lunes, febrero 25, 2008

"Raúl Castro se afianza con la vieja guardia"


POR:WILFREDO CANCIO ISLA.

Flanqueado por figuras de la generación histórica, Raúl Castro asumió ayer el mando de los destinos de Cuba con el respaldo unánime del Parlamento para consultar con su hermano mayor, el gobernante saliente Fidel Castro, las decisiones de "especial trascendencia'' que deberán tomarse en el futuro.
La iniciativa marcó el tono de la jornada parlamentaria dominical, donde Raúl Castro anunció también que reduciría los organismos del Estado en busca de mayor eficiencia administrativa, y prometió suprimir algunas regulaciones vigentes y aseguró que la prioridad del país será "satisfacer las necesidades básicas de la población''.
Repitió que "Fidel es insustituible'' y que sólo el Partido Comunista "puede ser digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder''.
‘‘Solicito a esta Asamblea, como órgano supremo del poder del Estado, que las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas con la defensa, la política exterior y el desarrollo económico del país, me permita continuar consultándolas al líder de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz'', afirmó el flamante presidente del Consejo de Estado.
La propuesta fue recibida con aplausos cerrados y vítores de "¡Viva Fidel!'' y de inmediato aprobada por unanimidad, a mano alzada, de los 597 diputados presentes en el plenario.
En un discurso de poco más de 30 minutos, Raúl Castro clausuró en la tarde de ayer la sesión inaugural de la VII Legislatura del Parlamento cubano, que minutos antes lo había elegido al frente del Consejo de Estado en sustitución de su hermano convaleciente. El espíritu continuista de los protagonistas históricos no dejó espacio para los cambios de guardia que barajaron los analistas tras la anunciada renuncia de Fidel Castro en su mensaje del 19 de febrero.
En una decisión imprevista, José Ramón Machado Ventura, de 77 años, fue catapultado como primer vicepresidente del Consejo de Estado, convirtiéndose en el segundo hombre al mando. Su poder consolidó luego que Raúl Castro explicara la necesidad de que Machado Ventura se desempeñara también como primer vicepresidente del Consejo de Ministros, según la propuesta de Raúl Castro.
El ascenso de Machado Ventura echó por tierra la opción de que el vicepresidente Carlos Lage escalara a esa posición, como vaticinaron algunos expertos.
Lage, de 56 años, quedó entre los cinco vicepresidentes del Consejo de Estado, junto al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, de 81; Julio Casas Regueiro, 72; Abelardo Colomé Ibarra, 68; y Esteban Lazo Hernández, 66. El doctor José Miyar Barruecos, jefe de las oficinas de la Presidencia y asistente personal de Fidel Castro, fue ratificado como secretario.
El promedio de edad de los siete jerarcas del Consejo de Estado es de 70 años. La promoción de Casas Regueiro a la vicepresidencia se correspondió con la tendencia general del nuevo gobierno, caracterizada por una mayor presencia de militares y figuras de "legitimidad histórica''.
Previamente, en una declaración a puertas cerradas --transmitida en la noche por la Mesa Redonda-- se conoció la designación de Casas Regueiro como sustituto de Raúl Castro como Ministro de las Fuerzas Armadas (FAR).
"Debo abandonar inmediatamente el cargo de ministro de las FAR que he desempeñado desde el mes de octubre de 1959'', afirmó Raúl Castro, de 76 años, quien apareció en la sesión vestido de traje oscuro y corbata.
En su discurso, Raúl Castro destacó el crecimiento en la Asamblea de "los miembros de las instituciones armadas''.
Si en la legislatura electa en el 2003 sumaban 40 los miembros de las FAR y el Ministerio del Interior (MININT), ahora los militares suman 46.
Pero no sólo por su creciente número resulta significativa la presencia de hombres uniformados en el gabinete y parlamento.
