POR:JUAN PÁEZ ÁVILA.
El regreso del Presidente Hugo Chávez y su
reclusión en el Hospital Militar, totalmente aislado del país, con la
excepción de sus familiares y el Vicepresidente Nicolás Maduro que
anuncia haberlo visto en franca recuperación, lo han colocado en
condiciones muy parecidas a las que vivió en el Hospital de La Habana.
Sigue el misterio, porque los venezolanos no lo han visto, acerca de
cuál es su verdadero estado de salud, lo que da rumor a diversas
especulaciones, pero sobre todo a las reales dudas de si podrá ejercer
las funciones de Jefe de Estado y de Gobierno para lo cual fue electo.
Si lo juramentan a espaldas del país y del mundo seguirán las dudas no
sólo acerca de su salud, sino también de la legalidad de sus actos,
incluyendo la propia juramentación y el nombramiento del Vicepresidente
y del Gabinete Ejecutivo. En la palabra de Nicolás Maduro puede creer
la mitad del PSUV, y en la de la Presidenta de la Corte, posiblemente
muy poca gente, y el país seguirá en la incertidumbre.
Con la ausencia del Presidente de la República comenzaron los
disparates de sus herederos, quienes al violar el mandato del
Comandante de que Nicolás Maduro terminara su período presidencial y
que en caso de una circunstancia sobrevenida y él no pudiera ejercer el
nuevo período para el que había sido electo el 7 de Octubre, se
convocaría a elecciones presidenciales y Maduro sería candidato del
PSUV.
Para darle curso al primer disparate lograron que la Presidenta de la
Sala Constitucional aprobara una resolución a todas luces
inconstitucional, mediante la cual le daba continuidad al mandato de
Chávez y por lo tanto del Vicepresidente y del Gabinete, con lo que
metieron al parís en un gravísimo problema nacional e internacional. En
lo nacional es evidente que Maduro que hace de Vicepresidente y a veces
de Presidente sin haber sido electo ha perdido toda legalidad de sus
actos, como el de ejercer el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana. En lo internacional hizo que Venezuela perdiera el
crédito de los países desarrollados y emergentes, que dudan la
legitimidad de su cargo y piensan que su firma podría no ser reconocida
en el futuro.
Pero lo que resultaba más evidente y hasta indignante para una
mayoría de venezolanos, era su entrega pública e incondicional a los
Hermanos Fidel y Raúl Castro, al extremo de que sus viajes y llamadas
dede La Habana, supuestamente a recibir órdenes del Presidente Chávez,
los consideran como una sumisión del Alto Gobierno a otro país, y una
pérdida de la soberanía nacional. Y todo esto, que lo creen millones de
venezolanos ha dado lugar a una serie de protestas estudiantiles
pidiendo que una Junta Médica dé fe de vida y del estado de salud del
Jefe del Estado, cuando estaba prácticamente secuestrado en Cuba.
Y no sólo los viajes y llamadas a La Habana, dieron pie para pensar
que iban a recibir instrucciones de los comandantes cubanos, sino
también la demostración de incapacidad para gobernar que revelan los
herederos de Chávez, que se han limitado a insultar a la oposición, a
ver conspiradores por todas partes y han hundido más el país en la
pobreza al decretar una devaluación del 46% del bolívar frente al
dólar, lo que ha constituido un verdadero misil contra el bolsillo de
los más pobres.
Y aunque los graves problemas económicos y sociales que viven los
venezolanos son el producto de una política económica y social
equivocada puesta en práctica por el propio Chávez, para intentar evitar
que el país entre en un caos, el Presidente debe asumir el nuevo
mandato y si no puede hacerlo, cumplir la Carta Magna. La Asamblea
Nacional debe declarar la vacante temporal o absoluta y proceder a
encargar a Diosdado Cabello de la Presidencia y convocar a elecciones
presidenciales.
Para salir de la incertidumbre es imprescindible que el Tribunal
Supremo de Justicia nombre la Junta Médica, tal como lo establece la
Constitución Nacional Bolivariana, que certifique si el Presidente está
en plenas facultades físicas y mentales para ejercer el cargo para el
cual fue electo el 7 de octubre del pasado año. Si no proceden con
transparencia y apego a la Carta Magna les puede sobrevenir un mayor
caos y un régimen de ingobernabilidad. Los máximos jerarcas del chavismo
deben olvidarse de que pueden seguir manipulando impunemente al país,
cada día les cree menos gente, incluyendo unos cuantos miles de las
bases de su partido, que leen la Constitución y no los mueve el
fanatismo. Amanecerá y veremos.
Fuente: http://www.noticierodigital.com/2013/02/el-regreso-del-presidente/
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