sábado, septiembre 06, 2008

"¿Volvió Chávez para defender las 26 leyes?" ("... un tsunami electoral por culpa de los apaganones...la inseguridad...")

POR:FAUSTO MASÓ.

¿Qué tiempo hace que un ministro o ciertos líderes de la oposición no viajan en metro? Años, prefieren que los entrevisten en televisión. El hecho de que se detenga el metro no enloquece a nadie, pero de que jode viajar en un vagón a reventar como sardinas, jode.
La crisis del metro la provocó Chávez al no darle continuidad a lo bueno del pasado. José González Lander preparó una generación de relevo. Ignacio Combellas había sido entrenado para dirigir el Metro: Chávez lo destituyó a los 3 meses de llegar a Miraflores. Alguna vez este metro se comparó con los mejores del mundo. ¡Dios mío, cómo culpar de estos apagones al pasado! Hay una causa del desastre: al chavismo le faltan un José González Lander, un Rafael Alfonso Ravard o un Sucre Figarella. Los militares dejaron de lado el talento civil gerencial. Chávez permitió la venta de la Compañía de Electricidad a la empresa AE que la revendió por trozos. No invirtió en la generación. La Cía. de Electricidad contaba con gerentes como Francisco Aguerrevere y Oscar Machado Zuloaga, sabía que para evitar ser estatizada debía funcionar mejor que Cadafe.

Por culpa de los apagones, no para defender las 26 leyes, Chávez interrumpió su viaje a China. De producirse al anochecer un apagón nacional, nos amenazaría un 27 de febrero. Que Dios nos agarre en casa y con suficientes velas. Hay hasta cosas simpáticas en las 26 leyes, a pesar de que sean un desastre. A la gente le gusta que persigan al carnicero y al distribuidor de carne, hablen de financiar el 100% de las viviendas, o controlen el pago de intereses en las tarjetas de crédito. Cada estatización apresura el fin del Gobierno. No somos canadienses o franceses, cuyas empresas no las manejan rojos rojitos ni compañeros de promoción del Ejército. Continuarán los apagones. Edelca contó con una gerencia excelente, se comparaba con cualquier empresa internacional, sus ejecutivos estudiaban en las mejores universidades. Hoy desfilan con franela roja.

En la electrificación del país hubo una continuidad admirable entre López, Medina, Pérez Jiménez, Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, Herrera y Lusinchi. A la muerte de Gómez, López Contreras ordenó estudiar el potencial del río Caroní y, años más tarde, Jaime Lusinchi inauguró la última etapa del Guri. Chávez desconfía de las grandes empresas: no ha encargado ninguna planta de generación a la General Electric, Siemens o Mitsubishi; ha preferido empresas sin experiencia y hasta ha confiado labores a cooperativas improvisadas. Ahora hay una lista de espera de hasta 3 años para contratar grandes generadores. Nos estamos quedando sin luz por culpa del dogmatismo y la tontería. No hay luz, el metro no funciona, aumenta el costo de la vida, Chávez gobierna con discursos. No hay que descartar un tsunami electoral por culpa de los apagones, el deterioro del transporte, la basura, la inseguridad etcétera y etcétera.
Chávez sabe cuándo se mueve una hoja del árbol de la política, pero ignora lo que ocurre en las empresas de servicio público: su sala situacional se ocupa de la política. Alguien debería contarle que en el período especial en Cuba los apagones provocaban el lanzamiento de botellas a la calle en las urbanizaciones de la clase dirigente. Agárrense de las manos: nos vamos a achicharrar chavistas y antichavistas.

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