sábado, febrero 16, 2008

"Los efectos del 2D" (Aunque se intente actuar como desentendido)


POR: FRANCISCO OLIVARES.

Lo que está en la calle no se quiere ver o se justifica con el tema del imperialismo.

Para el Gobierno lo sucedido el pasado 2 de diciembre, cuando fue rechazado por la población el proyecto del Estado socialista, parece nunca haber ocurrido. Sin embargo aunque se intente actuar como desentendido, los efectos del 2D están presentes en cada una de las actuaciones del Gobierno y de sus principales actores.

Desde la cúpula se promueve la tesis de la guerra contra Colombia y el Imperio como un factor para cohesionar al chavismo y recuperar parte del la base popular perdida. El concepto drena hacia abajo y se proyecta en forma de ataques a los medios de información, acciones violentas y verbales contra la Iglesia, amenazas a instituciones privadas y planes para apropiarse de la infraestructura productiva del país.

Las acciones producen un efecto contrario al pretendido, se traba aún más el proceso económico y comercial, las autoridades incurren en disparates como decomisar mercancías que iban camino a la distribución o incluso incautan en la propia aduana cargamentos de alimentos cuyo destino era el mercado nacional. El resultado es el aumento de la escasez y una población perturbada.

Manejar un país sustituyendo los procesos científicos y los mecanismos tecnológicos por las emociones ideológicas que se irradian desde arriba, generan el desorden y el caos que terminan contaminando todo aquello a lo que el Gobierno le pone la mano.

Lo que está en la calle no se quiere ver o se justifica con el desgastado tema del imperialismo. Desde luego que tales acciones han distanciado a la dirigencia de sus propias bases sociales y al mismo tiempo se produce un efecto hacia dentro del propio chavismo.

José Vicente Rangel, ahora desde fuera del poder real, ha planteado la necesidad de que el chavismo, reflexione sobre los resultados de los comicios de diciembre y acepte que en la acera de enfrente hay otro país que reclama su espacio. Otras voces referentes o ideólogos que han estado al lado de Chávez, le reclaman que su permanencia en el poder y la supervivencia del proceso, dependen de que haga cambios, que dialogue y que abandone la política suicida de provocar un conflicto armado o financiero con EEUU.

En la propia estructura del poder se sienten los estragos del 2D. La salida de cuadros emblemáticos como el caso de Vielma Mora, expresan la desconfianza del Presidente en sus propios líderes, o bien porque no se pliegan a todas las peticiones que impone o bien porque comienzan a brillar con algo de luz propia.

Si bien, la supervivencia de un ministro, diputado o un alto funcionario depende siempre de la frase oportuna que complace o la orden ejecutada, ese privilegio presidencial ha perdido desde el 2D su poder infalible.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Política económica y discursiva suicida del gobierno venezolano.

POR: HEINZ DIETERICH.

1. El Presidente no asumió la lección del 2 de diciembre.

La derrota del referendo del 2 de diciembre, 2007, no fue un pequeño contratiempo, como parece pensar el Presidente, sino un cambio cualitativo en la correlación de fuerzas, casi tan significativo como el del golpe militar del 11 de abril, 2002. Por eso no se entiende, que el Presidente siga aplicando el modelo político-económico-discursivo que le dio resultados entre 2003 y 2007, pero que fracasó el día 2/12.

El continuismo pre-2/12 es evidente: no ha habido un debate serio de la derrota; las críticas y autocríticas de los funcionarios han sido retóricas; la fracción dominante de la Nueva Clase Política (NCP) se ha fortalecido; el nombramiento de ministros improvisados para carteras importantes continúa y la estructura conductiva sigue vigente. En dos frentes del continuismo, la política económica y discursiva, se centran peligros reales para su propio futuro.

2. El modus operandi económico gubernamental

El 20 de enero, el Presidente Hugo Chávez anunció un aumento del 36 por ciento en el precio regulado de la leche, de 1,10 bolívares fuertes a 1,50. El 23 de enero puso en marcha la red Pdval, que va a vender productos alimenticios a precios regulados. Pdval distribuirá 150 mil toneladas al mes.

