lunes, octubre 06, 2008

"Colapso" ("...nos amenaza un huracán...")

POR:LEONARDO FILARDO.

Los líderes de hoy no están conscientes de que un huracán amenaza con colapsarnos.

J. Diamond, autor del libro Colapso: Razones por las cuales las sociedades escogen el camino del fracaso, explica que el colapso se debe a decisiones desastrosas que toman los gobiernos porque: 1) no anticipan el problema hasta que aparece; 2) cuando aparece, no se percatan de que existe; 3) cuando se dan cuenta de que existe, no toman las precauciones para resolverlo; o 4) si las toman, puede que no tengan éxito porque es demasiado tarde. Veamos.

En el siglo XX, Estados Unidos fue el principal productor de petróleo, alcanzando el máximo en los 70, cuando se convierte en el principal consumidor mundial. Ahora su consumo promedio es 20 millones de barriles diarios, de los cuales importa 58%. En un mercado normal esto no sería problema, pues continuos descubrimientos proporcionarían reservas suficientes para satisfacer la demanda. Pero los líderes no se percataron de lo que implica tratar con gobiernos absolutistas y autoritarios.

El Medio Oriente.En 1973, con el conflicto en el Medio Oriente, los árabes ejecutaron un embargo a las exportaciones petroleras hacia Estados Unidos y los precios se cuadruplicaron. Esto representó una primera advertencia. La reacción del Gobierno americano fue otorgar subsidios para mitigar el impacto, en vez de adoptar medidas que promovieran el uso eficiente de la energía y estimularan la exploración y producción en su propio territorio. Además, buscaron alianzas para asegurar las fuentes de suministro. Sin embargo, en 1979 surge una nueva crisis motivada por la Revolución Iraní, y otra en 1990 por la I Guerra del Golfo. En esta oportunidad los líderes visualizan el problema como una cuestión militar, mientras que los ambientalistas logran la aprobación de regulaciones que prohíben exploraciones en varias regiones del país. Luego viene el ataque terrorista del 11-S.

Según el Instituto Memorial para la Prevención del Terrorismo, las evidencias indican que la principal fuente de financiamiento de esas actividades procede de países petroleros con gobiernos autoritarios. Aunque supuestamente esas naciones no estaban involucradas, después se comprueba que algunos sí lo estaban.

Desde 2002, el mercado petrolero se ve afectado por la guerra de Irak, el exceso de demanda que origina el crecimiento sostenido de la economía mundial y la especulación en el mercado de futuros, que lleva el precio a un máximo de $147 el barril. Ello significa transferencias masivas de recursos hacia aquellos países, con lo cual se profundiza el autoritarismo y el deseo de algunos gobiernos de ser imperialistas. Siendo Estados Unidos el mayor consumidor de petróleo, indirectamente es el que más financia el terrorismo.

Los candidatos a la presidencia, Obama y McCain, se percataron de que la transferencia de billones de dólares por importaciones petroleras, paradójicamente financia la inseguridad e ineficiencia de su país. En sus campañas electorales se han comprometido a que en 10 años se independizarán del petróleo extranjero. Finalmente se dieron cuenta de que existe un problema. Está por verse si las contiendas políticas les permitirán aprobar medidas adecuadas y si éstas tendrán éxito o será demasiado tarde.

Venezuela. En el caso de Venezuela es mucho peor porque en 50 años de democracia ningún gobierno se dio cuenta del problema. Nos convirtieron en una sociedad rentista en vez de sembrar el petróleo y diversificar nuestra economía. A partir de los 80, cuando el precio del crudo se desploma, las decisiones tomadas contribuyen a agravar la situación. A finales de los 90 retrocedimos porque quienes toman las decisiones se dedican con sus amigos a disfrutar del festín petrolero. Por ello, lo que han hecho es agravar el problema.
Las evidencias indican que estamos camino al colapso que señala Diamond pues luego de 10 años del actual Gobierno, nuestra dependencia del petróleo aumentó, y ahora tenemos una sociedad destruida moral y materialmente: sin instituciones, inseguridad y niveles de corrupción sin precedentes, sin ningún poder que los sancione; una economía cayéndose a pedazos (estatizaciones, inflación, desempleo, economía informal, escasez de alimentos y vivienda), que profundiza la pobreza; y permite el deterioro de la infraestructura y los hospitales, y servicios públicos que no funcionan.

Aun cuando nuestros dirigentes futuros vean la crisis, llevará muchos años reconstruir el país. La cuestión es que los líderes de hoy, visto su discurso populista, no están conscientes de que nos amenaza un huracán que nos dejará colapsados


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