POR: FERNANDO LUIS EGAÑA.
Lo del “Poder Ciudadano”, o la selección por las malas de sus
integrantes, así como lo equivalente en el TSJ y CNE, es solo un
capítulo adicional de un asalto continuado que ya sobrepasa los tres
lustros. El asalto al Estado nacional por parte de una parcialidad
político-militar que cree tanto en la democracia como sus jefes
tutelares, o los hermanos Castro Ruz, acaso los nuevos mejores amigos de
Barack Obama…
No creen los de aquí, pero a diferencia de los de allá en La Habana,
lo disimulan. Y lo han hecho y hacen con tanta destreza, que cada vez
que le pegan un palo a la lámpara, los voceros oficiales de la oposición
política se quejan de que ello “debilita las instituciones
democráticas” en Venezuela. ¿Cuáles instituciones democráticas? Las del
Estado nacional no serán, porque en ese ámbito no quedan ni
instituciones. El poder lo ejercen, repito, por las malas o las peores,
pero siempre como les da la gana.
Es curioso, pero entre quienes se oponen a semejante situación, no
faltan los que siempre dicen que esta será la última vez, que el régimen
no volverá a salirse con la suya, que la democracia no volverá a ser
vulnerada, que tal cosa y tal otra por el estilo. Y nada. La hegemonía
sigue por la libre, haciendo y deshaciendo a su real saber y entender, y
la Constitución de 1999 como un papel toalé. Incluso, se responde al
zarpazo con una nueva petición de diálogo, lo que muy probablemente
anima a la satrapia a seguir en lo de siempre. A seguir en el asalto.
Por cierto, el gobernador Capriles señala que limpiaron el piso con
la Constitución (a proposito del “nombramiento” del “Poder Ciudadano),
lo cual es verdad. Lo que pasa es que también limpiaron el piso con él,
justo después de las votaciones de abril de 2013. Y de paso, con todos
los millones de venezolanos que votamos por su candidatura.Y no pasó
nada. O peor, si pasó algo. Pasó que a partir de entonces, Maduro se
sintió envalentonado para seguir pasando el coleto de su predecesor.
Lo que ayuda a explicar la rabiosa represión del 2014 en contra de
las protestas estudiantiles y ciudadanas, y en contra de figuras
representativas de la oposición política y mediática, así como también
la intensidad del control regimental y la depredación despótica.
Depredación que no se limita, claro está, a liquidar las estructuras
políticas o jurídicas del estado de derecho, comenzando por las
garantías de los derechos humanos, sino sobre todo a liquidar o saquear
los recursos económicos del país.
En esta última materia, el asalto continuado ha sido inclemente.
Tanto, que desde la disidencia del oficialismo se denuncia que cientos
de miles de millones de dólares –no cientos de millones, ni miles de
millones, ni decenas de miles de millones, sino cientos de miles de
millones– han sido depredados por la corrupción roja. Ello no tendría
parangón en la historia de la corrupción del planeta.
Y todo ello sin que el “Poder Ciudadano” o los demás “poderes
públicos” hubiesen dado señales de vida, a pesar de las reiteradas
denuncias y solicitudes, incluyendo las de reconocidos personajes de la
hegemonía, que se han separado de los núcleos del poder establecido. O
sea, mega-asalto público, notorio y comunicacional, que se ha perpetrado
y se perpetra con impecable impunidad.
Para que esto continúe de la misma manera, es que tuvo lugar el más
reciente episodio del asalto continuado. Y ya se preparan los próximos.
Mientras tanto, muchos se hacen los desentendidos o se limitan a saludos
a la bandera. Esperemos que esto cambie en el 2015. Y luchemos para que
así sea.
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2014/12/un-asalto-continuado/
2 comentarios:
Antonio Sánchez García
La democracia encantada
El restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha puesto de manifiesto un hecho altamente preocupante para los demócratas venezolanos: Venezuela se ha convertido en objeto inerme de las negociaciones entre ambos poderes, con la aparente ausencia de los factores opositores. Todos los comentaristas internacionales insisten en subrayar que el interés de la Casa Blanca ni siquiera radica en el restablecimiento de relaciones con Cuba, que bien pudo dejar siguiera hundiéndose en la inopia y el derrumbe inexorable al que la debacle del poder energético de nuestro país condena a la isla, sino en aislar a un gobierno al borde del abismo, sin que la oposición tenga velas en el entierro “Para la diplomacia norteamericana la prioridad ya no es aislar a Cuba, sino cercar a Venezuela. Venezuela es la nueva Cuba.” Lo escribe el analista Carlos Pagni en un artículo aparecido en el día de hoy en El País, de España.
opinan los foristas
“Con el derrumbe del petróleo del 40% en un semestre, – comenta el mismo analista – , el chavismo se asoma a un precipicio. Como a las cuentas de Venezuela ingresarán 25.000 millones de dólares menos, para evitar un default de la deuda Nicolás Maduro deberá imponer un brutal ajuste económico. El recorte recaerá sobre los 14 países de Petrocaribe, que importan cada día 500.000 barriles de crudo subsidiado. Cuba recibe 90.000, que paga con servicios médicos.” Insólito: ni una sola mención a las eventuales consecuencias de un cambio tan profundo en la vida política interna de Venezuela, como tampoco en la de Cuba. Se mencionan ambos países como si hubieran dictaduras totalitarias con la absoluta sumisión de las eventuales disidencias. En Venezuela, a juzgar por los analistas internacionales, la oposición no existe. Y si existe, deducimos nosotros, está anestesiada.
