jueves, febrero 19, 2015

"#18F en Argenzuela"

 
"Cuando el “enemigo” son los estudiantes sin armas y los fiscales con corbata"


POR:HECTOR E. SCHAMIS.

Alguna vez desde este mismo lugar escribí acerca de la historia de Argenzuela, país imaginario con dos capitales, Buenos Aires y Caracas, creado por el acuerdo político de dos casas cuasi reales, la de los Kirchner y la de Chávez. Su política económica era similar, sus alianzas internacionales eran las mismas, su desdén por las instituciones republicanas, equivalente, y sus deseos de perpetuarse en el poder, idénticos. Era una especie de Imperio Austro-Húngaro, pero en América del Sur.

Aquel imperio europeo tuvo medio siglo de existencia. Este durará menos, aunque fue más largo de lo necesario y, sobre todo, más de lo aceptable. De hecho, Argenzuela implosiona ante nuestros ojos este 18 de febrero. Exquisita coincidencia, en ambos lugares, diversos sectores de la sociedad civil salen a la calle en este 18 de febrero.

En Venezuela los familiares de los presos políticos llaman a la sociedad a vestirse de blanco. Los estudiantes regresarán al lugar de aquellas masivas protestas de febrero pasado, donde se entregó Leopoldo López. Reclaman hoy por los encarcelados sin causa. Recuerdan a aquellos asesinados en las protestas de hace exactamente un año, cuyos verdugos fueron identificados pero jamás llevados a juicio. Piden, en definitiva, por la paz, la libertad y la justicia. Hoy no tienen ninguna de ellas.

Es el espanto de dos gobiernos que cada vez se parecen más a una organización criminal, para la que perpetuarse en el poder es la manera de asegurar su impunidad

En Argentina la sociedad acude a la convocatoria de un grupo de fiscales para reclamar contra la impunidad y por la justicia en la muerte de un colega, Alberto Nisman, cuyo caso cada vez se parece menos a un suicidio. Fernández de Kirchner lo consideró un suicidio, pero luego, constituida simultáneamente en acusada y juez del fiscal Nisman, por su propia cuenta le cambió la caratula al caso: asesinato. Esta marcha es por la justicia, contra la impunidad de los asesinos de Nisman, pero lo curioso es que la Presidente critica—y desprecia—a los fiscales que organizan la marcha, no a los asesinos.

Estas líneas están escritas con urgencia y con temor, temor de dos gobiernos que ya casi no existen, pero que se sienten dueños del poder. Con miedo a dos Estados que no son capaces de hacer política monetaria con coherencia, pero cuyos servicios de inteligencia conocen demasiado de la vida de los ciudadanos y tienen demasiada autonomía. Con temor a dos ideas políticas que no tienen presente ni mucho menos futuro, pero sí recursos para poner una fuerza de choque en la calle y provocar a estudiantes sin armas y a fiscales con corbata.

Se trata de dos gobiernos que tienen la absoluta certeza que, a esta altura, su relato solo convence a quien está pago, es decir, no convence a nadie. Es el espanto de dos gobiernos que cada vez se parecen más a una colección de organizaciones criminales, para las que perpetuarse en el poder no es por política ni ideología sino simplemente la manera de asegurar su impunidad.

En definitiva, Argenzuela tiene hoy en el poder a dos entidades sin poder, dos fieras heridas. Se saben muertas, pero su propia agonía las determina a llevarse con ellas a todo aquel que esté cerca. Y lo peor del caso es que eso mismo lo exhiben con orgullo, amenazan con arrogancia, actúan con impunidad.

Las incertidumbres abundan acerca de cuándo y cómo terminarán estos gobiernos fallidos y qué dejarán detrás. Pero hoy, sin embargo, hoy lo único que importa es que este #18F termine en paz.


 Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/18/actualidad/1424272091_554570.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...


Chataing encara a Nicolás: ¡COBARDE!

El locutor venezolano Luis Chataing, encaró al presidente Nicolás Maduro desde la red social Twitter.

Chataing expresó su malestar con el mandatario venezolano, mientras este hablaba con el país desde la cadena nacional. El animador criticó a Maduro y su supuesta batalla de ideas con la oposición. “Cuál BATALLA DE LAS IDEAS cobarde? nunca la han dado, no la comprenden, tienen el control del 99% de los medios y aún así tienen MIEDO!”.

