sábado, enero 10, 2015

"La realidad aterra""Maduro es inflación, inseguridad y escasez"."A Maduro no lo quieren ni los chavistas".


La realidad aterra

POR.MIGUEL SANMARTÍN.

Presenciar los anaqueles de los supermercados y otros negocios vacíos, camarita, y escuchar permanentemente la cantinela "no hay, está agotado" como respuesta habitual a la solicitud de productos esenciales causa nostalgia, angustia,  exasperación,  desesperanza y frustración en la ciudadanía.

La misma negativa se escucha en abastos, bodegas, quincallas, fruterías, carnicerías, farmacias, ventas de autopartes, caucheras, ferreterías, tintorerías, panaderías, librerías, almacenes de electrodomésticos, tiendas de ropa y calzado, establecimientos de equipos electrónicos y en cualquier otro negocio que usted pise buscando artículos de consumo masivo. También se oye el "no tenemos" en consultorios médicos y odontológicos, clínicas y hospitales que hoy padecen igualmente la falta de equipos, insumos y personal especializado para atender debidamente a los pacientes.

En efecto, el tajante "no hay" es para todos. No importa si la clientela es opositora, revolucionara, demócrata, miliciana, independiente, socialista o liberal. Si son ciudadanos comunes o funcionarios o si se trata de patriotas cooperantes. Faltan productos suficientes para atender la demanda y los distribuidores manifiestan desconocer con exactitud cuándo será repuesta la mercancía agotada. Ah... mucho menos predicen a qué precios llegarán las nuevas remesas. Seguramente reaparecerán impactadas por la inflación que el año recién concluido superó el 60% según estadísticas del BCV.

Lo más inquietante debido a lo que pudiera desencadenar este desabastecimiento crónico es que el desaliento colectivo, la rabia masiva y la impotencia generalizada -mezclada con la pérdida de apoyo y credibilidad del autodenominado Estado Mayor de la Revolución- pudieran conducir, súbitamente, a escenarios inconvenientes y muy peligrosos.

La crispación ciudadana y la sensación de indefensión ante el deterioro progresivo de la situación socioeconómica del país se acrecienta cuando en los hipermercados se multiplican las escenas de ansiedad y nerviosismo, acompañadas de desmanes y arrebatones. Eso está pasando. También en cadenas de farmacias. Venía ocurriendo en del interior del país pero ahora se están dando casos en la capital, incluso en establecimientos situados en sectores de clase media.  Esta nueva fase en la batalla cotidiana por obtener algún bien preciado y escaso ha hecho necesaria la intervención de organismos de orden público -Policía o Guardia Nacional- para aplacar los ánimos e impedir las grescas. Se están registrando forcejeos entre amas de casa y trabajadores de la economía informal quienes procuran acaparar lo que pueden para luego revender los productos escasos a precios muy por encima de la regulación.

La cosa no pinta fácil. La complica mucho más la terquedad del Gobierno negado, primero, a reconocer la crisis profunda que afecta al país y, segundo opuesto rotundamente a debatir soluciones con el resto del país (aquel que no simpatiza ni con la ideología, ni con las prácticas ni con el proyecto político-económico castrocomunista) que se empecina en mantener pese a su demostrado fracaso lo cual nos trajo hasta aquí, al despeñadero.

Con el precio del petróleo por debajo de 50 dólares el barril -según informó esta semana el Ministerio de Minas-, escasearán las divisas para seguir importando alimentos, medicinas y otros artículos de consumo masivo; para traer materia prima, aparatos tecnológicos, maquinaria y repuestos para el sector industrial y para suministrar semillas, fertilizantes, herbicidas, vacunas, equipos mecánicos y herramientas a la agroindustria. Igualmente puede complicársele al Gobierno el pago oportuno de los compromisos internacionales a vencerse este año. ¿Entrará Venezuela en default como Argentina?

