"Gloria Dios en las Alturas y en la Tierra Paz a los Hombres de Buena Voluntad"
POR:ROGER VIVAS DECANIO.
Respeta la vida como la respetan los que la desean. La palabra natividad que viene del latín Nativitas igual a nacimiento.
Jesús, el hombre Dios Sirio, no vino a enseñar una desconocida doctrina, sino a recalcar nuevamente la existencia del viejo sendero de la vida espiritual, el Sendero de la Sabiduría y del Poder Espiritual. Grandes sabios, Profetas y Maestros de Sabiduría, como Buda, Pitágoras, Empedocles, Lao-Tse, le habían precedido, enseñando también doctrinas fundamentales de la más alta espiritualidad, el Sendero del Saber, de la comprensión, de la Paz Interior y del Poder. Es difícil expresar sentimientos universales exteriorizándolos, si nuestra mente, nuestro corazón, están restringidos y aprisionados por nuestros deseos personales; como una modesta contribución para resaltar la proximidad de una Noche Consagrada por la Cristiandad, me he permitido exponer a continuación un conjunto de ideas, fruto de mis sutiles reflexiones y deseos de esquivar un irreverente y hasta cierto punto de vista, un negativo e incongruente lenguaje sobre el Bien amado, reverenciado y divino Ser, base de nuestra franca y sincera religiosidad: me refiero a Jesús el Cristo (palabra griega que significa UNGIDO). Debemos expandir nuestra conciencia, y exponerla a la luz del espíritu que emana de nosotros, como no había una aquiescencia general en lo que respecta al Nacimiento de Jesús, se eligieron tres fechas como festivas para establecer el momento y lugar de nacimiento del Divino Niño Dios. Si consideramos bien el asunto, hemos de señalar que fue en el Siglo VI de nuestra Era, cuando el monje cristiano Dionysius Exigus (bajo el emperador JUSTINIANO) quien gracias a sus investigaciones, estableció arbitrariamente el 25 de diciembre como día de la Natividad, con más o menos seis siglos de antigüedad. Posteriormente, esta hipotética fecha fue aceptada como el Año 1° de la Era Cristiana, por tanto el año del nacimiento del Gran Ser. Ahora bien, fue el 25 de diciembre evidentemente aceptado, por tratarse del solsticio de invierno cuando la Tierra está más próxima al Sol, de modo que sus rayos espirituales llegan a la superficie del Hemisferio Norte en ángulo recto, estimulando la espiritualidad, de la cual se dice que los Grandes e Iluminados Seres de la Jerarquía Cósmica se hacen presentes en esta época para contribuir y ayudar a la evolución de la humanidad; por este acontecer la noche del 24 al 25 de diciembre se la considera como la más santa del año a diferencia del equinoccio de verano, cuando a ciertas entidades se les recomienda el desarrollo material del planeta, ejemplo sustentable en la obra "El Sueño de una noche de Verano" de William Shakespeare. Esto nos permite saber y comprender las condiciones particularmente favorables de la Pascua de Navidad; no es presunción subrayar que la portentosa celebración realizada en estos planos con tanto regocijo y alegría, también ocurre en los mundos invisibles, ejemplo que descansa sobre la segura base de la gran ley de analogía, expresada fielmente por el hermético axioma: "como es abajo, es arriba".
Navidad
La implantación de la fiesta de Navidad para el 25 de diciembre la encontramos durante la época del emperador Comodo (180 a 192 a.C.), merced a esa apostura las iglesias latinas celebran la Navidad el día señalado, en tanto que las iglesias ortodoxas orientales se rigen por el viejo calendario Juliano, siendo para ellas de mayor importancia la EPIFANÍA (en griego aparición de un Dios) y no la Natividad, la cual rememoran el 7 de enero por no aceptar la reforma impuesta al calendario Juliano; de modo similar, en la ejemplarizante iglesia Armenia la solemnidad navideña concurre el 6 de enero con la Epifanía. Dado el escaso conocimiento histórico y repudiable irrespeto a la civilización e institucionalidad de la República Armenia, es digno acreditar el hecho, que fue en este país donde el cristianismo se instauró antes que en Roma, como la religión oficial. A pesar de que esta pequeña nación, dispersa, perseguida, arrasada por bizantinos, persas, mongoles y otros pueblos, su población todavía continúa siendo mayoritariamente cristiana.