El consumo nacional de alimentos en Venezuela es alrededor de un millón de toneladas al mes. El 31 de enero, el ministro de Alimentación, Félix Osorio, reactivó un mecanismo de entrega de divisas para el sector alimenticio que fue suspendido en el 2004 y avisó que el Presidente aprobó un aumento de volúmenes de ventas en la Red Mercal, “de 130 mil a 160 mil toneladas mensuales, y esto va a ir aumentando progresivamente hasta diciembre".

El 1 de febrero, el Ministro de Planificación, El Troudi, informó que "Estamos contrarrestando la tendencia que registramos en el ultimo trimestre de 2007, en el que tuvimos como suma acumulada 10% de inflación”. El 4 de febrero, el Presidente amenazó con expropiar a las grandes cadenas de producción y distribución de alimentos y medicinas que considera responsables de la falta de productos. El 6 de febrero, el ministro para las Finanzas, Rafael Isea, anunció que la meta inflacionaria del 2008 será del 11% y que la inflación es esencialmente la responsabilidad de los grandes empresarios “que se niegan a colaborar con la producción nacional y basan sus negociaciones en medidas capitalistas que sólo los beneficia a ellos”.

3. Incongruente discurso económico del gobierno.

El discurso económico del gobierno es superficial y desaprovecha su control de los medios estatales de comunicación para dotar a la población de una conciencia económica real de la situación. Con frecuencia es simple retórica o mistificación.

¿O algún economista podría encontrarle un sentido a la afirmación del Ministro de Planificación (sic), de que la “inflación que estamos recogiendo es producto de la inercia. Los efectos inerciales tienden a estabilizarse en el mediano plazo”? Esto significa desinformar a la gente, porque todo economista sabe que el pico inflacionario decembrino se generó por los aguinaldos, el masivo desembolso de liquidez adicional (médicos, maestros), motivado esencialmente por el referendo, y las facilidades crediticias otorgadas por los bancos.

¿Que seriedad informativa ostenta un Ministro de Alimentación, cuando dice que "no es un secreto para nadie que (…) alimentos como el arroz, el trigo y el maíz van a entrar dentro de los rubros críticos" de desabastecimiento mundial, como consecuencia del "empeño del imperio de utilizarlos como combustible"? La realidad es que la producción de biocombustibles en el 2007 apenas ocupó el 1.25% de las tierras cultivables del mundo y que el principal factor en la elevación de los precios de alimentos radica en el enorme crecimiento de las clases medias en China, la India, Rusia, y en su recuperación económica en América Latina; países, que en conjunto abarcan la mitad de la población del mundo.

El mismo Presidente genera ilusiones cuando dice, al aumentar el precio de la leche: "Espero que los productores respondan, en vez de hacer sólo queso o llevarse la leche para Colombia, lo cual yo considero traición, pues esa leche es para los venezolanos". En la crematística, y Venezuela es una economía crematística de mercado, las actividades económicas se realizan por tasas de ganancia y por intereses, no por conceptos valorativos como Patria o traición. “El gran capital no tiene patria, tiene bolsillo”, recordaba Gramsci y mientras el Presidente no introduzca las estructuras de una economía de valor, de nada sirven reclamaciones de patriotismo.

Y el Presidente genera otra ilusión, la del poder del Estado, cuando dice que expropiará a las grandes cadenas de alimentos y medicinas. Si hoy día no es capaz de garantizar que haya pollo y leche en los mercados, ¿con qué logística estatal sustituirá la función de esas grandes cadenas? ¿Por qué amenazar, dice Sun Tzu, si no se puede cumplir la amenaza?

4. Inflación y desabastecimiento a la luz de la ciencia económica.

La forma más sencilla para que el ciudadano no-economista entienda el problema de la inflación y se libere de las mistificaciones, es mediante la llamada “ecuación cuantitativa” de la teoría cuantitativa del dinero. Simplificando se puede explicar de la siguiente manera. Toda economía moderna está compuesta por un circuito monetario (dinero) y un circuito de bienes y servicios. Cada circuito está determinado por dos factores (variables): el monetario por la masa monetaria M (total del dinero circulante) y la velocidad de rotación (circulación) del dinero V; el de bienes y servicios por el conjunto de bienes/servicios Q y sus precios P.

