domingo, julio 10, 2011

"El espectáculo debe continuar" ("Una cosa es que nos conduela la enfermedad de Chávez y otra que pretenda convertirla en chantaje...")


POR:MARTA COLOMINA.

Este nuevo capítulo de la telenovela oficialista ha logrado captar la sintonía política de la audiencia con tal intensidad que ya la masacre continuada de El Rodeo parece que ocurriera en Afganistán". Así resume Fernando Egaña (Tal Cual 07-07-2011) la agenda que ha dominado el espectro nacional desde que el Canciller anunciase que el Presidente había sido operado en Cuba de un absceso pélvico, poco después el propio Chávez oficializase en cadena que tenía cáncer, llegara sorpresivamente a Venezuela, asomase su erguida y gesticulante humanidad en el Balcón del Pueblo durante 38 minutos y presidiera a control remoto el desfile sectario y estrambótico en celebración del Bicentenario de nuestra Independencia. Acto nutrido con funcionarios disfrazados de rojo y carreteados desde todas partes del país, como los de Pdvsa, dos de los cuales murieron y varios resultaron heridos cuando el autobús que los transportaba desde Cabimas perdió el control en la Lara-Zulia. El mismo desfile en el que los paracaidistas violaban la Constitución gritando "somos socialistas y antiimperialistas" y rendían vergonzoso culto a la endiosada personalidad de Chávez, como lo hicieran días antes la presidenta del TSJ y el ministro de la Defensa.

La desinformación sobre qué tipo de cáncer padecería Chávez, en que estadio podría encontrarse y si tal enfermedad le permitiría seguir gobernando, o ser candidato en 2012, han generado muchos rumores y dudas nacional e internacionalmente que indignan al propio Chávez (critica que "una minoría enloquecida dude de su enfermedad") obviando que él mismo es el culpable por no dar la información veraz y oportuna. La Conferencia Episcopal, varios gobernadores y la MUD han solicitado respetuosamente un parte médico oficial que informe sobre el verdadero estado de salud del Presidente, como hizo Paraguay, o el rey de España. Sometido a Fidel Castro ideológica y afectivamente, la enfermedad del venezolano se ha convertido en un misterio y hasta en burla de las agencias internacionales (Reuters: "En la política y la salud, el Dr. Fidel aconseja a Hugo Chávez"). Experimentados oncólogos han comentado "off de record" lo inusual y hasta increíble que es ver dando una arenga de pie en el Balcón del Pueblo y otra desde Miraflores, a quien había salido pocos días antes de cuidados intensivos después de dos complicadas operaciones, una de ellas para extirparle un cáncer, según confesión presidencial. Algunos explican "esa resurrección" que sorprende a quienes esperaban verlo muy enfermo, en su pasión por el poder y en la convicción de que sin él su revolución se esfuma como esa pluma al viento a la que alude con frecuencia. Su ausencia demostró que ninguno de los suyos podría sustituirlo, dado el alto rechazo y el bajo nivel de aceptación popular. Quedó claro que sin Chávez su revolución desaparece. Sumemos las pugnas internas entre militares y civiles y el chavismo sin Chávez, y veremos las razones de su intempestiva llegada, el reanudar su show discursivo contra el Imperio, contra los oligarcas y a reanimar entre los rojitos la falsa idea de que su poder podrá extenderse más allá del 2021, más allá del misterioso y elusivo cáncer.

Chávez está ahora entre la espada y la pared. Porque si sigue considerando la enfermedad como una batalla nacional y convirtiéndola en el centro de su show mediático y discursivo (como el fallido tema de la vivienda en el que dijo jugarse el pellejo) los problemas de los restantes 27 millones de venezolanos van a derrotarlo. Los familiares de los presos de El Rodeo gritaban "Solución" frente al Balcón del Pueblo. Chávez los vio, los ignoró y siguió hablando de "su" enfermedad, convertida ya en epopeya. Dice "dar su palabra de aliento a todos los que padecen esta enfermedad", pero cruelmente impide recibir tratamiento médico a los presos políticos con cáncer. El Chávez amnistiado por el 4F no es capaz de un gesto de justicia a favor de la jueza Afiuni y de los otros presos políticos, a pesar de la solicitud de su admirado Noam Chomsky, ¿va a seguir hablando de su innominado cáncer mientras el hampa desbordada asesinó esta semana a dos escoltas de dos de sus rojitos connotados para robarles la moto, y a otros 40 más? ¿Va a seguir enorgulleciéndose de los tanques, helicópteros y aviones rusos exhibidos en el desfile Bicentenario, que costaron más de $12 mil millones, mientras el INE revela que bajó el consumo de alimentos entre los venezolanos más pobres?

La MUD debe eludir la agenda presidencial y prepararse para vencer en las elecciones de 2012. Porque una cosa es que nos conduela la enfermedad de Chávez y otra que éste pretenda convertirla en un chantaje emocional para que nos olvidemos de sus desmanes y de la urgencia nacional de un cambio.

mcolomina@gmail.com


Fuente:http://opinion.eluniversal.com/2011/07/10/el-espectaculo-debe-continuar.shtml

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