Fue en el Siglo IV cuando el imperio romano oficializó el cristianismo como severo culto. Según la ortodoxia cristiana la manifestación divina acaeció para dar cumplimiento a todas las promesas y predicciones de profetas bíblicos. Cabe señalar que los primitivos cristianos celebraban principalmente la Epifanía cuando los Magos del Este visitaron al niño Jesús, personalizando los tres aspectos espirituales del ser interno inmortal del hombre: Voluntad, Sabiduría e Inteligencia. Al mismo tiempo, sería relevante descollar que aun cuando esta Festividad se originó en Belén, Belén en un sentido, es el mismo mundo espiritual y material y en la cual intervienen, no solo la Jerarquía Eclesiástica revestida con sus atavíos y mantos de ceremonia para impartir la solemne misa de la tarde y de la noche profusamente iluminada, engalanada, proclamando loas, alabanzas y exuberantes cánticos navideños que a coro entonan el hermoso Himno Gloria Dios en las Alturas y en la Tierra Paz a los Hombres de Buena Voluntad. Durante el solsticio de invierno se acostumbraba celebrar un festival romano llamado Saturnalia en honor a Saturno, que duraba siete días, en el cual se estipulaba intercambiar regalos y liberar esclavos. Posiblemente de estas actividades paganas, pudieran evidenciarse las festividades navideñas.
Esta historia de la Navidad, como se la desee presentar, es una efemérides de toda la humanidad que comprende todos los festivales relacionados con la vida de Nuestro Señor y se originan como hemos indicado, cuando el Sol todavía marcha hacia el norte desde el Trópico de Capricornio. Aun cuando hay otros festivales de orden diferente, durante el año, debe estimarse que la Navidad es el primer ciclo que culmina en Pentecostés y naturalmente está proyectado en la imagen de un natalicio.
Paz universal
Soslayando festivales anteriores, es pertinente reconocer, por sobre todas las cosas, que la Natividad es un festival particularmente cristiano, que nos induce a la meditación, la reflexión, la paz universal, la fraternidad, la tolerancia y el amor a toda coexistencia en el plano terrestre; palabras que nos sacuden el corazón y nos llenan de armoniosa ternura, imprimiéndole a esta inenarrable Noche Buena un verdadero significado cósmico.
Nos preguntamos: ¿Dónde ocurrió este maravilloso e indescriptible evento? En Belén de Judá, aun cuando hay pensadores que señalan a Nazaret. Si hemos hablado de leyendas, mitos y símbolos, hay que mencionar la consistente convicción: de la esplendorosa aparición de la estrella que hace más de 2.000 años se posó en el divino lugar del alumbramiento. Fue en el valle natal, la aldea de Galilea con sus casas escalonadas bajo las rocas, que al decir de personas conocedoras de la región, señalan como cuevas y destacan la ausencia de albergues o posadas. Como es de todos conocido, María y José eran personas sin complicaciones y son considerados como los padres de la Tierra. María es el carácter más preeminente a través de la historia del Evangelio y en todas las tradiciones aparece como la Diosa Madre. En Egipto se la consideró como una de las personas de la Trinidad. Los puntos esenciales de la narrativa de Jesús indican que María de la estirpe de David, fue seleccionada para ser la madre de un ser excepcional, el hijo de Dios y le fue anunciado por el Ángel Gabriel. Es de observar que el nacimiento de Jesús al igual que el de otros seres de alta calidad espiritual se manifiesta como ya hemos destacado, cuando el Sol todavía marcha hacia el norte. En la lectura del Evangelio, José representa la mente formal, lógica, concreta de un buen desarrollado personaje. Hay otros festivales diferentes