POR:CHARITO ROJAS.
“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”
Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
Unas largas vacaciones en el exterior, en contacto con compatriotas
en el exilio y con acceso a una prensa que investiga y publica sin
cortapisas los resultados de sus pesquisas, me concedieron una visión
panorámica del horror que es Venezuela bajo el mando de una revolución
que en 18 años mató la prosperidad y la democracia.
Los venezolanos no vivimos. Sólo
estamos tratando de sobrevivir a este ciclón de miseria que se llama
chavismo, socialismo del siglo XXI o madurismo. Todo eso es la misma
miasma, y su único empeño es controlar hasta los más privados aspectos
de los que aún sobrevivimos en nuestra tierra. Tenemos un gobierno que
nos pichirrea y raciona hasta los pañales y los modess, por hablar de
cosas íntimas; ha encochinado a los venezolanos, siempre tan limpios y
olorosos, ahora usando bicarbonato y limón porque no hay desodorante,
lavándose el cabello con lavaplatos porque no hay champú, enjuagándose
con agua oxigenada porque no hay crema dental.
Igual sucede con la escasa comida, la dieta diaria ha variado
notablemente, las proteínas bajan, el ñame y la yuca suben… y los niños y
ancianos mueren de malnutrición. La yerbatería sustituye a la medicina,
lo cual en dolores de estómago o de cabeza sienta bien pero no en
enfermedades graves que requieren de medicinas que no se consiguen o que
son racionadas de forma tal que igual terminan produciendo muertes que
se pudieron evitar.
Como la vida o la muerte de los venezolanos poco importa al gobierno,
se niega a recibir donaciones de medicinas y alimentos, tal y como lo
confirmó el Presidente de Brasil Michel Temer recientemente.
Este gobierno es tan pero tan malo que ha producido la estampida más
grande de venezolanos en sus 500 años de historia. Según el profesor de
la UCV Tomás Páez, estudioso de la diáspora venezolana, sólo durante
estos 18 años han emigrado entre un millón 800 mil y dos millones de
ciudadanos. El núcleo más grande se encuentra en Florida, donde el
consulado que atendía a unos 400.000 venezolanos fue cerrado hace 5 años
en una rabieta del finado comandante. Sigue clausurado, aunque el
gobierno sigue alquilando el local vacío por 10.000 $$ mensuales,
mientras los venezolanos deben hacer peregrinajes a New Orleans o
Washington para arreglar sus asuntos consulares o votar.
Cientos de niños venezolanos no han sido registrados, miles de
venezolanos tienen cédula o pasaporte vencidos. Los compatriotas en el
mundo están desamparados, dicen que las embajadas venezolanas solo se
ocupan de hacer propaganda a la revolución o lobby a los jugosos
negocios de los jefes.
Venezolanos que salieron en diciembre de vacaciones, se quedaron en
los sitios de destino. Prefieren estar ilegales pero como me dijo uno
“con los hijos a salvo” de la espantosa inseguridad que da a Venezuela
el primer lugar mundial en homicidios. Eso, y más de 1.000% de inflación
prevista para este año hace que se queden en cualquier condición en el
exterior. Lo último es ir hacia países andinos en autobús, haciendo
largas travesías. Tristemente, todo es mejor que esta Venezuela
anárquica y peligrosa.
La tragedia es vista en el exterior a través de la cantidad de
estudiantes, mayoritariamente de postgrado, que no culminaron sus
estudios pues desde la mala hora en que llegó “el hijo de Chávez” a la
presidencia, les cortaron los dólares preferenciales para sus cursos.
Los pensionados y jubilados en el exterior tampoco disfrutan de ese
beneficio que les pertenece y ganaron con su trabajo: tienen ya 15 meses
sin cobrar pensiones. Estudiantes y viejitos venezolanos han tenido que
buscar la beneficencia, los comedores de las parroquias católicas y los
auxilios de la Cruz Roja para sobrevivir en el exterior. Ellos son la
cara de un régimen que no vela por sus ciudadanos.
La enormidad de lo que sucede en Venezuela se resume así: la justicia
sentencia siempre a favor del gobierno, el ente comicial trabaja para
bloquear elecciones, los militares no defienden a los ciudadanos sino a
la revolución, la revolución extermina la economía, los malandros y
pranes son gobierno y los gobernantes malversan en su circo
revolucionario los recursos de vida de 30 millones de venezolanos.
