martes, marzo 26, 2013

"Los venezolanos se abrazan bajo el mismo lema: ¡Todos somos Vinotinto!" ("...Esta noche...enfrentará a Colombia.")




 POR:VANESSA NAVAS.
 
Sin duda alguna Venezuela es un hermoso país, colmado de grandes riquezas y recursos naturales. Pero también tenemos algo que nos diferencia del resto del mundo, la idiosincrasia, humor y unidad del venezolano.

En los últimos años el polarizado ambiente político en Venezuela ha generado complejas controversias en el país. Mientras un sector apoya al Gobierno, otro lo adversa, situación que ha provocado cierta división en familias y amigos.


Pero muy a pesar de ello, los venezolanos siempre consiguen el lugar y el momento adecuado para reencotrarse con los suyos y demostrar gestos de cariño. La Vinotinto resulta ser la gran protagonista, la selección une al país, sin distinguir clase social o ideología política. Los venezolanos se abrazan bajo el mismo lema: ¡Todos somos Vinotinto!

La emoción, llanto y tristeza ante los triunfos o derrotas de nuestra selección invade incluso a los políticos del país, haciendo que los más opuestos coincidan en un mismo deseo: ¡Que triunfe Venezuela!


Actualmente el país vive una etapa compleja tras la muerte del presidente Hugo Chávez, el próximo 14 de abril se efectuarán nuevamente elecciones presidenciales, en tales comicios se enfrentarán el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Nicolás Maduro, y el candidato de la Mesa de la Unidad (MUD), Henrique Capriles Radonski.

Pese a las tensiones causadas, la magia de la Vinotinto toca nuevamente los corazones y pensamientos de los venezolanos. Esta noche, una vez más Venezuela se tiñe de Vinotinto para alcanzar una victoria en miras de Brasil 2014. 

Los venezolanos han demostrado que aunque existan las diferencias pueden respetarse y convivir. Desde tempranas horas muchos se alistan para apoyar a la Vinotinto que enfrentará a Colombia.

Fuente: http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/157705/los-venezolanos-dejan-a-un-lado-la-politica-y-se-unen-por-una-misma-pasion-la-vinotinto/
 

domingo, marzo 17, 2013

"¿Qué les está pasando a los poderosos?"


Presidentes maniatados. Magnates hundidos. Ejércitos impotentes. Obispos sin fieles. Nuevos actores desafían a los dirigentes tradicionales. El poder ya no es lo que era. Se ha vuelto más difícil de usar y más fácil de perder

 
POR:MOISÉS NAÍM.


En su primer discurso ante el Congreso, en 2009, el presidente Obama propuso un presupuesto con ambiciosas inversiones en energía, sanidad y educación. “Esto es América”, proclamó. “Aquí no vamos a lo más fácil”. Cuatro años después, hasta lo fácil se le ha vuelto imposible. “Acordemos aquí, y ahora, mantener al Gobierno funcionando, pagar las facturas a tiempo y proteger el crédito de Estados Unidos”, imploraba Obama al Congreso hace unas semanas. Evidentemente, el presidente de la superpotencia no se debe sentir muy poderoso.

El resultado de los comicios en Italia ha sumido al país en una crisis aún mayor de ingobernabilidad, y en Israel y Reino Unido, Benjamín Netanyahu y David Cameron se han visto obligados a forjar complejas coaliciones para poder gobernar. Las victorias electorales con grandes mayorías son cada vez menos frecuentes. A nivel mundial, la comunidad internacional no logra actuar para detener las matanzas en Siria o el calentamiento global.

El poder ya no es lo que era. Se ha vuelto más fácil de obtener, más difícil de usar y mucho más fácil de perder. Un ejecutivo puede celebrar su ascenso a la dirección de su prestigiosa compañía solo para descubrir que una empresa recién creada está arrasando con sus clientes. Un político que llega a primer ministro puede encontrarse maniatado ya que una multitud de partidos minoritarios bloquea sus iniciativas. Un general puede comandar un enorme y costoso ejército sabiendo que su moderno armamento es inútil frente a explosivos caseros y terroristas suicidas. Y el nuevo papa, Francisco, ya sabe que predicadores de nuevo cuño están arrebatándole su rebaño en África y Latinoamérica.

¿Por qué el poder es cada vez más fugaz? Porque las barreras que protegen a los poderosos ya no son tan inexpugnables como antes. Y porque han proliferado los actores capaces de retar con éxito a los poderes tradicionales.

Los Estados soberanos se han cuadruplicado desde 1940 (de 51 a 193) y no solo compiten entre sí, sino también con organismos internacionales, fondos de inversión, carteles de la droga y ONG transnacionales.
En 2011, cuando estalló la Primavera Árabe, había 22 países gobernados por déspotas, frente a 89 en 1977, una clara señal de lo difícil que es hoy retener el poder. Y dentro de cada país, el poder también está más disperso. En 2012, solo cuatro de las 34 democracias más ricas del mundo contaban con un presidente o primer ministro respaldado por una mayoría parlamentaria.

El poder también se desmorona en los campos de batalla y las salas de juntas.