durante el año, pero debe considerarse que la Navidad es el primer ciclo que culmina en Pentecostés. La posada a la cual acuden José y María señalaba: NO HAY HABITACIONES. La totalidad de la posada simboliza el mundo material exterior con toda usanza del egoísmo humano. En otro sentido, la posada puede representar el cuerpo físico, el retablo el corazón físico y el pesebre la cámara o cueva dentro del corazón, lugar donde la conciencia crística de amor y unidad nace y se alimenta. El albergue como cualquier posada está lleno de intereses propios de la naturaleza humana, por lo cual el lugar y los eventos más bellos, como fue el maravilloso nacimiento de la conciencia crística no podía ocurrir allí. Por cuya razón se aposentan en el establo, lugar humilde que simboliza el punto de contacto entre la naturaleza y el hombre, donde moran animales domésticos íntimamente relacionados con la humanidad. Ya la pobreza y humildad del lugar preconizan la renuncia a todo deseo de posesión y de un verdadero renacimiento espiritual.
Divino Niño
Al producirse el advenimiento del Divino Niño respondieron a su significación interna, tres órdenes de seres físicos: primero fueron los animales, los cuales lo demostraron cuando se posaron alrededor del pesebre; luego según San Lucas vinieron los pastores, gente simple, todavía sin corromper por el intelecto y logran una deslumbrante visión del Ángel diciéndoles que ha ocurrido un gran acontecimiento. Van al sitio indicado y caen de rodillas rindiéndole homenaje. San Mateo no menciona a los pastores, pero cita a los Hombres Sabios que vinieron del este de Jerusalén preguntando dónde ha nacido el Rey de los Judíos: hemos visto su estrella y venimos para adorarle y traerle ofrendas.
Muchos países reclaman ser los primeros en festejar la Navidad y si hablamos de símbolos debemos señalar el popular nacimiento introducido por San Francisco, tradicionalmente presente en los hogares venezolanos. Igualmente el árbol de Navidad que ha sido asimilado a nuestra cultura; el pino, el abeto, el evergreen y algunos otros han sido relacionados con la idea de la inmortalidad, asociando la victoria sobre la muerte al permanecer verdes durante el largo período del invierno.
Entre los druidas británicos prevalecía la peculiar veneración por el Mistletoc (muérdago), planta parasitaria que se adhiere a los árboles hasta que ellos viven. La presencia del muérdago en los hogares se considera como una bendición y cuando colgamos los adornos elaborados con él sobre la puerta, estamos diciendo que el Amor llegó a nuestro hogar y donde el verdadero Amor llega, el espíritu de Cristo mora. Todavía en la llanura de Salisbury hay un conjunto de piedras brutas llamado STONECHENGE. Como recuerdo de esa antigua fe en estos lugares se reunían los viejos bretones para venerar el regreso del Sol; según algunas crónicas el agua era un elemento sagrado primordial y los manantiales con las colinas, eran escenarios de sus rituales sin identificar a ningún creador.
Árbol de Navidad
Existe la creencia que Martin Lutero, fue quien primero iluminó el árbol de Navidad con pequeños candelabros, en este simbolismo el árbol representa a la Tierra y las velas los cielos estrellados.
Según la leyenda, GLORIA IN EXCELSIS DEO entonado por los ángeles cuando la Natividad ocurrió, fue el primer villancico. Es posible que estos singulares cánticos hayan sido la fuente nutriente para la formación de las nostálgicas y tradicionales parrandas navideñas, constituidas por amigos y familiares que cantaban aguinaldos en las casas y calles de Venezuela, lo que es considerando como parte de nuestra cultura, acogiéndolas calurosamente.
