentamente en cualquier momento, si se sintiera seriamente amenazado al violársele o menoscabársele sus legítimos derechos; ¡cuidado! nada es más peligroso que desafiar a una poderosa y bravia fiera herida sin necesidad; cuando eso pasa, allí si es verdad que no hay ufanado y humilde mortal que valga, hemos visto a varios "equivocados" salir huyendo ante una masa humana enfurecida, y a otros que presumen de valientes, arrepentidos pidiendo perdón.

Los venezolanos somos más de 26 millones. Somos desde muchas ópticas un país plural, pacífico, con vocación democrática auténtica, que desea vivir en libertad. No deseamos vivir en dictadura de ningún tipo ni signo. Nuestra población es mayoritariamente joven y con gran capacidad de trabajo y potencial. Sería una injusticia y una aberración, pretender imponerle artificialmente y con engaños a todo un pueblo, un sistema político y económico, que no desea, no requiere, ni necesita, ni siquiera conoce, porque se lo han disfrazado de democrático y partipativo, cuando en realidad es autocrático, militarista, estatista, centralista, totalitario y comunista, conculcador de los derechos democráticos a los que está acostumbrado el pueblo a ejercer y disfrutar libremente, para ser sometido a un régimen opresor, intervencionista y controlador de toda las actividades humanas a que está habituado a desarrollar y desplegar, solo porque a un solo hombre que se siente y cree insustituible desea ejercer todos los poderes públicos.
El pueblo venezolano fiel a su tradición democrática, tiene consagrados sus derechos en la Constitución Nacional y ya son conquistas irrenunciables, y no las cederá por un sistema distinto que menoscabe sus legítimos derechos, además, por uno muy ambiguo y engañoso que no está consagrado en la Constitución Nacional vigente, y a la cual debemos acatamiento, fidelidad y respeto.

Si Chávez se creyera y actuara sin límites, e intentara ilegalmente, y sin convocar al poder constituyente, mediante una Asamblea Nacional Constituyente (única forma viable para cambiar principios y derechos irrenunciables) para intentar reformar la Constitución violando los principios preestablecidos fundamentales en ella consagrados, y los cuales está obligado a cumplir y hacer cumplir, se colocaría al margen de la ley y de espaldas al pueblo que lo eligió para que fuera su presidente no su emperador, y se expondría al desconocimiento de su autoridad por el pueblo en esencia democrático. Si Chávez reta y desafía al pueblo democrático venezolano de esa manera ilegítima, podría conocer por fin sus verdaderos límites, tal vez sería el principio de su fin como dirigente democrático, y se comenzaría a escribir otra historia. ¡Que Dios lo ayude a reflexionar!

sábado, enero 20, 2007

AMERICANOS LIBEREMONOS DEL ODIO

Los seres humanos vivimos sumergidos en el temor; nuestros propios miedos nos consumen, nos paralizan e inmovilizan. La lucha por el control del poder económico y político nos dividen y destruyen, peleamos por prevalecer unos sobre otros; el odio, el egoísmo, nuestras diferencias sociales, políticas, culturales, ideológicas y religiosas, nos dividen y nos conducen a la guerra y a la desolación, causándonos incertidumbre, ansiedad, angustia y estrés emocional, inestabilidad general.

Nuestros odios deforman nuestras vidas haciéndonos cada día más infelices. Consciente de esta lamentable realidad, observando como los seres humanos “modernos” pareciéramos doblegarnos ante el avance incontenible del odio que se impone como norma cotidiana, fue que decidimos sugerirles a nuestros congéneres estas humildes observaciones para intentar deslastrarnos de semejantes amenazas y negatividad, que nos perjudican en nuestra salud y enturbian nuestras almas, causando daño y haciéndonos cada día menos seres humanos, convirtiéndonos en seres infelices que deambulamos por el mundo haciéndonos mal.

“La venganza, el prejuicio, la animosidad, el rencor, el deseo de represalias son
todos de la familia de la malevolencia, envenenan la sangre y estropean la dicha de quienes ceden a tan siniestros sentimientos”.

Sólo puede gozar plena felicidad el que aprende a reemplazar sinceramente el odio por el amor, y puede repetir de todo corazón la petición que nuestro Señor Jesús nos enseñó a incluir en el Padre nuestro:
“Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.” He aquí un decálogo de sugerencias para combatir nuestras negativas actitudes personales y tratar de liberarnos del nocivo odio:

1. Recuerde claramente la naturaleza destructora del odio para la salud mental y física.

2. No recuerde siempre las palabras, personas, objetos y situaciones relacionadas con su odio.

3. No piense en abandonar su odio por la fuerza de la voluntad. No haría sino concentrar su atención en él.

4. Controle sus momentos específicos de odio y substitúyalos con pensamientos e imágenes agradables.

5. El odio es a menudo fruto de la ignorancia, y obscurece la visión. Procure ilustrarse acerca del objeto de su odio.

6. Si no puede hacer esto, ni acercarse siquiera al tema, evítelo como se evita un alimento al cual es alérgico.

7. Si el odio se debe a algún mal trato recibido, evite recordarlo.

8. Evite hablar a otros de su odio y evite sobre todo actuar de acuerdo con él.

9. Practique la tolerancia. No se puede esperar que todas las personas e ideas sean igualmente buenas. Todos no pueden tener solamente buenas cualidades. Pero no busquemos solamente las malas que tengan. Veamos también las buenas.

