El Presidente Hugo Chávez, confeso fanático del equipo de béisbol Navegantes del Magallanes, preocupado por la suerte de su divisa, días antes del desenlace de la serie final que se disputaba en el campeonato nacional, dijo: -“Hay que ponerle la mano al Magallanes”, expresó con don de mando, rodeado de numerosos seguidores que suelen aplaudirle, al referirse a los resultados negativos que el emblemático equipo había venido experimentando luego de haber sufrido tres derrotas en fila, frente a su célebre rival los Tigres de Aragua.
El pasado domingo 28 durante su programa “Aló presidente”, antes del fatídico partido final, Chávez ufanado por el segundo aire que había tomado el equipo luego de haber obtenido su primera victoria, le había deseado "buena suerte" a los bucaneros (¿o los enpavó?), el presidente esponjado alabó la victoria del sábado 27 y felicitó públicamente a varios de sus excelentes jugadores; pero ese domingo por la noche habría de producirse lo insólito al caer derrotado el Magallanes de manera inesperada en la novena entrada, después de ir ganando 10 carreras por 3, para perder 11 carreras por 10, estando a tan sólo un out de la victoria. Nadie podía creerlo, al equipo del presidente lo habían dejado humillado en el terreno luego de casi haber saboreado las mieles de la victoria, que habría obligado a un sexto juego de regreso en su casa, la señorial Valencia, que debió haber quedado petrificada luego del estremecedor resultado, no por perder sino por la forma insólita como lo hizo, fue algo para no olvidarlo nunca.
Esa fue la realidad difundida por los medios, pero el ambiente previo al partido era de gran conmoción general y expectación, gracias al mismo presidente y algún vocero obediente, quienes se encargaron de prender la mecha de la polémica pública, por ponerse a hacer el papel de redentores del equipo, sin que nadie se los encomendara, sin consultar con los directivos, ni reparar en el respeto que le deben a sus jugadores profesionales, y a su amplísima fanaticada esparcida por todo el territorio nacional.
Luego de la debacle, esos voceros quedaron silenciados, conmocionados por el impacto de tamaña derrota, por la forma curiosísima e increíble como se produjo; por eso no faltan algunos tremendistas superticiosos que atendiendo a supercherías y supersticiones populares, ya le atribuyen ese insólito desenlace del partido, a la “pava macha siríaca” que el presidente le ha echado al equipo del Magallanes desde hace tiempo, y más de un enfurecido e entristecido fanático, ya estará tramando antes del próximo campeonato, rogarle a algún brujo que ensalme a todo el equipo, le fume el tabaco, y le de un baño con cariaquito morado (flor silvestre).
Haciendo un ejercicio de ficción, imaginamos cómo pudo haber sido ese crucial y fatal momento para el presidente, allá en el palacio de Miraflores, junto a sus colaboradores, y partidarios, tal vez las cosas pudieron suceder así: El presidente como suele ocurrir, se encontraba probablemente muy ocupado, reunido y hablando, cuando debió ser interrumpido por alguno de sus Ministros y decirle en tono emotivo: -“Presidente, estamos ganando por paliza en la novena entrada, 10 carreras por 3, nos faltan sólo tres outs prara ganar, venga para que disfrute en la televisión esta victoria que usted anticipó esta tarde, con su proverbial vaticinio”. El presidente emocionado, se soba las manos, ríe socarronamente, y dirigiéndose a los presentes expresa: -“¿No se los dije? hoy comeremos sancocho de tigre , vamos rápido a ver como raspamos a esos tigres atrevidos”. Raudo, presuroso, apura la taza de café, y se instala risueño, feliz, emocionado a contemplar la última parte del episodio noveno del partido, ganando la atención de todos quienes lo flanquean, sus principales Ministros; quieren verlo y oírlo, contemplarle el rostro cuando los bucaneros hagan el out 27 y se cubran de gloria victoriosa.