La ecuación M x V = Q x P expresa que tanto la inflación como su contrario, la deflación, resultan de un desequilibrio entre ambos circuitos. Cualquier aumento desproporcional del lado izquierdo de la ecuación genera un efecto inflacionario (aumento de precios); cualquier aumento desproporcional del lado derecho genera un efecto deflacionario (reducción de precios).

Las causas de la inflación pueden ser esencialmente cuatro: 1) el aumento de los precios de importación (la inflación importada); 2) un boicot económico; 3) una catástrofe natural; 4) un aumento desproporcionado de liquidez (dinero). Los primeros dos factores son el argumento fundamental del discurso oficial; el tercero no aplica a Venezuela y el cuarto es la razón fundamental de la inflación nacional.

El desabastecimiento de mercancías en una economía crematística se da cuando los precios de venta (tasa de ganancia) no son atractivos para el productor o vendedor (capitalista). Este es el caso de Venezuela. Muchos de los precios fijados por el Estado (precios administrativos), que afectan 400 rubros, son tan bajos que la oferta de productos desaparece, ya sea, por que se dejan de producir o por que se vendan en mercados que ofrecen precios más altos, como son Colombia y el mercado negro.

5. La política económica y el futuro político de Hugo Chávez.

Cuando la inflación del año 2006 llegó al 17%, el gobierno estableció la meta oficial para el 2007, en 12%. Esa meta no fue alcanzada. Según el Banco Central de Venezuela, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 22.5%. Sin embargo, si se toma en cuenta que los precios de muchos bienes de primera necesidad están congelados por el Estado, es realista asumir que la inflación real fue alrededor del 28%. Una tasa tan alta tiene dos consecuencias negativas: destruye a la macroeconomía y al gobierno responsable de ella.

Hay que mencionar, por supuesto, al mercado negro y al acaparamiento especulativo como factores negativos para la política gubernamental. Esto, sin embargo, con dos consideraciones: a) sus causas son más económicas que políticas, resultantes de la distorsión de los precios relativos de mercado por los precios administrativos; y, b) la única manera de acabar con ellos son mecanismos económicos, no policíacos ni políticos.

6. Año electoral 2008: ¿Cómo evitar la crisis económica-política?

La inyección masiva de dinero en la economía en tiempos electorales es normal para cualquier gobierno y, en algunos casos, inclusive el control de precios de los bienes y servicios básicos. Esta receta fue posible para el año electoral 2006 y el año electoral 2007; pero, en esa forma, es disfuncional e insostenible para el año electoral 2008.

Para controlar a la inflación y terminar los desabastecimientos, el Presidente solo tiene dos opciones: a) reducir la excesiva liquidez mediante políticas fiscales (aumento de impuestos), monetarias (intereses) o redistributivas; b) asumir como Estado el costo de la inflación. Las opciones de “a” no se aplicarán en un año electoral. Opción “b” exige que se le resuelva la relación costo-precio al pequeño y mediano productor mediante precios realistas de garantía o subsidios. Se trataría de un modelo rentista como el de los pequeños campesinos de la Unión Europea y de Estados Unidos, que no viven de la renta de la tierra, sino de los subsidios del Estado, pero le garantizaría al gobierno la lealtad política de esas clases sociales y le daría tiempo para buscar una salida estructural de la camisa de fuerza económica autoimpuesta por los controles de precios.

Combinado con esto se necesita un programa masivo de importaciones en el cual el Estado asume todos los gastos que excedan los precios internos deseables. Aunque el precio promedio mundial del petróleo oscilará este año entre los 65 y 80 dólares, el Estado venezolano tiene suficiente capacidad financiera para asumir estos gastos, al menos a corto plazo.

Queda por resolverse, entonces, el problema de la logística de distribución que, para ser exitosa, tiene que ser masiva y llegar hasta el último pueblo. Probablemente no hay tiempo para crear de cero esta logística antes de las elecciones de noviembre del 2008, hecho por el cual hay que usar las infraestructuras existentes. Solo la Iglesia, la escuela y los militares tienen presencia hasta en los últimos rincones del país. Con la Iglesia como enemiga, y los militares no aptos para tal tarea, la infraestructura de las escuelas queda como única solución disponible.

