lunes, julio 28, 2008

Cuarteleros y revolución sin Chávez.


POR:ARCANGEL VULCANO.

Quienes tengan todavía alguna duda sobre la verdadera naturaleza del régimen político que desgobierna Venezuela, simplemente que vea, escuche, evalúe, medite y analice detenidamente desprendido de ataduras, convencionalismos y falsos prejuicios, el contenido esclarecedor del programa “Aló presidente” del domingo 27 de junio, en el cual está condensado el pensamiento político filosófico del caudillo y jefe supremo de la seudo revolución mal llamada bolivariana, que podría sintetizarse con un solo calificativo que lo caracterizaría absolutamente: cuartelero.

Entre otras expresiones, Chávez enfatizó que los partidos aliados que hasta ahora le han servido para mantenerse en el poder: el PPT, el PCV, el MEP y el UPV no lo reconocen como líder. “Hago un llamado a las bases de esos partidos, si hay respeto habrá unión. Al PPT no lo entiendo, anda calentándole la oreja a los que perdieron en nuestro proceso interno del PSUV, eso se llama deslealtad (…) Albornoz eso no es unión ni revolución” dijo el caudillo llanero.

Tales apreciaciones denotan y reflejan varias apremiantes lecturas. La primera es la más obvia, y es que Chávez definitivamente no es un demócrata y actúa como un cuartelero, lo que es en realidad. Chávez acostumbrado únicamente a comportarse como un militar, ignora y desestima los principios básicos de la convivencia política democrática; detesta el debate, desdeña la discusión; pero exige obediencia ciega; eso simplemente no es posible imponerlo en Venezuela dentro del normal funcionamiento de los partidos políticos de inspiración democrática, independientemente que sean de izquierda o de derecha, sin que ocurran las actitudes disidentes que enfrenta en lo interno de su propio entorno en las organizaciones “aliadas” que conforman su base de apoyo político.

El caudillo llanero acostumbrado desde la academia militar a obedecer y ser obedecido, no entiende ni puede aplicar otro lenguaje sino el cuartelero. El Líder único del mal denominado proceso revolucionario proclamado como chavista, no se ha cansado desde el fatídico día en que perdió el referéndum que improbó su propuesta de reforma constitucional, de solicitarle sin éxito a sus partidarios políticos, la disolución de sus organizaciones partidistas para integrarse y fusionarse en un único partido político, el suyo, el de nadie más, pero comandado por un líder único, con un pensamiento único, el partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), estructurado eso sí, en torno a la visión autocrática, personalista, militarista, totalitaria, retrograda, obsoleta, primitiva, decadente y claramente antidemocrática de un único jefe supremo providencial y hegemónico. Pero esa propuesta del caudillo, ha sido obviamente por todos los medios posibles desatendida, desobedecida, categóricamente rechazada y desechada por todos los partidos políticos de la llamada alianza patriótica, que conformaban el antiguo bloque de partidos que apoyaron a Chávez para llevarlo, mantenerlo y sostenerlo en el poder hasta ahora, por lo que a pesar de los devaneos caprichosos es innegable el papel indispensable y protagónico de esas organizaciones democráticas, para darle una sustentación, una sólida base de apoyo político al líder del mal llamado proceso revolucionario chavista, porque ya no es tal, según lo demuestra su propia confesión de debilidad en virtud del abierto desacato del cual es objeto.

Se está evidenciando un encubierto fenómeno político de desobediencia tácita, que desautoriza al equivocado caudillo, quien sufre un motín a bordo de su destartalado buque seudo revolucionario, porque creyó tener el privilegio exclusivo de la verdad y la razón revolucionaria en un puño. Todo indica la necesidad de relevar al líder del mal llamado chavismo lo cual será un proceso traumático que ocurrirá por etapas, sucesivamente, pero indefectiblemente, la revolución bolivariana lo que experimentará es el confinamiento del líder errático a sus cuarteles de invierno para madurar y decantar. Se ha iniciado casi espontáneamente el relevo del caudillo dentro de su propio movimiento político, simplemente porque “nadie es imprescindible” (eso lo incluye y no lo ha notado), aunque el líder no lo asimila, tal vez lo comprende, pero se rehusará porfiadamente a dejarse desplazar, al menos sin pelear, de allí que se producirá la segunda gran división de los factores oficialistas; el primero ya se produjo en escalas sucesivas con la dimisión progresiva de importantes partidos como lo son sin dudas el Mas y Podemos; faltan ahora los que aún lo acompañan, ni siquiera por fidelidad sino por natural conveniencia; pero no se dejarán arrojar fácilmente por la borda a los tiburones, sin aferrarse a defender con los dientes su botín de guerra logrado en sus batallas revolucionarias; de allí que procurarán proteger hasta donde puedan y los dejen, sacrificando vergüenzas y dignidades, las cuotas de poder que consideran suyas, merecidas y bien ganadas; son los partidos PCV, PPT, el MEP Y UPV, que aunque fingirán lealtad, sabrán mantener siempre los puñales afilados tras la espalda a pesar de las afrentas del ya desobedecido líder del proceso.

