Desde el principio pareció claro que no todos los simpatizantes de Hugo Chávez tenían la misma confianza en Nicolás Maduro.
Poco
después de la prematura muerte de Chávez a raíz de un cáncer el 5 de
Marzo 2013, a pocos días del voto presidencial que eligió Maduro por un
margen muy estrecho, visité el barrio del 23 de Enero en Caracas, un
bastión del chavismo.
En su apartamento construido por el Estado,
la líder de una cooperativa de mujeres bolivarianas, Judith Vegas,
luchaba por evitar que las lágrimas le brotaran a la sola mención del
nombre de Hugo Chávez.
Aquella muerte le dolía tanto como si fuera la muerte de un miembro de su propia familia.
En
cambio, cuando hablamos de Maduro su actitud se endureció notablemente.
Ella iba a votar por el sucesor de Chávez, como pidió el difunto
presidente antes de su último viaje a Cuba para su tratamiento.
Pero
explicó que Maduro no tenía garantizado su apoyo por el solo hecho de
que se hubiera mantenido al lado de Chávez a lo largo de los años.
Dos
años más tarde, hasta chavistas leales como Judith parecen estar
perdiendo la fe. En una reciente encuesta realizada por la consultora
Datanálisis se indica que la popularidad de Maduro ha bajado a un 22%.
"Tengo
que ser sincera, no he sentido lo mismo desde que murió Chávez y con
Maduro no he vista resultados que nos favorecen", dice Judith Vegas
desde Caracas.
Además ella cree que el presidente está perdiendo su ascendente en lugares como el 23 de Enero.
"La
cosa se le está saliendo de las manos a Maduro, está perdiendo el
control", explica la líder comunitaria haciendo referencia a la
explosiva combinación de inseguridad y caos económico.
Esta situación condujo a protestas, algunas de las cuales tuvieron desenlaces violentos.
La última víctima de alto perfil de esta violencia es Kluiver Roa Núñez, de 14 años.
El
joven estudiante murió cuando un policía le disparó en la cabeza con
una bala de goma mientras presuntamente participaba en Táchira en una
marcha contra la escasez de productos básicos y las colas largas en los
supermercados.
Las autoridades han arrestado al policía en cuestión y el gobierno dice que hay una investigación en proceso.
Complicaciones económicas
En la economía, la situación sigue enredada. Los niveles de inflación en Venezuela son de los más altos del mundo.
Mientras tanto, el gobierno trata de normalizar su enrevesado sistema múltiple de cambio de divisas.
En
la calle, el dólar ha llegado a superar los 220 bolívares en el mercado
negro, muy lejos de los 6,3 bolívares de cambio básico o hasta los 177
de la tasa oficial máxima.
Quizás usando una táctica que empleaba Chávez en los momentos difíciles, el presidente Maduro salió a la ofensiva.
Maduro
acusa a Estados Unidos de armar una guerra económica contra Venezuela y
de planificar un golpe de estado en su contra, acusaciones rechazadas
rotundamente por Washington.
El alcalde mayor de Caracas, el
opositor Antonio Ledezma, fue arrestado por su supuesto papel en la
organización de las protestas violentas el año pasado en los cuales
murieron 43 personas.
El presidente aseguró que Ledezma tiene que
"responder a todos los delitos cometidos contra la paz de país, la
seguridad, la constitución".
Considerando que otro importante
líder de la oposición, Leopoldo López, lleva más de un año en la cárcel
enfrentando un juicio plagado de problemas, Ledezma se enfrenta a la
posibilidad de pasar muchos meses tras las rejas.
La situación en Venezuela es tal que ha llevado al papa Francisco a llamar para la paz y el diálogo.
Grupos
regionales, como Unasur, también están recibiendo presión para que
levante su voz sobre la situación de derechos humanos en Venezuela.
Pero en muchos casos, las semillas de los problemas en Venezuela no fueron sembradas por Maduro.
El
precio de un barril de petróleo, el motor de la economía venezolana, ha
caído mucho desde que tomó las riendas del poder, y está dejando cada
vez más claro que las estructuras para manejar el país durante los
momentos de crisis, como esto, son inadecuadas.
Como dos años atrás, este es un año electoral en Venezuela con comicios parlamentarios previstos para dentro de pocos meses.
"He oído muchos, muchos chavistas decir 'Chávez si, Maduro no'", dice Judith Vegas, de la cooperativa socialista en 23 de Enero.
¿Comparte ella esta visión?
"Un
poquito, sí", me dice medio avergonzada, aunque rápidamente aclara que
en su caso su cansancio y malestar con la situación no se ha convertido
en un voto para la oposición venezolana.
Aun así, es la primera vez que le he oído salirse de la línea del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Uno se pregunta entonces cuántos chavistas menos leales que Judith pueden haber abandonado Maduro del todo.
Fuente:http://www.el-nacional.com/bbc_mundo/desilusion-seguidores-Chavez-creen-Maduro_0_586141470.html
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