POR:FRANCISCO OLIVARES.
La idea de que todo lo que toca el Gobierno lo demuele, se ha convertido en un dicho popular
Por el camino que va, es difícil que el presidente Chávez remonte la cuesta adversa en el camino electoral de 2012. La manía expropiatoria y el desastre gerencial de la élite, están cavando la tumba del llamado “proceso” que quedará solo en el mal recuerdo de 12 años perdidos.
La idea de que todo lo que toca el Gobierno lo demuele, se ha convertido en un dicho popular y los trabajadores de empresas, candidatas para tales medidas, ya no aplauden como en otros tiempos, creyendo que saldrán beneficiados, sino todo lo contrario, tiemblan al ver un futuro incierto.
La idea de que todo lo que toca el Gobierno lo demuele, se ha convertido en un dicho popular y los trabajadores de empresas, candidatas para tales medidas, ya no aplauden como en otros tiempos, creyendo que saldrán beneficiados, sino todo lo contrario, tiemblan al ver un futuro incierto.
Con 11 años en el poder, las ofertas de “Esteban” siguen siendo futuristas y disparatadas. Anuncia que seremos una potencia nuclear sin que mediara al menos un plan. Un proyecto de esa naturaleza, al menos debió estar precedido por un plan de Estado, como lo han hecho Brasil, Argentina y México. Con años de planificación, en la que se convocan a los mejores científicos del país. Pero nada que ver, como suele ocurrir, de debajo de la manga, en un viaje “ideológico” el Presidente anuncia que los rusos vendrán a construir una estación nuclear.
Lo mismo puede decirse de las 50 mil casas que ordenó construir en los predios de Fuerte Tiuna. ¿Cuándo se realizaron los estudios de factibilidad? ¿Cuáles urbanistas y constructores participaron en el proyecto? Ya nadie se molesta en preguntarle eso al Presidente, porque hasta sus ministros están acostumbrados a los sorpresivos anuncios inconsultos y sin soporte.
Muy acertadamente Teodoro Pet-koff ha llamado estas prácticas como “chacumbelato”.
Esto quiere decir, entre muchas cosas, una manera de gerenciar que al no tener la capacidad de construir algo, de crear y poner en marcha algún proyecto, se expropia lo construido por el sector privado.
En el caso de las viviendas es patético. Es el Gobierno que menos ha construido. Los pocos proyectos en los que se aventura, pasan años, y los costos son tres y cuatro veces superiores a los que invierte el sector privado. Lo mismo ocurre con las grandes obras asignadas a empresas brasileñas, como el puente sobre el Orinoco que costó cuatro veces más que los construidos en Japón o en China.
Ahora cuando escasean los recursos, al Gobierno le ha dado por vender la refinerías que tenía en Europa y en pico de zamuro está Citgo. Activos que, más que el valor monetario, tienen una razón estratégica por la cual Venezuela hizo esas inversiones.
Ahora cuando escasean los recursos, al Gobierno le ha dado por vender la refinerías que tenía en Europa y en pico de zamuro está Citgo. Activos que, más que el valor monetario, tienen una razón estratégica por la cual Venezuela hizo esas inversiones.De manera, pues, que esas políticas del “comunismo del siglo XXI”, si bien serán el fin del chavismo y la cúpula retrógrada que dirige la política económica, también arrastrarán consigo al resto de los venezolanos que en el 2012 encontrarán a un país en ruinas.
twitter:@folivares10
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