martes, marzo 18, 2008

Desplome catastrófico de Chávez


ENCUESTA DATOS: Chávez pierde apoyo en todo el país

Medido en el inicio de un año electoral, tras la debacle del 2-D, la evaluación pública de la labor del Ejecutivo es similar a la de 2003

La confianza en Chávez baja de 30% ''Quienes desconfían de la capacidad del Presidente duplican a los que confían en él, y la gestión del Gobierno disminuye a los niveles de los años de conflictividad política. Un total de 1.895 entrevistas cara a cara y 105 telefónicas, todas en hogares, realizadas entre el 15 y el 24 de febrero de 2008, revela que por primera vez en 4 años no hay región del país con más de 30% de confianza en el jefe del Estado''.

El descenso es progresivo y consistente. Los que apoyan algo y mucho al Gobierno suman 34%, el mismo porcentaje registrado en el tercer trimestre de 2003, antes de que el presidente Chávez, acompañado del programa de las misiones, entre otros factores, repuntara hasta alcanzar un año después, en las vísperas del revocatorio, 60% de las simpatías. El Pulso Nacional de Datos detalla su incremento en los trimestres posteriores –el tope fue de 67% al comienzo de 2005– hasta su declive durante 2007, que comenzó en 55% y en cuyo transcurso perdió 21 puntos.

La encuesta de Datos consultó la opinión de 2.000 personas, hombres y mujeres mayores de edad, en 36 centros poblados de más de 50.000 habitantes en todo el país, una representación que calculan en casi 75% de la nación. El estudio fue realizado entre el 25 y el 24 de febrero. El nivel de confianza es de 95%.

¿Sí el Gobierno tiene 34%, quién capitaliza el resto?, es una pregunta pertinente. 37% no respalda ni al Gobierno ni la oposición, sector que reúne 27% de las simpatías, en un lento crecimiento, que tuvo su punto más bajo (15%) al comienzo precisamente de 2005, de franco apogeo del sector oficial.

La caída, de acuerdo con el estudio de Datos, se produce en todas las regiones del país.

Los que apoyan mucho al Gobierno pasan de 19 a 18 en la capital entre el cuatro trimestre de 2007 y el primero de 2008; de 25 a 21 en la noroccidental; de 18 a 9 en la oriental, de 25 a 24 en centro llano; de 23 a 12 en la centro occidental, y sólo sube en la andina de 14 a 17. Los que lo apoyan en algo se reducen a la mitad en la oriental, pasa de 23 a 18 en centro llano, de 26 a 22 en la centro occidental y de 18 a 14 en la andina, mientras se mantiene invariable en la capital y en la región noroccidental.

La confianza en la capacidad del Presidente invirtió sus valores en el curso de los últimos tres años –2005 al primer trimestre de 2008[/b]–, al punto de que ahora la desconfianza duplica a los venezolanos que confían en él. Para el primer trimestre del año 2005, 51% de los encuestados daba mucha o bastante confianza al Presidente y 25% poca o ninguna.

[b]Las líneas, descendente una, ascendente la otra, se cruzaron durante el tercer trimestre de 2007 en 36%. Desde entonces, en muy poco tiempo, la desconfianza llegó a 51% y la confianza tan sólo a 24%.

Negativo sobre positivo.

Por vez primera en cuatro años, el juicio negativo sobre la labor del Gobierno supera al positivo. 25% la considera positiva/ muy positiva y 43% negativa/ muy negativa. En este caso, a diferencia de la opinión sobre la figura presidencial, el descenso comenzó antes, a fines del primer trimestre del año pasado. En cuatro trimestres y un poco más, la evaluación de la gestión perdió 24 puntos porcentuales. También por vez primera en los últimos cuatro años, la confianza en el Presidente no pasa de 30% en ninguna de las regiones del país.

En la centro occidental apenas tiene 19% y un punto más en los Andes y en Oriente. En la nororiental tiene 22% y en la capital 26%. En el centro llano se mantiene en 30%.

El Nacional ofrecerá en su edición de mañana otras partes del Pulso Nacional de Datos, quizás la encuestadora de mayor tradición en la medición de la opinión del país, que se remonta a los primeros procesos electorales de la era democrática.

La gran mayoría de las entrevistas realizadas para el estudio fueron cara a cara y 40% del trabajo de campo fue supervisado con nuevas visitas a los hogares seleccionados para el estudio.

Por JAVIER CONDE jcondez@el-nacional.com El Nacional .


