
POR:ALEXANDER CAMBERO.
El otrora líder intergaláctico está huérfano de pueblo. Las últimas muestras de adhesión a sus desequilibradas propuestas son una demostración palpable de que su inmenso apoyo popular se esfuma entre bocanadas de rabietas y sueños delirantes.

El estruendoso fracaso del programa de las patrullas, indica que tendrán que volverle a mentir al país cuando tengan que suministrar alguna cifra. En la clasificación de este instrumento organizativo del PSUV, reina la incertidumbre y la improvisación; imagínense que en un Municipio del estado Táchira, colocaron como coordinador de un grupo de patrullas a un ciudadano que tiene cuatro años muerto. Inclusive el hombre aparecía abriendo debates y haciendo proposiciones, llegó a varias instancias de responsabilidad hasta que un buen día una secretaria se percató del terrible error. Seguramente este personaje fantasmagórico participó desde el más allá, en los últimos eventos electorales. Ante la pobrísima respuesta popular, optaron por rellenar espacios con cuanto ciudadano aparezca en alguna solicitud de crédito, empleo o trámite burocrático; de allí toman sus datos y arman la estructura organizativa. Ejemplo de la soledad que acompaña al renqueante proceso pseudo revolucionario.

La enorme manifestación popular del pasado sábado 22 de agosto, que hizo que las calles de Caracas se hicieran muchedumbre, demostró que los sectores democráticos cuentan con un respaldo mayoritario. Miles de personas se sumaban como hormigas en aquella expresión multicolor de civilidad. Nadie puede imponernos una forma única de entender los acontecimientos sociales.
Paralelamente, en el centro de Caracas, una pírrica y bucólica manifestación de apoyo al gobierno del magnate de Miraflores, no pudo llenar dos cuadras. A pesar de las presiones que realizaron a los empleados públicos, y las promesas de regalar bolsas de comida, no alcanzaron a realizar un acto medianamente decente.
En el ring, Hugo Chávez parece golpeado. Ya no danza como una mariposa y pica como una abeja; sus golpes son una andanada de acciones que no conectan al oponente. Las piernas pierden su vigor con el transcurrir de los años. Solo le queda la fanfarronería de llamarse campeón, mientras sus presurosos adulantes les lustran las botas descosidas por el tiempo.
Tiene una cara de nocaut fulminante. Muchos de sus amigos le apuestan en contra. Quizás uno de los pocos que le acompaña en su desiderátum, es Fidel Castro. Solamente que aquél, está muy ocupado preparando maletas para la suite presidencial de la quinta paila del infierno.

1 comentario:
Le pude dar respuesta al premio Blog Diamante que tan generosamente me otorgaste. Te reitero mi agradecimiento, y bueno, esperemos que todos estos intercambios entre bloggers consoliden la reunión de esfuerzos para contribuir con nuestras luchas.
Abrazos
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