lunes, octubre 12, 2009

"Estados Unidos fue un gran socio comercial de Venezuela"


POR:FRANCISCO ALARCÓN.

Hasta ahora no ha dejado de ser Estados Unidos el gran socio comercial de Venezuela, allá van a dar los mayores volúmenes de la producción petrolera nuestra, y representan un mercado casi cautivo y seguro para el país. El segundo socio comercial de Venezuela es Colombia, sin embargo los caprichos de Hugo Chávez y su improvisada diplomacia han hecho de esta nación uno de sus blancos políticos para justificar sus fracasos internos. Hoy en día esas relaciones se encuentran bajo una inestabilidad ostensible, traduciéndose en detrimento para el pueblo venezolano y colombiano, cuando vemos los mercados desabastecidos y los productos de primera necesidad ausente de los anaqueles en los comercios. No dista mucho la improvisada política internacional de Estados Unidos con Venezuela. Es posible que por razones de seguridad Bush tomara las medidas previsivas para buscar un socio comercial seguro en el suministro petrolero, y ello, haya continuado con la administración de Obama.El petróleo que deja de enviar Venezuela al norte encuentra prontamente sucedáneos como Arabia Saudita. Estas disminuciones no se originaron por una política de estado ni mejores manejos comerciales de PDVSA (Petróleos de Venezuela, S.A.), sino por la quiebra de la industria petrolera venezolana, viéndose sin capacidad de producción y no pudiendo exportar a Estados Unidos sino aproximadamente 890.000 barriles diarios. Estas son las verdaderas causas por las cuales Venezuela incumple con su primer socio comercial.
La evidencia de cómo decrece la economía venezolana la tenemos en sus cuentas nacionales, cuando observamos que el superávit de Venezuela con Estados Unidos bajó a 1.886 millones de dólares. Específicamente, el superávit de Venezuela en su comercio de bienes con Estados Unidos, descendió de los 2.305 millones de dólares registrados en julio a 1.886 millones de dólares en agosto, según informó el Departamento de Comercio. Entre enero y agosto, Venezuela contabilizó 11.338 millones de dólares, comparado con los 30.190 millones del mismo período del año anterior. Entretanto, Estados Unidos consiguió reducir en agosto su déficit comercial total, contra todo pronóstico en 3,5% hasta los 30.700 millones de dólares, gracias a una fuerte caída en la importación de crudo.

El déficit comercial, que mide la diferencia entre las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios, se había situado en 31.900 millones de dólares en julio, siendo menor a las previsiones. Estas perspectivas se apoyaban en el encarecimiento de los combustibles, dado que el precio del crudo creció de media en agosto en 2,27 dólares hasta 64,7 dólares por barril, la cifra más alta desde noviembre.

Se pensaba que este incremento iba a hacer subir el costo de las importaciones, pero no fue así, ya que el alza de los precios vino compensada por una fuerte caída en el volumen de compra de crudos del exterior. Las importaciones de crudo se redujeron hasta 8,7 millones de barriles por día, frente a los 9,6 millones de julio. Ahí entra la cuota de Venezuela y de su disminución a 890.000 barriles diarios, perdiendo su sitial privilegiado con países como México. Quedó en el pasado que Venezuela fuera el gran exportador de petróleo y tercer productor del mismo. Actualmente el régimen de Hugo Chávez se dedica a desmontar aquel emporio de empresa llamada PDVSA, tan respetada en el mundo de los negocios y suministrador seguro de crudo a los Estados Unidos.A Estados Unidos cada vez le importa menos el comercio con Venezuela, mientras exista un régimen que no garantice las inversiones y vulnere la propiedad privada. Difícilmente regresarán las inversiones a este país. Y las perspectivas económicas serán negativas, viendo invariablemente su rumbo dirigido hacia un comunismo tipo cubano. Se cambió la otrora prosperidad y democracia por una autocracia mal dirigida y sin fines de “lucro”. Estados Unidos, por palmarias razones, irá desmontado toda inversión en Venezuela. La vida de este país depende mucho de las políticas del norte, caso contrario a Estados Unidos cuando mantiene una parte pequeña de sus transacciones con esta nación que tiende a separarse del contexto democrático.
La mirada de Estados Unidos deberá estar dirigida a sus ciudadanos, quienes están viviendo una aguda crisis económica y de política internacional. Sus definiciones con el cambio de gobierno han sido ambiguas y erráticas. Quizás hubiese sido mejor una Hillary Clinton de Presidente con un Obama de secretario de Estado, seguramente se hubiesen ahorrado los tumbos que vienen dando en la representación de esta poderosa nación.
Venezuela poco tiene que ver en esta coyuntura, su destino al corto plazo parece estar definido por un único ciudadano llamado Hugo Chávez, quien por el momento no renunciará al comercio con Estados Unidos. Mientras Obama puede incurrir en un alejamiento continuando las políticas Bush, Chávez seguirá vendiéndole a duras penas petróleo porque se trata de su único mercado spot. Lo demás son pamplinas, para ofrecerle petróleo a otros tendrá que pensarlo muchas veces con el incremento de los costos, y a él le interesa mantener una entrada fija para sostener a su nomenklatura.
Con el resto de las ayudas “solidarias” mantiene a Cuba y a los tantos disparates erigidos como el AlBA, apoyando a sus socios latinoamericanos. Pero esto no ha de durar mucho tiempo; Venezuela viene en picada y su economía también, las deudas cada vez serán mayores y llegará el tiempo de honrar esos compromisos. El valor del crudo actual, bastante rentable para el resto de los países miembros de la OPEP, le resulta insuficiente al régimen de Chávez para sostener su “revolución” y mantener a sus adláteres del continente.
Latinoamérica está alborotada con los dólares de Chávez y eso sí debe interesarle a los Estados Unidos más que la disminución en las ventas de petróleo. Todos los misiles internacionales los enrumba al descrédito de esa nación y a la destrucción de su propio país. A Estados Unidos no le conviene la enemistad con sus vecinos, y por esa simple razón no puede abandonar los planes de ayuda a Latinoamérica, aceptando que Chávez le arruine sus alianzas, cuestión que debe pensar reposadamente.
Obama quizás no sea el individuo más apropiado para representar el “imperio”, por eso Chávez lo siente tácitamente como uno de sus aliados. Y el pueblo norteamericano no debe sentirse muy seguro con él en el poder, ya que hasta ahora no ha dado ninguna muestra para ostentar tan elevado cargo. Solamente galardones y esperanzas. No sabemos qué tanta profundidad tendrán sus apaciguamientos con los árabes. A Obama se le presenta un panorama bastante sombrío, no obstante vislumbrarse una salida a mediano plazo de la crisis económica.

Francisco Alarcón (alarcon@semanarioatlantico.com) es un reconocido escritor y analista sociopolítico venezolano.

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