jueves, noviembre 12, 2009

"El Convenio militar EEUU-Colombia"


POR:ROCÍO SAN MIGUEL.

Es legítima la preocupación del Gobierno venezolano en torno al contenido y alcance del acuerdo entre Colombia y Estados Unidos, pues la sola presencia de la primera potencia militar del mundo en Colombia anula las capacidades estratégica y tácticas militares venezolanas; también ­es necesario apuntar­ inutiliza las capacidades de los grupos irregulares presentes en Venezuela, con el despliegue en todos los órdenes que desde Colombia tendrá EEUU sin pisar territorio venezolano.

Sin embargo, también es justo señalar: a) Es inadmisible que en estos 10 años no haya sido posible edificar una política de defensa nacional y que en 10 años los Estados Unidos haya hecho uso de esas 7 bases colombianas sin que el Gobierno venezolano se haya pronunciado.
b) Es inaceptable que en 10 años no haya sido posible suscribir ningún acuerdo de cooperación técnica de vigilancia fronteriza con Colombia. C) E imperdonable que Venezuela no haya exigido a Colombia en estos 10 años, un justo control sobre sus desmovilizados del conflicto (paramilitares y guerrilleros), algunos con deudas pendientes con la justicia, que claramente se están desplazando hacia el territorio de los países vecinos, pues no ha sido exitosa ­para nada­ la política de reinserción de estos factores que ha adelantado el gobierno de Uribe.
Dudo mucho exista en el alto gobierno venezolano sindéresis al momento de evaluar el contenido y alcance del acuerdo del Convenio militar entre los Estados Unidos y Colombia. También dudo, que muchos de los que puedan asesorar al Presidente ­verbigracia altos funcionarios públicos incluidos militares- se hayan leído el convenio. Por cierto, se encuentra disponible en la página web de Control Ciudadano www.controlciudadano.org para incentivar el análisis. Lo que si queda claro es que el Gobierno venezolano se ha quedado anclado en la retorica de la invasión yanqui, del antiimperialismo.Ha construido una “política verbal de la guerra” aderezada de insultos y demagogia, como fórmula de distracción que en nada ayuda a solventar los graves problemas de soberanía e integridad territorial.
Colombia en tanto avanza en la consolidación de equipos, logística, experiencia y entrenamiento con la ayuda de EEUU, que la colocarán claramente como el ejército más poderoso de la región andina y el segundo en capacidades operativas después de Brasil entre los países latinoamericanos.
Varios aspectos ­por lo pronto­ destacan en el convenio de 25 artículos que tendrá una vigencia de 10 años renovable por periodos iguales: a) La referencia en el texto a los acuerdos militares que desde 1.952 han venido suscribiendo Colombia y Estados Unidos, lo que da cuenta de una política de Estado entre ambos países, sin importar el gobierno de turno. b) La posibilidad de que participen en la ejecución del acuerdo terceros países como observadores aéreos, previa autorización de Colombia y por invitación de los EEUU. No me cabe la menor duda del eventual interés en lo inmediato de países fronterizos a Colombia como Brasil, Perú y Panamá en ese sentido. c) La cooperación concebida en el más amplio alcance, apenas “las bases” son la excusa. El hueso del convenio está en el objetivo del convenio: la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo ­guerra global- y la necesidad de “enfrentar” amenazas comunes a la paz, la estabilidad, la libertad y la democracia. Sin duda deja bien claro quién es el enemigo.

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