viernes, marzo 28, 2008

Cruje la carpa del circo sobre el elefante rojo


POR:ARCANGEL VULCANO.
Se ha comenzado a derrumbar el mito, se estremecen los frágiles cimientos de la función histriónica sustentada en falacias insostenibles en el tiempo; la presunta popularidad y credibilidad de los actores montados -por ahora- en el escenario se ha hecho añicos, se derrumba el quebradizo tinglado montado a costa de la brutal y hostigante propaganda; bajo la temblorosa carpa del circo que cruje rasgada, ya no ríen ni los payasos.

Las focas comienzan a culparse mutuamente, ya no estremecen sus bigotes ni golpean a rabiar sus palmas, ahora se miran desconfiadas porque alguien dizque vendrá por ellas; los oficiosos oráculos designados para el pregón del espectáculo, lucen descompuestos, ofuscados, son presa de la ira y pierden la compostura frente a las pantallas de cristal, esgrimen sus ojos desorbitados, difaman, injurian y calumnian sin cesar, todo lo justifican.

Los magos son descubiertos en sus trucos, quedando en evidencia ante la audiencia asombrada; se les caen sus cartas, rotos están sus sombreros.

El domador de las fieras (leones y tigres) se rompió la chaqueta al entrar a la jaula, se arañó con metales oxidados hiriéndose seriamente la piel de sus temblorosos brazos, sus heridas sangran en plena faena; los felinos asesinos, se lamen sus garras, afinándolas, mirándolo de reojo moviendo sus narices olfateándolo con su agudo instinto, el olor a sangre los inquieta, ya la puntería del látigo no será la misma pero si la de las fauces de las terroríficas salvajes bestias.

Comienzan en las entrañas del chow, los organizadores a culpar de los errores a los saltimbanquis, a los enanos; señalan con el índice a los inestables trapecistas, los caballos hace días se murieron de mengua, despidieron en masa a los músicos que tocaban la gran orquesta que pagaba el boleto; los auxiliares están extrayendo los restos que quedaron en el baúl; colocan a los monos a hacer maromas frente a las cámaras para distraer al público, quieren desesperados que miren hacia otro lado; pero la atención colectiva no se despega de la pista central en donde se encuentra el director oficiante muy ataviado dando su altisonante y desfasado discurso de siempre, intentando cumplir su papel de animador de su pésima pandilla de actores. Pronuncia sus grandilocuentes palabras que justifiquen la tragedia en que se ha convertido la tétrica función.

Así, todos los cirqueros envueltos por ese enrarecido y pesado ambiente, deberán entrar en la próxima función junto con los personajes más famosos, intentarán salvar la taquilla. De pronto, entrará en escena algún nuevo número mediocre preparado sigilosamente para intentar salvar el espectáculo. Para tan especial ocasión, deberá sacarse un as bajo la manga el viejo mago; o tal vez partir en dos en vivo a algún desprevenido ayudante agonizante que sacarán por la puerta de atrás sin pena ni gloria confundido como monigote de goma espuma siendo cadáver insepulto; pero será suplido de inmediato por alguna hermosa y resplandecientemente dama sacada improvisadamente del público, para intentar en vano lavarle la cara al descolorido oficiante de traje muy arrugado.

La función no terminará sin que le lancen tomates y basura al oficiante que se atornilla en la pista principal; para entonces el circo comenzará a colapsar, la carpa se estremecerá, los huidizos auxiliares trajeados de rojo correrán despavoridos intentado salvarse de la debacle, muchos se guindarán de los mecates que aún sostengan el mástil mayor, otros en su huida tropezarán apiñados en un mezcla pegajosa acumulada bajo sus erráticos pies, impregnándolos a todos con un apestoso aroma a bosta de elefante que los marcará para siempre; en ese engrudo resbaladizo que se acumuló con el tiempo que duró la función, estarán todos revolcándose en el fétido excremento intentando levantarse y volviéndose a caer una y otra vez hasta el hastío. Es el excremento del gigante paquidermo a quien trajeaban y adornaban con ribetes rojos, iluminándolo en cada evento tildado de importante, el gigantesco elefante rojo de pies de barro, quien era la estrella del circo y que debía mostrarse siempre poderoso, para así extraer emociones y aplausos de la hipnotizada plebe concurrente, que todo se lo justificaba.

La carpa del circo cruje y se desplomará algún día pesadamente sobre el elefante rojo, todo el resto de las bestias, animales, los payasos, principalmente las sumisas focas, igualmente, sus comparsas de actores de quinta categoría, y para desgracia de todos, sobre el público asistente del horrendo espectáculo. Expectantes -pero no a salvo- estarán los que no fueron invitados ni pudieron pagar la taquilla (por lo cara), solo se aliviarán del triste final quienes se mantuvieron impolutos del excremento mal oliente y pegajoso. Afuera se escucha el cielo tronar, pareciera que viene una terrible tormenta, las oscuras sombras de varias raras y ruidosas aves ya se intuyen sobre el suelo, imaginamos que pasan volando hacia el endeble tinglado de cartón, parecen zamuros dicen varios chismosos de la comarca, son halcones aseguran otros, en verdad son las águilas del norte aseguran también muchos; ¿que importa? Son todas de rapiña y aletean sin cesar; y cuando comiencen el sobre vuelo fúnebre sobre el escenario patético y a lanzar sus nauseabundas miserias sin compasión, la muerte entonces acechará a todos por igual; al dueño del circo, a sus acólitos serviles, pero también al público y actores de medio pelo.

