sábado, febrero 21, 2009

El discípulo de Fidel Castro haciendo su tarea.


POR: ARCANGEL VULCANO

Hugo Rafael Chávez Frías es un caudillo político muy ambicioso, populista, demagógico, con fuertes tendencias autoritarias, con una visión totalitaria, militarista, hegemónica y autocrática, que se ha convertido deliberadamente y por imposición de las circunstancias políticas e históricas en el aventajado discípulo y heredero del proyecto político totalitario de Fidel Castro.

Chávez es ya en si mismo un fenómeno político y sociológico digno de ser estudiado y jamás subestimado. Hay que admitir que posee un gran carisma; es muy habilidoso, audaz, atrevido, incansable, voluntarioso; pero lo más negativo, es que engaña a buena parte del crédulo pueblo venezolano y latinoaméricano mediante la aplicación de estrategias y tácticas falaces.

Chávez es un consumado histriónico, emplea su capacidad de buen comunicador mediático como un encantador de serpientes, y mantiene aletargado a parte de sus compatriotas venezolanos y latinoaméricanos, haciendo uso indebido de sus promesas de redención social y sus dádivas; posee un gran olfato político para intuir fríamente las mejores oportunidades para implementar sus movimientos políticos; Chávez es muy calculador, ha aprendido a medir los adecuados tiempos políticos, conoce a fondo el más íntimo sentir de los sectores populares excluidos y desposeídos, juega con eso como le da la gana, aplica sin anestesia las recetas populistas, e inocula el mortal virus del odio social entre ricos y pobres, sin medir las consecuencias para procurar polarizar a la sociedad y mantenerse en la cresta de la ola de la contienda febril; se maneja como una suerte de Robin Hood moderno, que aparenta quitarle a los ricos para darles a los pobres, pero alienta tras bastidores la conformación de una nueva casta de nuevos ricos oligarcas privilegiados, en el seno de su régimen y por todo el continente.

Chávez no pareciera tener escrúpulos ni límites a la hora de planificar, organizar, desplegar y ejecutar sus perversos y ambiciosos planes de expansión del proyecto político seudo revolucionario, que defiende y para el cual trabaja sin pausas ya sin disimularlo, (el del comunismo internacional) pero aplicando en realidad recetas de capitalismo de estado, y no socialistas; pero él no actúa sólo, es la estrella, el cabeza visible de un proyecto político continental de corte socialista que dirige el denominado "eje del odio" repotenciado, que no es más que el lobo del comunismo encubierto actualizado con ropaje de corderito (edulcorado); para lo que emplea los mismos métodos, las repetidas probadas estrategias y tácticas de guerra, los mismos íconos, símbolos y consignas periclitadas y oxidadas de la vieja izquierda revolucionaria comunista, tales como, la violencia (golpes de estado, guerrilla armada), la propaganda brutal, los mensajes subliminales encubiertos de guerra psicológica; el inoculado odio social y racial; el insentivo de la desgastada pero siempre usada lucha de clases entre pobres y ricos alentando la envidia, la codicia, el resentimiento entre hermanos de un mismo pueblo; armando grupos de mercenarios y milicianos adoctrinados para usarlos como mecanismos de choque, presión, coacción, disuasión, chantaje, persecución, hostigamiento, amenazas y criminalización en contra de la sociedad civil disidente; utilizando semblanzas convirtiéndo en mártires a inmisericordes guerrilleros como el Che Guevara, Marulanda, Raúl reyes; el uso indiscriminado de simbolismos inspiradores para sus fanatizados milicianos y partidarios, como el puño cerrado, el color rojo, las canciones de protesta, la difusión ininterrumpida del viejo eslogan modificado "patria, socialismo o muerte, venceremos", etc (comunismo trasnochado); la idolatría y el endiosamiento de los jefes supremos como Castro, Mao, Lenín, Estalin. Chávez sabe el rechazo mayoritario de la población pacífica por el empleo de la violencia y todos estos métodos falaces, por eso, Chávez disfraza sus verdaderas intenciones, pero es un aventajado discípulo de Fidel Castro, y uno de los principales financistas y sostenedores del resucitar de todos los movimientos guerrilleros y políticos de corte seudo revolucionarios de izquierda más radicales y violentos, emblematizados y estigmatizados como anti capitalistas, anti imperialistas y anti estadounidenses, que están operando en América Latina desde hace décadas infiltrados en todas partes, y que ahora han experimentado un nuevo impulso con el cínico y mal disimulado financiamiento con el cuantioso y multimillonario dinero del petróleo de la patria de Simón Bolívar, usado delictivamente por el caudillo barinés, puesto a la orden del proyecto internacional comunista, con esos recursos nada desestimables, porque también con la usurpación del legado y los ideales del Libertador, que son realmente muy mal usados, desnaturalizados y deformados, colocados como pretexto, excusa y mampara para justificar los excesos de la mal llamada revolución bolivariana que no es tal.

