sábado, diciembre 04, 2010

"Frente a la catástrofe"("...no es la lluvia, no son los ríos desbordados...Es la desidia, la apatía, el resentimiento y el rencor...")


POR:ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA.

1
¿Qué deberá acontecer en Venezuela para que el respaldo que aún mantiene en el gobierno al golpista que detenta la presidencia de la república termine por diluirse en la más que merecida nada que, en un país medianamente sensato, ya lo hubiera aventado del Poder?

La pregunta no es ociosa, así suene derrotista. Pero es que nuestro compromiso moral no es ocultar, sino desvelar la verdad. Y la verdad es que tras los doce años más desoladores de que se tenga memoria en la historia de la república, la incompetencia, la corrupción, la anarquía y la disgregación inducidas por un militar absolutamente incompetente, este gobierno debiera haber sido aventado del Poder, sus máximos detentores debieran estar encarcelados y los esfuerzos mancomunados de todos los ciudadanos debieran estar ya enrumbados y desde hace muchos años hacia la reconstrucción física y moral de la Patria. ¿Qué lo ha impedido?
Algo muy grave, una enfermedad muy perniciosa y tenaz que habrá hecho carne en el cuerpo exangüe del país como para que todavía haya millones de venezolanos que acepten ser ultrajados, manipulados, incluso hambreados y torturados por todas las plagas imaginables que nos asolan desde que la inconciencia y la irresponsabilidad se apoderaran de las élites y en un esfuerzo exitoso, para nuestra inmensa desgracia, se dedicaran, como bien dice el poema de Bertolt Brecht, a aserruchar la única rama de la que todos, ellos y nosotros, estábamos asidos.
Pues el odio tribal, el rencor magnicida, la ambición más nefasta terminaron por llevarse por delante toda cordura, destruir los frágiles logros de cuarenta años de esfuerzos civilizatorios y caer en la tentación del canibalismo político y la oscura danza de lobos que terminara con la lamentable mutilación que nos hemos auto infringidos como si estuviéramos celebrando un carnaval. Y que ha terminado por configurar la verdadera, la auténtica catástrofe que enfrentamos.

2
Termino de leer el extraordinario documento testimonial de la periodista Mirtha Rivero, La Rebelión de los Náufragos, sin poder evitar una sensación de profundo desagrado casi físico, corporal. La más descarnada radiografía del proceso de disolución que hemos vivido como Nación desde que la conspiración cívico militar que involucrara a los coroneles golpistas con la élite de políticos, periodistas e intelectuales para eliminar física y moralmente a un presidente legítimo terminara por lograr su propósito y hundirnos en estos abismos.
Apenas el prolegómeno a la auténtica intención: apoderarse del Poder para iniciar la destrucción del período más fructífero de nuestra atribulada historia y hacer desaparecer de nuestra memoria todas nuestras virtudes y todos nuestros logros. Ciega faena conspirativa en la que ocupan sitial de honor los llamados Notables – Uslar Pietri, Ramón Escobar Salom, Rafael Caldera -, altos dirigentes de la izquierda e incluso, lo que constituye la más dolorosa comprobación de esta sórdida historia, conspicuos miembros de las direcciones de los dos partidos emblemáticos del establecimiento, Acción Democrática y COPEI. Empeñados en devorarse unos a otros, como en los peores tiempos de nuestras montoneras.
Culmino su lectura, conmovido por la vivisección de las miserias de nuestro pasado inmediato, mientras fuera de mi ventana el país se cae literalmente a pedazos. Esos polvos trajeron estos lodos. Esa miseria, esta inmundicia.
3
Que después de doce años de haber vivido la tragedia de Vargas, de haber contado con la mayor riqueza jamás dispuesta y la mayor concentración de Poder jamás disfrutada por gobierno democrático alguno la naturaleza vuelva a desafiarnos desnudando el lado más subdesarrollado, marginal, pobre y miserable del país, es algo que provoca náuseas. ¿No es razón suficiente como para exigir la renuncia inmediata del obseso, llevándolo a juicio por olvidar sus más perentorias y sagradas obligaciones? ¡Y todavía tiene el tupé de pedir la renuncia de Hillary Clinton por las verdades que desvelan sus documentos filtrados!
¿Por qué un país que contó con un billón de dólares, entiéndase: un millón de veces un millón de dólares, no arrancó a cientos de miles, a millones de pobladores de la marginalidad de viviendas precarias en terrenos absolutamente inadecuados y condenados al derrumbe para instalarlos en poblaciones seguras, modernas, cómodas y dignas? ¿Por qué se le arrebató a esos modestos venezolanos el legítimo derecho a exigir el beneficio social de cincuenta y tres mil millones de dólares, suficientes como para resolver definitivamente sus problemas habitacionales, para tirarlos en cambio a las fauces de la corrupción de caudillos inmorales y aprovechadores, como Fidel y Raúl Castro, Daniel Ortega, Evo Morales, Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández?
¿Por qué la obscena manutención de una de las tiranías más despreciables del planeta como la castrista al precio del abandono de la satisfacción de las urgentes necesidades de nuestros más humildes compatriotas? ¿Cuántos miles de millones de dólares se ha tragado la voracidad de los Hnos. Castro, impidiendo de paso que sus esclavizados ciudadanos recuperen la dignidad liberándose del yugo de la tiranía?
Y entonces, golpeado por la inmisericordia de la naturaleza, terminando la lectura del libro que comento, recuerdo la conspiración de unos y otros para sacar del Poder, enjuiciar y condenar a un político por la malversación de diecisiete millones de dólares. ¿Cuántos más, al amparo de este régimen, han terminado por abultar la cuenta bancaria de José Vicente Rangel -principal artífice de la traición, deus ex machina de la felonía que además de castrar nuestra democracia se la entregara, guillotinada, al caudillo de la circunstancia?