El líder coloca su atención en la pantalla colorida, tronando y sobando sus manos para decir: ¡Ay papaíto!, ahora si es verdad que los tenemos fritos, ¡no mi compadre!, esos tigres están raspaos, no tienen vida, vamos pa` encima para el sexto juego, ¿les dieron café? Viste Jorge, ¡que paliza!, llamen a Aristóbulo para que goce esto, despierten a José Vicente. De repente, comienza a hundirse el barco, los Tigres de Aragua empiezan a remontar poco a poco, producen dos carreras más, acortan la diferencia a 5 carreras, pero nadie sospecha siquiera lo que ocurriría, bases por bolas van y vienen, tres boletos seguidos, tres carreras más, el asunto se coloca 10 a 8, y quedan tres hombres en base, y el partido cambia bruscamente en minutos; el presidente comienza a removerse en su silla, (teme ser dejado en el terreno) su incomodidad con el accionar del partido y el manager es notable, casi a gritos y visiblemente contrariado dice: -¡Pero bueno compadre!, saca a ese picher, ya yo lo hubiera raspado, quítale la pelota chico, así no se puede, pero cómo es posible esta ¡vaina¡, él es el culpable, chico tuvieramos de refuerzo al "león Rodriguez", ¿a quien se le ocurrio pelear con él?.
Como suplicando ayuda, explicación, aliento, busca las miradas de sus Ministros, unos observan el techo, otros actuan como si no fuera con ellos, silban discretamente, el caudillo desencajado dice: – “¿Pero donde está Aristóbulo? llamen a Acosta Carlez”. El ambiente comienza a oscurecerse, los tigres amenazan,están a dos carreras del empate, y a tres de ganar, el ruido del televisor inunda el escenario, la voz del narrador convierte aquel sitio en un gallinero, las voces de los presentes se vuelven más tenues, el rumor todo lo invade. Se produce otro out, poncharon a Cedeño, el presidente respira, el juego se puso pequeñito, falta sólo un out para celebrar, pero hay tres hombres en base, y al bate Romero, el juego no puede estar más tenso, al presidente por fin algo logró silenciarlo, inmovilizarlo, su respiración casi se escucha en todo el salón, toma una bocanada de aire buscando oxígeno, suda intranquilo.
Enterrado en su silla, mirando aquel espectáculo, sobrecogido, impresionado, se restriega de nuevo las manos, pide silencio para oír, todos callan, solo la voz del animador quiebra el torturador rumor, el jefe máximo apoltronado emite su última sentencia de ese juego: ¡Ahora si compadre, se jodieron!, viste Jorge, estamos ya a un out de la victoria, mañana será el sexto juego en Valencia, allá los liquidaremos, ya no los salva ni Mamparito, ¡vámonos cárajo!, a sacar este out, ¡a comer sancochito tigrero, ja, ja, ja!. De pronto, Romero conecta un soberbio batazo llevando la pelota hasta la pared, entran increíblemente en carrera los tres corredores que estaban en las bases, Romero salta emocionado en segunda base, arroja el casco, sus compañeros de equipos lo rodean y alzan en hombros, los fanáticos tigreros invaden el terreno, el bullicio es atronador, es la locura, el locutor casi se desgañita gritando: “¡increíble, los Tigres de Aragua son los campeones, el Magallanes ha perdido increiblemente, esto es insólito, inaudito, inolvidable!”.