Un estudio realizado en 2001 por el politólogo Ivan Arreguin-Toft descubrió que, en las guerras asimétricas que estallaron entre 1800 y 1849, el bando más débil (en armamento y efectivos) alcanzó sus objetivos en el 12% de los casos. En las guerras de ese mismo tipo libradas entre 1950 y 1998, el bando presuntamente débil venció el 55% de las veces. El poder militar tampoco es lo que era.

Como no lo es el poder empresarial. En 1980, en EE UU, una empresa situada en el 20% más importante de su sector tenía una entre diez posibilidades de perder ese puesto en los cinco años siguientes. Dos décadas después, esa proporción pasó a ser una de cada cuatro.

Los presidentes de Estados Unidos y China y los consejeros delegados de JPMorgan Chase y Shell Oil siguen gozando de un poder inmenso, pero es mucho menor del que tenían sus antecesores. Antes, presidentes y directivos no solo se enfrentaban a menos rivales y competidores, sino que además tenían menos restricciones a la hora de utilizar ese poder. Restricciones como los mercados financieros, una población con más conciencia política y más exigente, y el escrutinio de los medios de comunicación. Los poderosos, hoy, suelen pagar un precio mayor y más inmediato por sus errores.

Internet, con su fuerza supuestamente “democratizadora”, no es lo único que está erosionando el poder. Las nuevas tecnologías de la información son herramientas importantes, pero para que ejerzan algún efecto necesitan usuarios, y los usuarios necesitan dirección y motivación. Facebook y Twitter fueron fundamentales en la Primavera Árabe. Pero las circunstancias que llevaron a derrocar a los tiranos fueron locales y personales: el desempleo y las expectativas insatisfechas de una clase media en expansión y mejor preparada fueron decisivas.

Lo que está erosionando el poder tradicional son las transformaciones de aspectos básicos de la vida: cómo vivimos, cuánto tiempo y con qué calidad. Cómo trabajamos, nos movemos o nos relacionamos con nuestro entorno. Estos cambios se pueden agrupar en tres revoluciones simultáneas:

» La Revolución del Más. El siglo XXI tiene más de todo: más gente, más urbana, más joven, más sana y más educada. Y también más productos en el mercado, más partidos políticos; más armas y más medicinas, más crimen y más religiones. La pobreza extrema se ha reducido más que nunca y la clase media crece. Para 2050, la población mundial será cuatro veces mayor que 100 años antes. Desde 2006, 28 “países de renta baja” han pasado a figurar entre los de “renta media”. Una clase media impaciente, mejor informada y con más aspiraciones está haciendo más difícil el ejercicio del poder.

La Revolución de la Movilidad. No solo hay más personas con mejor nivel de vida, sino que además se mueven más que nunca. Según la ONU, 214 millones de personas viven fuera de sus países de origen, un 37% más que hace 20 años. Las diásporas étnicas, religiosas y profesionales están cambiando el reparto de poder entre las poblaciones y dentro de ellas. Personas, tecnología, productos, dinero, ideas y organizaciones tienen más movilidad, y por ello son más difíciles de controlar.

» La Revolución de la Mentalidad. Una población que consume y se mueve sin cesar, que tiene acceso a más recursos y más información, ha experimentado también una inmensa transformación cognitiva y emocional. El World Values Survey ha descubierto que existe cada vez más consenso en todo el mundo sobre la importancia de las libertades individuales y la igualdad de género, así como más intolerancia al autoritarismo. La insatisfacción con los sistemas políticos y las instituciones de gobierno también es global.

Juntas, estas tres revoluciones están erosionando las barreras que protegían a los poderosos de sus rivales. La Revolución del Más ayuda a estos últimos a asediar esas barreras, la Revolución de la Movilidad les ayuda a rodearlas y la Revolución de la Mentalidad las socava.

¿Debemos celebrar este declive del poder tradicional? Claro que sí. Se han abierto más oportunidades para votantes, consumidores, jóvenes, mujeres y otros grupos tradicionalmente excluidos.

Pero no todo es positivo. La degradación del poder también plantea amenazas para nuestro bienestar, nuestras familias y nuestras vidas. Explica por qué Washington está bloqueado, por qué a Europa le cuesta actuar con eficacia ante los problemas económicos, por qué proliferan los Estados fallidos o por qué tantas decisiones urgentes se toman tarde y mal.

Ante el fin del poder tal como lo conocemos, nuestros tradicionales sistemas de controles y equilibrios —concebidos para limitar el poder excesivo— amenazan con transformar a muchos Gobiernos en gigantes paralizados.

El tamaño ya no significa fuerza. La burocracia ya no significa control. Y los títulos ya no significan autoridad. Y si el futuro del poder está en la subversión, los bloqueos y las interferencias, ¿podremos recuperar algún día la estabilidad? Sí. Pero eso requerirá entender mejor las mutaciones del poder.