Como este inolvidable día es el más resplandeciente símbolo que Dios ha concedido al ser humano, no debe permitirse que la sociedad de consumo o mercadotecnia se imponga indiscriminadamente con ostentosos presentes y pantagruélicos comportamientos. Como no podemos olvidarnos de la leyenda de la presencia de San Nicolás, Papa Natale, Papá Noel o Santa Clauss, dedico estas últimas líneas para indicar que es improcedente adjudicarle al santo la nacionalidad estadounidense. San Clauss es una corrupción en el inglés colonial del nombre holandés Sam Nikolaas, quien nació en Patara (Licia, Turquía); era hombre de leyes y se hizo arzobispo de Mira por su gran devoción y piedad. En homenaje a este santo las madres acostumbraban recolectar cosas para depositarlas en las habitaciones de los niños, de allí la costumbre de colocar los obsequios en grandes medias o zapatos.
Como en el hemisferio norte la Natividad ocurre en invierno, se lo representa viajando por la nieve en un trineo tirado por renos y con vestimenta adecuada a la estación. En el hemisferio Sur donde la Navidad no cae en invierno, se ha adoptado igual tipología con amor y devoción, que siendo sentimientos universales carecen de nacionalidad.
Es importante hacer notar que un obsequio por modesto que sea es un símbolo recordatorio del gran advenimiento; tal obsequiosidad no debe representar un estipendio oneroso por parte del donante. No es la personalidad, sino el espíritu que está dentro de nosotros quien la ofrenda.
El profundo significado cósmico, espiritual y religioso de esta fecha me ha inducido a distraer la atención de las angustiosas vivencias que ocasionan el excesivo consumismo y materialismo.
Siempre estará con nosotros el espíritu navideño si captamos rutinariamente el mensaje de amor, paz, tolerancia, altruismo, belleza, fe, armonía y esperanza que representa esta gran verdad. Hay un flujo y reflujo de luz espiritual igual al de las aguas del océano. Es la estación santa del año el momento cuando esta luz espiritual se toca más fácilmente y se asimila mediante hechos de misericordia, bondad y amor.
Paz para todo el Universo.
Fuente:http://www.eluniversal.com/opinion/111218/dios-es-luz-dios-es-verdad
Fue en el Siglo IV cuando el imperio romano oficializó el cristianismo como severo culto. Según la ortodoxia cristiana la manifestación divina acaeció para dar cumplimiento a todas las promesas y predicciones de profetas bíblicos. Cabe señalar que los primitivos cristianos celebraban principalmente la Epifanía cuando los Magos del Este visitaron al niño Jesús, personalizando los tres aspectos espirituales del ser interno inmortal del hombre: Voluntad, Sabiduría e Inteligencia. Al mismo tiempo, sería relevante descollar que aun cuando esta Festividad se originó en Belén, Belén en un sentido, es el mismo mundo espiritual y material y en la cual intervienen, no solo la Jerarquía Eclesiástica revestida con sus atavíos y mantos de ceremonia para impartir la solemne misa de la tarde y de la noche profusamente iluminada, engalanada, proclamando loas, alabanzas y exuberantes cánticos navideños que a coro entonan el hermoso Himno Gloria Dios en las Alturas y en la Tierra Paz a los Hombres de Buena Voluntad. Durante el solsticio de invierno se acostumbraba celebrar un festival romano llamado Saturnalia en honor a Saturno, que duraba siete días, en el cual se estipulaba intercambiar regalos y liberar esclavos. Posiblemente de estas actividades paganas, pudieran evidenciarse las festividades navideñas.
Esta historia de la Navidad, como se la desee presentar, es una efemérides de toda la humanidad que comprende todos los festivales relacionados con la vida de Nuestro Señor y se originan como hemos indicado, cuando el Sol todavía marcha hacia el norte desde el Trópico de Capricornio. Aun cuando hay otros festivales de orden diferente, durante el año, debe estimarse que la Navidad es el primer ciclo que culmina en Pentecostés y naturalmente está proyectado en la imagen de un natalicio.