Pagando una compensación adecuada a los maestros dispuestos a ayudar en esta tarea y contratando a gente desempleada, se tendrá una considerable fuerza de trabajo. Para evitar cuellos de botella en la mano de obra y reducir el problema de la corrupción, debe hacerse una convocatoria a nivel latinoamericano y europeo, para traer cuadros honestos y calificados, dispuestos a colaborar. No remunerar este trabajo o no remunerarlo adecuadamente, como se discute ahora en los PdValitos, es una idea de boy scouts, no de gente seria. ¿O existe algún ministro o burócrata que trabaja gratuitamente para la revolución bolivariana?

Este es el único camino económico que le queda al Presidente, para evitar una crisis en el año 2008. Dado que el Estado venezolano tiene los recursos materiales, los únicos insumos faltantes son cuadros humanos con audacia, visión estratégica, capacidad organizativa y ética. Para encontrar estos insumos el Presidente tendrá que salir de los feudos cortesanos de la Nueva Clase Política, que lo rodean. Si no puede o no quiere dar este paso, repetirá en diciembre del 2008 a escala mayor la experiencia, que le tocó vivir el 2 de diciembre de 2007.

7. La ética de la verdad y la disyuntiva del Presidente.

Uno de los fenómenos políticos más preocupantes del proceso venezolano es un creciente vaciamiento de la ética discursiva del gobierno. En lugar de explicar científicamente la realidad a los ciudadanos, se les trata discursivamente con las mismas técnicas manipulativas que usan los gobiernos burgueses. Con este procedimiento no se crea conciencia revolucionaria, sino clientela.

A la atrofia de la veracidad discursiva se agrega el agotamiento progresivo de los dos discursos estratégicos del Presidente: el bolivariano y el del Socialismo del Siglo XXI. El primero, porque no ofrece ya nuevos horizontes al nivel interno del país y el segundo, porque el Presidente no ha creado ni una sola institución económica cualitativamente diferente a la de la economía de mercado, es decir, postcapitalista.

El Presidente se encuentra ante la siguiente disyuntiva: o rompe con el status quo pre-decembrino o el continuismo se convertirá en el termidor de la Revolución Bolivariana.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63079

Anónimo dijo...

Marcos R. Carrillo P. // El regaño presidencial

Una vez más Chávez sometió al escarnio público a varios de sus más incondicionales colaboradores. En medio de una de sus peroratas dominicales, se sacudió de toda responsabilidad por el deplorable manejo de las tierras en el país y la emprendió contra el ministro Jaua, el presidente del INTI, el jefe de la guarnición y hasta contra su propio padre. Todos ellos eran culpables de que no estuviera sembrado hasta el último rincón del estado Barinas.

Hay una verdad como un templo en el autocrático regaño: este gobierno es el máximo prodigio de ineptitud que esta tierra haya conocido. El equipo de gobierno, lejos de promover la agricultura, promueve políticas agropecuarias erradas y ha generado un estado de terror tal (apoyado por los panas de las FARC, ELN, FBL, etc.,) que ha tenido como resultado la muerte del campo. Y no puede ser de otra manera, pues no hay el más mínimo criterio de racionalidad para nombrar a las máximas autoridades. Se sabe, eso sí, que ser militar es un comodín que sirve para ocupar carteras que van desde Interior y Justicia, pasando por Alimentación, hasta Infraestructura. Vergüenza verde oliva.

Los civiles que acompañan esta alocada aventura no mejoran el cuadro, pues se comportan con un grado tal de sumisión que son un remedo triste de la subordinación propia de la Fuerza Armada. La autosometida AN es el paradigma de este proceder. Pero la vergonzosa actitud del ministro Jaua frente a la humillación televisada también es un buen ejemplo, no sólo de sumisión, sino de la falta de criterio en los nombramientos ministeriales. Que se recuerde, luego de que se quitó la capucha, ha sido constituyente, asambleísta (en el congresillo), ministro de la Secretaría, protoembajador -objetado por Argentina-, y ahora, ministro de Agricultura y Tierras (¿tan siquiera sabrá montar caballo?); es decir, el hombre ha ejercido cargos diseñados para juristas, políticos, gerentes, diplomáticos y especialistas en el ámbito agropecuario. ¡Una pelusa!
Pero, como reza el dicho, la culpa no es del loco sino de quien le dio el garrote. La frustración presidencial es un pecado atribuible, única y exclusivamente, a quien, luego de diez años de gobierno, insiste en enroques entre personajes que han comprobado su incompetencia mucho más allá de lo que pueda soportar cualquier tierra generosa.
La perenne búsqueda de excusas, culpables, pretextos y evasivas es la más clara evidencia de la ineptitud presidencial. Nadie que esté haciendo su trabajo con responsabilidad se amarra de algún subterfugio para explicar sus acciones. Señalar con el dedo índice al más próximo cuando se le increpa es un acto pueril, inaceptable en un adulto cualquiera, y peor aún si es un servidor público quien apela a esta salida recurrentemente.

