Ha recibido el bastón presidencial de manos de su marido, el ahora ex presidente Néstor Kirchner
ELPAIS.com/Agencias - Buenos Aires - 10/12/2007. Cristina Fernández ha asumido hoy la Presidencia de Argentina en una ceremonia celebrada en la sede del Parlamento y en la que participan nueve jefes de Estado, el príncipe Felipe de España y dirigentes de numerosos países.
Fernández, de 54 años, ha recibido la Presidencia de manos de su esposo, Néstor Kirchner, en un hecho inédito en la historia del país suramericano.
Fernández, de 54 años, ha recibido la Presidencia de manos de su esposo, Néstor Kirchner, en un hecho inédito en la historia del país suramericano.
La ahora ex primera dama ha jurado "por Dios, la Patria y los Santos Evangelios", la misma fórmula que inmediatamente después ha utilizado el flamante vicepresidente de la Nación, Julio Cobos. Minutos después se ha producido el traspaso de la banda y el jefe de Estado saliente ha entregado el bastón presidencial. Ella se ha mantenido seria; su marido, en cambio, sonreía y hasta se dio tiempo para bromas.
"Pueblo y nación en tiempos de globalización siguen más vigentes que nunca y debemos representar los intereses de los argentinos", ha afirmado Fernández en su primer discurso como presidenta.
En el momento del traspaso se ha registrado una lluvia de confeti que caía desde los palcos, al tiempo que los asistentes aplaudían la toma de posesión de Fernández, la primera mujer de Argentina en acceder a este cargo a través del voto.
Ataviada con un vestido color crema y chaqueta de encaje,la flamante jefa de Estado ha destacado la gestión de Kirchner y ha considerado que en las elecciones del pasado 28 de octubre, en las que obtuvo el 45,29 por ciento de los votos, ganaron "los proyectos".
El reto que asume hoy Cristina Fernández como presidenta de Argentina es marcar distancias con la gestión de su marido, Néstor Kirchner, afrontando nuevos problemas y corrigiendo desequilibrios pero sin que la diferencia se note demasiado.
Fuente:ELPAÍS.com (España).
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Diciembre 10 de 2007
En cumbre por el acuerdo humanitario se convirtió posesión de Cristina Kirchner en Argentina
El presidente Álvaro Uribe se entrevistó ayer con sus homólogos de Argentina, Brasil (foto), Ecuador, Chile y el primer ministro francés.
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Yolanda Pulecio tuvo citas con diplomáticos y también con Francois Fillon, primer ministro francés y representante del presidente Nicolas Sarkozy.Todos los interesados en el intercambio (Yolanda Pulecio y los presidentes Uribe, Sarkozy y Chávez) aprovecharon el encuentro para mover a los mandatarios latinoamericanos a favor de sus iniciativas.
La nueva presidenta de Argentina, en su primer discurso ante el Congreso, pidió a Dios "que ilumine al presidente de la hermana y querida República de Colombia para poder alumbrar una solución que exige el derecho humanitario, sin que eso signifique inmiscuirse en los asuntos internos".
Kirchner pareció terciar en favor de las gestiones desplegadas por Francia.
"Quiero hacerme eco del llamado del presidente Sarkozy para que colaboremos en la negociación para lograr la liberación de Betancourt, cuya madre nos acompaña aquí", dijo la flamante jefa de Estado.
La presidenta chilena, Michele Bachelet, se expresó en el mismo sentido, al admitir que aceptó el ofrecimiento del mandatario francés Nicolas Sarkozy, para integrar un grupo de jefes de estado que exigirá la liberación de rehenes en poder de las Farc.
Yolanda Pulecio (la madre de Íngrid Betancur) pasó por Buenos Aires casi como una jefa de delegación más. Participó de la cena de gala la noche del domingo cuando la pareja presidencial salió a respaldarla y lo mismo ayer en la posesión ante el Congreso. Ella y la senadora Piedad Córdoba no ahorraron contactos y reuniones para comprometer a los países de la región en el canje humanitario.
Pulecio dijo que Uribe "es un desalmado... Lo único que le interesan son las detenciones políticas...cada vez que estuvimos cerca de la liberación la daña..." resumió en su cadena de entrevistas.
Chávez tuvo inusual bajo perfil
La senadora Piedad Córdoba volvió a repetir aquí que "el único" capaz de garantizar el acuerdo humanitario es el presidente Chávez.
Más cauto estuvo el presidente Hugo Chávez, a quien la madre de Betancourt y la senadora Córdoba siguen reclamando dentro de la mediación.
Chávez y Uribe no se cruzaron, entre otras razones, porque el protocolo que organizó los actos de posesión de la presidenta Cristina Fernández se cuidó de mantener a distancia a quienes hasta hace poco se declaraban como los mejores amigos.
La presión francesa
La diplomacia francesa se movió hasta con los mandatarios que no asistieron a Buenos Aires. La canciller mexicana, Patricia Espinosa, le confirmó a EL TIEMPO que el presidente Felipe Calderón recibió una carta en la que le pedía su ayuda a favor del intercambio. "De inmediato nos pusimos en contacto con el gobierno colombiano para reiterarle que estamos dispuestos a colaborar en la medida que nos lo pidan", dijo.
"Toda la presión internacional que se pueda ejercer es importante para lograr la liberación", afirmó el primer ministro francés, Francois Fillon.
Las explicaciones del Gobierno
En cada uno de los encuentros con sus pares de Brasil, de Chile y con Fillón, Uribe explicó no sólo la situación de los secuestrados, algunos aspectos de la política de seguridad democrática y el estado de su proyecto de negociación con las Farc, sino que también se reservó "el derecho irrenunciable" de inclinarse por la opción militar para liberar a los rehenes. Algo que ni Pulecio ni algunos de los gobiernos que comienzan a involucrarse observan con buenos ojos.
El vicepresidente, Francisco Santos, fue comisionado por el presidente Álvaro Uribe, para que explique hoy al Consejo Permanente de la OEA, integrado por 34 embajadores, su propuesta de intercambio.
JOSE VALES
Especial para EL TIEMPO
Buenos Aires
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