En el marco de ese cuadro dantesco, se mueren las palomitas inocentes que había en la jaula corroída por el abandono y la negligencia del dueño del circo, fallece la esperanza; el aguajero mayor se la pasa distraído y viajando sumergido en sus delirios lejos y en otra parte. Los demás animalitos están en riesgo, son olvidados a su suerte comienzan a padecer sed y hambre. La lluvia comienza a causar estragos, el agua desbordada e incontenible entrará por todas partes, no hay nada que detenga tantas goteras, se hunde el barco capitán garfio gritaron hace tiempo algunos alertándole al capitán aferrado a su timón, cuando se atrevieron díscolos a desafiarlo entonces y se alzaron haciéndole un motín a bordo de su buque. El problema es que el Tiburón mayor, el gran blanco que está bajo la quilla esperándole sin desfallecer, para engullirlo vivo, tine sus dientes agudísimos y ahora reabre sus fauces.

Bajo las órdenes del propietario, sus emisarios corren a intentar colocar en las ventanas trapos rojos para tratar de tapar el aguacero; pero ya las palomitas se murieron ayer y no podrá haber ninguna función mañana que justifique la negligencia del torpe mago, quien con sus baratos artilugios y trucos no podrá impedir sus desventuras. La próxima escuálida taquilla habrá quebrado al circo y la carpa se les derrumbará encima.Habrá quienes pensando que pueden ser los nuevos exitosos actores del siguiente espectáculo asuman la difícil responsabilidad de recosntruirlo todo, pero deberán antes limpiar el estiercol, porque si no las gradas estarán vacías.

Pero el Tiburón jamás se cansará, estará esperándole al mago fracasado por mentiroso; allí no habrá truco posible que logre distraer al gran escualo, porque caerá en su elemento indefenso sin artificios, desnudo en las profundas aguas desoladas, sin amigos, ni salvavidas, entonces estará el mediocre mago solo frente al mortal verdadero tigre del mar; unicamente podrá gritar y chapalear agua, pero nada impedirá que se lo trague vivo, la gran bestia se saciará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja Arcángel está vaina te quedó del carajo. Supongo que el elefante rojo es el estado socialista; el director o dueño del circo el oficiante en el medio de la pista es el caudillo; la carpa del circo debe ser el país visto desde el poder del gobierno; las focas son impelables, los legisladores sumisos y cómplices;los saltimbanquis son los políticos de menos jerarquia y rango que son empleados usados como carne de cañón; los enanos, sin duda son la banda de los operadores políticos que trafican en el poder judicial a la sombra del poder corrupto del régimen; los caballos muertos son todos los dirigentes políticos disidentes de peso que fueron apartados o se distanciaron; las palomitas muertas son los inocentes menores fallecidos recientemente; los trapecistas son los negociantes de los maletines;el mago es el dueño del circo director oficiante haciendo trucos para engañar; los organizadores del Chow son los líderes del continete de tendencia comunista de mayor peso;los payasos son algunos trsites personajes cómicos del régimen que dan risa cada vez que hablan;los monos son los oportunistas logreros que salen a defender al gobierno a hacer piruetas para distraer;los felinos son los medios de comunicación; los leones y los tigres RCTV y Venevisión respectivamente; los oraculos oficiantes son los programas de los canales y medios oficiales y los bachilleres marginales jala mecates; los auxiliares vestidos de rojo son los militantes del PSUV;los animalistos son los pobres y el pueblo en general que está pasando hambre y sed;las aves de rapiña son varias, los zamuros son todos los políticos que medran a la sombra del poder de oposición y oficialistas que están rondando el centro del poder para desbancar al tipo;los halcones son los militares de adentro y afuera; las águilas sonsin lugar a dudas los gringos enemigos del tipo, la CIa, el pentagono; como son aves sugieren aviones, pero podría ser cualquier cosa; las miserias nauseabundas podrían ser las bombas, los ataques, las tácticas usadas contra el régimen; los tomates y basura son las protestas del pueblo arrecho; el domador de los leones son los funcionarios de alto nivel de los poderes públicos en general, podría ser el fiscal anterior,el Tribunal supremo de justicia, el contralos la defesnsora del pueblo, etc; están heridos con metales oxidados, significa que están maltratados por sus errores, y sangran en plena faena porque es tan notoria sus heridas que los felinos los tienen en la mira para despellejarlos vivos por sus pésimas actuaciones. El oficiante del saco arrugado puede se el exfiscal o el contralor. El tiburón blanco sin duda es el imperio estadounidense con las fauces abiertas significa que acecha seriamente al oficiante.Que el agua se meta por la carpa rasgada significa que el gobierno no puede tapar ni ocultar tantas fallas juntas. El excremento pegajosos y mal oliente del elefante es la corrupción del gobierno. Hay que leerlo tres veces para entenderlo. En el fondo has realizado una descripción acertada de lo que le pasa a nuestro país; pero también es una profecía.Lo más triste es que el publico somos todos los que sufrimos ese régimen. Por cierto, que los músicos de lka orquesta que pagaban el boleto eran los empleados despedidos de la empresa petrolera. La taquilla son los electores cuando concurren. La función es la acción del gobierno, el espectáculo son las maniobras y tácticas del régimen. Las pantallas de cristal sin duda son las cámaras de las televisoras.Los oficiantes con los ojos desorbitados iracundos que difaman evidentemente son los voceros oficiales principales,la presidenta de la asamblea, los ministros etc.Finalmente, los trapos rojos son las maniobras del régimen, son los potes de humo para distraer la atención de los reales problemas.

¡Felicitaciones!