El presidente se queda estupefacto sentado en silencio sobre la acolchada silla contemplando el asombroso desenlace, nada parece sacarlo de su estupor, no hace gestos, de repente mira a su alrededor, algunos de sus Ministros haciendo discretamente mutis se retiraron al baño, sólo el Vicepresidente Jorge Rodríguez le mira inerte intentando congraciarse para consolarlo, el caudillo encolerizado mueve su cabeza de lado a lado gesticulando que no, como negándose lo sucedido, sólo logra articular entre dientes: ¡Que bolas! ¿Cómo es posible esta vaina? la culpa es de... a lo lejos un mesonero más magallanero que nadie, quien sirve el café, le dice a un Ministro: ¡Coño mi Doctor, estamos empavados, esta vaina es una pava siríaca! ¿Qué será bueno pa` la pava? El Ministro piadosamente lo mira con cara de angelito regañado, encoge los hombros y arruga su rostro como pidiendo perdón. De repente, la voz del iracundo jefe derrotado retumba en el lugar: “ Rápido,esto así no puede seguir, ¿hasta cuando? llamen a fulano, esto así no sirve, el culpable de esta debacle es el capitalismo que no nos deja hacer lo correcto, ese equipo hay que revolucionarlo, aplicarle una "constituyente beisbolística", meterle cinco motores bolivarianos, para hacerlo más eficiente, lo haré yo mismo, el único que puede lograrlo soy yo, lo tengo todo pensado, "se me ha ocurrido que hay que ponerle la mano al Magallanes", "¡que pava macha nos ha echado el capitalismo compadre!" …
El pasado domingo 28 durante su programa “Aló presidente”, antes del fatídico partido final, Chávez ufanado por el segundo aire que había tomado el equipo luego de haber obtenido su primera victoria, le había deseado "buena suerte" a los bucaneros (¿o los enpavó?), el presidente esponjado alabó la victoria del sábado 27 y felicitó públicamente a varios de sus excelentes jugadores; pero ese domingo por la noche habría de producirse lo insólito al caer derrotado el Magallanes de manera inesperada en la novena entrada, después de ir ganando 10 carreras por 3, para perder 11 carreras por 10, estando a tan sólo un out de la victoria. Nadie podía creerlo, al equipo del presidente lo habían dejado humillado en el terreno luego de casi haber saboreado las mieles de la victoria, que habría obligado a un sexto juego de regreso en su casa, la señorial Valencia, que debió haber quedado petrificada luego del estremecedor resultado, no por perder sino por la forma insólita como lo hizo, fue algo para no olvidarlo nunca.
Esa fue la realidad difundida por los medios, pero el ambiente previo al partido era de gran conmoción general y expectación, gracias al mismo presidente y algún vocero obediente, quienes se encargaron de prender la mecha de la polémica pública, por ponerse a hacer el papel de redentores del equipo, sin que nadie se los encomendara, sin consultar con los directivos, ni reparar en el respeto que le deben a sus jugadores profesionales, y a su amplísima fanaticada esparcida por todo el territorio nacional.
Luego de la debacle, esos voceros quedaron silenciados, conmocionados por el impacto de tamaña derrota, por la forma curiosísima e increíble como se produjo; por eso no faltan algunos tremendistas superticiosos que atendiendo a supercherías y supersticiones populares, ya le atribuyen ese insólito desenlace del partido, a la “pava macha siríaca” que el presidente le ha echado al equipo del Magallanes desde hace tiempo, y más de un enfurecido e entristecido fanático, ya estará tramando antes del próximo campeonato, rogarle a algún brujo que ensalme a todo el equipo, le fume el tabaco, y le de un baño con cariaquito morado (flor silvestre).
Haciendo un ejercicio de ficción, imaginamos cómo pudo haber sido ese crucial y fatal momento para el presidente, allá en el palacio de Miraflores, junto a sus colaboradores, y partidarios, tal vez las cosas pudieron suceder así: El presidente como suele ocurrir, se encontraba probablemente muy ocupado, reunido y hablando, cuando debió ser interrumpido por alguno de sus Ministros y decirle en tono emotivo: -“Presidente, estamos ganando por paliza en la novena entrada, 10 carreras por 3, nos faltan sólo tres outs prara ganar, venga para que disfrute en la televisión esta victoria que usted anticipó esta tarde, con su proverbial vaticinio”. El presidente emocionado, se soba las manos, ríe socarronamente, y dirigiéndose a los presentes expresa: -“¿No se los dije? hoy comeremos sancocho de tigre , vamos rápido a ver como raspamos a esos tigres atrevidos”. Raudo, presuroso, apura la taza de café, y se instala risueño, feliz, emocionado a contemplar la última parte del episodio noveno del partido, ganando la atención de todos quienes lo flanquean, sus principales Ministros; quieren verlo y oírlo, contemplarle el rostro cuando los bucaneros hagan el out 27 y se cubran de gloria victoriosa.