Durante 18 años, los medios y periodistas libres hemos publicado la
verdad. Desde el año 2010 el Departamento del Tesoro hace seguimiento a
las inmensas fortunas que circulan por bancos norteamericanos,
provenientes del narcotráfico y la corrupción en Venezuela. El
magistrado Aponte Aponte cantó que Chávez le había ordenado construir un
expediente contra Leopoldo. El ayudante militar Leamsy Salazar reveló
los vínculos de Diosdado con carteles. Muchos boliburgueses han sido
sacados de USA y sus bienes congelados, muchas visas negadas o
canceladas. Y ellos calladitos, para que acá no se enteren. En 2011, la
llamada “lista Clinton” salió al a luz pública con nombres de quienes
hoy están protegidos en Venezuela.
Cuando el “Pollo” Carvajal fue atrapado por la DEA en Aruba, fue el
gran campanazo de alerta: los estaban rastreando y más que nunca debían
protegerse, activarse con testaferros, y sobre todo, quedarse dentro de
las fronteras venezolanas, donde no pudieran atraparlos. Por eso nombran
ministros y vicepresidentes a quienes hoy son acusados abiertamente de
narcotráfico por Estados Unidos. Luego, el juicio y condena de los
narcosobrinos fue el toque de terror para decidir que “como sea” se
quedaban en el gobierno. Por eso todos los chicos malos se unieron para
negar el revocatorio. Por eso ahora bloquean las regionales, por eso
aprietan cada vez más para ahorcar las libertades en Venezuela, por eso
dividen a la MUD, por eso lanzan zorros en medio del gallinero. Dividir
es su política para reinar.
Llegó la hora de la justicia, de detener la estampida de los
emigrantes obligados; de juzgar a los delincuentes, los destructores del
país deben pagar su delito, resarcir los daños. Los recursos humanos y
económicos deben volver al país. Si la ley venezolana no funciona,
todavía queda la justicia internacional. Porque la divina tendrá su
momento perfecto.
Fuente: http://www.noticierodigital.com/2017/02/charito-rojas-la-estampida/
3 comentarios:
Mario Guillermo Massone
El Aissami: una papa radioactiva
15 Febrero, 2017
Que el gobierno de los Estados Unidos de América sustituya la voz “vicepresidente” por “narcotraficante es grave, superlativamente grave. Tras años de investigación, seguimientos y pesquisas, he aquí un resultado más, que se suma a los ya conocidos, como lo son los sancionados del decreto Obama y el caso de los narcosobrinos.
Tarek El Aissami es ahora un hombre en circunstancias extraordinarias. Sus aliados políticos, de ahora en adelante, pueden confundirse con ser aliados en el narcotráfico, frente a la opinión pública, y, peor, frente a la justicia internacional.
Los jerarcas de la Fuerza Armada Nacional, han de medir muy bien eso de dar apoyos sin más a El Aissami. Mostrarse como aliados políticos les conllevaría a ser personas de interés para la justicia gringa e internacional. Estos no son juegos, si no que le pregunten al general Noriega.
El mentado testaferro de El Aissami, Samark López Bello, debería estar ya en suelo norteamericano colaborando con la justicia. Quedarse en Venezuela no pareciera una opción razonable, ya que debe saber demasiado y eso lo hace demasiado peligroso.
Nicolás Maduro es quien más complicado la tiene. ¿Qué hacer con este número? De mantenerlo como vicepresidente, se produciría una complicidad por asociación, y hasta ahora Maduro no ha sido señalado de narcotráfico.
El caso El Aissami está en el ojo del huracán mundial. El Aissami es una papa caliente, una papa radioactiva.
@massone59
Trino Márquez
El Aisami no puede huir por la tangente
16 Febrero, 2017
Las acusaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos contra el vicepresidente de la República, Tareck El Aisami, según dice el comunicado de ese organismo, no están basadas en hipótesis o presunciones, sino en una investigación llevada a cabo durante varios años. El Gobierno estadounidense se ha cuidado, en este caso, de no cometer el mismo tipo de errores en los cuales incurrió cuando detuvieron al general “El Pollo” Carvajal en Aruba, en 2014. Los señalamientos son específicos. Se mencionan nombres y apellidos de personas que forman parte de redes internacionales de narcotráfico, y se habla de episodios concretos en los que se distribuyeron drogas con la participación directa de El Aisami.