10. recuerde que la buena salud mental requiere que controlemos nuestros odios y resentimientos.

miércoles, enero 17, 2007

EL REY Y EL ANILLO


Mi padre hace largo tiempo, me relató un cuento muy curioso, que narra la historia de un anciano, sabio y poderoso Rey, que gobernaba en su acaudalado reino. Presintiendo la muerte en virtud de sus achaques y padecimientos que le doblegaron lógicamente su salud, en conversación amena con su hijo el Príncipe heredero de su trono, departiendo en privado con el aventajado joven, le confesó lo siguiente: -Amado hijo, he de advertirte que debes prepararte para asumir el poder del reino, porque presiento que pronto moriré- El Príncipe, conmovido, le pidió enseguida que no continuará, y no le hablara de esas trágicas predicciones, que no deseaba ni siquiera escuchar la posibilidad de verlo muerto, amaba profundamente a su padre. Más el rey, decidido a imponer el tema prosiguió:

-Te daré este anillo de oro y Rubí, debajo de la piedra preciosa, oculto está un papelito, que tiene impresa la solución para un gran problema que se te presentará en el futuro, y que algún día deberás usarlo como Rey; pero antes debes prometerme, que nunca lo verás sin antes cerciorarte de cumplir con los siguientes pasos:
-Deberás constatar que el anillo nunca lo usarás, ni el papelito lo verás sin estar absolutamente seguro que el problema que se te presentará sin duda, no le encuentres tú una solución, es decir, que el problema debe ser de gran significación, de gran magnitud, uno de esos problemas que en apariencia son irresolubles; por lo que no debes desaprovechar jamás la solución total que el anillo te dará.

-Una vez que estés seguro, de la gravedad de la situación, y que determines que tú solo no podrás resolverlo; deberás convocar en privado a tu Primer Ministro, para que discutas el problema, y trates de encontrar con su apoyo y sabiduría una solución; pero si no la encuentran, porque el Primer Ministro declara que no puede resolver el delicado asunto, entonces deberás reunir al Consejo de Ministros, para que el equipo de colaboradores intente desentrañar el problema y así encontrar la solución . Pero si aún con el auxilio de todos ellos, no pudieras resolver el ya grave problema; tienes a todo evento que mandar a traer al mago, "el Merlín del reino", quien es el oráculo de la corte, y se supone que él dispone de la sabiduría, la iluminación divina, los medios paranormales, el conocimiento exotérico y metafísico, con los que procurará un solución definitiva a tan gravísima calamidad.

En ese punto, el Príncipe conmovido por la historia, debió interrumpir al Rey: - Padre mío, pero de llegar las cosas a ese punto crítico el problema ya sería algo más que eso, sería casi una tragedia para el reino. –No lo sé, no soy futurólogo, ni puedo anticipar lo que ha de ocurrir, pero te garantizo, que no importa la gravedad, ni la magnitud, o la dimensión del problema, la solución estará contenida en el papelito que está oculto bajo el rubí del anillo y podrás aplicársela a cualquier asunto en apariencia irresoluble que se te presente en lo sucesivo; pero ya sabes que sólo podrás quitar el rubí del anillo y extraer el papelito con la solución definitiva, cuando hayas agotado sistemáticamente los pasos anteriores. Debes prometérmelo hijo.
El Príncipe algo triste por aquel relato que lo hacia presagiar la muerte de su amado padre, aceptó inevitablemente aquellas peticiones, jurándole con dolor, y gran pena interior, que cumpliría su mandato; pero el viejo monarca abrazándole lo sacó de su estupor, le colocó al Príncipe el anillo en su dedo anular de la mano derecha; lo miró profundamente y le dijo:- Recuérdalo siempre, la definitiva y mejor solución para ese gran problema y los que vendrán después, que algún día se te presentarán en el ejercicio de tu reinado como mi heredero está en este anillo, pero sólo podrás descubrirla al cumplir con tu palabra y agotar todos los pasos que te he explicado. El Príncipe le juró a su padre que cumpliría su palabra, y haría exactamente su voluntad.

