lunes, marzo 24, 2008

"La última oportunidad de Chávez"


POR:ROBERTO GIUSTI.

Chávez comenzó a descender en el 2007 y nada parece detener la caída

El arsenal retórico, emocional, clientelar, comunicacional, ideológico y político que Hugo Chávez ha venido desplegando a los largo de los últimos diez años para avanzar, consolidar o impedir el retroceso de su proyecto, luce tan agotado como él mismo y su propia imagen.
Las encuestas, las mismas que de manera sistemática y puntual dieron cuenta al país de una invencibilidad que llegó a límites que sólo pueden alcanzar las leyendas, dan cuenta ahora de que el mito se derrumba, al parecer, irremediablemente.

La fe perdida
Las respuestas, en principio, lucen simples. Chávez comenzó a caer en el tercer semestre del 2007, momento coincidente con dos hechos cruciales que, sin duda, constituyen la causa de un descenso hasta ahora imparable: el cierre de Radio Caracas Televisión y la propuesta de reforma constitucional, dirigida a acrecentar su dominio político-institucional y a hacer indefinido su mandato.
A esos dos elementos, que emergen como consecuencia de los resultados de las elecciones presidenciales de diciembre del 2006, asumidos por Chávez como el recibo de cobro por su rotunda victoria, deben sumarse otros factores que, por efecto de acumulación, destruyeron progresivamente la fe ciega del comienzo y se fueron convirtiendo en creciente escepticismo ante la incapacidad del gobierno, manifiesta o involuntaria, por resolver problemas como la inseguridad, el desabastecimiento, la inflación, la corrupción, la salud, el desempleo.
En seis meses el mundo se le vino encima a Chávez y lo que tendría que haberse convertido en el remate de una larga faena dirigida a dominio total, no ya del aparato del estado sino de la sociedad toda, culminó con la derrota electoral del 2 de diciembre.

Con las manos vacías
Luego ocurrió algo que Chávez había evitado por completo hasta entonces: antes que comprender las causas de su derrota y rectificar, como lo hizo en otras ocasiones de reflujo, se dejó arrastrar por la soberbia y comenzó a actuar como si efectivamente hubiera ganado el referendo. Grandes pancartas con la repetición de la frase "inmortal" del 92 aparecieron por todas partes: "por ahora". Pero la advertencia, capaz antes de inflamar la vena del hastío de por aquellos tiempos, sonó a vaga fanfarronería sin ningún eco social o político.
Desautorizado su proyecto por mandato popular, ha venido tratando de insistir, con sus viejos argumentos, con las ya previsibles puestas en escena, con sus argumento ya desgastados y el resultado ha sido catastrófico. Hoy el rechazo y la desconfianza son aún mayores que en diciembre y nada parece indicar que dejen de crecer en los próximos meses.
La gente simplemente está ratificando el rechazo a una idea de país, a una forma de organizarnos en sociedad, a unas ansias inexcusables de poder y a una infame gestión de gobierno. Pero aturdido por haber sido despojado de su proyecto político, con las manos vacías e incapaz de reelaborar sus ideas para llegar con vida (política) al 2013, Chávez insiste en su error y eso lo sigue hundiendo y haciéndole perder la fuente original de su poderío: el apoyo popular. Sin eso está perdido y lo sabe muy bien, pero por negarse a ir en contra de su propia naturaleza se cierra las salidas y al mismo tiempo se las cierra al país.

El único culpable
Luego de diez años de un régimen personalista y centralista, donde todo pasa por las manos del caudillo, dueño y señor de cuerpos y almas (en el gobierno, en los cuarteles, en el partido, en los poderes públicos, en las regiones, gobernaciones, alcaldías y notarías), la gente atribuye a esa sola y única voluntad que todo lo decide, la responsablidad por todos los padecimientos. En otras palabras, Chávez es culpable de todo. Desde el aumento de los homicidios en Caracas, hasta de los montones de basura que se acumulan sin que nadie los recoja en cualquier barrio del país.
No en balde Chávez convirtió su pelea electoral del 2007 en algo personal, confiando en que al influjo de su solo nombre o presencia, sería aclamado por las grandes mayorías y quedarían borrados todos los agravios y desengaños. Ocurrió lo contrario y ahora candidatos y alcaldes a gobernadores, antes que verlo como el providencial portaaviones que los llevaba a la gloria con sólo alzarles la mano, sienten que Chávez se puede convertir en la causa de su derrota, tal y como lo señalan todas las encuestas.