Si el ministro Jaua es tan malo como el Presidente afirma, entonces debe retirarlo del Gabinete, y punto. El hecho de que lo deje en el cargo, o que más tarde lo nombre ministro de Turismo o viceministro de Energía, y luego no dé resultados es imputable, fundamentalmente, a quien lo ha escogido para el ejercicio de puestos para los que no es competente.

Al final, todo es un juego de espejos: son nombrados en cargos para los que no sirven porque son sumisos. Son sumisos porque no sirven. Así se construye la farsa gubernamental, la revolución de la ineptitud y la mentira. Hay un solo culpable.

Anónimo dijo...

La grosería de la Exxon.

Por: Fausto Masó

En más de una ocasión la IV República se puso los pantalones para defender a Venezuela, como cuenta Ramón Guillermo Aveledo. En esos momentos los distintos presidentes unificaron al país, lo contrario de lo que está ocurriendo con Chávez, quien nunca ha tomado en cuenta a sus adversarios. No hay una nacionalización del petróleo más exitosa que la venezolana.

Los errores de Jaime Lusinchi los compensa su conducta en el caso de la corbeta Caldas. Cuando los colombianos colocaron su barco de guerra en aguas venezolanas superaban militarmente a Venezuela, pero Bogotá supo que retiraba el Caldas o saldría a cañonazos. Raúl Leoni respaldó a Juan Bosh cuando los marines invadieron Santo Domingo. Luis Herrera Campins se la jugó a favor de Argentina en la guerra de las Malvinas y siguió una política independiente en Centroamérica, que pacificó la región. Rafael Caldera denunció el tratado comercial con Estados Unidos.

Betancourt envió a Carlos Andrés a Washington para que el presidente Kennedy desistiera de la locura que sería Bahía de Cochinos, le advirtió que consolidaría en el poder a Fidel Castro Carlos Andrés llevó una política internacional contraria a los gustos de Washington. La nacionalización de Pdvsa la comenzó Caldera con la reversión y la realizó Pérez sin demagogia. Algunas operadoras amenazaron con dejar a Venezuela sin los mercados. Hoy Pdvsa depende más que nunca de las operadoras extranjeras para producir petróleo. Un país como Chile mantiene más de 50% de su comercio con Asia, lo que lo independiza de los otros mercados.

El País de España editorializa: "El gigante Exxon había hecho todo lo que estaba en su mano para que Caracas tomara represalias, al lograr que tribunales del Reino Unido, Holanda y Estados Unidos retuvieran unos cientos de millones de dólares de Pdvsa –la petrolera nacional venezolana– con la peregrina justificación de que se la excluía de futuras explotaciones del crudo venezolano.

La suma, a todas luces disparatada, por la que pide que se intervengan los bienes de la firma venezolana es de 12 millardos de dólares". Otros países petroleros están aprovechando los precios elevados del barril para sacar mayor provecho de su industria, aun después que las operadoras han invertido enormes sumas. En los tiempos de precios bajos ocurre a la inversa y cuando se tratan de aventuras riesgosas, como era explotar la faja del Orinoco, las operadoras exigen condiciones más ventajosas.

Chávez ha llevado chambonamente el proceso de obtener mejores ingresos fiscales y ha provocado que Exxon trate a Venezuela como a una republiqueta bananera de principios del siglo pasado. La demanda de la Exxon le falta el respeto al país, pero detestar a Chávez no basta para justificar una amenaza de 12 millardos de dólares contra Venezuela. En el balance final, la IV República nacionalizó la industria y gracias a Chávez ésta terminará privatizada. ¿Quién traicionó a la patria? La división del país provoca que muchos sueñen con que Exxon saque del poder a Chávez, lo que aprovecha éste como el último recurso para recuperar una popularidad perdida.