Paz universal
Soslayando festivales anteriores, es pertinente reconocer, por sobre todas las cosas, que la Natividad es un festival particularmente cristiano, que nos induce a la meditación, la reflexión, la paz universal, la fraternidad, la tolerancia y el amor a toda coexistencia en el plano terrestre; palabras que nos sacuden el corazón y nos llenan de armoniosa ternura, imprimiéndole a esta inenarrable Noche Buena un verdadero significado cósmico.
Nos preguntamos: ¿Dónde ocurrió este maravilloso e indescriptible evento? En Belén de Judá, aun cuando hay pensadores que señalan a Nazaret. Si hemos hablado de leyendas, mitos y símbolos, hay que mencionar la consistente convicción: de la esplendorosa aparición de la estrella que hace más de 2.000 años se posó en el divino lugar del alumbramiento. Fue en el valle natal, la aldea de Galilea con sus casas escalonadas bajo las rocas, que al decir de personas conocedoras de la región, señalan como cuevas y destacan la ausencia de albergues o posadas. Como es de todos conocido, María y José eran personas sin complicaciones y son considerados como los padres de la Tierra. María es el carácter más preeminente a través de la historia del Evangelio y en todas las tradiciones aparece como la Diosa Madre. En Egipto se la consideró como una de las personas de la Trinidad. Los puntos esenciales de la narrativa de Jesús indican que María de la estirpe de David, fue seleccionada para ser la madre de un ser excepcional, el hijo de Dios y le fue anunciado por el Ángel Gabriel. Es de observar que el nacimiento de Jesús al igual que el de otros seres de alta calidad espiritual se manifiesta como ya hemos destacado, cuando el Sol todavía marcha hacia el norte. En la lectura del Evangelio, José representa la mente formal, lógica, concreta de un buen desarrollado personaje. Hay otros festivales diferentes durante el año, pero debe considerarse que la Navidad es el primer ciclo que culmina en Pentecostés. La posada a la cual acuden José y María señalaba: NO HAY HABITACIONES. La totalidad de la posada simboliza el mundo material exterior con toda usanza del egoísmo humano. En otro sentido, la posada puede representar el cuerpo físico, el retablo el corazón físico y el pesebre la cámara o cueva dentro del corazón, lugar donde la conciencia crística de amor y unidad nace y se alimenta. El albergue como cualquier posada está lleno de intereses propios de la naturaleza humana, por lo cual el lugar y los eventos más bellos, como fue el maravilloso nacimiento de la conciencia crística no podía ocurrir allí. Por cuya razón se aposentan en el establo, lugar humilde que simboliza el punto de contacto entre la naturaleza y el hombre, donde moran animales domésticos íntimamente relacionados con la humanidad. Ya la pobreza y humildad del lugar preconizan la renuncia a todo deseo de posesión y de un verdadero renacimiento espiritual.
Divino Niño
Al producirse el advenimiento del Divino Niño respondieron a su significación interna, tres órdenes de seres físicos: primero fueron los animales, los cuales lo demostraron cuando se posaron alrededor del pesebre; luego según San Lucas vinieron los pastores, gente simple, todavía sin corromper por el intelecto y logran una deslumbrante visión del Ángel diciéndoles que ha ocurrido un gran acontecimiento. Van al sitio indicado y caen de rodillas rindiéndole homenaje. San Mateo no menciona a los pastores, pero cita a los Hombres Sabios que vinieron del este de Jerusalén preguntando dónde ha nacido el Rey de los Judíos: hemos visto su estrella y venimos para adorarle y traerle ofrendas.
Muchos países reclaman ser los primeros en festejar la Navidad y si hablamos de símbolos debemos señalar el popular nacimiento introducido por San Francisco, tradicionalmente presente en los hogares venezolanos. Igualmente el árbol de Navidad que ha sido asimilado a nuestra cultura; el pino, el abeto, el evergreen y algunos otros han sido relacionados con la idea de la inmortalidad, asociando la victoria sobre la muerte al permanecer verdes durante el largo período del invierno.