Con todo en contra
Obviamente cuenta todavía con la mejor de las garantías, el poder y su ventajista forma de utilizarlo. Así que, no obstante el argumento de las misiones, que le permitió salir de abajo en el 2003-2004, para coronar un triunfo alcanzado sobre la base del gasto masivo y la solución inmediata y parcial de los problemas básicos (salud, alimentación, becas), ahora luce más cuesta arriba porque si bien la renta petrolera no deja de aumentar, los compromisos son mayores y la fragilidad de las estructuras sobre las cuales forjó esa inmensa operación clientelar-electoral, están agrietadas por los mismos males que consumen al gobierno: corrupción, ineficacia y sectarismo a la hora de repartir los bienes.
Como no hay renovación de estrategias, ni cambio de actitud, ni del rumbo exigido por el electorado el 2 de diciembre, tampoco es posible operar un cambio en el mensaje y mucho menos en el mensajero. Todo sigue igual pero cada vez peor y lo que antes era una formidable maquinaria política con un jefe único que electrizaba, galvanizaba y unía a masas y cuadros, hoy se presenta como una endeble caricatura escindida por toda clase de intereses mezquinos y un líder cuyas voces de mando son desoídas con cada vez menos disimulo.
Se desintegra el tinglado a ojos vista y esa naturaleza personalista y caudillesca que caracteriza al régimen, arroja toda clase de incertidumbres sobre las posibilidades del recambio político. En un régimen de partidos, como el que se tuvo hasta 1999, la alternabilidad estaba asegurada y llegó a producirse sin grandes traumas, aun incluso en el momento de su decadencia, cuando los mecanismos institucionales permitieron una transición pacífica (no obstante los golpes del 92) hacia otro tipo de sistema político.
En esta oportunidad las cosas no lucen tan fáciles porque a pesar de unas elecciones regionales que podrían cambiar el mapa político del país y enterrar definitivamente las expectativas de Chávez de imponer su proyecto, la misma circunstancia que deba coexistir con más de la mitad de los mandatarios regionales y gobernadores de oposición (de mantenerse la tendencias actuales), o por lo menos no sensibles a sus directrices, lo obligarán a desechar las concepciones centralistas y hacer del consenso la única forma posible de acordar formas de co-gobierno civilizadas.
¿Llegará Chávez a esos extremos en caso de producirse una nueva derrota electoral? Al parecer no, pero si eso fuera así, cabe preguntarse cómo discurrirían los cuatro años que le quedan de gobierno. Y ahí se abre un abanico de opciones, cada una peor que la otra.


1 comentario:

Anónimo dijo...

No pega una
lunes, 24 de marzo de 2008

Tal Cual

El presidente Hugo Chávez comenzó el año con el mismo pie con el que lo terminó: el izquierdo. Engañado por los faracos que no tenían al niño Enmanuel bajo su poder, anunciando el repunte del dengue contando un mal chiste con su ministro Farruco Sesto como protagonista y haciendo un resumen en cadena nacional de lo que ha dejado de hacer en nueve años de Gobierno (el rosario de porqués). También en enero machacó por tres días consecutivos una propuesta que ni sus más cercanos aliados le compraron: reconocer a las FARC el estatus de beligerancia. Confesó ante las cámaras que la pasta de coca era su alimento matutino, dejó sin empleo a los trabajadores de 42 peajes en el país y propuso un ejército el del ALBA que, por falta de quórum, murió antes de nacer.


No pegó una en el primer mes del año y la constancia en los desaciertos se ha mantenido en febrero y lo que va de marzo. Parece que los días de Carnaval y Semana Santa le han servido al Presidente para recargar las pilas en sus metidas de pata.

CONTRA EL GIGANTE
Apenas la primera semana de febrero el presidente Hugo Chávez lanzó desde su tribuna dominical la advertencia de suspender el suministro de crudo a Estados Unidos si Exxon Mobil concretaba la acción de embargo de 12 mil millones de dólares de Pdvsa: "Si ustedes nos llegan a congelar y nos hacen daño, nosotros les vamos a hacer daño". Con esa amenaza colegial salió al paso el jefe de Estado para frenar el acoso de las transnacionales petroleras a la estatal venezolana luego de la decisión del Presidente, a inicios de 2007, de nacionalizar los principales proyectos petroleros en la cuenca del Orinoco.

Con el "acuerdo", más de la mitad de las ganancias quedarían en manos del Estado y el resto iría a las empresas explotadoras. Exxon se negó y llevó el caso a tribunales internacionales, al principio el conflicto fue politizado por el Gobierno venezolano con discursos altisonantes y ataques al Imperio.