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Deutsche Welle

Chile primero, Venezuela se desploma

Chile, Uruguay y Costa Rica ocupan primeros lugares en América Latina, según un índice alemán de desarrollo. Argentina, Brasil y México tienen problemas y Venezuela se desplomó.

La fundación alemana Bertelsmann publica cada dos años un Índice de Transformación (BTI) que refleja los avances de 125 países en cuanto a democracia, economía y gestión de gobierno. En el último informe, que acaba de darse a conocer, llama la atención Venezuela, que cayó del lugar 65 al 79 en cuanto a democracia y desarrollo económico.

El Índice de Transformación mide dos aspectos. “Por un lado refleja el status de desarrollo en 125 países subdesarrollados, emergentes o en transformación”, dijo a DW-WORLD Hauke Hartmann, director de proyecto del Índice de Transformación Bertelsmann (BTI).

“Es decir”, agregó, “que analizamos en una comparación internacional dos elementos que para nosotros van de la mano: la calidad de la democracia y la economía de mercado”. A ello, el BTI lo llama índice de estatus.

Pero el BTI también analiza otro aspecto. “Efectivamente, se trata del índice de management, que refleja la gestión de gobierno, es decir, cuál es la calidad administrativa: cómo se utilizan los recursos, se buscan consensos y se coopera a nivel internacional.” La combinación de ambos aspectos, el status y el management de gobierno, “refleja para nosotros adecuadamente el nivel de desarrollo general de cada país”.

Chile, Uruguay y Costa Rica: alto estatus de desarrollo

En América Latina y el Caribe, en cuanto a estatus, “los países que ocupan los primeros puestos son Chile (8 en la clasificación del total de 125 países), Uruguay (9), Costa Rica (12) y, algo menos, Jamaica (21). En cuanto a management, hay un claro vencedor: Chile (1)”. La socialista Cuba ocupa en el BTI el lugar 95 en el índice de estatus y el 109 en el de management.

Las grandes economías latinoamericanas tienen aún algunos problemas, según el BTI. “Brasil ha registrado algunos avances democráticos y mejorado su situación económica. Pero Argentina tiene graves déficits en cuanto al Estado de derecho, particularmente en lo que se refiere a la división de poderes y la independencia de los jueces, si bien políticamente se ha estabilizado. México pasa por tiempos difíciles en cuanto a democracia, luego de las controvertidas últimas elecciones. Al igual que en Argentina, el aseguramiento democrático-institucional del actual auge económico no funciona muy bien en México”.

América Latina es para la Fundación Bertelsmann una región dividida claramente en dos partes. “Existe una gran diferencia entre los países de orientación socialdemócrata y los países con gobiernos populistas. Para el Cono Sur, las perspectivas son positivas. Allí tiene lugar una planificación económica estratégica y la democracia está bien desarrollada. En los países andinos y algunos centroamericanos, sin embargo, hay serios problemas”.

Venezuela: Estado de derecho y gestión de gobierno por el suelo

Preocupante es sobre todo la situación del Estado de derecho y la representatividad del sistema político en Venezuela. El país cayó en la clasificación democrática al lugar 71 y en la de economía de mercado, al 90, o sea en promedio ponderado de estatus al lugar 79. En cuanto a calidad de management de gobierno, se halla en el lugar 119. Una peor gestión tienen según el BTI sólo Eritrea, Turkmenistán, Corea del Norte, Simbabwe, Myanmar y Somalia.

Los índices son determinados en cooperación con 250 expertos en todo el mundo, o sea, dos por país. “Para elaborar los índice de cada uno de los países la Fundación Bertelsmann recurre a un experto europeo, generalmente un científico, y a un comentarista del propio país. Los índices son por lo tanto una síntesis de una perspectiva europea y una visión local”.

Los resultados son también comparables internacionalmente, “porque los científicos y comentaristas trabajan todos con un mismo código, definido a partir de un total de 52 temas estandarizados”, concluye Hartmann. El informe completo puede consultarse en www.bertelsmann-transformation-index.de

http://www.dw-world.de/dw/article/0,2144,3199545,00.html

Anónimo dijo...

Asdrúbal Aguiar // El Presidente nos debe una explicación

¿Estuvo a punto o no de involucrar al país en una guerra fratricida?
Tuve el honor de ocupar como Encargado, en 1998, la Presidencia de Venezuela. Es un mirador excepcional de la realidad del país. A ella llegan informaciones de todo orden, válidas, sesgadas, engañosas, unas hijas del deber y otras del oportunismo, no pocas del temor y algunas de la servil obsecuencia.

