martes, octubre 21, 2008

¡Crunch!" ("...reducción del dinero para prestar...riesgo de...grave recesión mundial")


POR:JOSÉ TORO HARDY. ¡Crunch!

Vienen tiempos difíciles pero el populismo nos está empujando hacia un abismo

El "crunch" crediticio (credit crunch) es la fase más preocupante en medio de la crisis económica que viene afectando al mundo entero. Trataré de explicarlo:

En una primera fase, la crisis golpeó fundamentalmente al sector financiero y a los mercados bursátiles. En un extremo de simplificación podríamos definirla como la pérdida masiva de confianza ocurrida como respuesta a los manejos inapropiados en el sector inmobiliario de Estados Unidos. Consistieron esos manejos en el otorgamiento de créditos para la adquisición de viviendas a millones de personas, más allá de sus posibilidades de pago. El paso siguiente fue la emisión, también masiva, de títulos cuyo respaldo eran las hipotecas sobre esas viviendas. Estos títulos se vendieron en todas las bolsas del mundo y los recursos obtenidos fueron utilizados para repetir el mismo tipo de operaciones, en sucesivas etapas, inundando el mercado con papeles cuyo riesgo ni siquiera era conocido por quienes los adquirían. Finalmente estalló la llamada crisis de los créditos subprime.

Al subir las tasas de interés, millones de familias perdieron sus viviendas. Se desató un intenso proceso de ejecución de hipotecas (foreclosures) y el valor de las propiedades inmobiliarias se vino al suelo. Estos eventos arrastraron consigo no sólo a los bancos sino también a las principales bolsas del mundo, en un desplome sólo comparable con el crash de 1929.
Las instituciones financieras -grandes y pequeñas- se quedaron sin recursos para seguir otorgando créditos. La reducción del dinero disponible para prestar es precisamente lo que define un "crunch". Sus consecuencias asfixian a los consumidores y limitan las inversiones. A partir de ese momento la crisis comenzaría a contagiar al sector real de la economía, con el riesgo de desembocar en una grave recesión mundial.

Los gobiernos se vieron obligados a intervenir auxiliando masivamente a los bancos. La realidad es que las intervenciones de este tipo terminan acarreando un costo elevadísimo para la sociedad. Sin embargo, en este caso, se trataba de escoger entre varios males el menor.

Veamos un ejemplo. Un paciente no puede vivir para siempre pegado a un corazón artificial. Ahora bien, cuando está en riego la vida misma del paciente, este tipo de medidas de emergencia puede resultar indispensable.

Eso fue lo que ocurrió. En una acción sin precedente, los gobiernos de Estados Unidos, de la zona del euro, del Reino Unido y de las naciones más importantes del mundo, se pusieron de acuerdo para aplicar medidas de emergencia que pudiesen salvar la vida de ese paciente al que conocemos bajo el nombre de "economía mundial". Esperemos que esas medidas sean sólo temporales y que pasada la gravedad, sean retiradas. Pero no nos hagamos ilusiones. El precio habrá que pagarlo y será alto. El mundo tendrá que enfrentar una etapa de fuerte desaceleración de la economía global.
Cabe preguntarnos, ¿qué impacto tendrá todo esto sobre Venezuela?

Pues bien, a pesar de que -dando muestras de un profundo desconocimiento en materia económica- nuestro Presidente afirma alegremente que estamos blindados frente a la crisis, la realidad es todo lo contrario. Pocos países son más vulnerables. Las acciones irresponsables de este Gobierno a lo largo de la última década han debilitado severamente el aparato productivo venezolano y han desmontado los mecanismos de estabilización que existían. Hoy somos más dependientes que nunca del petróleo, pero siendo el petróleo el más global de los productos que se comercia en los mercados internacionales, una desaceleración de la economía global se traducirá inevitablemente en una caída en la demanda y en el precio de este hidrocarburo. El problema es que el 94% del valor de nuestras exportaciones proviene del petróleo.
Según Goldman Sachs, "el congelamiento de los mercados crediticios está actualmente deprimiendo la demanda de petróleo mucho más allá de lo que sugieren los fundamentos económicos". El Deutsche Bank estima que el precio del crudo referencial WTI podría caer a finales de año por debajo de los 60 dólares el barril. Recordemos a la vez que la cesta petrolera venezolana es unos 10 dólares más baja que el WTI. A ese nivel de precios Venezuela tendría que enfrentar una dolorosa crisis económica, política y social de consecuencias imprevisibles.

Vienen tiempos difíciles. Hemos debido estar preparados, pero el populismo empobrecedor y vocinglero del líder de la revolución nos está empujando hacia un abismo.


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