La Embajada Americana en Venezuela, generalmente tan discreta y ponderada en sus comentarios, puso a circular en su cuenta en twitter -@usembassyve- un texto particularmente filoso, alejado de los protocolos diplomáticos convencionales: “El Departamento del Tesoro impone sanciones al narcotraficante venezolano Tareck El Aisami y (a) Samark López”. Este último es señalado como su testaferro. Nada de apelar al vocablo “presunto”, fórmula periodística, policial y judicial clásica que le otorga el beneficio de la duda al indiciado. El propósito consistía en despejar desde el inicio las incógnitas y emitir una afirmación concluyente.
Los señalamientos contra El Aisami no son nuevos. Al antiguo modesto dirigente estudiantil, militante del grupo ultraizquierdista Utopía 78, que actuaba en la Universidad de los Andes (ULA), se le ha acusado desde hace años de haber acumulado una inmensa fortuna, una de cuyas columnas es su imperio comunicacional, construido con testaferros, que reúne televisoras, periódicos y emisoras de radio, desde donde se ha proyectado como figura nacional emergente del chavismo, y segundo hombre de abordo, a pesar de ser joven, apenas 42 años, y no formar parte de los conjurados. Contra él han enfilado las baterías antiguos simpatizantes del oficialismo. El exmagistrado Eladio Aponte Aponte y Walid Makled, conocido narcotraficante, son apenas dos de los personajes, que estuvieron vinculados con el gobierno que le han lanzado dardos envenenado al Vicepresidente.
Trino Márquez
El Aisami no puede huir por la tangente
La respuesta del gobierno frente a las imputaciones del Departamento del Tesoro son las de siempre. Se trata de una calumnia y una infamia, dicen Maduro, la Canciller y el propio incriminado. Igual ocurrió cando el gobierno norteamericano acusó al general Néstor Reverol. Ofensas y mentiras las que el oficialismo inventó contra Leopoldo López, Antonio Ledezma, Yon Goicoechea y Braulio Jatar, por ejemplo, a quienes se les sembraron armas y se le formulan cargos forjados.
¿Por qué los Estados Unidos la emprende contra jerarcas del gobierno venezolano y no ataca a altos funcionarios de otros gobiernos como el de Cuba, Nicaragua, Bolivia o Ecuador, que suelen pronunciar encendidos discursos contra la potencia del norte? Es raro, ¿verdad? Venezuela, además, les vende la mayor parte de su petróleo a los norteamericanos y continúa siendo un importante importador de bienes que se producen en esa nación. El intercambio comercial entre ambos países, a pesar de haber disminuido durante los últimos años, sigue siendo significativo. No existe ninguna razón política o económica por la cual el gobierno de Donald Trump le tenga animadversión al de Nicolás Maduro, que no representa ningún peligro para la primera potencia militar y económica del mundo.
La paranoia de Nicolás Maduro y su equipo con los Estados Unidos carece de todo fundamento racional. La administración Trump encara demasiados problemas complejos e inquietantes, como el de las relaciones con México, para abrir un nuevo frente en América Latina con el vociferante gobierno bolivariano.
Las imputaciones contra Tareck El Aisami afectan al conjunto del gobierno venezolano. En el plano internacional nadie va a aceptar la tesis del régimen según la cual se trata de una conjura imperial contra la devaluada revolución criolla. Existen numerosos elementos que incriminan al Vicepresidente. Si él se considera injustamente agraviado debe renunciar a su cargo y demostrar que se trata de una confabulación de sus enemigos externos e internos para cortar su meteórica carrera hacia la cumbre del poder. De tener éxito, será el héroe de los rojos. Su hoja de vida quedará limpia de toda mácula. Pero, si se atornilla al cargo sin demostrar su inocencia, las sospechas se convertirán en evidencias irrefutables de que los gringos tienen razón. El Estado venezolano quedará como un narco Estado.
@trinomarquezc
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