CHAPAS PARA REGALAR
Los puntos que se ganó el jefe de Estado el 10 de febrero al reconocer desde su programa dominical el repunte de la violencia en el país se fueron al traste al minuto siguiente cuando explicó su teoría: grupos paramilitares habían entrado a territorio venezolano como parte de un plan estadounidense apoyado por sectores de la Fuerza Armada de Colombia. "Estamos sintiendo el impacto. Llegan hasta Caracas, no andan con fusiles ni uniformados, andan en los barrios vendiendo cocaína por debajo del precio del mercado para ganarse a los delincuentes e irlos armando para la guerra", señaló.

El ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, no tardó en secundarlo y esa misma semana adjudicó a los paramilitares infiltrados por el "imperio" el clima de "inseguridad e inestabilidad" en el país. Entonces les cayó como anillo al dedo la detonación de una bomba en Fedecámaras por Héctor Serrano Abreu. Como el argumento ya estaba elaborado sólo quedaba repetirlo.

José Vicente Rangel atribuyó en su programa el atentado a paramilitares colombianos con nombre y apellido: las "Águilas Negras".

Pero la explicación sobre la supuesta vinculación de Serrano Abreu con el paramilitarismo cayó por su propio peso cuando se reveló que además de integrar el grupo guerrillero Venceremos, identificado con la "revolución", al momento del atentado el unamomber criollo portaba una chapa que lo acreditaba como Inspector ad honorem de la Policía Metropolitana.

Días después, el capo Hermágoras González Polanco, solicitado en 179 países mediante la Circular Roja de Interpol y apresado en Zulia, "chapeó" con puñado de carnets para todos los gustos: Guardia Nacional, Disip y hasta miembro del PSUV.

También dijo que tenía carné de la Disip (aunque jamás lo entregó) el ex Presidente del Instituto Nacional de Hipódromos, José Gregorio Zambrano Aguilar, cuando intentó rescatar los 30 mil dólares y Bs F. 25 mil incautados a la guerrillera colombiana Nora Elsa Vanegas Garabito en el Aeropuerto de Maracaibo el pasado 26 de febrero. Estos son temas que el presidente obvia, sobre los que no habla, y eso que es tan locuaz.


LAS OVEJAS NEGRAS
Pero el mandatario sí habló sobre el show que montaron Lina Ron y un grupo de "dirigentes sociales" comandado por ella, justo el día en Miraflores efectuó el operativo de liberación de otros cuatro secuestrados colombianos en manos de las FARC. Mientras "nosotros estábamos conduciendo una operación humanitaria de alto impacto, Lina (estaba) tomando el Arzobispado", dijo Chávez. Como ya es costumbre, el mandatario llamó al programa de VTV La Hojilla para regañar desde allí a la platinada bolivariana y llamarla a "coger un mínimo de disciplina revolucionaria".

De nuevo el "imperio" fue el epicentro de las elucubraciones. En esa oportunidad Chávez se refirió a la colocación de los artefactos explosivos en Fedecámaras y la estatua de George Washington por grupos que "dicen identificarse" con él y destacó que esas acciones perjudicaban al "proceso". Así, el jefe de Esatdo no supo entonces controlar su propia "candelita" ni el robo del show por parte de Lina Ron.

UN MINUTO DE SILENCIO
Ese golpe a la revolución fue pequeño comparado con el que le dio el propio "padre de la criatura" tres días después. Colombia fue tema del Aló, Presidente el 2 de marzo, un día después que el ejército neogranadino diera de baja al número dos de las FARC en suelo ecuatoriano.

Yusmely Patiño, vocera del Consejo Comunal "Maca Unida" de Petare se arriesgó a solicitar al anfitrión del programa un tributo "en honor a esos camaradas que cayeron por decisión del gobierno de Uribe". Sorpresa primero y complacencia después: "Hagámoslo", dijo el Presidente, quien más adelante retomó el tema colombiano para criticar el tratamiento que se le dio a la caída de "Raúl Reyes", en los medios de comunicación social. En algún momento recordó cuando en 1995 conoció al "buen revolucionario" en San Salvador. La anécdota sirvió como leña a lo que siguió.


VAMOS A LA GUERRA
Aunque nadie lo llamó, él mismo se invitó al conflicto. En la misma alocución en la que rindió homenaje al "gran revolucionario" jefe de las FARC, Chávez tomó parte en las diferencias surgidas entre Colombia y Ecuador al opinar que los ataques que originaron la muerte del heredero de las FARC y otros 16 guerrilleros eran iguales a los que utilizaba Israel para combatir a los palestinos.

"Violaron flagrantemente la sagrada soberanía de Ecuador. No vamos a aceptar que Colombia se convierta en el Israel de Latinoamérica", dijo el mandatario, quien amenazó a su homólogo colombiano con mandarle "unos (aviones) Sukhoi" si repetía la práctica en suelo nacional.

