martes, diciembre 29, 2009

"Cayeron las máscaras" ("...el carnaval se acabó...las cifras que nos ofrece el Banco Central...son abrumadoras...")


POR:JOSÉ TORO HARDY.

Hemos demostrado ser uno de los pueblos más ingenuos del mundo.

Tenía que ocurrir. No es posible violar todas las leyes de la economía sin que tarde o temprano tuviéramos que pagar el precio. A lo largo de los últimos años, el ingreso petrolero venezolano alcanzó niveles sin precedente. Los recursos que obtuvimos han podido ser utilizados para lograr un efectivo despegue de nuestra economía y promover cambios sociales verdaderamente profundos que hubieran podido dejarle a Venezuela una perspectiva de prosperidad y estabilidad sostenida. Pero no fue así. Nuestro Big Brother -como lo llamaría George Orwell- optó por adelantar una suerte de “revolución” que en realidad ni es revolución, ni es nada. Más que preocuparse por el futuro del país, se ha preocupado por su permanencia para siempre en el poder.
Este tipo de líderes suelen ser excelentes comunicadores. Esa es una característica común de infinidad de populistas y demagogos que sembraron de miserias a sus respectivos países, tal como lo hizo el cochino Napoleón en la otra obra magistral del mismo George Orwell: Rebelión en la granja.
El daño A lo largo de los últimos 11 años lo único que se ha logrado es dañar profundamente el tejido social venezolano, a la vez que desmontar nuestro aparato productivo, empezando por la industria petrolera. Casi todo lo que podía ser destrozado fue destrozado. En realidad, la población venezolana, en particular la más humilde, fue engañada con un discurso vocinglero y fantasioso, a través del cual se le ofrecieron villas y castillas, sin que en la práctica se hiciera otra cosa que lanzarle migajas del festín petrolero -mientras este duró- para ahora arrojarla por el despeñadero de una crisis económica y social que sin duda tendrá repercusiones políticas. Durante los años de abundancia los que se beneficiaron no fueron precisamente los pobres. A ellos los acomodaron con cuatro lochas y los manipularon mientras otro grupo, los llamados boliburgueses -a los cuales el propio líder calificó de “pata en el suelo”-, repentinamente se hicieron con fortunas descomunales logradas en medio de una etapa de corrupción sin precedentes en la historia venezolana, medrando en torno al erario público.

Pero ahora, el carnaval se acabó. Las cifras que nos ofrece el Banco Central de Venezuela son abrumadoras. En el tercer trimestre el PIB cayó en un 4,5%, el PIB petrolero en un 9,6%, el del sector comercial en un 11,5%, el del financiero en un 4,5%, el comercio en un 9,2% y pare usted de contar. Es el resultado de la ignorancia que en materia económica prevalece en las filas gubernamentales. Los niveles de pobreza son ahora más graves de resolver. La inflación, del orden de un 30% al cerrar el año, está destrozando la capacidad adquisitiva de la población venezolana, que hoy en día es más dependiente que nunca de las dádivas de un gobierno que para colmo ya no tiene los recursos para mantener el timo. Esos recursos fueron dilapidados, entre otras cosas, en un esfuerzo para extender una revolución -anacrónica y estéril- más allá de nuestras fronteras. Cuba, Bolivia, Argentina, Nicaragua, Honduras, Bielorrusia, Ecuador, una parte del Caribe angloparlante, fueron también grandes beneficiarios del manirrotismo del militar venezolano.

Radicalizar Enfrentado a la inevitable pérdida de popularidad -lo cual se manifiesta en todas las encuestas- el líder pretende ahora radicalizarse, aún más, para asirse al poder. La gran incógnita es si la sociedad se lo va a aceptar. Una cosa es burlarse de la gente mientras a la vez se dispone de recursos para comprar voluntades y conciencias y otra, muy distinta, es pretender que el fraude se puede mantener cuando la chequera se quedó sin fondos.
Y como los recursos no alcanzan, habrá que inventarlos. Un camino es el endeudamiento. Lo que pasa es que como ya lo afirman algunas empresas calificadoras de riesgo -como es el caso con CMA DataVision- la deuda venezolana está considerada como la más riesgosa del mundo por lo cual es difícil de colocar. Pero eso para nada les importa a estos señores, ya modificaron la Ley del Banco Central de Venezuela, de forma que la deuda que emitan empresas públicas, tales como Pdvsa, será adquirida por el BCV, el cual la pagará con bolibolívares impresos a tal efecto, cuyo respaldo, en lugar de dólares, será la deuda de esas empresas.
En nuestro caso, el camino del infierno ni siquiera estuvo sembrado de buenas intenciones, como reza el proverbio. Estuvo sembrado de palabras vacías y de engaños. Hemos demostrado ser uno de los pueblos más ingenuos del mundo.

2 comentarios:

victor Rocco dijo...

Hola ayúdame a repartir este mensaje a todos tus amigos blogeros.
Perdón por entrar sin previo aviso a tu blog, quizás no me conoces y quiero que lo hagas, mi nombre es victor rocco, soy Chileno, artista, y hace algún tiempo estoy luchando por los derechos de las mujeres y hoy quiero invitarte a unirte en esta cruzada de amor.
En el año 2009 fueron 54 las mujeres asesinadas por sus parejas, yo quiero luchar porque esto acabe, ¿me quieres ayudar? Si la respuesta es sí sigue los dos siguientes pasos: primero copia y pega este mensaje en todos los blog de tus amigos y diles a ellos que también lo hagan, luego visita y dile a tus amigos que visiten mi blog tierradeletrassur.blogspot.com y podrán leer lo que sigue de este mensaje.
Si no te interesa salvar vidas te pido mil disculpas, no fue mi animo molestar, si gustas puedes borrar este mensaje pero antes de hacerlo recuerda que tú, también naciste de una mujer.

Martha Colmenares dijo...

Aproveché de enlazarlo a una entrada que tengo en relación al interesante documento emitido por Faces de la UCV.