El líder coloca su atención en la pantalla colorida, tronando y sobando sus manos para decir: ¡Ay papaíto!, ahora si es verdad que los tenemos fritos, ¡no mi compadre!, esos tigres están raspaos, no tienen vida, vamos pa` encima para el sexto juego, ¿les dieron café? Viste Jorge, ¡que paliza!, llamen a Aristóbulo para que goce esto, despierten a José Vicente. De repente, comienza a hundirse el barco, los Tigres de Aragua empiezan a remontar poco a poco, producen dos carreras más, acortan la diferencia a 5 carreras, pero nadie sospecha siquiera lo que ocurriría, bases por bolas van y vienen, tres boletos seguidos, tres carreras más, el asunto se coloca 10 a 8, y quedan tres hombres en base, y el partido cambia bruscamente en minutos; el presidente comienza a removerse en su silla, (teme ser dejado en el terreno) su incomodidad con el accionar del partido y el manager es notable, casi a gritos y visiblemente contrariado dice: -¡Pero bueno compadre!, saca a ese picher, ya yo lo hubiera raspado, quítale la pelota chico, así no se puede, pero cómo es posible esta ¡vaina¡, él es el culpable, chico tuvieramos de refuerzo al "león Rodriguez", ¿a quien se le ocurrio pelear con él?.
Como suplicando ayuda, explicación, aliento, busca las miradas de sus Ministros, unos observan el techo, otros actuan como si no fuera con ellos, silban discretamente, el caudillo desencajado dice: – “¿Pero donde está Aristóbulo? llamen a Acosta Carlez”. El ambiente comienza a oscurecerse, los tigres amenazan,están a dos carreras del empate, y a tres de ganar, el ruido del televisor inunda el escenario, la voz del narrador convierte aquel sitio en un gallinero, las voces de los presentes se vuelven más tenues, el rumor todo lo invade. Se produce otro out, poncharon a Cedeño, el presidente respira, el juego se puso pequeñito, falta sólo un out para celebrar, pero hay tres hombres en base, y al bate Romero, el juego no puede estar más tenso, al presidente por fin algo logró silenciarlo, inmovilizarlo, su respiración casi se escucha en todo el salón, toma una bocanada de aire buscando oxígeno, suda intranquilo.
Enterrado en su silla, mirando aquel espectáculo, sobrecogido, impresionado, se restriega de nuevo las manos, pide silencio para oír, todos callan, solo la voz del animador quiebra el torturador rumor, el jefe máximo apoltronado emite su última sentencia de ese juego: ¡Ahora si compadre, se jodieron!, viste Jorge, estamos ya a un out de la victoria, mañana será el sexto juego en Valencia, allá los liquidaremos, ya no los salva ni Mamparito, ¡vámonos cárajo!, a sacar este out, ¡a comer sancochito tigrero, ja, ja, ja!. De pronto, Romero conecta un soberbio batazo llevando la pelota hasta la pared, entran increíblemente en carrera los tres corredores que estaban en las bases, Romero salta emocionado en segunda base, arroja el casco, sus compañeros de equipos lo rodean y alzan en hombros, los fanáticos tigreros invaden el terreno, el bullicio es atronador, es la locura, el locutor casi se desgañita gritando: “¡increíble, los Tigres de Aragua son los campeones, el Magallanes ha perdido increiblemente, esto es insólito, inaudito, inolvidable!”.