El aspirante a dictador lo entiende; pero no lo acepta; por eso los amenaza con desaparecerlos. Reiteradamente hablan fingidamente de chavismo sin Chávez; pero creemos que debe comenzar a hablarse es de revolución sin Chávez; porque es la lectura adecuada que debe hacerse de los movimientos y reacomodos que en lo interno de las denominadas organizaciones políticas revolucionarias, se vienen produciendo a pesar del líder. En realidad, lo que está ocurriendo es una fuerte presión de abajo hacia arriba, de los integrantes de los cuadros bajos y medios que constituyen la base de apoyo y respaldo popular del llamado proceso revolucionario, en el cual conviven muchísimos y disímiles corrientes que se manifiestan y expresan a través de las manifestaciones lógicas de distintos matices y tendencias, que no aceptarán sumisamente, ni obedientemente al ufanado y arrogante Jefe; no accederán a fusionarse, ni a plegarse incondicionalmente a las órdenes de un único líder providencial cada día más errático y contradictorio, quien un día les predica que él es apenas “una simple paja en el huracán revolucionario”; pero en otras ocasiones (cada vez mayores) se revela como un déspota caudillo totalitario y conculcador de sus más elementales derechos, incluso sus normales necesidades que suponen pensar libremente, ser diferentes, poder disentir sin el temor a ser expulsados, apartados, rechazados, excluidos, sin ser incondicionales de un incompetente; sin poder tener derecho a proponer, escoger, y decidir. Así que, habrá a partir de ahora que acostumbrarse y habituarse normalmente a hablar de revolución sin Chávez y revolucionarios sin un único líder, porque simplemente se han insubordinado ante el oprobio, han surgido otros líderes también con tendencia de izquierda y centro izquierda, pero igualmente se saben y se sienten revolucionarios, tanto o más que quien funge de jefe supremo irremplazable –por ahora- algunos aún más radicales que el mismo caudillo, otros en cambio más moderados, con menos poder es verdad, pero no menos ambiciosos que aquel.

De allí que iracundo, enardecido y ensoberbecido les expele ante el país:“Si quieren irse por su lado déjenme tranquilo, adiós luz que te apagaste, déjenme solo con mi partido”. El Presidente enfatizó que “si vuelvo a ver declaraciones donde ellos el (PPT, PCV, MEP, UPV) lanzan a sus candidatos con “prepotencia” porque yo los conozco van a desaparecer. No los necesitamos (…) les doy plazo para que cesen las diatribas y declaraciones, les doy esta semana (…) quieren desaparecer, váyanse solos”, recalcó Chávez. Es una diatriba que lo muestran y ratifican como un cuartelero equivocado que cree ser dueño del concepto de revolución; pero olvida que está rodeado de dirigentes revolucionarios quienes han construido la base de apoyo popular para sostenerlo. “O somos o no somos, lo repito, si el PPT, el PCV y el UPV deciden irse, váyanse, es muy poco lo que ellos nos pueden aportar. Repito, los respetamos, pero tienen que respetarnos. Ellos quieren el chavismo sin Chávez, ellos están a la caza para ver cuando desaparece el chavismo, pero no lo van a poder hacer, les pasó el autobús”, dijo Chávez. Pero en realidad lo que está ocurriendo es que le han tomado su palabra cuando le aceptaron aquello que les dijo un día envalentonado: “Quienes no quieran sumarse al PSUV, no importa, son libres de decidir lo que quieran", y así lo hicieron, ¿alguien aún puede dudarlo?.

Por otra parte, es cierto que lo desacatan, es verdad que lo han desobedecido, es muy verídico que existen revolucionarios sin Chávez, pero es porque es perfectamente posible que existan revolucionarios sin Chávez y revolución sin Chávez, especialmente sin cuarteleros déspotas, descomedidos, arrogantes e insultantes que se creen dueños absolutos de la verdad y únicos precursores de la revolución y de los movimientos de izquierda revolucionaria, principalmente, quien se cree providencial y heredero de la gloria de Bolívar, quien está hoy atornillado en la silla de Miraflores y que insiste en comandar para siempre a todos los revolucionarios sin condiciones,bajo su sumisón total; pero los revolucionarios sin duda lo detestan y repudían secretamente; pero no es cierto que no los necesita; claro, que los quiere para usarlos y desecharlos como obviamente pretende, y a quienes jamás piensa considerar ni consultarles sus sinceras opiniones, pero si no le fueran útiles, indispensables y convenientemente necesarios jamás les suplicaría públicamente que se le unieran.

Posiblemente veremos próximamente al ayer conciliador Chávez, transformarse en iracundo cuando finalmente le ratifiquen los jefes de los partidos “aliados” que decidieron desacatarle, jamás fusionarse y menos plegársele, profiriéndoles mediante sus serviles intermediarios o personalmente si lo requiriera, toda clase de insultantes epítetos descalificativos contra sus otrora fieles héroes y mártires revolucionarios; pero asistiremos al nacimiento encubierto del uso normal del concepto revolución sin Chávez, y el cuartelero y su camarilla de cuarteleros, serán obligados por las apremiantes circunstancias a tragarse sus palabras una vez más, como ya nos tiene acostumbrado con sus ataques de ira desproporcionados; al devaluado caudillo le tocará clamarle a las bases de sus aliados apoyo revolucionario -como si fueran borregos- pero esta vez a la revolución sin Chávez; fingirá humildad, se vestirá con su disfraz de corderito degollado y se calzará su mascara de suplicante piadoso perdona vidas, pero ya no recibirá respaldos incondicionales, sino que deberá negociar y ceder a regaña dientes algunas parcelas y cuotas de poder que a todo evento le exigirán sus asociados (ya no serán aliados) para poder aspirar a gozar de sus favores, ya sabe que no serán gratuitos, deberá tener dispuesta y siempre lista su petro chequera, porque en política nada es regalado, sino que deberá pagar por ellos si es que quiere mantenerse en el poder.

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