Chávez encarna y ejerce de hecho un nuevo y muy conveniente liderazgo para esos grupos que han venido ganando elecciones infiltrados en partidos políticos de inspiración marxista leninista edulcorados como progresistas socialistas, principalmente en Ecuador, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Argentina, Paraguay, Uruguay y ganando terreno en Perú, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras y hasta en México.

Chávez es la nueva esperanza de esos movimientos seudo revolucionarios, en su viejo afán de concretar sus antiguos planes de penetración progresiva del comunismos en América, y que vienen resurgiendo, y negarlo sería un error en el análisis. Chávez es mucho más que un líder local exitoso, que actúa como un dictador constitucional, de hecho lo es, porque ha impuesto su voluntad usando a su antojo al resto de los poderes públicos, mediante la anuencia de "algunos" de sus cómplices en Venezuela, pero el proyecto político para el que opera es expansionista, Venezuela le sirve de base de operaciones con el respaldo del petróleo .Quienes lo combaten electoralmente no deberían ignorar esta difícil, amenazante y riesgosa realidad, ni olvidar jamás, que están luchando contra un adversario formidable, inescrupuloso, despiadado, y que la dura lucha que ha de librarse efectivamente ante su ilimitado poder, no se tratará de ningúna manera, de enfrentar eficazmente únicamente a un sólo individuo actuando aisladamente por su ambición personal -que también lógicamente la tiene- sino que tiene tras de su figura autoritaria, carismática y emblemática, un contingente de movimientos políticos muy bien adoctrinados, entrenados, adiestrados en la compleja, difícil y dura lucha política, gente muy adiestrada en el hostil combate político de distinta naturaleza, pero también en la lucha armada; muy sagaces, experimentados, audaces, habilidosos, indoblegables, constantes, dispuestos "a todo" (a morir si es necesario) en la lucha por imponer sus ideales y causas al resto de la sociedad que es democrática, en la ardua tarea por concretar y alcanzar sus inconfesables fines; por tales motivos hay que recordar permanentemente que para ellos siempre "el fin justifica los medios"; comprenderlo es la primera indispensable y esencial condición para encontrar, aprender y aplicar adecuadamente las fórmulas precisas para vencerlos, para contrarrestar y neutralizar los perniciosos efectos de sus acciones y movimientos políticos. No hay que olvidar jamás que Chávez no es un auténtico demócrata sólo finge serlo.

De tal manera que no sólo los venezolanos estamos ya sufriendo los serios efectos del negativo y perverso impacto de la aplicación del proyecto castro chavista de corte totalitario y de inspiración marxista leninista, llevado adelante sin cesar por estos grupos políticos radicales extendidos e infiltrados por todo el continente, sino que pareciera que su acción directa y efectiva ya se extiende como una virulenta enfermedad muy contagiosa, por toda Latinoamérica. El aventajado discípulo de Fidel Castro está haciendo su tarea.

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