El presidente se queda estupefacto sentado en silencio sobre la acolchada silla contemplando el asombroso desenlace, nada parece sacarlo de su estupor, no hace gestos, de repente mira a su alrededor, algunos de sus Ministros haciendo discretamente mutis se retiraron al baño, sólo el Vicepresidente Jorge Rodríguez le mira inerte intentando congraciarse para consolarlo, el caudillo encolerizado mueve su cabeza de lado a lado gesticulando que no, como negándose lo sucedido, sólo logra articular entre dientes: ¡Que bolas! ¿Cómo es posible esta vaina? la culpa es de... a lo lejos un mesonero más magallanero que nadie, quien sirve el café, le dice a un Ministro: ¡Coño mi Doctor, estamos empavados, esta vaina es una pava siríaca! ¿Qué será bueno pa` la pava? El Ministro piadosamente lo mira con cara de angelito regañado, encoge los hombros y arruga su rostro como pidiendo perdón. De repente, la voz del iracundo jefe derrotado retumba en el lugar: “ Rápido,esto así no puede seguir, ¿hasta cuando? llamen a fulano, esto así no sirve, el culpable de esta debacle es el capitalismo que no nos deja hacer lo correcto, ese equipo hay que revolucionarlo, aplicarle una "constituyente beisbolística", meterle cinco motores bolivarianos, para hacerlo más eficiente, lo haré yo mismo, el único que puede lograrlo soy yo, lo tengo todo pensado, "se me ha ocurrido que hay que ponerle la mano al Magallanes", "¡que pava macha nos ha echado el capitalismo compadre!" …
10 comentarios:
Jajaja, que buena narración del partido y del público, te felicito. Ese juego no será olvidado en mucho tiempo.
¡Gracias Lemr40 ¡Qué alegría por la visita! En verdad,ese partido será indeleble.Hay que felicitar a ambos equipos tanto a los flamantes campeones Los Tigres de Aragua, como a los batalladores Navegantes del Magallanes, por brindarnos tan hermoso y digno espectáculo deportivo.
Ahora en la Serie del Caribe deberán defender el título alcanzado con gran mérito por los "Leones del Caracas".Los Tigres de Aragua (reforzados con jugadores del resto de los grandes equipos) seguramente serán dignos representantes de toda Venezuela.
La parte final desde luego, es una ficción.Un gran saludo.
Hola Arcángel
parece que estuvieras mirando por un huequito a Chavez, aunque la verdad de tanto verlo, creo que cualquiera puede imaginarlo...
Pobre equipo, que mala pava, y es que el DICTADOR es un rey Midas en negativo, todo lo que toca lo vuelve "mierda" y perdona la expresión en esta casa tan respetable.
Desde Marisabel, pasando por PDVS, Vargas, deslaves, puentes, imagina el destino de CANTV, ELECTRICIDAD, el AEROPUERTO, RCTV.
AUXILIO, necesitamos un TALISMÄN!!!
Un amuleto poderoso.
Cuando era jovencita había un sr. de quien se decía que era "pavoso", la recomendación para las mujeres era pellizcarse la teta izquierda contando inversamente desde creo que el 13, supongo que a los hombres les tocó hacer lo propio en otra parte "dolorosa" de su organismo. Esta idea, se me ocurre puede ser la salvación, ya que si todos hacemos esto al unísono, será un paro colectivo inintencionado, al menos de la mitad de los ciudadanos. Es más me acabo de inspirar para un cuento que voy a escribir esta noche.
Besos
Admirada felinísima, que no conoce el sueño, haz en mi tejado lo que a bien te parezca.
Quiebra las tejas si es tu gusto,porque en tus inspirados labios todas las palabras se transforman en poesía.
El doloroso "pellizco colectivo" que sugieres, parece una buena idea, a ver si despertamos.
Esperamos poder leer tu cuento.
Besos.
Excelente narracion. Me recordaste un poco a un articulo de Cabrujas que sale en su compilado (excelente) "El pais segun Cabrujas", que se llama "El decreto".