La crisis la ensancha la precariedad en la cual se encuentra sumido el sector productivo privado nacional afectado por leyes injerencistas, regulaciones y la voracidad fiscal. Todo ello limita su funcionamiento y productividad.  También por la inseguridad jurídica, los decomisos, las expropiaciones, los apagones así como por las deudas que mantienen con sus proveedores internacionales. La producción local es ínfima. Por lo que no hay con qué sustituir importaciones. La situación de las empresas públicas no es muy distinta. Están endeudadas, sobrecargadas de un personal en permanente conflicto por reclamos laborales, afectadas por el deficiente funcionamiento de los servicios básicos, la corrupción y por la falta de materia prima. Por todo esto mantienen bajísimos niveles de rendimiento. Ocurre en Pdvsa, las petroquímicas, el conglomerado de Guayana y las empresas expropiadas.

El Gobierno es terco y sectario pero no torpe. Sabe que los ánimos están caldeados y que puede haber pronto una reacción popular.  Su preocupación se advierte en las últimas declaraciones de los voceros oficiales y en la militarización –reforzada- de algunos comercios. El oficialismo sigue alardeando con que el "pueblo soberano" saldrá a defender "su" revolución cuando, en realidad, son los sectores populares los que más sufren la crisis que también los llevó a expresar su malestar. El Gobierno camina hacia un callejón sin salida. Su escape está en la rectificación y aplicación urgente de medidas que oxigenen la economía. Más cuando el Presidente regresará de China sin obtener todo el respaldo financiero que esperaba de su nuevo "gran aliado estratégico".

msanmartín@eluniversal.com

 "Maduro es inflación, inseguridad y escasez"
 POR:FÉLIX VELÁQUEZ.

Cuando el difunto Chávez le dijo al pueblo en aquella fatídica hora que Nicolás Maduro sería su reemplazo, no sabía el pelón de bolas que se iba a echar sobre sus hombros. Millones de chavistas ven la falla cuando tienen que batallar contra una inflación que es una de las más altas del mundo, dejando atrás a países como Haití, República dominicana, Barbados, etc. Que no producen nada y tienen menos inflación que Venezuela que tiene las más grande reservas de petróleo del mundo.

Los ciudadanos han tenido que aceptar de manera indefensa que en Venezuela asesinen a más de 170 mil venezolanos ante la mirada cómplice de una revolución que no hace nada para resguardar la vida. Este gobierno tiene grupos armados que controlan parte del territorio nacional, esa es una de las razones por la que el gobierno no aplica un plan desarme en los barrios de manera efectiva y en armonía con otros órganos de seguridad del estado para acabar con la inseguridad.

Por otro lado tenemos un flagelo que afecta directamente a los venezolanos y ese es el de la escasez. El gobierno de Maduro ha tratado de tapar la escasez y su incompetencia con una guerra económica que no existe, cuando vemos supermercados vacíos, chavistas y opositores peleando por un paquete de Harina Pan, aceite o papel higiénico estamos ante la peor gestión de presidente alguno en nuestros últimos 50 años de vida republicana.

Cuando analizamos estos 3 problemas puntuales que aquejan a los venezolanos, sabemos que estamos mal y que podemos estar peor si el gobierno no rectifica su política hambreadora por un lado y colaboradora del hampa y la inseguridad por otro.

Muchos chavistas están quitándose las vendas y saben que cometieron un error al darles tanto poder a dirigentes del PSUV que se convirtieron en los boliburgueses del siglo XXI, ellos ya no creen en el pueblo, esos están pendientes de sus negocios, los dólares y sus carros últimos modelos.

Hacer largas colas, que asesinen a inocentes y endeudar el futuro de nuestros hijos es un delito que no se puede permitir, es el momento del reclamo no violento, de imponer la moral y la verdad ante la inmoralidad de un gobierno saqueador que ha dejado desnudos a los hijos de Bolívar.
 
A Nicolás Maduro le quedan pocas horas con saldo positivo en su liderazgo, el rechazo a su gestión se ve manchada desde que llegó, aquí es donde la corona es más grande que la cabeza del rey, es decir esto es mucho camisón pa’ Petra, como diría mi abuela, tener a Maduro como presidente.

