La sorpresa en el resultado de
la primera vuelta de las elecciones brasileñas no es el triunfo parcial
de la presidenta Dilma Rousseff. Tampoco lo es la derrota definitiva de
la candidata socialista, Marina Silva, cuyo triunfo, hasta hace un
mes, parecía inevitable. Ni siquiera podría considerarse como sorpresivo
el resurgimiento del hasta entonces tercero en discordia, el candidato
del Partido de la Social Democracia Brasileña, Aécio Neves, porque en
los últimos días de campaña las encuestas reflejaban la tendencia
creciente de su hasta entonces alicaída opción.
La verdadera sorpresa es que el exgobernador de Minas Gerais, un economista de 54 años con pinta de galán maduro, se ha convertido en real opción de poder ante una Dilma Rousseff quien, durante la primera vuelta, descargó toda su artillería verbal en contra de Marina Silva. Para la segunda y según algunos analistas, la mayoría de los votantes de la exministra del Ambiente (algo menos del 22%), se decantarían por un Neves que no entró en el duro combate protagonizado por las dos mujeres.
Sobre Rousseff pesa una recesión económica que, eventualmente (y aquí Neves ha puesto el énfasis en su discurso propositivo) afectaría los programas sociales (Bolsa Familia) que habrían sacado de la pobreza a 30 millones de brasileños. A su juicio es necesario "limpiar el Estado" y adelantar un cambio, en las políticas económicas, que permita recuperar el crecimiento y asegure la continuidad de los programas sociales.
Pero en caso de que gane Neves el próximo 26 de octubre el cambio en política exterior sería determinante y sobre todo en el caso del gobierno venezolano. Mientras las relaciones de Rousseff y de Lula con el chavismo han sido de acercamiento, mutua complicidad y estrategias conjuntas, Neves ha sido contundente al criticar la violación de los derechos humanos en nuestro país y señalar que se impone, por parte del gobierno brasileño, una posición "firme y equilibrada" que facilite el diálogo y una salida democrática. Una postura ante la cual ha permanecido distante y complaciente una señora Rousseff cuya lánguida pasantía por el gobierno ha carecido del buen juicio de un Henrique Cardoso, quien echó las bases del crecimiento económico y de un Lula que lo aprovechó para disipar la ahora amenazada creación de una nueva clase media brasileña.
@rgiustia
Fuente:http://www.eluniversal.com/opinion/141007/neves-el-batacazo-brasileno
1 comentario:
NELSON BOCARANDA.
BAJO
BRASIL, BRASIL. Nos escribió para www.runrun.es el colega Víctor Suárez (hombre preclaro y erudito en tecnología y música entre otras materias) una excelente crónica sobre las elecciones de anteayer. De ella extraigo unas líneas que resumen el acontecimiento: "Lula Da Silva es el único talismán de Dilma Rousseff y del PT, Partido de los Trabajadores.. "Sin Lula no habría podido estar aquí", dijo Rousseff en su primera comparecencia después de la elección. Y esa presencia le será fundamental en la segunda vuelta. Cuenta a su favor con que el testador aún está vivo, y no como le sucedió a Maduro y al Psuv. Aècio Neves se mostró triunfador. "Tenemos el mejor proyecto de país. Ellos perdieron porque no han podido mejorar las condiciones de vida del pueblo (?) y por la corrupción. No hacemos política de odio ni de miedo. Yo represento a un conjunto de fuerzas que se ha preparado para gobernar a Brasil. Estoy satisfecho. Ha prevalecido un sentimiento de cambio", dijo Neves. Según el mapa azul y rojo, Rousseff ganó en el norte y Neves en el sur de Brasil, pero Neves ganó en los estados de Roraima y Amazonas. En los grandes estados y ciudades la performance del oficialismo no fue muy buena que digamos. En Río de Janeiro hubo triple empate técnico (26%), con Dilma Rousseff en el tercer lugar. En Sao Paulo, el más poblado del país, Neves le sacó 19 puntos a Rousseff. Dilma perdió en Mato Grosso, en Espíritu Santo, en Brasilia. El golpe para el PT ha sido fuerte. La presidenta se mostró cansada, agotada, en su aparición en TV, sin empuje. Ofreció lo que no pudo hacer. Y desde ya convocó a un plebiscito sobre una reforma política. Para la segunda vuelta, su única cantera por cernir está en la abstención (27 millones de votantes) y en los votos nulos y en blanco (10 millones). Mientras que la pretendida avalancha de Neves está, además, a flor de piel: en los 22 millones de férreos opositores que apostaron por Marina Silva. Las bolsas, los mercados, los bancos, los aliados, ya comenzaron a reaccionar". Ayer el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) -donde milita Neves- y quien fuera el responsable del milagro económico brasilero que permitió a Lula continuarlo y ser exitoso pedía el apoyo de la ecologista Silva para Aecio en la segunda vuelta del 26 de octubre. Dos modelos. El socialdemócrata y el populista volverán a medirse. Quizás aquellas protestas cuando el Mundial de Fútbol están encontrando cauce. Veremos...
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