domingo, octubre 05, 2008

"Los desenchufados" ("El estado te tiene vigilado...es nuestro nuevo Dios:siempre te está viendo. No te descuides")

POR:ALBERTO BARRERA TYSKA.

El Estado te tiene vigilado.

Siempre sabe lo que haces, lo que dices, adónde vas. Nada ni nadie se escapa. Es nuestro nuevo Dios: siempre te está viendo.

Cuando el Gobierno expulsó a José Miguel Vivanco del país lo que más me llamó la atención, lo que más me sorprendió, fue su clóset.

Que las cámaras del canal del Estado estuvieran ahí, en el pasillo, junto a los funcionarios policiales, como coprotagonistas de una operación represiva, ya era suficientemente fuerte. Pero entrar a la habitación, persiguiendo a Vivanco, acosándolo, adhiriéndose a cada gesto, siguiéndolo hasta sus gavetas, hasta su clóset, como si secretamente desearan hurgar en su ropa interior, nos regaló un relato brutal, una instantánea terrible de lo que nos ocurre. Más allá incluso de la discusión legal y política, más allá incluso de estar o no estar de acuerdo con la acción del Gobierno, esa experiencia comunicativa desnudó un ánimo, una intención, una nueva cultura, profundamente controladora e impúdica, profundamente reaccionaria, además. El canal público no sólo registró y distribuyó la violación de una intimidad sino que, de esa misma manera, legitimó una violencia absolutamente gratuita, se convirtió en cómplice de un abuso de poder, de un ejercicio oficial de la intolerancia.

El clóset de Vivanco, aun con todos los matices que se quieran agregar, no deja de ser una cruda metáfora de los tiempos que vivimos. Es el retrato del conflicto que quizás mejor defina el proceso de fondo que padece la sociedad venezolana: la invasión del Estado, el secuestro de la vida ciudadana, la pérdida creciente de las distintas formas de la intimidad.

En sus estudios sobre los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt resalta cómo, en general, el Estado totalitario no suele ser un espacio, una "estructura" monolítica. Y cita a Thomas Masaryk para recordar que el "llamado sistema bolchevique nunca había sido nada más que una completa ausencia de sistema". Es el Estado multiforme, omnisciente. El Estado cada vez menos diferenciado de otras experiencias de poder. El Estado partido, el Estado instituciones, el Estado sociedad civil... El Estado repartido, moviéndose con libertad y sin pudor por cualquier lugar, sintiéndose con el derecho y el deber de intervenir cualquier esfera, cualquier privacidad. El Estado cada vez más poderoso y cada vez más controlador y más supresor de la alteridad.

Otra metáfora crucial de esta dinámica es lo que le ha sucedido, en los últimos días, a algunos periodistas como César Miguel Rondón, Carla Angola o Leopoldo Castillo al salir o entrar al país. El mensaje es de una evidencia grosera. El Estado se apropia de tu documento personal. Sin seguir ningún tipo de legalidad. Sin darte explicaciones, siquiera. El Estado te fotocopia, te registra, te archiva. El Estado te tiene vigilado. Siempre sabe lo que haces, lo que dices, adónde vas. Nada ni nadie se escapa. Es nuestro nuevo Dios: siempre te está viendo. No te descuides.

Frente a esta presencia avasalladora, es poco lo que, desde su vivencia personal, el ciudadano en solitario puede hacer. Incluso el recurso político del voto –el lugar donde supuestamente la masa puede ser masa organizada y expresar su poder, su diversidad– tiene herida su eficacia. Esta semana, la Asamblea Nacional aprobó, sin mayores discusiones como siempre, el proyecto que le permitirá al Presidente implementar la nueva geometría del poder, una de las propuestas que fue rechazada en los comicios de diciembre de 2007. Al Estado ya no le importa tampoco la voluntad popular. Se impone más allá, incluso, de los resultados electorales. Se trata de un autoritarismo que ya ha superado la vulgaridad de la antigua tradición tercermundista. Chávez ha refundado el mito del caudillo latinoamericano. Con mucho petróleo y un gran talento histriónico también se puede ser un caudillo glamoroso, paseante triunfal de las pasarelas progresistas del mundo.

El Estado bolivariano es tan voraz como demoledor.

Avanza lento pero seguro.

Se apropia de cada detalle.

Está desesperado por uniformar todos los territorios. La única singularidad que tolera se llama Hugo Chávez. Quiere controlarlo todo. Tu geografía, tu documento personal, tus movimientos, tu clóset... Nunca descansa. Confía en que cada vez tengamos menos capacidad de reacción. Ataca por todos lados. Confunde.

Grita. Aturde. Quiere que nuestra indignación descienda, aun más, que permanezca bajo cero. El Estado bolivariano sólo puede respirar en nuestra indiferencia o en nuestro miedo.

Sólo vive, apagándonos. Quizás, ese es, en el fondo, su ideal. Así es el hombre nuevo. Así nos quieren.