Entre los druidas británicos prevalecía la peculiar veneración por el Mistletoc (muérdago), planta parasitaria que se adhiere a los árboles hasta que ellos viven. La presencia del muérdago en los hogares se considera como una bendición y cuando colgamos los adornos elaborados con él sobre la puerta, estamos diciendo que el Amor llegó a nuestro hogar y donde el verdadero Amor llega, el espíritu de Cristo mora. Todavía en la llanura de Salisbury hay un conjunto de piedras brutas llamado STONECHENGE. Como recuerdo de esa antigua fe en estos lugares se reunían los viejos bretones para venerar el regreso del Sol; según algunas crónicas el agua era un elemento sagrado primordial y los manantiales con las colinas, eran escenarios de sus rituales sin identificar a ningún creador.
Árbol de Navidad
Existe la creencia que Martin Lutero, fue quien primero iluminó el árbol de Navidad con pequeños candelabros, en este simbolismo el árbol representa a la Tierra y las velas los cielos estrellados.
Según la leyenda, GLORIA IN EXCELSIS DEO entonado por los ángeles cuando la Natividad ocurrió, fue el primer villancico. Es posible que estos singulares cánticos hayan sido la fuente nutriente para la formación de las nostálgicas y tradicionales parrandas navideñas, constituidas por amigos y familiares que cantaban aguinaldos en las casas y calles de Venezuela, lo que es considerando como parte de nuestra cultura, acogiéndolas calurosamente.
Como este inolvidable día es el más resplandeciente símbolo que Dios ha concedido al ser humano, no debe permitirse que la sociedad de consumo o mercadotecnia se imponga indiscriminadamente con ostentosos presentes y pantagruélicos comportamientos. Como no podemos olvidarnos de la leyenda de la presencia de San Nicolás, Papa Natale, Papá Noel o Santa Clauss, dedico estas últimas líneas para indicar que es improcedente adjudicarle al santo la nacionalidad estadounidense. San Clauss es una corrupción en el inglés colonial del nombre holandés Sam Nikolaas, quien nació en Patara (Licia, Turquía); era hombre de leyes y se hizo arzobispo de Mira por su gran devoción y piedad. En homenaje a este santo las madres acostumbraban recolectar cosas para depositarlas en las habitaciones de los niños, de allí la costumbre de colocar los obsequios en grandes medias o zapatos.
Como en el hemisferio norte la Natividad ocurre en invierno, se lo representa viajando por la nieve en un trineo tirado por renos y con vestimenta adecuada a la estación. En el hemisferio Sur donde la Navidad no cae en invierno, se ha adoptado igual tipología con amor y devoción, que siendo sentimientos universales carecen de nacionalidad.
Es importante hacer notar que un obsequio por modesto que sea es un símbolo recordatorio del gran advenimiento; tal obsequiosidad no debe representar un estipendio oneroso por parte del donante. No es la personalidad, sino el espíritu que está dentro de nosotros quien la ofrenda.
El profundo significado cósmico, espiritual y religioso de esta fecha me ha inducido a distraer la atención de las angustiosas vivencias que ocasionan el excesivo consumismo y materialismo.
Siempre estará con nosotros el espíritu navideño si captamos rutinariamente el mensaje de amor, paz, tolerancia, altruismo, belleza, fe, armonía y esperanza que representa esta gran verdad. Hay un flujo y reflujo de luz espiritual igual al de las aguas del océano. Es la estación santa del año el momento cuando esta luz espiritual se toca más fácilmente y se asimila mediante hechos de misericordia, bondad y amor.
Paz para todo el Universo.
Fuente:http://www.eluniversal.com/opinion/111218/dios-es-luz-dios-es-verdad
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