La prensa y la televisión, con sus parcialidades noticiosas, por plurales le permitían al Jefe del Estado escudriñar, comparar y hasta descartar sus propios datos, al confrontarlos con aquellos de la opinión pública.

A pesar del aislamiento palaciego, del cerco de los edecanes o lo abigarrado de la agenda presidencial -en un país que como el nuestro cree en Miraflores como manantial de los milagros - es imposible que el Presidente no esté al tanto de las circunstancias del país o de las que ocurren en su entorno.

Así, conocí del agotamiento de los partidos históricos y de su incapacidad para relanzar la experiencia democrática que ellos cimentaron. Aprecié el crecimiento, por defecto, de las alternativas mesiánicas y populistas. No importaba entonces si la opción era "hollywoodense" o cuartelaria. El ¡váyanse todos! no le hizo espacio siquiera a quien tenía que apagar la luz, concluida la jornada.

Chávez, candidato, se hizo su espacio sobre los hombros de los empresarios y algunos medios de comunicación y hasta los americanos y la banca española le acompañaron en el ¡váyanse todos! No era un secreto -a nadie le importaba- su temprana simpatía con el castro-comunismo -se lo dijo a Agustín Blanco Muñoz- o con las FARC y el fundamentalismo islámico.

De nada sirve, reparar sobre el curso de los 9 años de la experiencia gubernamental actuante, que hemos vivido y padecido o sobre sus efectos devastadores hacia el futuro. ¡Que de buenos y de malos gobiernos está llena nuestra historia!

Sí resulta desdoroso, no digerible ni diferible, sin embargo, saber por el Presidente de Colombia que nuestro Gobierno medra coludido con la criminalidad narcoterrorista del vecino país. De ella habría recibido dinero para sus elecciones de estreno y a ella le habría dado dinero, después, para su accionar revolucionario.

No nos faltaron militares o autócratas impúdicos durante el pasado siglo, es verdad. Pero ni siquiera el Benemérito Gómez se coludió con la violencia. Antes bien, la derrotó y al llegar la Primera Guerra Mundial optó por la neutralidad. Y tanto Medina como Pérez Jiménez prefirieron tomar las de Villadiego, antes que empujar al país hacia un baño de sangre. No puede decirse lo mismo de Chávez.

Movió a la milicia al margen de la Constitución para una aventura personal y en un asunto que no le concernía a la República. Hizo privar "sus" intereses y al final, cuando las caretas del cinismo cayeron todas al piso durante la Cumbre del Grupo de Río, lo único claro y de entidad fáctica fueron los señalamientos dirigidos hacia él por su colusión con las FARC y a la luz de las pruebas encontradas en el ordenador del terrorista mayor, el fallecido Raúl Reyes.

Son muchas las preguntas sin respuesta, y muchas las explicaciones que el Presidente nos debe a los venezolanos. Y por lo dicho, como por contar con una Sala Situacional y el apoyo del G2 cubano, mal podrá argumentar su ignorancia. Mal podría declararse sorprendido de las denuncias que lo tocan, o pasar la página como si nada hubiese ocurrido.

¿Estuvo a punto o no de involucrar al país en una guerra fratricida, luego de más de un siglo de paz doméstica? ¿Eran o no dirigentes de la guerrilla colombiana los baleados que recién curaron sus heridas en nuestro territorio, protegidos por nuestra Fuerza Armada y el Ministerio del Interior? ¿Fue o no cierto que el Presidente, desde 1999, autorizó a su actual Ministro del Interior para pactar con las FARC una "macrovacuna" -la que ahora explica el ordenador de Reyes- y de espaldas al Gobierno colombiano?

En fin, ¿acaso es una elucubración imperialista el reconocimiento dado por Chávez a la narcoguerrilla, en perjuicio de la soberanía de nuestra República vecina y desafiando los mandatos internacionales que califican de terrorista?

No se trata de explicaciones que nos deba el Presidente por su gestión de Gobierno, buena o mala, ni por sus devaneos marxistas y a la cubana, ¡porque de mandatarios megalómanos y atrabiliarios también sabemos los venezolanos! Y en democracia, al pueblo sólo le queda asumir sus yerros de elector y esperar a otras elecciones para despachar a la ineficiencia, a la corrupción apoltronada en el poder.

Pero esta vez la cuestión es distinta y grave. Por menos que eso, por respeto a sus electores y al no tener explicaciones, el Gobernador de Nueva York renunció, sin más.

correoaustral@gmail.com