POR:JUAN PÁEZ ÁVILA.
Desde hace más de tres lustros el gobierno de Hugo Chávez, seguido y
radicalizado por el heredero Nicolás Maduro, han implementado diferentas
políticas sociales, económicas y represivas con el objetivo de
impedirle a la oposición instrumentar una alternativa democrática que
agrupe a todos los sectores de la población que han sido víctimas de
esas políticas, y abrirle al país una posibilidad real de cambio, hasta
que después de esa larga y negativa experiencia la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) ha dado los pasos necesarios para enfrentar el cerco
represivo oficialista y dirigir la sociedad venezolana hacia una
factible victoria en las próximas elecciones.
Las últimas resoluciones de la Mesa de la Unidad con la participación de los partidos políticos de la oposición y representantes de diferentes agrupaciones de la sociedad civil, relacionadas con la metodología para escoger los candidatos a la Asamblea Nacional y la garantía de que habrá una mayoría de candidatos unitarios, revelan que después de una prolongada discusión, en la que seguramente predominó la experiencia de diferentes elecciones realizadas en nuestro país y en otros del continente americano e incluso de Europa, la dirección política, que busca un cambio de rumbo fundamental, puede convertirse en una verdadera alternativa democrática.
Esta primera decisión unánime, o mejor mayoritaria, de quienes tienen
la máxima responsabilidad en la conducción de la sociedad democrática.,
comienza a despejar algunas dudas acerca de la capacidad de los
venezolanos para comprender el momento difícil, por el cual atraviesa el
país después de más de 15 años de destrucción de las instituciones de
la democracia representativa, sin poder crear otras de carácter
participativo y protagónico, como se le ofreció y estampó en la
Constitución Nacional de 1999.
Las violaciones a la Constitución vigente, por parte del Presidente
de la República con anuencia de otros Poderes Públicos que se le
subordinan, demuestra la tendencia autoritaria del Jefe del Estado y los
peligros que corremos los venezolanos de que se instaure un régimen
militarista, que imponga verticalmente un pensamiento único, una
voluntad única desde Miraflores, si la misma sociedad venezolana no es
capaz de oponerle una alternativa democrática. Por eso la trascendencia
de la resolución de la Mesa de Unidad de abrirle a Venezuela una real
oportunidad de cambio, presentando candidatos unitarios en las próximas
elecciones.
Y aunque el mandado no está hecho, no sólo porque se requiere
ejecutar esa política en cada Estado del país, donde algunas
aspiraciones individuales, legítimas en muchos casos, no vean con
claridad y madurez el problema nacional, que si bien más del 80% de los
encuestados manifiesta inconformidad con las políticas del gobierno,
Maduro y Cabello son derrotables, todavía no están derrotados, hasta que
se cuenten los votos. Los dirigentes regionales requieren visión de
país, unidad y amplitud para el triunfo.
Afortunadamente las planchas y los candidatos a los circuitos
electorales, además de ser plurales, reflejan una imagen de unidad, de
políticos, empresarios, estudiantes, sindicalistas y académicos, hombres
y mujeres de prestigio y reconocida probidad y coraje para enfrentar
las amenazas y la represión policial y judicial oficialista.
Y aunque las amenazas de Nicolás Maduro están respaldadas por los
grupos dogmáticos del viejo estalinismo, armados para reprimir a la
oposición e incluso a los disidentes del oficialismo; los militares y
asesores del comunismo cubano, que aunque su gobierno busca entenderse
con los Estados Unidos, todavía representan la anacrónica política de
pretender imponer por la fuerza sus ideas y mantener sus privilegios al
margen del Estado de Derecho, el mundo les ha cambiado sorpresiva e
inesperadamente. La Venezuela de hoy no sólo cuenta con un respaldo
mayoritario de la población, que aspira a un cambio democrático, sino
también con la solidaridad internacional que ha dado manifestaciones de
no apoyar un posible fraude electoral, que sería un golpe de Estado, con
consecuencias impredecibles. Todo esto –y por muchas otras razones-
indica que el cambio democrático, sin retaliaciones políticas y
orientado a la reconciliación y convivencia nacional en el que impere la
justicia social, el progreso y el bienestar, sin discriminación, de los
venezolanos, se presenta como una real y optimista posibilidad, en la
conciencia del ciudadano que acuda a votar el 6 de diciembre.
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/10/la-alternativa-de-cambio/
1 comentario:
http://konzapata.com/2015/10/el-chavismo-apagado-le-prende-una-vela-al-chantaje-y-el-miedo-para-ganar-como-sea/
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