martes, mayo 06, 2008

"Sin 2 de diciembre no hay 4 de mayo" ("Chávez perdió en Bolivia...")


POR:ROBERTO GIUSTI.

Las fuerzas democráticas bolivianas han crecido en número y en conciencia

Decir que Chávez perdió en Bolivia este domingo luego de conocerse los resultados del referendo autonómico, siendo verdad, no deja de ser un lugar común. Ya se sabe que el Presidente venezolano tiene ínfulas de dominación imperial, como también que el proceso político boliviano pretendía repetir la experiencia venezolana a partir de una estrategia similar cuya llave maestra debía ser una constituyente.

Pero quizás más trascendente que la derrota de unos intentos de dominación subregional, que a estas alturas lucen patéticos, lo debe ser el rechazo a una concepción política a contracorriente de las tendencias descentralizadoras, abiertas y plurales que caracterizan a los regímenes democráticos.

La derrota cruceña de Evo Morales y, por extensión, de Chávez, nos indica que si bien en el continente existe un verdadero levantamiento contra la injusticia, la opresión y todos los males derivados de la pobreza, como producto del fracaso de una clase dirigente que efectivamente no volverá, también lo es que la receta chavista es vista, en este caso por los cruceños, como aun más fracasada, corrupta, opresiva y para colmo, colonialista de nuevo tipo, que los viejos modelos ya han superados.

Se podrá aducir, como ya se ha intentado, que el referéndum no fue reconocido por la OEA, que no es legítimo y por tanto tampoco obligante. Se podrá añadir que se trata de fuerzas disolventes manejadas por el imperialismo cuyo objetivo es desintegrar el país. También que la decisión de una provincia, una de las más prósperas y ricas de Bolivia, no necesariamente es compartida por el resto de los bolivianos Pamplinas, puros pretextos. En el fondo de esa rebelión democrática de los cruceños subyace la reacción de un país opuesto a los intentos de dominación y exclusión por parte de un régimen que, como ocurre en Venezuela, trata de imponer su modelo más allá de las normas democráticas y desconoció los reclamos de autonomía en una Constituyente manipulada hasta el cansancio.

Pero más llamativo aún resulta el contraste entre un gobierno que promovió la violencia como el único medio concebible para hacer fracasar el referéndum y la actitud ejemplar de unos votantes que tomaron el asunto en sus manos, recurriendo a una forma civilizada de dirimir diferencias políticas, en un país donde los cambios, generalmente retrocesos, estaban dados por la asonada militar y/o el choque sangriento entre civiles.

Las fuerzas democráticas bolivianas han crecido en número y en conciencia; ante la intentona totalitaria apelaron al mejor remedio y al mejor ejemplo. En fin, quedó demostrado que el 2 de diciembre tuvo su 4 de mayo. Al mejor estilo venezolano.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

José Toro Hardy // Social-sismo

Se trata de un sistema que procura aplicarse a espaldas de la sociedad
Hasta hace poco el Presidente no dejaba de atosigarnos con su prédica acerca del "socialismo del siglo XXI". Debo confesar que en lo personal nunca entendí a qué se refería, quizás porque el propio ponente no parecía tenerlo claro. Lo único que quedaba meridianamente transparente es que él deseaba un mecanismo que le permitiese mantenerse el mayor tiempo posible -preferiblemente de manera indefinida- en el poder. Sin embargo, la situación ha venido evolucionando. El pensamiento chavista eliminó ya la parte final de su propuesta, aquella que se refería al "siglo XXI". Por fin todos entendimos que la doctrina que pretenden implantar se denomina simplemente "socialismo".

Por supuesto, eso de socialismo a secas no existe. Distintas formas de socialismo se han conocido. Algunas de ellas fracasaron porque fueron responsables del empobrecimiento de infinidad de seres humanos y de la instauración de algunas de las peores dictaduras que han existido. Otras modalidades de socialismo, como por ejemplo el socialismo democrático o el social cristianismo, han sido capaces de dar valiosos aportes a las sociedades donde han triunfado y han logrado establecer regímenes donde las libertades políticas han propiciado que el progreso social vaya de la mano con el progreso económico.

"Social-sismo" es quizás la expresión más apropiada para definir el sistema que se quiere imponer a los venezolanos. "Social-sismo" equivale a socialismo impuesto a los trompicones. La última parte del término -"sismo"- nos indica que es un sistema que llega con fuerza destructiva y que quizás podría medirse en grados dentro de la escala de Richter, que sirve para evaluar la amplitud de las ondas sísmicas que se producen y la magnitud de los daños que se ocasionan.

Se trata de un sistema que procura aplicarse a espaldas de la sociedad, puesto que cuando éste fue consultado el 2 de diciembre último, la respuesta de los venezolanos fue un expresivo ¡NO! Sin embargo, la contundencia de ese NO por lo visto nunca vamos a saberla, quizás porque las ondas sísmicas afectaron la estructura del CNE o las máquinas de Smartmatic.

