lunes, octubre 30, 2006

CAMPAÑA ELECTORAL EN VENEZUELA: MITOS Y REALIDADES.

La campaña electoral en Venezuela transcurre en un clima que podríamos calificar como de tensa calma; esta no ha sido una campaña tradicional, y no lo decimos únicamente por sus características estéticas, sino por la hostilidad de sus protagonistas, el odio entre los adversarios pareciera ser la principal peculiaridad para definir el ambiente en el cual se desarrolla está vez el proceso electoral. Estamos ante un escenario definitivamente riesgoso por la evidente polarización política, lo cual hace presagiar una fuerte confrontación entre dos proyectos políticos que se disputan el control del poder en forma poco común.

El gobierno se ha visto sorprendido por la oposición que ha logrado un importante nivel de aglutinamiento en torno a un candidato presidencial, ligado a un proyecto y un programa político de corte democrático, contrapuesto al revolucionario del presidente; hace unos meses la oposición lucia dividida, dispersa, atomizada, sin capacidad de aglutinarse, distraída en disputas internas estériles , absolutamente desorganizada, ineficaz, anulada, estaba anquilosada, absolutamente desconectada de la realidad; hoy pareciera haber entendido al grave dilema frente al cual se encuentra el país y más por instinto de preservación que por cualquier otra cosa, se ha visto obligada por las difíciles circunstancias que experimenta la nación, a deponer aptitudes partidistas y consideraciones de corte meramente políticas para hacer lo que se le pedía que hiciera desde hace tiempo, que presentara una propuesta seria de unidad junto a un proyecto-programa alternativo democrático, que se le opusiera al proyecto continuista y revolucionario, pero asociado a un liderazgo claro, contundente y esperanzador, que lograra motivar, entusiasmar y convencer a la mayoría de la población, eso es lo que hizo la oposición vario pinta y multicolor, que hace meses se semejaba a una hallaca (plato típico nacional navideño venezolano) por la multiplicidad de sabores e ingredientes que la integran.

Era difícil lograr esta cierta uniformidad de criterios en la diversa oposición, en virtud precisamente de la multiplicidad de partidos y distintas ideologías que se han visto obligadas a convivir dentro de sus naturales enfoques y divergencias ideológicas, para lograr crear un ambiente propicio y lograr hacerle oposición unidos al gobierno revolucionario. Chávez logró hacer el milagro que jamás nadie imaginó: conseguir reunir y sentar juntos una mesa para coincidir políticamente, a los antiguos e históricos adversarios, a los adecos (social demócratas) y a los copeyanos (socialcristianos), quienes habían siempre competido por el control del poder, y alternárselo ; pero es que es difícil también imaginar sentados en esa mesa de coincidencias al Mas (movimiento al Socialismo); a la Causa R (movimiento de trabajadores radicales); incluso cuesta creer que el partido más radical Bandera Roja, antiguo movimiento de ultra izquierda conformado por una elite de dirigentes que combatieron en la guerrilla, también esté sentado en esa mesa de alianzas política, lograda precisamente para aglutinarse en torno a un candidato presidencial de inclinación social demócrata.

Pero lo realmente significativo de esta situación no es analizar las características de las fuerzas políticas que conforman el universo de la oposición, porque la constituyen más de treinta agrupaciones partidistas, de distinto nivel, lo verdaderamente relevante es evaluar lo que le ha ocurrido y le está ocurriendo al gobierno ante estas coincidencias de la oposición. Creemos que el gobierno no esperaba que se lograra está alianza opositora; siempre alentó la división de la oposición, el régimen lucia seguro de contar con un escenario electoral que le proporcionara varios aspirantes presidenciales propuestos por los partidos más poderosos, porque es verdad que existen otros candidatos postulados, pero también es evidente que se trata de candidaturas lanzadas por el mismo gobierno para evitar quedarse solos en la contienda en caso de que la oposición decidiera jugar la carta de la abstención y convertirle la elección de diciembre en un plesbisito ; de tal manera que ante lo folclóricas que son esas candidaturas, postuladas unas por el gobierno y otras por iniciativa propia, no parecieran tener el respaldo suficiente para siquiera restarle votos a la candidatura de la unidad opositora, que a nuestro modo de ver, se trata de una verdadera candidatura nacional de la unidad opositora, así debe entenderse, lo demás es puro cuento. Surgida esta candidatura nacional de la oposición, precisamente para contener la pretensión continuista del presidente; y lograda a puro pulso y sacrificio por la mayoría opositora que ahora si luce compacta y como poderoso adversario para oponérsele al proyecto político revolucionario.

La estrategia del gobierno estaba dirigida a lograr la división de la oposición, siempre ha jugado a dividir para reinar, hasta ahora le había dado resultados; sus principales asesores le habían asegurado al presidente seguramente mientras se encontraba de viaje realizando su periplo por Asia, que no habría candidato único, que la oposición estaba distraída en las primarias, que estaban peleando como perros y gatos, que Sumate los había embarcado en unas elecciones primarias y que de darse esas elecciones internas en el seno de la oposición, saldrían más divididos, que de allí quedarían heridas que no cicatrizarían, en fin, el escenario político que se le presentaba al gobierno era el mejor para sus fines electorales. Pero además, ejecutando una brutal y dispendiosa campaña mediática, comenzó a propiciar y alentar a la abstención opositora infundiendo miedo, creando el falso mito de lo invencible que es Chávez. El gobierno tiene fresco el recuerdo del fantasma del cuatro de diciembre en las pasadas elecciones elegir la Asamblea nacional actual (monocolor), hoy atacada como ilegitima, irrita por la oposición; el país lo dejó desnudo ante sus desesperadas suplicas a votar; en esa ocasión la oposición aunque no cobró la victoria, logró acertarle un poderosos golpe al régimen, cuando lo puso en evidencia ante propios y extraños, ya que la abstención llegó a niveles históricos, desde entonces ese mito de invencible ha quedado derribado y por el suelo, porque el líder del proceso probó por primera vez que el pueblo soberano no era incondicional, de allí que sabe que eso le podría volver a ocurrir, quedarse en el aire sin los votos necesarios para sostenerse en el poder y para sustentar su tan difundida revolución bolivariana. Esta vez el gobierno teme que se le infrinja un golpe mortal con características similares y que no pueda concretar su promesa de obtener y “meterle diez millones de votos por el buche”(su amenaza a la oposición), que fue lo único que se le ocurrió sacar de la chistera al líder del proceso para enmendar la plana, luego de tan contundente demostración que le dio el pueblo venezolano en esa fecha memorable. Allí Chávez tuvo que beber un amargo jarabe y pasar agachado, porque había asegurado a solo horas del proceso eleccionario, que en esa elección tan crucial se decidiría la suerte de la revolución, que se le pretendía infringir un golpe electoral que se trataba simplemente de este dilema, y los conminó a decidir ¿o Bush o Chávez? Ese día tres de diciembre, estamos seguros que ese no era ciertamente el verdadero dilema, era otro; hoy también es otro, lo que pasa es que en la guerra y en el amor parece que fuera verdad que todo se vale.

Actualmente, la campaña se desarrolla de forma inesperada; creíamos que Chávez sería más audaz, al contrario, pareciera desear preservar su potencial caudal electoral, porque innegablemente posee un importante respaldo en gruesos sectores populares, pero que se ha venido erosionando progresivamente producto del natural desgaste político de su gobierno, por la crisis económica social, y por tantas promesas incumplidas producidas en tiempo de campañas electorales pasadas, gracias también al inadecuado manejo de expectativas a veces imposibles de cubrir; pero lo peor, por los errores cometidos durante su gestión que son muchos. Sin embargo, el gobierno despliega todos sus recursos logísticos y realiza una campaña publicitaria absolutamente ventajista y desproporcionada disponiendo a discreción de todos los medios posibles e imaginables de que dispone, sin control alguna por parte de los órganos del poder público obligados según la ley a controlarlo, restringirlo y sancionarlo.

Es notorio también, que el régimen ante la perdida de respaldo en sectores que le eran afectos e incondicionales, ha recurrido a una pintoresca campaña publicitaria en donde se coloca al presidente en una actitud amorosa, piadosa, conciliadora, casi angelical, la gran mayoría piensa que es para atraer la atención de la clase media y a los denominados ni nis (indecisos) , nosotros creemos que se trata en cambio de una audaz estrategia para retener el voto cautivo, para evitar el deslave, la erosión que se viene produciendo del caudal electoral probable del presidente, quien por primera vez en mucho tiempo comienza a presentar signos de desamor por parte de los sectores populares que le amaban ciegamente, pero que comienzan a quitarse la venada de los ojos ante el fracaso de las políticas públicas del gobierno, y ante tantas mentiras dichas en tiempo electoral, ante tanta promesa incumplida, y lo peor, en virtud de tanta hambre, miseria, insalubridad, desempleo, inseguridad, ausencia de vivienda digna, ante la ineptitud del gobierno para resolver efectivamente los más urgentes problemas que experimenta la población, de allí que chávez se ha visto obligado a suplicarles su amor, a pedirles más tiempo, a solicitarles su voto por amor. Esa cuña de un Chávez vestido de azul, explicando como todo lo ha hecho por amor, por si sola no pueden cautivar a los ya avispados y desconfiados electores venezolanos, y se ha convertido en el hazme reír de las grandes mayorías y en el motivo ilustrador de toda clase de chistes, pero a nosotros no nos causa gracia, luego de haberlo visto apuntándonos con un fusil a través de las cámaras de televisión, profiriendo toda clase de amenazas contra los medios de comunicación; el chávez amoroso es para consumo interno, para retener amores confundidos, para reanimar pasiones enfriadas entre sus propios partidarios, para la gente que creyó en él y ya no le cree, para 2amantes desmotivadas por un amor infiel”, mentiroso y embaucador, porque sus viejos partidarios desencantados, ya no quieren ni ir a sus mítines portátiles transportados y vestidos todos de rojo como si se tratara de niños de escuela uniformados.

Por eso el gobierno despliega todos sus tentáculos de poder para tratar de influir en el ánimo de sus potenciales electores, con su campaña mediática brutal; pero mientras Manuel Rosales, cual caminante incansable en contacto directo con la gente del pueblo llano, recorre de punta a punta todo el territorio nacional, realizando caminatas, marchas, mítines y movilizaciones multitudinarias cada vez más entusiastas y nutridas; el presidente candidato luce debilitado, pasado de peso, hinchado, con los ojos rodeados por ojeras y como hoyitos de alcancía, desfigurado, montado en una suerte de “carroza de carnaval”, inaccesible para la gente, porque esta blindado, rodeado de gruesos y numerosos anillos de seguridad que imposibilitan el contacto directo con la gente; más recientemente, imaginamos que por tantos virus que van y vienen, el Presidente-candidato se ha visto también afectado por una fuerte “gripe” que lo alejó momentáneamente de los escenarios durante el más reciente fin de semana suspendiendo su participación en algunas actividades, seguramente por reposo médico que se ha visto obligado a cumplir para reponerse totalmente del virus que lo aqueja, que es lo único que ha logrado callar a Chávez alguna vez, porque debemos reconocerle que en su interminable monólogo el presidente posee como cualidad destacable, su caudalosa e inconfundible verborrea.
Así están las cosas entonces, tal y como vemos el actual cuadro electoral, el mes de noviembre como recta final, será para coger palco en Venezuela. Existen toda clase de conjeturas y escenarios posibles, estos los evaluaremos en otra entrega, pero lo que queremos destacar finalmente es la estrategia del Partido Acción Democrática. Creemos que su no participación en la campaña electoral, como el hecho que no postulara con su tarjeta electoral a Manuel Rosales, forma parte de otro mito creado por ellos mismos, por razones estratégicas. El otrora “partido del pueblo”, como ha sido denominado el viejo partido fundado por Don Rómulo Betancourt, no está “muerto” sólo debilitado en apariencia. Para nosotros ese es un gigante dormido y nos sobrarían argumentos para demostrarlo. Solo diremos en esta ocasión que olfateamos que este partido está presente como protagonista principal en la campaña, y en el diseño de la estrategia de la unidad opositora, aunque trate de hacer creer que no es así; debe disimularlo, pero su militancia está trabajando, los he visto operando. Ellos son unos “bachacos trabajando”, unas “hormiguitas”, y de verdad son serios adversarios del régimen. Lo que creemos que ha ocurrido, es precisamente que su estrategia debió ser esta vez, la de permanecer de bajo perfil, ante el riesgo de que el candidato presidencial Manuel Rosales fuera tildado y encasillado como adeco por el gobierno, lo cual en Venezuela últimamente se había constituido en una pesadísima carga, porque Chávez se ha cansado de desacreditar y derrotar electoralmente a los adecos, también a los copeyanos, aunque ha sido más sutil con estos, porque las filas de su movimiento político se nutrió de ellos, de la vieja base socialcristiana que emigró hacia el chavismo; por lo demás, se asegura que el Padre del presidente actual Gobernador de Barinas fue simpatizante del partido Copei y relacionado de Rafael Caldera, muy afecto a esa corriente ideológica, por lo que se cree que el Presidente mantiene aún aquilatados vínculos afectivos con mucha gente de esa agrupación política, no hay que olvidar que Caldera sacó a Chavez de la cárcel, sobreseyendo la causa judicial de la que era convicto y confeso por golpista y rebelión militar, que muy bien le hubieran valido su inhabilitación política, de haber sido enjuiciado y condenado como hubiera sido lo lógico. Se ha afirmado incorrectamente hasta la saciedad, que Caldera indultó a Chávez lo cual es absolutamente falso; el indulto es el privilegio del perdón presidencial del sentenciado a prisión. Es evidente que Chávez no fue enjuiciado, ni sentenciado ni condenado a prisión, de ser así no hubiera estado habilitado políticamente para ser aspirante y candidato presidencial; a Chávez le fue sobreseída su causa judicial, dicho en lenguaje coloquial, a Chávez no se le enjuició por sus delitos de rebelión militar, ni por haberse alzado en armas, o por dar un golpe militar. Se le mantuvo preso durante dos años es cierto, pero él no estaba preso por una condena judicial, sino que simplemente luego de la intentona golpista del 4 de febrero del año 1.992, era natural que se le mantuviera detenido y en custodia, mientras se desarrollaban los tramites judiciales y procesales de rigor, que suelen sucederse en esos casos. Pero se logró una solución política que auspició Caldera, para facilitar una salida pacífica a la convulsionada situación de riesgo institucional, que experimentaba el país entonces, y que estaba apenas aflorando, porque en la fuerza armada existían sectores que respaldaban la idea de la insurrección armada, tal y como luego ha quedado evidenciado con todo el despliegue ideológico que ha llevado adelante el régimen revolucionario de Chávez, y que era inminente que surgiría con Chávez en la cárcel o en libertad, tal vez lo que se hizo entonces pueda criticársele a Caldera hoy, no sabremos nunca que hubiera ocurrido de haber sido sentenciado e inhabilitado Chávez, lo cierto es que lo del indulto también es otro mito derrumbado.

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