viernes, octubre 09, 2009

¡Aquí manda el hijo de Colón! ("...el actual Cristóbal Colón...legítimo hijo de Bolívar...el nuevo salvador...")

El autor del cuadro: Oswaldo Guayasamín, ecuatoriano,finales de los 60`s . Venezuela.De la serie "Los culpables" - Etapa de Ira.título: El macuto pintado en 1967 .
POR:AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ.

Cuando las “huestes revolucionarias” derrumbaron la estatua de Colón por considerarlo como el comandante de una acción invasora y jefe del primer genocidio de la humanidad, muchos creyeron que se había iniciado un período en el cual se extinguiría el modelo de la “historia vertical” que tiene como base y fundamento el deísmo-autoritarismo representado en la imagen de un hombre al cual se le venera y reconoce dotes superiores.

Pero esa resultó una falsa creencia. Es cierto que la estatua rodó. Sin embargo, lo que queda en pie y muy firme, y sigue en su mismo punto es la idea-pensamiento y concepción del invadido-inferior, carente de toda autonomía, siempre dispuesto a aceptar y padecer cuanto se le ordene.

La llamada revolución bolivariana hacía creer que era portadora de una nueva concepción de la historia. Que repudiaba y dejaría a un lado al modelo del vejamen y padecimiento-dolor que se practica desde la invasión iniciada el 12 de octubre de 1492 y que se produciría la tantas veces mencionada “ruptura histórica”.

Pero nada de eso ha ocurrido. Por el contrario, aquí simplemente se ha asumido la condición-conciencia de descubiertos, frente a quienes se imponen los nuevos “descubridores”, dispuestos a poner a un lado a quienes desafíen el cumplimiento de su designio.

Desde entonces somos un continente sin continente. Sin fuerza, voluntad ni pensamiento propios. El mando-poder de los dueños son las únicas fuentes válidas en 517 años de la misma historia.

El advenimiento de la tal “revolución bolivariana y zamorana” ofrecía romper con ese pasado. Pero en la práctica no ha hecho sino sustituir un “hombre superior” por otro, para una historia en la cual lo prevaleciente sigue siendo la acción unilateral, autoritaria y unipersonal de un “mesías” que en el fondo sólo sirve a intereses económicos y sociales de otras formas del mismo imperio.Pero este 12 de octubre, a 517 años de la invasión y 10 de la llamada revolución, ¿puede alguien mantener con algún rigor que aquí se ha iniciado un movimiento auténticamente liberador capaz de romper con los viejos lastres descubricionistas?

¿Tiene la historia de hoy un contenido y un sentido que se aparte del hacer que tiene en el “descubridor”, trastocado en jefe-héroe-caudillo, su actor fundamental?

Hoy se mantienen incólumes los valores impuestos por el invasor a los invadidos. Todo lo demás es ficción de una libertad inexistente. Cambia la nomenclatura pero no el contenido de una historia para el disfrute y beneficios de los boliburguerianos y el sufrimiento y padecimiento de los sometidos.

República sin república, Estado sin estado, dictadura con dictadura, democracia sin democracia y revolución sin revolución. ¿Alguien puede concebir que de estos polvos vendrá algo distinto al lodo arrojado por los llamados descubridores por más de 5 siglos?

Hoy se cumple aquí la misma historia delineada y determinada por los invasores. Ayer se nos vendió la invasión dictatorial, luego la republicana y democrática y ahora la tal “revolucionaria”.

Y el actual Cristóbal Colón dice que es a él a quien le corresponde la misión de terminar la independencia. Eso no fue logrado por ninguno de los dueños-caudillos del pasado. Es algo que la historia le tenía reservado a quien se tuvo, en principio, como legítimo hijo de Bolívar.

Un hijo que llega incluso a elaborar su propia tesis para adaptar el caudillismo a nuevos tiempos. Por ello dice: “Yo creo que se trata de vencer la barrera de esos hombres que la situación coloca en posición de líderes, que surgen en un momento determinado y que los pueblos aceptan y elevan a la condición de salvadores”. Estamos en presencia del “nuevo salvador”.

Y continúa: “Si toman conciencia real [los caudillos], se abstraen de su misma persona y ven el proceso desde lejos, mirándose ellos mismos y lo interpretan, ahí es donde yo creo que pudiera reinterpretarse el caudillismo, para que pudiera seguir estando en el juego”. Y así el salvador maneja a su conveniencia su condición mítica y le sirve para formar líderes, proyectos e ideas y justificar la presencia del caudillo providencial. (ABM, Habla el comandante. Caracas, 1998, p.172)

Queda claro, en consecuencia, que nuestro proceso social, político, educacional y nuestro propio proyecto de vida como colectivo ha estado regido por el proyecto-Colón-invasor y sus muchos descendientes. Todo lo ha ocupado y ocupa la invasión. ¿Quién puede negar entonces que es Colón la máxima autoridad en la “revolución bolivariana” y que es el verdadero padre del golpista-presidente, descubridor a su vez del fracasado socialismo del siglo XXI?
El autor del cuadro: Oswaldo Guayasamín, ecuatoriano, ¿QUÉ CLASE DE VISIÓN TUVO ESTE ARTISTA DE LA PINTURA LATINOAMERICANA ?...

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