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No son diecisiete millones los apropiados por vías turbias facilitadas por el régimen por los Torres Ciliberto, los Rangel, los Walid Makled, los Ruperti, los Cabello y todos sus cómplices, incluido los cuarenta generales inculpados por el Kingpin sirio venezolano y enriquecidos bajo la concupiscencia del teniente coronel. Deben ser más de diecisiete mil millones de dólares. Va siendo hora de esperar a que escampe para, al brillo del sol de la justicia reconquistada, exigir las cuentas y demandar las condenas.
No son las únicas razones de las náuseas. ¿Qué freudiana, qué sádica, que masoquista razón de antropología política compele a los vargueños a reaccionar a la tragedia que han vivido y al abandono en que literalmente se encuentran ante la sevicia de un gobierno que no sólo no ha hecho nada por reconstruirles y modernizarles su ambiente, sino que ha impedido que otros lo hagan, como para que elijan de gobernador del Estado a un general que es la perfecta expresión de la mediocridad, la incapacidad, la inoperancia, la ineficiencia de estos militares en tareas de gobierno?
¿Es falta de imaginación, es falta de orgullo, es falta de ambición la que lleva a la conformidad de millones de compatriotas que bien podrían aspirar a vivir en un mundo mejor, bajo condiciones de salubridad, de orden, de seguridad dignas del tercer milenio? Si Colombia, si Perú, si Brasil, si Chile han alcanzado altos grados de civilidad y desarrollo y exhiben ciudades bellas, seguras y ordenadas, incluso indemnes a devastadores cataclismos, infinitamente mayores que las lluvias que hoy nos anegan ¿por qué habríamos los venezolanos de conformarnos con vegetar en un rancho, de hacinarnos en la concupiscencia e insalubridad de pocos metros cuadrados esperando el próximo aguacero para lamentar la pérdida de nuestros modestos bienes y la desaparición de nuestros más próximos y queridos seres humanos?

Es cierto que los haitianos viven en condiciones todavía más miserables y que los cubanos llevan cincuenta años muriéndose de hambre, sin levantarse contra la tiranía que los esclaviza. Pero ni unos ni otros han contado con la gigantesca, la monstruosa riqueza petrolera que nos aplasta y que los cubanos, por lo menos, han sido seducidos por el discurso del antiimperialismo y una falsa dignidad nacional. Una fantasía con la que creen compensar la miseria material y moral en que vegetan. Lo que no les impide vivirnos mientras descuidamos nuestra soberanía.

