POR:LAUREANO MÁRQUEZ.
Este domingo se “celebra” el Día de las Madres. Y como la madre es lo
más grande que hay, se usa también en nuestra tierra la palabra como
superlativo que acompaña a algunos sustantivos. Así los venezolanos
solemos decir: madre e’ lío, madre e’ tranca, o madre `e desastre, como
en este caso, para referirnos a la situación que vive Venezuela. Nuestro
país se ha convertido, todo él, en una cárcel en la cual (como la que
Cervantes refiere en su famoso prólogo) toda incomodidad tiene su
asiento.
En Venezuela, además de las escasez que según las encuestas se ha
convertido en el primer problema ciudadano, desplazando incluso a la
inseguridad, en la que ocupamos el segundo lugar del ranking mundial
tenemos también la inflación más alta del planeta tierra (que cuenta con
198 países), las líneas aéreas ya no nos quieren en sus rutas, cosa que
dificulta la estampida que esta calamidad genera.
Esta madre e’ desastre en el que se ha convertido nuestro destino
ostenta la inflación más alta del mundo. Y aun así hay quien tiene el
descaro de hablar del éxito de nuestra economía.
Nosotros, que somos una delgada capa de tierra flotando sobre un mar
de petróleo, estamos teniendo dificultades con el combustible y hasta
gente del gobierno que justifica un golpe contra Carlos Andrés Pérez por
su neoliberal aumento del precio de la gasolina, señalan la
conveniencia, ahora sí, de un ajuste del combustible (es lo que llamaba
CAP introspección retrospectiva).
A este desbarajuste se suma ahora el hecho de que no hay ni siguiera agua.
Suponemos que por culpa de Leopoldo López, que desde Ramo Verde está librando una guerra hidrológica.
Este domingo es el Día de las Madres y no se nos escapa que muchas
madres de Venezuela no tienen nada que celebrar. Sus hijos están
encerrados por su manera de pensar, por creer que un país diferente, de
justicia, paz y progreso, es posible. Muchas madres este domingo estarán
en centros de reclusión y cárceles, algunas en los cementerios
visitando hijos que se fueron a destiempo, sin haber visto el país que
merecían, que merecemos. A esa madre venezolana le decimos, con el Ave
María: bendito sea el fruto de tu vientre que hoy en las calles enaltece
tu maternidad. Madre buena tienes que haber sido para que esos hijos te
quedaran tan hermosos y justos, tan soñadores y libres.
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2014/05/madre-e-desastre/
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