POR:HUMBERTO GONZÁLEZ BRICEÑO.
I. Hallazgos de Datincorp. La firma encuestadora que dirige el
veterano Jesús Seguías realizó un estudio de campo después del 6D. Estos
son algunos de los resultados: 73% de los venezolanos y un tercio de
los chavistas están satisfechos con los resultados electorales del 6D;
56% de los venezolanos considera que los electores que votaron por la
tarjeta de la MUD el 6D lo hicieron más por rechazo al gobierno y sus
partidos que por la oposición en particular; el 75% de los venezolanos y
el 39% de los chavistas rechaza la gestión de Nicolás Maduro; el 62%
considera que la solución a la crisis pasa por un cambio de gobierno; el
81% de los venezolanos y la mitad de los chavistas rechazan la
convocatoria que ha hecho Nicolás Maduro para desconocer decisiones de
la nueva Asamblea Nacional.
II. Releyendo los números. La nueva Asamblea Nacional tiene el reconocimiento y la legitimidad como expresión política del país de la mayoría de los venezolanos incluyendo a los chavistas. Los votos que ayudaron a ganar a la MUD son votos prestados del chavismo desencantado. El país entero incluyendo las bases chavistas exige la salida de Maduro y un cambio de gobierno como solución a la crisis. El presidente ha perdido completamente su legitimidad y su llamado a desconocer el papel de la Asamblea Nacional no tiene ningún respaldo más allá de la dirigencia del PSUV.
III. Régimen al borde de la ilegalidad. Mientras el país convulsiona
en lo económico, lo social y lo político Nicolás Maduro y el PSUV siguen
“Cabeza en Tierra.” Se niegan a reconocer una realidad que les estalló
en la cara. Aislarse del país y creerse su propia falacia de la “Guerra
Económica” es lo que esta llevando esta crisis a un punto de no retorno.
La oposición ha tendido suficientes puentes para abrir un dialogo sobre
lo urgente. Y seguramente en los próximos días seguirá insistiendo en
esta vía civil-constitucional. Desde el gobierno la respuesta es la
guerra total. El régimen ya decidió que su carta política será llevar la
confrontación hasta sus últimas consecuencias sin descartar ningún
método de lucha como reveladoramente lo anunciaron por separado Earle
Herrera y Blanca Eekhout.
IV. Asalto Constitucional. El primer intento para desconocer la
legalidad y legitimidad de la Asamblea Nacional será articulado desde el
Tribunal Supremo de Justicia. Desde la Sala Constitucional controlada
por el PSUV saldrán los sofismas jurídicos más audaces para declarar la
nulidad de la mayoría de las decisiones de la Asamblea Nacional. Esta
confrontación acelerará la única salida legal-constitucional posible: La
convocatoria a un referéndum revocatorio del mandato de Nicolás Maduro y
nuevas elecciones en el 2016.
V. ¿Golpe Constitucional? Pero aun frente a esa posibilidad el
régimen controla los resortes del poder para lograr con éxito diferir o
inclusive suspender esos procesos electorales. Los lapsos legales que
habría que cumplir y una deliberada confrontación entre la AN, el CNE y
el TSJ podrían hacer virtualmente imposible una salida electoral dentro
del marco de la Constitución en el 2016. Esto equivaldría al uso de
mecanismos pseudo-legales para mantenerse inconstitucionalmente en el
poder. Este golpe a la Constitución provocaría una situación inédita
donde fuerzas sociales diversas converjan para tratar restituir el orden
constitucional vulnerado. Parafraseando al analista Jesús Seguías, el
cambio político en el 2016 es irreversible. La pregunta es como lo
queremos: ¿Con muertos? o ¿Sin muertos?
@humbertotweets
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