Desenchufados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

POR:MARTA COLOMINA.

Poco antes del derrumbe de Wall Street que arrastró a las demás bolsas mundiales y aún amenaza con derivar en una recesión semejante a la de los años 30, analistas señalaban que los altos precios del petróleo impedirían un presupuesto “austero” para 2009, a propósito del tardío mensaje de Chávez pidiendo moderación en el gasto, mientras él dilapida $ millones en armas que el país no necesita y en los $ miles de millones que ha regalado a sus compinches políticos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Argentina; la prensa añadía que la liquidez monetaria había superado los 165 mil millones de bolívares, hecho que comprueba cómo el nada independiente BCV pone a funcionar la maquinita de fabricar billetes que presionan sobre la inflación, la cual rondará este año en un 40% (en alimentos sobrepasa ya 50%).

En sus 10 años en el poder, Chávez ha recibido $ 800 mil millones (mucho más que la sumatoria de lo manejado por todos los presidentes anteriores) y sin embargo ha endeudado el país en cerca de $ 100 mil millones. Todo en medio del descalabro de la infraestructura nacional, de escuelas y hospitales derruidos, policías con armas decimonónicas (las del hampa son de última generación), universidades sin presupuesto, sistema eléctrico con apagones constantes, mercados desabastecidos, bancos oficiales desbancados, cooperativas y empresas de cogestión quebradas por la ineptitud y corrupción oficiales, invasiones y expropiaciones de fincas convertidas en “peladeros”, y otro sinfín de etcéteras.

Viene a colación la fábula de la cigarra y la hormiga. La primera, haragana y tragona, se hartaba en primavera y verano de los tallos y granos que la naturaleza le brindaba sin esfuerzo. La cigarra se burlaba de la hormiga cuando trabajosamente llevaba los granos a un escondite para su alimentación en invierno. Cuando llegó la nieve, la imprevisora cigarra murió de hambre y de frío, mientras la hormiguita comía calentita en su cueva. Los consejos dados a Chávez por los expertos,instándole a cumplir sus promesas de crear un fondo de ahorro (como han hecho Noruega y Arabia Saudita) para depositar los excedentes de los altos precios petroleros y disponer de ellos en los tiempos de las “vacas flacas”, han sido rechazados y sometidos a sus obscenas burlas.

De sus viejas críticas en contra del armamentismo de gobiernos con pueblos famélicos, ha pasado a ser el principal comprador de armamento de guerra, mientras en Venezuela hay más de dos millones de personas desnutridas, según cifras del Instituto Nacional de Nutrición. Adiós a las metas del milenio. En septiembre la canasta alimentaria aumentó a Bs. 1.473,1, es decir, Bs 27,47 más que el mes anterior. Los alimentos (mayoritariamente importados por el acoso oficial a los productores nacionales) son los más caros de la región. ¡Qué paradoja! ¡Un gobierno que del lema de la “producción endógena”, devino en destructor de la producción nacional y en paladín de la “economía de puertos”, creadora de miles de empleos en Brasil, Argentina y Bolivia!

Tanto anunciar que el lobo de la caída del petróleo podría aparecer y miren por donde el feo animal está mostrando sus fauces. Este jueves la cesta venezolana se situaba a poco más de $ 80 el barril. Caía de nuevo Wall Street por reportes sobre desempleo y la merma de pedidos fabriles. Si la situación se extiende, la caída de la demanda seguirá presionando los precios a la baja. Minada por la corrupción, Pdvsa no tiene músculo para endeudarse e impulsar la producción en la Faja, porque la inversión requiere montos milmillonarios, así que caerá en manos de las mafias rusas, peores que las yanquis. Pdvsa se está endeudando aceleradamente (el “maletín” y Pdval la tienen seca). El último préstamo es por $ mil millones con venta de petróleo a futuro, prueba de que no tiene liquidez, Otro crédito reciente de $ 1.200 millones sería para modernizar las agónicas refinerías nacionales (la de Cardón estará fuera de servicio hasta enero 2009). Pdvsa le debe $ 4.700 millones a la quebrada Cadafe, pero financia a Argentina el 80% de la factura de combustibles y dirige $ 887 millones a Bolivia: mientras Chávez promete a Dominica la construcción de una planta eléctrica, el Táchira compra energía eléctrica a Colombia. ¿Qué se va a esperar de una petrolera que no es capaz de abastecer su mercado interno de gasolina (en el primer semestre de 2008 las importaciones aumentaron en 41,4%) y en la que sus barcos chocan unos con otros en mar abierto?

Esta semana una encuesta revela que el 65% de los venezolanos no cree en el cuento del magnicidio y del golpe, así que apelaron al terror de la Ley del Territorio. Esfuerzo vano, porque sin el “glamour” de la petrochequera y la inminente paliza que recibirá el 23N Chávez no será el mismo.

El Universal