En resumen, Chávez utiliza en provecho propio la defensa de la soberanía nacional, algo que jamás hubieran hecho Betancourt, Leoni, Caldera, Luis Herrera o Jaime Lusinchi. ¿Quiénes fueron los verdaderos patriotas? ¿Aquel que defiende retóricamente la soberanía o los presidentes de la IV República?

Anónimo dijo...

Los funerales de la Revolución

POR:Víctor MALDONADO

Cita:
“Si Hitler vence, volveremos a la edad media, pero sin la iluminación de la piedad de Cristo”

Paul Reynaud. 1940


Jueves 14 de Febrero. 8 de la mañana. La Avenida Libertador está trancada. PDVSA está preparando un acto de desagravio para ella misma. Otra vez una pésima reacción, un mal diagnóstico, una errada estimación de las consecuencias de los propios actos. Como si el problema judicial con la trasnacional americana se fuera a resolver con actos de repudio en el país. Todas esas demostraciones plañideras, como si de un funeral se tratara, además de exponernos a una situación tragicómica y ridícula, no producen resultados. Son totalmente ineficientes.

En política, las palabras hacen las diferencias y establecen los contrastes. Pero las palabras deben acompañar a las acciones. De nada sirve la autoproclamación revolucionaria, si en el fondo todas las acciones, formas y estilos demuestran el anacronismo y el conservadurismo propio de los reaccionarios. Chavismo ya no es progreso, ya no está en la capacidad y la disposición de impulsar el desarrollo del país. El chavismo se convirtió en un repliegue irresuelto de absolutismo dieciochesco y mala digestión de radicalismo ilustrado. Chavismo es mano dura contra los adversarios, solidaridad automática con los leales, desorden administrativo, ceguera institucional, derroche, corrupción e ineficiencia. ¡Ni Luis XVI hizo tantos méritos!

El gobierno “no da pié con bolas”, por dos razones. La primera, porque todo lo que hace produce un conjunto de acontecimientos desafortunados y de consecuencias imprevistas que resultan en todo lo contrario del objetivo proclamado y perseguido. Busca seguridad y provoca más delincuencia. Intenta fijar precios justos y provoca escasez e inflación. Dice que PDVSA es del pueblo, y por lo que se ve, va a terminar quebrándola. Este gobierno de discurso revolucionario y conducta reaccionaria provoca puro efectos perversos, con el agravante de que no sabe por qué.

En segundo lugar, porque toda su propuesta de cambio, insurgencia y revolución no ha pasado de ser más de lo mismo, ahora adobado por la vulgaridad y la desfachatez. Más culto a la personalidad, más compadrazgo, más corrupción, más ineficiencia. ¿Cuál es el cambio? ¡Ninguno!. Este gobierno se ha convertido en un experto navegante en las aguas de la futilidad, anunciando cambios que han dejado todo igualito, pero peor. ¡Pura propaganda! Para colmo, esta futilidad perversa se ha acompañado del inmenso riesgo que hemos asumido por nada. Hemos perdido recursos, prestigio, amigos, aliados, reputación y paz. ¿Y para qué tanta conmoción? Para quedar exactamente en el mismo sitio, pero en peores condiciones.

Aun quedan preguntas por responder. ¿Cuál es la razón de tanto fracaso? A primera vista están los resultados. Ya todos los conocemos. ¿Por qué esos resultados? Detrás hay mala gerencia pública, una gestión sin objetivos y sin ganas. A esa mala gerencia la arropa una estrategia errada que está imbricada a una ideología equivocada. Pero detrás de la ideología, que provocó esa estrategia, a partir de la cual se produjo la peor gestión pública que hubiésemos podido imaginar, detrás está un hombre desacertado.

Ese hombre, inmensamente desatinado es Hugo Chávez. Enormemente errado e intensamente responsable de lo que ha ocurrido. Y sin embargo, incapaz de revertir toda esta situación, porque no sabe por qué todo esto le está ocurriendo y no puede reconocer cuáles son sus causas. Al ser incapaz de avizorar a sus verdaderos enemigos en su ideología y anacronismo, en su personalidad autoritaria y en la miopía que esas tres condiciones le producen, él mismo está redoblando las campanas de la historia con toques de funerales para su revolución.