Además continuó “COBARDE quién coño es el “pelucón” llámalo por su nombre COBARDE! (…) PRUEBAS mata HABLADERA DE PAJA, (y es constitucional)”.



Anónimo dijo...

Carlos Blanco
La etapa del terror


28 de febrero 2015 - 00:01

A Antonio Ledezma

El régimen se desgaja. La crisis es tan brava que cada actor contribuye al desenlace aun sin proponérselo. Una vez que se desatan las fuerzas, la crisis manda. Cuando los policías, los militares y los colectivos disparan para estabilizar la situación; contra sus fines, contribuyen a desestabilizar. Añaden más caos al caos. El último episodio es la acentuación del terror; no es nuevo, ahora es sistemático y actúa como confesión: como si los jerarcas se observaran y se miraran fuera del poder. Es el espanto; es lo inconcebible; es lo que está más allá de su imaginación. Ellos infunden miedo, pero la gente que lucha por la libertad aprende a administrarlo; pero el miedo de los que están en el poder es más terminal que su propio poder porque se piensan todos desnudos ante sus pillajes, sordideces, a lo que no podrán explicar cuando se los pregunten. Y se los preguntarán.

Maduro pretende estabilizarse mediante los fusiles que le son fieles. La muerte, las cárceles, la justicia podrida podrán prolongarse por un tiempo indefinible, pero a la menor equivocación, con la menor de las rendijas abierta, se colará el país que exige un cambio.

El recurso a la represión como eje de la sustentación es lo que queda. El discurso en contra del imperialismo se ha evaporado, los golpes nadie los cree, la idea de que unos oficiales de aviación iban a bombardear Caracas –como criminales– en el fondo es un insulto a todos los oficiales de la Fuerza Aérea; todo le sale mal.

Convertir a Antonio Ledezma en un prisionero es de los peores errores cometidos. Ledezma no se ha arrepentido de su historia: no renegó de Carlos Andrés ni adaptó su discurso a los tiempos del chavismo. Es un hombre de la unidad. Tuvo el arrojo, junto con Leopoldo, María Corina y muchos otros dirigentes, de plantear La Salida, exigir la renuncia de Maduro, y formular la propuesta de Acuerdo para la Transición. Es un líder de carreras largas; no busca atajos ni en su vida política personal ni en la colectiva. Es un funcionario electo; por cierto, con una legitimidad de la cual carece Maduro: nadie cuestionó la elección de Ledezma. Ahora, Antonio, como Leopoldo, Daniel y los presos políticos, queman las manos al régimen. Es por estas razones que el poder se ha lanzado a la orgía de sangre que conocemos.

Frente al terror se levanta la lucha de los jóvenes que debe ser desarrollada con la sabiduría requerida frente a los que no vacilan en matar. La no violencia puede ser estrategia invencible. Ante el terror también se alza la propuesta de Programa para la Transición, para discutirlo y convertirlo en la base del cambio que vendrá. Por eso el régimen que produce el terror le tiene terror al Acuerdo para la Transición. Esta propuesta, en la que Antonio jugó un papel esencial, muestra que sí hay futuro, que sí hay pensamiento sobre lo que hay que hacer. Es increíble cómo en menos de 48 horas se obtuvieron más de 40.000 firmas en respaldo al acuerdo que el régimen calificó de subversivo sin leerlo.

Es importante cómo el entendimiento hacia la transición ha logrado ser el centro de confluencia de partidos políticos, personalidades relevantes del país, grupos de la sociedad civil, sencillos activistas juveniles, que lo asumen como lo que es: la base de un entendimiento sin mezquindades, para su discusión y perfeccionamiento.

No; no era verdad que por La Salida o las guarimbas es que el poder mata; lo hace porque es su naturaleza, es su lógica, es su reacción automática. No hay palabras para describir el horror de los asesinatos recientes que el país ha conocido. Ni hay formas de consuelo para el país que los llora, para padres, hermanos, amigos, parejas, vecinos… Solo hay que procurar justicia, que no venganza, en el país que se vislumbra en las luchas de este tiempo, con jóvenes que ya viven, como si fuera la tierra prometida y en medio de gigantescos sacrificios, la libertad que habrán de alcanzar, con un liderazgo plural, renovado y decidido a que la transición sea futuro.