jueves, febrero 19, 2009

"Derrota electoral, victoria política" ("...es el momento de cuidar al máximo la unidad democrática, mantener enjauladas las ambiciones...")


POR:CARLOS RAUL HERNÁNDEZ.


Las fuerzas democráticas tuvieron una victoria política en medio de una derrota electoral

Fausto miraba babeado en el espejo mágico a una mujer de sensualidad y belleza brutales. Detrás de él, Mefistófeles se reía socarrón. El viejo veía las proyecciones de su propia mente, lo que quería ver.

Por aquí entre los escombros del abstencionismo militante y el antipartidismo, dos caras de la misma monada, comienzan a descubrir las fechorías de unos partidos que "se escondieron", "no dieron la cara" y "dejaron solos" a los estudiantes en la consulta del 15 de febrero. Eran los mismos que hace sólo unos años los acusaban de "colonizar la sociedad civil", "usurpar los espacios ciudadanos" y apropiarse de las organizaciones comunitarias. No dejará de encontrarse algún zahorí que considere que no se debió concurrir al proceso refrendario a hacerle el juego al enemigo, exhibiendo así una inteligencia política que ni Maquiavelo. Se trata de manías irremediables que pondrían en apuros a los mejores siquiatras.

Otros, astutos, mefistofélicos ellos mismos -pero de esos que se ahorcan poniéndose la corbata- comienzan a soplarle a los líderes emergentes (Ledezma, Ocaríz, Capriles, Pérez Díaz, Borges, Salas, López) en el oído "lánzate ya", "coge la delantera" con lo que estos promisorios ciudadanos correrían el riesgo de ser out en tercera si los agarran movidos de la base. Otros están hartos de la alianza unitaria, consecuencia de los reales y supuestos errores que respectivamente se cometieron o se cometen. El general aquel de los Ray-Ban dijo que no hay sustituto para la victoria y eso parece ser cierto en abstracto, ya que hay derrotas exitosas y victorias fracasadas -Pirro dixit-.

Las fuerzas democráticas tuvieron una victoria política en medio de una derrota electoral, si se nos permite apelar a la dialéctica en nuestro auxilio. Un paso en falso -de esos que tanto hemos dado- por apresuramiento, piquiña o simple impericia, podría producir una reacción en cadena que ponga en riesgo todo lo logrado hasta ahora. Este es el momento de cuidar al máximo la unidad democrática, mantener enjauladas ambiciones que si se desbordan pasan a ser ridículas, además de suicidas (tengo por lo menos cuatro o cinco amigo que de haber tenido el timing necesario, hubieran llegado al cielo).

Este es un momento colectivo. La elección de gobernadores y alcaldes perteneció a los partidos, el referéndum fue de los estudiantes y vienen las elecciones de concejales este año y de Asamblea Nacional el próximo, que serán también de los partidos. Ojalá lo hagan mejor que el 2008. Ya llegará el momento individual de los líderes, las precandidaturas presidenciales y a él hay que arribar con la más profunda disposición de jugar para ganar y no sólo para recibir masajes de ego.


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