Porque a decir verdad, no es la lluvia la catástrofe. No son los ríos desbordados y el derrumbe de las humildes viviendas en que medio sobreviven miles y miles de nuestros compatriotas. Es la desidia, la apatía, el resentimiento y el rencor movilizados para apostarse junto a un régimen de indignidad que carga con la principal responsabilidad por nuestros males.

La oposición debe terminar de una vez por todas por abrir los ojos y mirar más allá de la lluvia y la tormenta. Y por sobre todo de sus propios ombligos. Nuestro más grave problema no es asunto de meteorólogos, ni la solución a los deslaves que nos amenazan puede esperar a una sempiterna discusión parlamentaria. Esta catástrofe política no se cura con paños calientes ni súbitas expresiones de buena voluntad. Ni con la ausencia de la sociedad civil. Se cura con la decisión de ponerle un fin radical y definitivo a la barbarie gobernante. Cuanto antes. Todo lo demás es inútil. O vendrá por añadidura.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Fernando Egaña

Wikileaks en Miraflores

Fidel Castro escribe que lo de Wikileaks es un escándalo colosal. Y de seguro que al afirmarlo no estaría pensando en los cables que se refieren al grado de control que la revolución cubana tiene sobre su par venezolana. De eso comenta muy poco el prolijo comandante.

Y es que según la documentación estadounidense revelada al respecto, las manos de los hermanos Castro Ruz están en todas las masas gubernativas de nuestro país, comenzando por las operaciones básicas en el centro del poder o el palacio de Miraflores. En cualquier caso se confirma o reitera una realidad relativamente conocida.

Pero ni de lejos en su completa dimensión Por ello, ojalá y el equipo de Julian Paul Assange contara con informantes en las entrañas del "alto gobierno" nacional. Y quién quita que sea así, porque lo que saldría a la luz de seguro que dejaría boquiabiertos a la abrumadora mayoría de los venezolanos, incluyendo a buena parte de los partidarios rojos.

A lo mejor la satrapía quedaría tan al descubierto, como cuando se dieron a conocer las video-grabaciones de Montesinos al final del fujimorato. Se presume, por ende, que el grueso de la información sobre las imbricaciones políticas, militares y financieras entre el Estado cubano y el venezolano, no conoce el espacio público. Si ello ocurriera, ¿en dónde quedaría la retórica nacionalista y soberana?

Hasta ahora Wikileaks se ha concentrado en publicar data confidencial o reservada del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado de EEUU, pero bien podría ampliar su radio de acción a otros gobiernos, y no sólo a grandes y comprometidas corporaciones privadas, tal y como se viene anunciado.

No debe ser tan complicada la tarea, en particular porque en los más encumbrados niveles de poder, siempre hay quien esté dispuesto a suministrar material por debajo de cuerda. Y el saco de gatos de la "revolución bolivarista" no debe ser la excepción, sino acaso todo lo contrario. Candidatos a wiki-informantes no deberían faltar entre los caídos o menospreciados del entorno principal.

En medio de la opacidad informativa que tipifica su proceder, sería justo que la población en verdad conociera, por ejemplo, cuáles son los alcances de los nexos oficiales con otros gobiernos y con grupos políticos legales e irregulares del extranjero....

Pero además, a cuánto monta la transferencia de recursos nacionales al financiamiento político foráneo, y sobre todo cuál es la dimensión de la dependencia vernácula a las directrices y operaciones del Estado cubano. En pocas palabras, cómo se traduce en el pormenor documentado de los hechos la aseveración de Raúl Castro sobre que "Venezuela y Cuba son la misma cosa".

El Wikileaks miraflorino no tendría desperdicio y contribuiría a calibrar la estafa continuada y onerosa a la que ha sido sometida la nación venezolana por el régimen imperante.