Vamos a presionar al gobierno, pero reivindicando y poniéndonos del lado del pueblo, la lucha es por mejorar la calidad de vida de los más necesitados y seguir impulsando una clase media estable y con futuro, no buscar la pobreza para todos.


Fuente:http://www.noticierodigital.com/2015/01/maduro-es-inflacion-inseguridad-y-escasez/ 


Andrés Velásquez: A Maduro no lo quieren ni los chavistas




andres_velasquez_22dic2012_cortesia_globovision 

ND / Fabiana Mogollón / 9 ene 2014.- Andrés Velásquez, diputado a la Asamblea Nacional y dirigente de esta tolda, indicó que aunque el gobierno pretenda hacer ver lo contrario intentando tapar el sol con un dedo, el desabastecimiento que se sufre en cada rincón del país no deja lugar a dudas. 

“No es como dice el gobierno que es un invento de la oposición, esto es real; no hay pollo, no hay carne, no hay café, no hay leche, no hay papel higiénico,
no hay detergente, no hay medicinas, no hay repuestos para vehículos, no hay pañales, no hay harina. El sufrimiento de la familia está llegando a niveles de pánico y el malestar general que se ha incubado en el país es lo que tiene vuelto loco a Nicolás Maduro”, comentó. 

Por ello señaló que el 87% de la población venezolana solicita un cambio para Venezuela, “el propio chavismo está solicitando un cambio urgente de gobierno, a Nicolás Maduro no lo quieren ni los chavistas”, aseveró. 

Viaje vergonzoso 

Para Andrés Velásquez es una vergüenza que luego de una larga bonanza petrolera que dejó a Venezuela ingresos superiores a los 840 mil millones de dólares, el Presidente ande por el mundo pidiendo dinero prestado. 

“Resulta vergonzoso el viaje de Nicolás Maduro por varios países como cieguito buscando limosnas. ¿Cómo es que un país que tuvo esos jugosos ingresos, hoy cuando caen los precios del petróleo entra en una situación de crisis? Eso no pasa con los países petroleros que ahorraron miles de millones en fondos, mientras que aquí en contraste no ahorraron ni un dólar ¿A dónde fueron a parar esos recursos?”, inquirió. 

La respuesta a esta debacle económica, a juicio de Velásquez, se encuentra en la corrupción, “se robaron los reales”, y de eso hay una serie de denuncias que la Fiscalía del Ministerio Público se ha negado a investigar. 

El estado Bolívar no escapa de la crisis que padece Venezuela, y para ejemplificarlo el parlamentario presentó las cifras rojas de 2014, que cerró con el record de 1066 homicidios en Guayana, lo que demuestra que “el hampa sigue ganándole al gobierno.” 

Velásquez también se refirió a la producción de las industrias básicas, que va en caída libre desde hace varios años, “la producción en Venezuela fue destruida a propósito, deliberadamente, para establecer lo que ellos llaman el modelo socialista, de eso tenemos verdades como que Sidor cerró con el más bajo índice de producción, apenas el 24% de su capacidad instalada”. 

“Venalum tiene una capacidad instalada de 905 celdas de producción y 2014 cerró con solo 210 en actividad productiva, alcanzando 107 mil toneladas de aluminio cuando su capacidad es de más de 400 mil toneladas”, detalló. 

De igual modo el declarante advirtió sobre la presencia de un grupo de empresas chinas que operan irregularmente en la región con personal asiático, sin trabajadores venezolanos, en la explotación de hierro y encargándose de dragar el estratégico canal de navegación del Orinoco, por lo cual se les paga con petróleo y dólares, pese a que Venezuela tiene dragas propias que mandó a repotenciar a Cuba. 

Finalmente Velásquez manifestó que de su gira internacional Nicolás Maduro viene sin el tan anhelado dinero fresco que necesitaba para pagar deudas y seguir con la fiesta de importaciones, pues en China solo le dieron cartas de intención para inversiones a futuro en proyectos.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2015/01/andres-velasquez-a-maduro-no-lo-quieren-ni-los-chavistas/

No hay comentarios.: