"La Unidad es un sentimiento que está consolidado en el pueblo porque éste aprendió que ninguna fuerza individualmente es capaz de derrotar al binomio Estado-PSUV.
POR:JOSÉ GUERRA.
En la medida que avanzan las contradicciones en el seno del gobierno,
algo similar sucede en la oposición. Con la desaparición física de
Chávez, las distintas falanges que hacen vida en el PSUV y fuera de él,
se han comenzado a manifestar con singular fuerza al compás del
deterioro que exhibe la gestión de Maduro. Esta es la raíz del problema:
la merma en el apoyo popular a Maduro y su cuestionamiento como líder
en estos tiempos. Si el país viviera una bonanza económica, muy
probablemente el gobierno estaría mejor valorado por los venezolanos y
las críticas internas fueran de baja intensidad.
Existen dos grandes contradicciones en
el bloque oficialista. La primera es la que existe al interior del PSUV,
expresada ella en el reclamo de un sector del partido respecto de la
conformación del Alto Mando Político, especie de Buró Político de la
época estalinista, que nadie eligió y que se abroga la toma de
decisiones, en sustitución de la Dirección Nacional, transformada en una
figura decorativa. Ese cogollo estaría conformado por Maduro, Cabello,
Cilia Flores, Rafael Ramírez, Darío Vivas, Jorge Rodríguez, Miguel
Rodríguez Torres y Tareck el Aisami. Ese es el poder real, que ha
sustituido la dirección colectiva. Con las cartas de Giordani y Héctor
Navarro se evidenciaron además los profundos desacuerdos sobre la
conducción de la política económica, lo que ha significado un severo
cuestionamiento al viraje que plantea Ramírez para enfrentar la crisis.
La segunda gran contradicción es la que existe entre los aliados y el
PSUV, que para todos fines prácticos son objeto de utilerías electoral,
sin ninguna incidencia en las medidas que adopta el gobierno. Estos
convidados de piedra hasta ahora reclaman su espacio al PSUV. Así, el
PPT, PCV, Marea Socialista, Círculos Bolivarianos, Redes y un
archipiélago de grupos y subgrupos, parecieran estar dispuestos a no
seguir siendo los actores pasivos del desgaste del gobierno y demandan
posiciones dentro del gobierno. En medio de la crisis económica, ambas
contradicciones se han profundizado y no tienen solución aparente,
debido a que la incorporación efectiva de esos partidos y grupos al
gobierno haría más difícil y complicada la toma de decisiones duras y
urgentes que debe aplicar el Ejecutivo para conjurar el desmadre
económico.
Este contexto favorable, de deterioro del gobierno no ha sido
aprovechado plenamente por las fuerzas democráticas agrupadas en la MUD.
Hoy esta instancia de coordinación política, principalmente electoral,
está también atravesada por pugnas inter partidistas que la amenazan
seriamente. Aunque nunca compartí la tesis de la salida, sus proponentes
son una fuerza visible y real que es necesaria para el objetivo
principal que no es otro que derrotar al gobierno y gobernar a
Venezuela. Estando de acuerdo en el objetivo estratégico, queda la
asignatura pendiente de acordarse en lo táctico, es decir en la forma de
vencer al gobierno y conquistar el poder político. Una diferencia en la
forma no puede arruinar el esfuerzo unitario.
La Unidad es un sentimiento que está consolidado en el pueblo porque
éste aprendió que ninguna fuerza individualmente es capaz de derrotar al
binomio Estado-PSUV que detenta el poder. Como referencia conviene
recordar que en 1956, el PCV, dirigido por Pompeyo Márquez, lanzó la
política de conformar la Junta Patriótica para poder derrotar la
dictadura de Pérez Jiménez. Ello permitió entonces conjugar los
esfuerzos dispersos de AD, Copei y URD y derrocar a la tiranía Ninguno
de esos partidos podía doblegar a la dictadura. En Chile, la única forma
de salir de Pinochet fue con una gran alianza de partidos, enfrentados
hasta entonces unos con otros, para lo cual la experiencia venezolana de
1956 fue muy valiosa.
En cualquier evento, sea una Asamblea Constituyente, renuncia de
Maduro, movilizaciones de calle, entre otras, siempre sucederá un acto
electoral y la conformación de un nuevo gobierno que reemplace al
actual. Ninguna fuerza política por si misma está en condiciones ella
sola, de llevar adelante estas tareas. Y quien piense que puede hacerlo,
la historia le reclamará su irresponsabilidad y falta de olfato para
ver la realidad del país.
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2014/07/salvemos-la-unidad/
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