Pasaron unos meses, y el Rey falleció, tal y como lo había anunciado a su hijo; “ha muerto el rey viva el Rey”. El Príncipe de inmediato fue coronado y asumió con gran dignidad y decoro el trono. Pero habría de presentársele con el tiempo, el gravísimo problema que su moribundo y sabio padre le anticipó que llegaría en el futuro. El joven Rey, comprendió que estaba ante un serio desafío, y confiando en sus talentos, inició un proceso de reflexión muy profunda, evaluó la situación a fondo, meditó con serenidad, calma y gran determinación como nunca, para intentar como es lógico, resolver él solo la situación, tratando de encontrar una solución a aquella calamidad que se le encimaba y amenazaba la estabilidad de su reino, y la felicidad de todos sus súbditos. Durante varias semanas estuvo concentrado en el asunto sin lograr desentrañarlo, no pudo encontrar una adecuada solución, el problema era muy serio. Inmediatamente, sin darse por vencido, recordó a su padre y se detuvo a mirar el anillo con el rubí, por vanidad estuvo tentado a descubrir sus secretos, sin llamar a más nadie, porque temía parecer un inepto, no deseaba evidenciarse ante su corte como un incompetente, pero recordó la promesa que le hizo a su progenitor.

Tomó la decisión de hacer al pie de la letra lo que su padre le había aconsejado en vida, y siguiendo el procedimiento recomendado, convocó a su despacho al primer Ministro, quien luego de agotar durante largo tiempo el tema, se confesó incompetente, no encontraron juntos ninguna solución viable.

Fue preciso entonces, mandar a reunir al Consejo de Ministros, para que deliberaran sobre tan espinoso asunto, tardaron semanas, hasta comprobar que el problema era gravísimo y no concluir en ninguna respuesta a la cuestión, para así declar la crisis total, porque el gobierno en pleno, había prácticamente fracasado en el intento de desarrollar una definitiva solución.

Ya el Rey, un poco desesperado, durante una interminable noche de insomnio, debió apelar al mago de la corte, el "Merlín del reino", a quien introdujo de madrugada en su aposento, sin ser visto, para no evidenciar su ya confesa incapacidad de encontrar una solución. El misterioso personaje trajo su bola de cristal, la vara mágica, las cartas del tarot, cualquier cantidad de artilugios y supercherías a cuestas; pero todo fue inútil, "el oráculo" del reino tampoco pudo resolver tan extrema crisis, el problema parecía irresoluble, ni con brujerías se resolvería aquel difícil asunto.

Habiéndose marchado el desventurado oráculo, el Rey quedó a solas con su conciencia y gran preocupación, se miró al espejo, y vio reflejada su imagen tetricamente decaída, prematuramente envejecida, le habían salido canas, y ya se avizoraban inocultables arrugas en su rostro, se delataban sus ojeras, por la falta de sueño; -cosas de gobernantes poderosos pero atribulados, son hermanos del insomnio- El Monarca comprometido con su reino, sus súbditos, y la memoria de su padre; extrajo de las entrañas su estirpe, recordando a su ilustrísimo padre, miró fijamente su mano derecha observando maliciosamente el anillo de radiante oro y rojísimo rubí; supo que era hora de cumplir el mandato de su inigualable e inolvidable místico maestro, que era su padre el viejo Rey ya fallecido, quien había sido iniciado en los misterios de las antiguas escuelas exotéricas originarias del antiguo Egipto, discípulo de las enseñanzas de los fráteres de la Esfinge, de los descendiente de los discípulos de Amón Ra. Intentó no hacerlo, pero ya el problema lo hacía desfallecer de preocupación y parecía superarlo, doblegarlo, y arrollarlos a todos, era algo así como una terrible circunstancia que pronto habría inevitablemente que afrontar. Fue entonces cuando comprendió que había llegado la hora de destapar los secretos que guardaba la piedra preciosa incrustada en el anillo, de extraer y remover el rubí de aquel enigmático aro de fino oro, para encontrar la solución definitiva que su anciano padre le aseguró que encontraría.
Finalmente decidió abrirlo y ver el "papelito"; contenía un escrito de su recordado y venerado padre, el Rey místico, y expresaba nitidamente la solución prometida, que se descubría como un bálsamo aliviador, eran sólo dos palabras: “Todo pasa”.
El Rey en absoluto silencio sin pronunciar palabra, comprendió a su padre, sabía que esa era la única respuesta posible ante la aparente carencia de solución. El Rey se alivió y venció con sabiduría la adversidad, sólo tuvo que esperar que el tiempo transcurriera para ver resuelto el problema que creía insalvable, no lo fue, nunca lo será, siempre todo pasará, incluso aunque no quieras que pasen, pasarán. Siempre es, ha sido y será así. "Todo pasa", pero absolutamente todo.
Sólo Dios es invencible y eterno. ¿Por qué te ufanas, simple y mortal criatura humana? si eres insignificante ante la conciencia suprema de Dios... ¿Cual sería la moraleja? Se los dejó a su libre albedrío, se escuchan opiniones.