En todo caso, uno de los daños más graves que ha ocasionado el "social-sismo", es deterioro a las instituciones. En Venezuela ha desaparecido el equilibrio de los poderes. Por ejemplo, todos a una -como Fuenteovejuna- los poderes se arremolinan en torno al Presidente para impedir que algunos de los más populares candidatos de la oposición puedan concurrir a las elecciones de gobernadores y alcaldes. Así vemos al Poder Moral -el contralor- dictaminando la inhabilitación de muchos de esos candidatos. A la vez vemos al Poder Electoral uniendo fuerzas con el Poder moral (con "m" minúscula) para impedir el inevitable triunfo de los mismos. Y por último vemos a la sala constitucional del TSJ respaldando una decisión que parece contradecir expresas disposiciones de la Constitución, conforme a la cual el contralor no puede inhabilitar más que a funcionarios designados, lo cual no aplica a cargos de elección popular.

El "social-sismo" está hiriendo mortalmente a otras instituciones fundamentales del país. Vale la pena hacer hincapié en el caso del señor ministro del poder popular para la defensa (mppd, todo en minúscula). Pudimos escuchar a ese señor instigando a los militares a contravenir la Constitución, la cual expresamente reza en su Artículo 328: "La FAN constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, al servicio exclusivo de la Nación... , y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna". Para colmo calificó de "burros" y "cobardes" a aquellos oficiales que por "institucionalistas" todavía creen que la Constitución debe ser respetada.

¡Menudo sismo el que debe existir actualmente dentro de la FAN! Se deberían estar estremeciendo los cimientos mismos de la institución.

El "social-sismo" también está causando estragos en la economía venezolana, ya que sus consecuencias inmediatas son la inflación, la escasez y la destrucción del aparato productivo. Las inversiones en nuestro país, medidas como porcentaje del Producto Interno Bruto, son las más bajas que hemos tenido en décadas. Mientras tanto, el país depende cada día más de las importaciones para poder sostener la burbuja de consumo en que está sumida Venezuela, alimentada únicamente por los precios del petróleo. Al menor sismo esta burbuja va a estallar.

Una cosa debemos tener clara: el "social-sismo" no es compatible con la democracia.

josetoro@movistar.net.ve

Anónimo dijo...

BOLIVIA: SE VUELCA LA TORTILLA.YA ERA HORA.

POR:ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA.

Los resultados del referéndum autonómico de Santa Cruz son no sólo reveladores para Bolivia: señalan una tendencia irreversible que comenzará a imponerse en toda América Latina. Se acabó el tiempo de la complicidad, la estulticia y la ceguera de los pueblos latinoamericanos respecto de sus más caros y profundos intereses. No es el indigenismo ni la revolución bolivariana ni el fascismo propugnado desde Miraflores por el teniente coronel Hugo Chávez, ni muchísimo menos la violencia piquetera y las corruptelas de los Kirchner, los Ortega y los Correa la senda hacia el progreso y la prosperidad de una región que desde la revolución cubana lleva medio siglo desperdiciado. Son el trabajo, la honradez, el esfuerzo individual y colectivo, la pulcritud en el manejo de los asuntos públicos, la libertad de empresa y la propiedad privada los únicos medios que pueden garantizar salir del abismo del subdesarrollo y entrar al siglo de la globalización y la integración mundial. Es el ejemplo que nos están dando Chile, Brasil, México. No es el ejemplo que nos dan Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina o Nicaragua.

Casi nueve de cada diez cruceños le dijeron no a la barbarie y a la discriminación, al atropello y la brutalidad, a la regresión y su política de estatizaciones y estatismo a mansalva llevada a cabo por la satrapía bolivariana de Evo Morales. Ni el CNE, ni PDVSA, ni la chequera de esta “petro tiranía”, como la llamara recientemente el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, pudieron imponerse en Santa Cruz. Ese imperialismo al cuadrado de un régimen como el de Hugo Chávez, que recibe $150 millones diarios de parte de los Estados Unidos para invertirlos en su entronización y la desestabilización regional. A Castro-Evo-Chávez como que les llegó su hora. Ahora es cuando.

No tardaron los seguidores de Evo Morales en saciar las iras de su tremenda derrota cayéndole a saco a la sede de una televisora boliviana de oposición. Hasta en eso copian y siguen el guión de Hugo Chávez. Demuestran con ello su tremenda impotencia frente al despertar de la sociedad civil boliviana. Y no tardó Hugo Chávez en sacar las conclusiones: se imagina que luego de ser derrotado en noviembre – y ya lo da por hecho – la oposición venezolana seguirá el ejemplo que Santa Cruz dio. Alharaca de desesperado. Habituado a imponerse por las buenas o por las malas, ante las derrotas saca de su corazón toda la escatológica artillería de su fascismo visceral.

Cada proceso tiene sus peculiares características. Bolivia decidió el camino de defender sus singularidades autonómicas. Y tiene razón. Santa Cruz aporta con su trabajo, su esfuerzo, su desarrollo industrial y su espíritu laborioso y tenaz la mayor porción al producto territorial bruto boliviano. El gobierno centralista y estatizante de Evo Morales pretende aplastar ese espíritu para generalizar su miseria. La reacción es más que legítima.

Ahora chillarán las viudas bolivarianas. Chávez ya se rasga las vestiduras. La OEA, que jamás antepuso la Carta Democrática a los intentos violatorios de la constitución por parte de Hugo Chávez, saldrá a chillar en nombre de la unidad boliviana. Tratarán así de frenar el avance de la historia. Pero como bien lo sabemos, la historia tiene un solo carril. Y por lo visto ya dejó atrás la estación bolivariana. Lo que viene es la lucha por la democracia, la libertad, la prosperidad y la justicia.

Ya era hora.