Moisés Naím es autor del libro The end of power, de donde ha sido adaptado este artículo. Twitter @MoisesNaim

 Fuente:http://elpais.com/elpais/2013/03/15/opinion/1363367584_135358.html

martes, marzo 05, 2013

Ante el fallecimiento del Presidente Chávez, expresamos nuestra palabra de aliento al pueblo venezolano.




POR:ARCANGEL VULCANO.

En virtud del lamentable fallecimiento de nuestro Presidente Constitucional Hugo Rafael Chávez Frías, desde Epicentro Hispánico expresamos nuestra más sentida palabra de condolencia y aliento al libertario y democrático pueblo venezolano, extensiva naturalmente a toda su familia; especialmente a sus respetados padres, sus hermanos, hijos, nietos, sobrinos, primos y en general a todos sus amigos. Hacemos extensivas nuestras condolencias al  Partido Socialista Unido de Venezuela, a todos sus partidarios y seguidores. Así mismo, al igual que la gran mayoría del pueblo venezolano, lamentamos profundamente tan irreparable pérdida; por lo cual desde aquí nos unimos al duelo nacional, que nos enluta, y llevaremos en el corazón. Seguramente que Hugo Rafael Chávez Frías, pasará a la historia como uno de los dirigentes políticos latino americanos  más controversiales, y más populares; tanto su vida, como su obra de gobierno, será motivo de estudio, así como personaje político histórico. Paz a su alma.

domingo, marzo 03, 2013

"¿Quién será el candidato opositor?"

 
POR:LUIS VICENTE LEÓN .


Mucha gente se pone nerviosa cuando se presentan pugnas entre partidos o líderes opositores que se supone deben estar unidos para enfrentar a su real adversario. Entiendo la inquietud, bajo la perspectiva de que no existe ninguna posibilidad de que la oposición pueda provocar un cambio si no trabaja unida por ese objetivo.

Pero debo decir que la búsqueda de la unidad no puede partir de castrar el derecho que tienen las fuerzas políticas de expresarse, opinar y criticar, como tampoco se puede criminalizar a aquellos líderes que ofrecen sus nombres como alternativa para representar a la oposición en una potencial elección sobrevenida. De eso se trata la democracia, de participar y tener derecho a proponer, expresarse y disentir. Nada ni nadie tiene derecho a coartarlos con el argumento de un consenso obligatorio. Lo obligatorio es la unidad en la lucha, no pensar igual.

Que haya diferencias es lo normal en un grupo democrático y es lo que se contrapone al autoritarismo. La democracia no es un sistema de consensos. Es un sistema para dirimir el disenso, donde el único consenso necesario es alrededor de las reglas de juego para dirimirlo.

Una vez aclarado que no veo problema en que haya líderes y partidos opositores exigiendo discusión alrededor de quién debe ser el candidato y cómo debe elegirse, lo que si debe estar claro es que ese mecanismo tiene que cumplir una condición básica. El resultante de esa selección tiene que ser aquel que tiene el mayor respaldo de la base opositora, pues cualquier selección contradictoria, basada en otros intereses, sería inaceptable, inviable y explosiva.

Cuando el tiempo lo permite, el mecanismo óptimo son las elecciones primarias. Pero no siempre son posibles. Cuando hay que buscar un mecanismo alternativo, la condición fundamental de ese sistema subóptimo es que tienda al mismo resultado de la elección.

Cuando las preferencias entre candidatos están divididas en partes similares, los riesgos del proceso de selección aumentan y sólo las elecciones dirimen adecuadamente el disenso. Pero cuando hay una preferencia marcada, evidente y obvia, usualmente los mecanismos alternativos sirven para validar lo que todos saben.

La realidad actual dentro de la oposición no da para esperar un conflicto real o una división peligrosa. Todos los aspirantes tienen derecho pero sólo uno tiene el respaldo popular y la diferencia es tan estrambótica que mata cualquier peligro, pues sería suicida para los otros grupos desconocerlo.


La encuesta Datanálisis nacional terminada en campo el 8 de febrero arrojó los siguientes resultados: ¿quién es el principal líder de la oposición? Henrique Capriles 72%, todo el resto de los mencionados por debajo de 2%. La pregunta de quién debería ser el candidato es equivalente a la anterior. Con una diferencia de esta magnitud, donde la brecha se ubica en 70 puntos a favor de Capriles y el resto de los líderes no superan el error muestral, la definición del candidato opositor puede tener debate pero no jaleo. Con este respaldo, si Capriles quiere ser el candidato no habría ninguna posibilidad de que alguna maniobra política lo evitara sin una ruptura desequilibrada a favor de lo que la gente quiere. La participación de Capriles como candidato, representando la preferencia concentrada de la masa opositora, depende más de su decisión personal que de acuerdo alguno. En todo caso, pese a esa fuerza, Capriles debe invitar a todos a participar con él. Abrir su campaña a quienes no le son cercanos y lograr que ese apoyo masivo de la masa opositora hacia él se convierta también en una integración institucional. No lo logró antes, pero será su reto ahora, porque la batalla que viene es más dura, compleja y peligrosa.

@luisvicenteleon

Fuente:http://www.eluniversal.com/opinion/130303/quien-sera-el-candidato-opositor