POR:JOSÉ GUERRA.
No es cualquiera el deterioro que hoy
vive Venezuela. No se trata de un ejercicio teórico la descripción de la
calamidad que vive el pueblo para la adquisición de alimentos,
medicinas además del colapso de los servicios públicos que con los días
es más que evidente. Es un peregrinar cotidiano el que soporta el
ciudadano de a píe para adquirir sus bienes esenciales. Inclusive viajar
de una ciudad a otra se ha vuelto una verdadera odisea para no
mencionar el hecho de que el tener que trasladarse al exterior ha hecho
de los venezolanos virtuales reos en su propio país.
En medio de ello persiste una crisis
económica que a los ojos de todo el mundo se presenta en la forma de una
inflación galopante, escasez exacerbada, contracción de la economía,
devaluación de la moneda y, en consecuencia, una caída brutal del
salario real de los trabajadores. Y en medio de todo ello el drama de un
país con una deuda que cada se acrecienta más y ha hecho del gobierno
un deudor empobrecido que se le esconde al acreedor cuando éste reclama
el pago de lo adeudado. La conjunción de todos estos elementos ha
provocado una declinación de la popularidad de Nicolás Maduro, lo que
amenaza con arrasar con el chavismo como sentimiento de adhesión al
legado de Hugo Chávez. El gráfico adjunto es sugerente de la erosión que
sufre Maduro. Esa amenaza es cierta aunque hay gente que no quiera
verla, como no vieron otros el deterioro del sistema bipartidista
durante los años ochenta y noventa. En el gráfico puede verse cómo
Maduro ha depreciado la popularidad que heredó de Chávez, porque las
cosas dichas con el criterio de la verdad indican que Maduro no es un
líder. Es alguien que heredó un capital político inmenso, que grita y
amenaza pero ello no implica gobernar, sino la más de la veces, dejarse
gobernar y aparentar que gobierna.
Esto
está removiendo a las fuerzas políticas que apoyaron al presidente
Chávez y ahora se interrogan si ellas se hundirán con Maduro, ante el
secuestro del PSUV por el ala conservadora de ese partido. No se
avizoran posibilidades ciertas de que Maduro recomponga su liderazgo
porque en realidad nunca lo ha tenido ni lo tiene. Preso de una
camarilla, Maduro luce un hombre inhibido, dubitativo, que ve la crisis
pasar por su lado sin darse cuenta. Que promete y anuncia medidas y
éstas no se concretan. Después del congreso del PSUV los círculos
concéntricos que armaron Arreaza, Jaua, Fleming, El Aissami, entre
otros, sobre Maduro le ha impreso un tono más conservador al gobierno y
lo tiene acorralado. Como el PSUV es un partido estalinista, donde la
crítica es censurada, han aparecido tendencias como Marea Socialista,
que aún con su giro claramente a la izquierda ha planteado un debate que
al interior del gobierno que el PSUV no se atreve a dar. De allí la
fuerza que esta corriente ha venido adquiriendo a pesar de todas las
amenazas recibidas desde la burocracia del PSUV. Otros factores como el
PPT y el PCV también han adoptado posiciones críticas al ser estos
partidos como aquellos que cargan con un muerto que no es de ellos.
Defenestrado Rafael Ramírez y con él fulminado su plan económico, el
gobierno se quedó sin dirección y sin voceros en un área tan sensible
como la económica. El nuevo vicepresidente para asuntos Económicos y
Financieros, el general Rodolfo Marco Torres, todavía no ha hecho su
debut como conductor de la economía. Ha aparecido ese general en un
conjunto de actividades recreativas y culturales de la banca pública a
su cargo, pero no se le ha visto esbozando los lineamientos de un plan
económico orientado a encarar la crisis que sufre el país.
Permanecer en el limbo no es opción. Y eso es lo que ha hecho Maduro.
Sus medidas de control del contrabando mediante la militarización de la
frontera están fracasando y agotando a la Fuerza Armada Nacional, sus
autorizaciones de precios sin que ello obedezca a un programa económico
potencian la inflación a lo cual se añade la escalada del dólar paralelo
hasta conformar un cuadro de previsible peligro hiperinflacionario.
Tendrán entonces, Marea Socialista, el PPT y el PCV que decidir si se
enterrarán con Maduro o lo acompañarán solamente hasta la puerta del
cementerio. Las fuerzas democráticas en el seno del PSUV hoy en clara
minoría, tendrán una oportunidad de emerger con la aceleración de la
crisis, aunque no le será fácil en medio del terror que ha impuesto el
aparato propagandístico de ese partido. Así las cosas el escenario para
un cambio parece potenciarse.
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2014/09/se-suicidara-el-chavismo-con-maduro/
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