Luego llamó a Uribe "criminal, mentiroso, mafioso y paramilitar" y concluyó su descarga con una exhortación al canciller Nicolás Maduro: "Ciérreme la embajada de Bogotá y que se vengan todos los funcionarios que están allá".

Para el Presidente eso no fue suficiente. En medio de la exaltación, ordenó acciones de carácter bélico como la movilización a la frontera occidental de diez batallones y el cierre de la frontera.

Pero los habitantes de la zona fueron quienes más sufrieron las ocurrencias de Chávez, pues la línea limítrofe se mantiene del intercambio entre ambos países. En San Antonio, por ejemplo, los comerciantes se quejaron de mermas superiores a 40% en sus ganancias regulares.

El presidente de Fedecámaras Táchira, José Rozo, tuvo la penosa tarea de informar que el capricho presidencial de paralizar la frontera costó 50 millones de Bs.F. a los venezolanos.

Mientras, las aduanas dejaron de percibir unos 30 millones de Bs.F, sin incluir las pérdidas en el sector transporte, el más golpeado según Rozo.


¿HASTA CUÁNDO EL IMPERIO ?
Para el Presidente, el vecino del Norte es el causante de todos los problemas que lo aquejan. Quizás por eso no sorprendió a nadie que ante las pruebas arrojadas por las computadoras encontradas en el campamento donde cayó "Raúl Reyes", el jefe de Estado venezolano no haya encontrado otra excusa que la mano de Washington. Según Chávez –"Ángel" para los guerrilleros– todo se trata de un "complot" para perjudicarlo, propiciar una guerra en Latinoamérica y de paso "voltear la tortilla" sobre su intervención en el rescate de rehenes en poder de la guerrilla.

"¿Quién puede decir que lo que saquen de ahí (de las computadoras) es una prueba de nada?", reflexionó el number one. La culpa al Imperio y la pregunta al aire fueron los únicos argumentos que le ocurrieron al Presidente ante las acusaciones de sus vínculos con la guerrilla y una generosa donación de 300 millones de dólares del bolsillo de los venezolanos.

Se trata de acusaciones extraidas de un computador que hasta la fecha ha permitido demostrar los contactos del ministro de Seguridad de Ecuador, Gustavo Larrea, con las FARC, detener al mayor narco el mundo en Tailandia e incautar 480 mil dólares de la guerrilla que estaban encaletados en una casa en Costa Rica.


LEVÁNTATE Y ANDA
El jefe de Estado sólo había dado un descanso a su tema favorito. En el "Aló Presidente" Nº 307, trasmitido desde Villa Guadalupe, una comuna constituida en Barquisimeto, estado Lara, quiso que entre los sobresaltos de una guerra que sólo se libró en el terreno de los nervios, los venezolanos recordaran su derrotado proyecto.

Sacó de uno de sus bolsillos un librito rojo: la reforma. "¿Se acuerdan de esto? ¿Seguro que se acuerdan? Hice una propuesta que no se aprobó. Perdimos por una ’ñinguita’, pero aquí (en la reforma) hay una serie de conceptos que hay que seguir desarrollando. Una ecuación para hacer a Venezuela cada vez más poderosa". Una muestra de que para el Presidente la reforma no ha muerto, a pesar de que los venezolanos la derrotaron el 2D y todavía tendrán que escuchar más de ella de boca del mal perdedor que resultó ser Hugo Chávez.


CONCIERTO PÍRRICO
Y mientras el programa seguía el ritmo de un proyecto muerto que intentaba ser resucitado, apenas a unos cientos de kilómetros 50 mil personas participaban en el concierto "Paz sin fronteras", en el cual artistas de la talla de Juanes, Miguel Bosé, Juan Luis Guerra, Alejandro Sanz, Carlos Vives, Juan Fernando Velasco y Ricardo Montaner, dedicaron su interpretación a realzar la paz que debe reinar entre los pueblos.

Los presentes se encontraron en el puente Simón Bolívar, que marca la frontera entre las ciudades de Cúcuta (Colombia) y San Antonio del Táchira (Venezuela) por convocatoria de Juanes y destacaron la amistad entre Colombia, Ecuador y Venezuela, luego de los días de zozobra vividos por los habitantes de las tres naciones, cortesía de la imprudencia presidencial venezolana.

Y mientras el recital transcurría, el gran ausente fue el propio Chávez, quien no dedicó ni un minuto al concierto de las cinco horas que duró su Aló, Presidente del domingo 16 de marzo.