Sino, como yo soy del Caracas, para mi que el Magallanes pierda es como que el Real Madrid pierda para todos los que no son de la capital Ibérica... Allà, es el equipo del Rey, aca, el del presidente... La verdad que ir a la final a hacer el ridiculo es demasiado. Lo peor de todo esto de deporte y politica, es que conozco jalabolas que se han "convertido" al Magallanes (a pesar de que nunca vieron beisbol), simplemente porque es el equipo del presidente. Con fanaticos asi...
Saludos!
¡Vicente me complace tu visita!Muchas gracias por tus motivadores comentarios.¡Honor que me haces! Imagínate, que te recuerde a Cabrujas, es un gran estímulo.
Por otra parte, interesante acotación que haces sobre el futbool español (es mi deporte preferido),y no quería decirlo, pero no soy fanático de ningún equipo de besisbol nacional, pero me encanta ese deporte. Al venezolano que no le agrade el juego de pelota es "extraño" por decir lo menos.
Respeto muchísimo a los equipos profesionales, a sus directivos, a sus extraordinarios jugadores profesionales (ejemplos dignos para la juventud), a sus fanaticadas. Detesto que se pretenda hacer manipulación política usándolos arteramente,pretendiendo intervennir también esos espacios que son de la exclusividad de la sociedad civil(la ciudadanía).
Por eso, pienso que más allá del inocultable "insólito resultado" del partido final, desafortunado tal vez,para un "gran equipo" de beisbol profesional venezolano como el Magallanes, que ha brindado "glorias al gentilicio nacional", al igual que los Leones del Caracas, Las Aguilas del Zulia,Los Tigres de Aragua, etc,creo que lo esencial es "protestar" por la ingerencia indebida y abusiva del gobierno en la actividad deportiva privada y profesional,y en la vida de estas importantes organizaciones deportivas, lo cual es inaceptable en democracia.
Un gran saludo Vicente.
Arcángel, ¡aleluya! parece que el presidente te escuchó,o vio tu comentario final, porque acaba de anunciar al país en rueda de prensa en televisión,que él no está de acuerdo con que el Gobernador de Carabobo Acosta Carlez intervenga al equipo Navegantes del Magallanes.Le pidió publicamente que no se meta con el equipo.Anuncio que no se acabará el beisbol profesional como en Cuba.
Quiere decir que "quien no llora no mama". Hay que seguir creando opinión, protestar, decir,escribir como lo haces tú, solicitar. Por fín estamos de acuerdo con algo que dice Chávez.
je,je,je,je...te pasastes!
Cabina, el buen humor es muy necesario. Pero además, hay que defender a la dignificante actividad deportiva profesional "privada" nacional en general. Es inaceptable que el gobierno quiera intervenir indebidamente en todos los espacios de la sociedad civil.
El beisbol profesional es uno de ellos,tal vez el más emblemático de todos; por eso rechazamos medianten este artículo que se intente intervenir no solo al "gran equipo Navegantes del Magallanes", haciendo uso de un lenguaje jocoso y poco convencional "tal vez un poquito pasado de tono" (pero sin irrespetar), intentando crear consciencia sobre la necesidad de mantenerlos libres de la intervencionista mano del estado; debemos defender para "todos" esos espacios tan necesarios para la recreación y el esparcimiento general de los ciudadanos,sería el colmo que también fueran conculcados.
¡Que los dejen tranquilos hacer su trabajo, que no los sigan enpavando! usándolos como muleta política, Magallanes le pertenece a todos sus fanáticos y aficionados, no al gobierno; si los quieren ayudar que lo hagan colaborando con financiamiento, pero más nada, después querrán hasta ser su manager, imagínate al señor aquel llamando: ¡mira, sácame a ese o aquel,ese picher no me gusta!. ¡Por favor! ¿tanbién se van a meter en el deporte nacional?
Un abrazo.
Soy fanático del Magallanes, y me gustó mucho tu post porque asumes con buena actitud y naturalidad una derrota deportiva.Pero también levantas tácitamente la voz en defensa no sólo del equipo y la actividad deportiva,sino de los aficcionados que merecemos y exijimos respeto del gobierno.
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