sábado, septiembre 04, 2010

El Sacrificio.(...El caso de Franklin Brito...Su muerte inculpa a un Estado violento...)


POR.MANUEL FELIPE SIERRA.


En el supuesto negado de que las explicaciones de la fiscal general Luisa Ortega Díaz sobre el caso de Franklin Brito fueran ciertas, ellas no justifican la negligencia del Estado. Ya tardíamente el régimen ofreció su versión sobre la agonía del productor agropecuario. Suponiendo que los argumentos esgrimidos en ella se correspondan con la verdad, tampoco se justifica el sacrificio de Brito.

Con naturalidad, el chavismo asume el tema de la muerte. La horrenda matanza que registran las cifras de homicidios (y que ya superan la violencia en Colombia y en México) no es aún suficiente para una respuesta eficaz de los cuerpos policiales. La estadística de los presos que mueren en las cárceles no ha merecido hasta ahora la acción necesaria para preservar la vida de los reos, como responsabilidad irrenunciable del Gobierno.

No otras consecuencias pueden esperarse del discurso chavista. El lema “patria, socialismo o muerte” es una voz de orden en las guerras, en las confrontaciones extremas, que no es la situación venezolana.

¿Qué potencia extranjera arremete contra el país? ¿Dónde está la agresión contra la soberanía nacional y la integridad territorial? La frase impuesta como inocente saludo en los cuarteles no podía tener otro efecto que estimular el odio y la tendencia a la segregación de aquellos venezolanos convertidos en “enemigos” por ejercer sus derechos constitucionales.

Por esta vía el lenguaje del régimen se nutre de elementos violentos y guerreristas.

Chávez acaba de activar a sus partidarios para las elecciones del próximo 26 de septiembre convocándolos a “demoler y no a derrotar” a los candidatos opositores; y ha repetido que una victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela supondría la “radicalización” de un proceso copiado de la experiencia castrista en Cuba, que nació en un escenario fratricida y sangriento.

Frente a una estrategia de esta naturaleza, dirigida a excluir y estigmatizar a los adversarios, y que dispone de infinitos recursos materiales, la mayoría de los ciudadanos terminan colocados en la indefensión. Como expresión trágica de ese país en minusvalía habría que entender el sacrificio de Franklin Brito.

Su muerte inculpa a un Estado violento y deshumanizado y revela también la débil capacidad de respuesta de una sociedad civil, acorralada en el ejercicio de sus garantías y sometida a todo tipo de discriminaciones y amenazas.



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