domingo, marzo 30, 2008

"Jóvito Villalba" ("...centenario de su nacimiento")


POR: FERNANDO OCHOA ANTICH.

Debí escribir este artículo la semana pasada al cumplirse el centenario del nacimiento de ese gran venezolano que fue Jóvito Villalba. Lamentablemente, me enteré por El Nacional, al leer la interesante entrevista que les hizo la inteligente Milagros Socorro a sus hijos Alcides y Julián, y por el magnífico artículo que sobre su personalidad escribió Simón Alberto Consalvi en Siete Días. En verdad, de Jóvito Villalba tengo magníficos recuerdos. Buen conversador, tuve largas tenidas con él en distintos momentos de mi vida. El tema era recurrente: el destino de Venezuela y de su democracia. Vivía con angustia. Percibía los riesgos que se escondían en la supuesta estabilidad de nuestro sistema político. Un aspecto que siempre me impresionó de su personalidad fue su sencillez y gentileza. Parecía un hidalgo español de tiempos idos.
Jóvito Villalba tuvo mala suerte en la política. Fue, sin duda, uno de los líderes más importantes de la Generación del 28, pero no logró alcanzar, como bien lo merecía, la Presidencia de la República. Distintas circunstancias se lo impidieron. De todas maneras, fue un edificante ejemplo de político y de ciudadano. A los veinte años dejó oír su voz de protesta en contra de la dictadura gomecista. Su discurso en el Panteón Nacional rompió el silencio que Juan Vicente Gómez había impuesto a los venezolanos al asumir el poder en 1908. La dictadura permaneció paralizada algunos días. Los desórdenes empezaron a tomar fuerza. Se ordenó la detención de los principales líderes estudiantiles: Villalba, Betancourt, Leoni, Gabaldón, Tamayo, Frías, Otero, Irazábal, Prince, y algunos más. Sus compañeros se solidarizaron con los presos solicitando ser enviados, de igual forma, a las mazmorras del castillo Libertador o a trabajar a las carreteras.
El impacto que tuvo en la sociedad venezolana el gesto de los estudiantes fue inmenso. El dictador, zamarro como siempre, consideró que liberar a los estudiantes era una medida que permitiría recuperar, de nuevo, la tranquilidad ciudadana. Estaba convencido que sólo con llamar a los padres sería suficiente para resolver el entuerto. Estaba equivocado. Las nuevas ideas habían entrado en los cuarteles. Una conspiración militar de jóvenes oficiales y cadetes sorprendió al régimen. El propio batallón de custodia del Palacio de Miraflores se insurreccionó y atacó al cuartel San Carlos. La actuación valiente y decidida del general Eleazar López Contreras le permitió al régimen controlar la situación. Entre los estudiantes comprometidos se encontraba Jóvito Villalba. Detenido por la policía permaneció preso seis años entre La Rotunda y el castillo de Puerto Cabello. En 1934 recuperó la libertad y fue enviado al exilio hasta la muerte de Juan Vicente Gómez.
La vida de Jóvito Villalba tuvo tres momentos estelares: 1936, 1952 y 1958. El 14 de febrero de 1936 señaló el distanciamiento definitivo del gobierno de Eleazar López Contreras del gomecismo. En esos días, la Federación de Estudiantes de Venezuela, presidida por Jóvito Villalba, jugó un papel fundamental. Aspiraban a inmediatos y más profundos cambios. El proceso político progre-sivamente se fue radicalizando. La derrota de la huelga petrolera, transformada en general e indefinida, permitió al Gobierno nacional tomar medidas represivas en contra del liderazgo juvenil. Sus principales líderes fueron enviados al exilio, entre ellos Jóvito Villalba. En 1937 fundó, junto a Rómulo Betancourt, el Partido Democrático Nacional, siendo su secretario general. Regresó al país al final del gobierno lopecista y se incorporó a la actividad política. Distanciado de Betancourt mostró simpatía por el gobierno liberal de Isaías Mediana Angarita.
El 18 de octubre de 1945 fue detenido durante las primeras horas de la insurrección militar y liberado al instalarse en el poder la Junta Revolucionaria de Gobierno. En 1946 fundó a Unión Republicana Democrática e inició una fuerte oposición al régimen revolucionario. El 24 de noviembre de 1948, un nuevo golpe de Estado, interrumpió el proceso democrático venezolano. .En 1952, Marcos Pérez Jiménez convocó a elecciones para designar una Asamblea Nacional Constituyente. URD y COPEI asistieron a las urnas. Acción Democrática, en la clandestinidad, llamó a la abstención. URD arrasó en las urnas. Sorprendido el gobierno por el triunfo de la oposición, tomó la decisión de irrespetar el resultado electoral, detuvo a los principales líderes de ese partido, entre ellos Jóvito Villalba, enviándolos al exilio. Fueron largos años de resistencia civil a la dictadura militar.
En 1957, Jóvito Villalba firmó junto a Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, el pacto de Nueva York. Su objetivo era oponerse a la reelección presidencial de Marcos Pérez Jiménez. Esa alianza política creó el ambiente propicio para fortalecer las acciones de la oposición en Venezuela. El plebiscito radicalizó las posiciones. El descontento en las Fuerzas Armadas se manifestó en la insurrección militar del 1° de enero de 1958 y en la descomposición del gobierno dictatorial. Sorprendentemente, el régimen se des-plomó en 23 días. La Junta de Gobierno, presidida por Wolfgang Larrazábal, restableció la democracia. Jóvito Villalba regresó del exilio a los pocos días. El Pacto de Punto Fijo resumirá la vocación unitaria de los venezolanos. A partir de ese momento, se incorporó a la lucha política. Su voz, siempre libertaria, fue factor fundamental en la estabilidad democrática hasta el día de su muerte. Su memoria debe ser recordada con respeto y admiración por las nuevas generaciones de venezolanos.



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