Gracias a esos invitados de piedra – atisbos trágicos de disidencia en la isla y una oposición cuantitativamente mayoritaria, pero parapléjica, en Venezuela – “los astros se alinearon a favor de esos ancianos”. No vivirán el espanto del período especial sufrido por los cubanos tras el retiro del mantenimiento de la Unión Soviética y la implementación de la Ley Helms-Burton, cuando el hambre, las epidemias y la desesperación los retrotrajera a la edad de piedra, sino que se les abren dos vías para seguir sobreviviendo bajo un insólito trato de privilegio: los ingresos que se esperan de los propios Estados Unidos y Europa por concepto de remesas, turismo e inversiones y el rastrojo venezolano, que continuarán rasguñando mientras puedan. Previsiblemente, mientras la oposición venezolana continúe en la profunda fase de hibernación en que dormita.
Venezuela se ha convertido, pues, en un paquete inerme sobre la mesa de las negociaciones de los Estados Unidos con Cuba, mera ficha de trapicheo en el tablero de ambas políticas internacionales. El gobierno no existe, pues es una simple satrapía obediente de los destinos que los ancianos dictadores le asignen. Sin la menor consideración de lo que piensen – si es que piensan – los factores marginados de dichas negociaciones. Con un insignificante premio de consuelo: la sanción de 56 funcionarios de la satrapía. Y la lejana esperanza de que, desatado el colapso definitivo, los convidados de piedra se reanimen, como el príncipe dormido del cuento de los Hermanos Grimm. ¿Habrá una princesa cuyo beso lo saque de las brumas de la catalepsia para que vuelva a darle vida al bosque encantado? Es un misterio cuyo desenlace no aparece escrito en las estrellas.
@sangarccs
Aquí y Ahora ENTONCES, ¿EL NIÑO JESÚS NO EXISTE?
24 de diciembre de 2014
Entonces, se evidencia que no era verdad que fue la abstención de 2005 por lo que el Gobierno tomó el control de las instituciones del Estado. Lo hizo entonces sin que hubiese diputados de la oposición, como lo hace ahora con la presencia de una fracción parlamentaria opositora de más de 60 diputados.
Entonces, ¿no existe el Niño Jesús?
Carlos Blanco
Una gran decepción de los infantes es la de dejar de creer en el Niño Jesús. Ese día, cuando descubren que la fuente navideña de regalos y felicidad, en realidad es la furtiva previsión de padres que han discutido entre sí qué se puede y qué no del largo petitorio manuscrito, hay desengaño y es el fin de la infancia tipo “Peter Pan”. Similar impacto puede atribuirse al conocimiento de que la cigüeña ni viene de París, ni trae los niños por encargo sostenidos en el tejido que cuelga del pico del pájaro transatlántico. De entonces en adelante se sabe que jugar a papá y mamá, con este adminículo y con aquella cosita, sustituye a la cigüeña voladora.
Algo similar ha pasado estos días. Cuando escribo, la mayoría roja de la Asamblea Nacional ha impuesto a sus candidatos como Fiscal, Contralor y Defensor del Pueblo, y se apresta a idéntico proceder con los integrantes del CNE y el Tribunal Supremo de Justicia. Entonces, se evidencia que no era verdad que fue la abstención de 2005 por lo que el Gobierno tomó el control de las instituciones del Estado. Lo hizo entonces sin que hubiese diputados de la oposición, como lo hace ahora con la presencia de una fracción parlamentaria opositora de más de 60 diputados. Lo cual no lleva, por cierto, a decir que no importa votar o que hay que abstenerse como en 2005, sino que plantea que el propósito de la participación electoral en el marco de una dictadura posmoderna es otro diferente al que se ha argumentado por parte de muchos dirigentes. Resultó falsa la cantaleta que decía “tú elector, que eres parte del 83% que dejó de votar en 2005, eres el culpable de tener a Tibisay y a Luisa Ortega allí”. Del mismo modo que no se puede decir, “tú elector que votaste en 2010 eres culpable de tener a las mismas Amazonas allí”.
También es un hecho significativo, hasta el momento en el cual escribo, que Chúo Torrealba, haya dicho que la oposición no busca “puesticos ni cuotas “, con lo que –por fortuna- se va al foso la tesis de la “conservación de los espacios”. Es decir, no vale la pena conservar un “espacio” a costa de traficar con la violación a los principios. Unos suplentes, un par de magistrados o un rector no valen el sacrificio de una política clara y firme.
Como con el Niño Jesús y la cigüeña, el golpe de estado contra la Constitución protagonizado nuevamente por el régimen, clarifica a muchos y muestra que esta dictadura terminal ni negocia, ni cede: sólo reprime. Ahogada en su soledad se apresta a entonar el canto del cisne rojo. Será un graznido horrísono.
Twitter @carlosblancog
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