El "gobierno raulista'' contempla el reforzamiento del Consejo de Estado con dos figuras de la cúspide militar: los generales Leopoldo Cintra Frías, jefe del Ejército Occidental, y Alvaro López Miera, jefe del Estado Mayor General y viceministro de las FAR. Además, el comandante histórico Guillermo García Frías, de 79 años, figura ahora en el grupo de 23 miembros del máximo órgano gubernamental.
En total, ocho miembros de fila del Consejo de Estado fueron reemplazados, entre ellos los "históricos'' Pedro Miret y Armando Hart; Otto Rivero, vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros; Julio Christhian Jiménez, vicepresidente del Instituto de Deportes (INDER); y Pedro Ross Leal, ex secretario general de la Central de Trabajadores (CTC).
El lugar de Ross lo ocupó Salvador Valdés Valdes, actualmente al frente de la CTC y hombre de confianza de Raúl Castro.
Diez de los 31 miembros del Consejo de Estado son ahora negros o mestizos, quienes constituyen en total el 35. 6 porciento (219) del parlamento electo.
En cuanto a la dirección del parlamento, Ricardo Alarcón, de 70 años, y Jaime Crombet, de 66, fueron confirmados como presidente y vicepresidente. El único cambio fue la sustitución de Ernesto López por la maestra Miriam Brito Sarroca, funcionaria de la Asamblea Nacional.
Durante sus palabras de clausura, Raúl Castro anunció que la legislatura acordó posponer la configuración definitiva del nuevo gobierno para una próxima sesión en el transcurso del año, y esbozó además varios de los retos de su mandato:
* Hacer más eficiente la gestión gubernamental, con menor número de organismos de la administración central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumplen.
* incrementar las producciones agropecuarias y perfeccionar su comercialización.
* Estudiar la reevaluación del peso cubano y el papel de la doble moneda en la economía.
* Reconsiderar el papel de las gratuidades, los subsidios millonarios y los productos distribuidos de modo igualitario, como los de la libreta de racionamiento, que calificó de "irracionales e inostenibles'' en las actuales condiciones de la economía nacional.
* Eliminar en las próximas semanas algunas prohibiciones y rgulaciones en vigor y someter a estudio la supresión de otras de mayor complejidad jurídica.
No faltó tampoco la referencia a la política de la administración de George W. Bush y aseguró que Cuba no cederá un ápice ante las presiones intrenacionales que piden un ‘‘proceso de transición política en la isla.
"Hemos tomado debida nota de las declaraciones ofensivas y abiertamente injerencistas del imperio y algunos de sus más cercanos aliados'', dijo. "Como era de esperar, el Departamento de Estado se apresuró a anunciar la continuación del bloqueo en correspondencia con la política de la actual administración''.
Washington reaccionó ayer a través del jefe de la diplomacia para América Latina, Tom Shannon, quien volvió a exigir cambios políticos internos como condición para modificar la política estadounidense hacia Cuba.
"Urgimos al gobierno cubano a iniciar un proceso de cambio democrático y pacífico liberando a todos los presos políticos, respetando los derechos humanos y creando un camino claro hacia elecciones libres y justas'', afirmó Shannon.
De todas formas, el funcionario consideró que "hay posibilidad y potencialidad de cambio en Cuba'' tras la designación de Raúl Castro, y enfatizó que esos cambios ‘‘tienen que nacer dentro de Cuba''.
La jornada sesionó desde las 10 a.m. del domingo en el Palacio de las Convenciones de La Habana, sin la presencia ni mensajes enviados por Fidel Castro, cuya boleta llegó desde su lecho de enfermo por manos de sus asistentes, los diputados José miyar y Carlos Valenciaga. Su silla permaneció vacía durante la jornada parlamentaria.
Poco después de su nombramiento, Raúl Castro llamó al presidente venezolano Hugo Chávez durante la realización de su programa ¡Aló Presidente!
Chávez aseguró que la salida de Fidel Castro de la jefatura de Estado "no va a cambiar nada'' las relaciones entre los dos países.
"Visítanos cuando tengas un tiempito. Espero verte pronto y vaya un abrazo'', dijo el mandatario venezolano.

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