POR:AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ.
El régimen insiste en señalar: “esta revolución es pacífica pero armada, violenta”. Y de esto nadie puede dudar. Llevamos once años de intimidación, en el ejercicio de un golpismo que todo lo puede.
Mientras, hay unas “oposiciones democráticas” que convocan a la paz electoral para salir de un régimen que, a la vez, caracterizan como autoritario, militarista, totalitario y neofascista.
Hay todo un aparato político del oficialismo que organiza y mantiene la violencia dispuesta para manipular, controlar y llevar a los actores de esta historia a impresionantes cuadros de angustia, padecimiento y agotamiento.
Hay todo un aparato político del oficialismo que organiza y mantiene la violencia dispuesta para manipular, controlar y llevar a los actores de esta historia a impresionantes cuadros de angustia, padecimiento y agotamiento.
Una lectora tomada por la desesperación nos decía que está dispuesta a votar hasta por el Pato Donalds para presidente y por sus familiares para diputados.
Es el proceso de domesticación que busca cambiar la voluntad de lucha y resistencia por la quietud-resignación, que contribuye directamente a consolidar el desmadre del “socialismo del siglo XXI”.
Un golpismo que utiliza el fusil del aniquilamiento mental, el espíritu de combate y capacidad de decisión del colectivo.
Ya el 04F-92 se manifiesta la disposición hacia la amenaza: por ahora estamos derrotados pero tenemos todo un plan que, indefectiblemente, nos dará el triunfo.
El golpista actúa sobre la base de apoyos y compromisos. El espaldarazo de Caldera se junta al señalamiento del conspirador de que después de la derrota saborearían la victoria.
Las implicaciones del ex presidente con el 04F-92 quedaron más que evidentes cuando le ofrece la sucesión presidencial al golpista preso en Yare y que éste rechaza para atender más bien los lineamientos que provienen de USA.
Son los prolegómenos de la “revolución made in USA” que se extiende hasta el 15Ag.-04 y que dará paso al “cambio para siempre” que coloca a este ex país bajo la sombra y dominio de la llamada “revolución cubana”.
Y desde entonces aquí avanza la unión de “las dos revoluciones” en una sola nación: VENECUBA. Se hace ahora más claro y definido el papel de la intimidación con base en la siembra de miedo, odio y desesperación.
Un aparato que toma lo electoral como la mejor y más efectiva forma de ejercer el golpismo, de manera suave, supuestamente pacífica y sin dejar huellas de dolor.
Con el golpismo electoral se logró el mando-poder que hasta el presente se controla manteniendo también, de manera permanente, el disfraz de la paz.
El golpismo hace las veces entonces de acuerdos tarifados, mesas de negociaciones, urnas y votos Smarmatic. Es la violencia convertida en sufragios del fraude-trampa y el engaño.
Y a la vez, del lado de las oposiciones la gente se apresta a votar, porque la complicidad que ahora adquiere la forma de aliado o de otro golpismo, le hace creer que es la única manera de enfrentar al régimen de la destrucción.
Frente al golpismo de la “revolución pacífica pero armada” no se dice, por ejemplo, que aquí la salida es electoral si se garantiza el voto y se respetan sus resultados, porque de lo contrario, nadie sabe a dónde puede ir a parar esta ex república.
Lo de las oposiciones es votar y aceptar el resultado que determine el “objetivo y equilibrado” CNE. De esta manera golpistas y aliados-cómplices, impulsan decididamente la consolidación de la “revolución”.
Pero frente a la acción está más de un 50% que no avala la posición de las maquinarias del golpismo electoral de los dos polos minoritarios y que, progresivamente, se aleja más de toda conciliación.
Porque cada vez hay más conciencia de que votar hoy, por desgracia, es participar en una doble y continuada práctica golpista.
¿Y cómo negar que hoy la mayoría verdaderamente democrática comienza a apuntar hacia un futuro electoral que no esté mediado por ningún tipo de golpismo salvaje y criminal?
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