POR:ANTONIO LEDEZMA.
La alternativa para los venezolanos demócratas es la unidad. Venezolanos militantes o no de partidos políticos, relacionados o no con organizaciones sociales, opositores, disidentes o descontentos con la situación el país, de cualquier región o condición social, de cualquier edad o género, la única alternativa que tenemos para defendernos y defender el futuro democrático, justo, próspero y solidario de la Patria es luchar unidos.
El pueblo venezolano está cansado de que lo dividan artificial e interesadamente. La unidad es la alternativa a la promesa incumplida, sobre todo a los más pobres; y a la concentración de poder que abusa, corrompe y no trabaja en bien de la mayoría ni resuelve los problemas que se acumulan y se agravan. La unidad es la alternativa para defender y hacer cumplir la Constitución que el gobierno ha abandonado, como ha abandonado los intereses del pueblo que le dio su confianza. Defender y hacer cumplir la Constitución para la promoción de los Derechos Humanos y el funcionamiento sano de la democracia, la descentralización y la participación.
Defender y hacer cumplir la Constitución como programa para la vigencia efectiva de nuestros deberes y derechos como venezolanos: el derecho de todos a la vida; el derecho de todos a la libertad; el derecho de todos a la igualdad de verdad, a tener oportunidades, a emprender y a ser propietarios; el derecho de todos a la salud y la educación, al empleo digno y bien remunerado, a la vivienda, a la seguridad social, a la cultura y el medio ambiente sano.
Defender y hacer cumplir la Constitución como base del Estado de Derecho y la seguridad jurídica para todos. Defender la Constitución como marco para el respeto, la tolerancia y la convivencia entre todos los venezolanos. Defender la Constitución como garante del derecho a la información y a la libertad de expresión que son de todos y no solo de los periodistas y los medios, pero que los necesitamos libres de la amenaza y el atropello, de la censura y la autocensura, abiertos e independientes.
Defender y hacer cumplir la Constitución como programa de solidaridad, en una sociedad responsable y constructiva que produce riqueza con equidad, porque no se olvida de sus pobres ni deja a nadie abandonado. La unidad es la alternativa para consolidar una mayoría capaz producir el cambio político que nos hace falta en Venezuela, participando juntos en las elecciones, con los mismos candidatos y el mismo programa de desarrollo humano y progreso social, y para defender el derecho del pueblo a elegir en comicios limpios, libres de manipulación y ventajismo, y hacer respetar a los gobernantes y representantes que elegimos con nuestro voto.
La unidad es la alternativa para la protesta cívica y valiente, pacífica y enérgica. Protesta para que se escuche la voz de un pueblo que no nació para ser coro de un hombre, ni acepta ser condenado al silencio. Protesta que no se agota en sí misma, porque tiene el sentido de ir construyendo una esperanza.
Por eso la unidad es la alternativa al desaliento, la apatía y la desconfianza. La unidad es la esperanza de los pobres y de la clase media. De las mujeres y los hombres. De los jóvenes y los viejos.
La unidad es la alternativa para defender lo nuestro y para avanzar hacia el futuro verdaderamente libre, solidario, justo y próspero de esta Patria que es de todos y en particular, de sus niños y jóvenes que merecen una vida plena.
Esta unidad no se agota en la reunión de unos cuántos, es un instrumento al servicio de todos. No es un punto de llegada, sino un punto de partida. No es un fin, sino un comienzo. Es un compromiso y una invitación abierta a participar. La unidad es de todos los venezolanos y el cambio que vamos a lograr es para toda Venezuela.
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¡Pasaremos!
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2010/08/la-alternativa-es-la-unidad/
4 comentarios:
Pedro Lastra
¡Pasaremos!
Agosto 23, 2010
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad: ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Le sucede a Hugo Chávez lo que a todos los caudillos de los regímenes a punto de caramelo: están hundidos hasta el cogote, ya comienzan a hacer gargaritos tragados por el oleaje de la historia para asomar la cabeza en el noveno Inning y gritar desaforados: ¡NO PASARÁN!
Pasaron siempre. Lo cantaban los Quilapayún. La Joan Báez. Peter Segers. No ha habido régimen acorralado por sus monumentales errores y sus pretensiones planetarias que al verse acosado no gritara como último expediente de la conjura: ¡NO PASARÁN!
Y el futuro acabó pasándoles a todos por encima. A los comunistas y a los fascistas. A los estalinistas y a los hitlerianos. Como le pasará por encima, arrollándolos como un tsunami, a Chávez y al chavismo. Los cementerios están llenos de tumbas con la consigna en mármol: ¡NO PASARÁN! Allí yacen, varios palmos bajo la yerba. Convertidos en cenizas.
Porque a la historia no la detiene nadie. Ni el más gritón, fabulador, corrupto, criminal y mentiroso de los coroneles es capaz de tapar el sol con un dedo, detenerlo en el zenit e impedir la furia de los elementos. Cuando llegó la hora de la retirada, lo mejor es retirarse. Cabeza gacha y tratando de aprovechar los puentes de plata que la política les dispensa. Mientras tanto, que se conformen con gritar la consigna de los condenados.
Todos sabemos que es pura faramalla. Que el NO PASARÁN es la última consigna antes del ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! ¡NOS ESTÁN ATROPELLANDO!
¿Cuándo se gritó esa consigna en la Venezuela chavista? Jamás. Todo eran burlas, ofensas, humillaciones. Que si frijolito, que te voy a meter preso, que no volverán, que Chávez los tiene locos. Se acabó el tiempo de la guarandinga. Ahora se asoma a la esquina de Miraflores, rodeado de cuatro anillos del G-2, y grita tapándose las entrepiernas con ambas manos, no le vaya a llegar un pelotazo a la altura de las ingles: ¡NO PASARÁN!
Nos ve venir a la cabeza de una gigantesca manifestación de descontento, de una marejada de reproches, de rencores e impaciencia, tras decenas de miles de viudas, de madres a quienes le asesinaron sus maridos, hijos y nietos, de trabajadores hambreados y perseguidos. De periodistas silenciados. De dirigentes y empresarios encarcelados. Por ahora con una boleta electoral en la mano.
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad, ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Pedro Lastra
¡Pasaremos!
Agosto 23, 2010
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad: ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Le sucede a Hugo Chávez lo que a todos los caudillos de los regímenes a punto de caramelo: están hundidos hasta el cogote, ya comienzan a hacer gargaritos tragados por el oleaje de la historia para asomar la cabeza en el noveno Inning y gritar desaforados: ¡NO PASARÁN!
Pasaron siempre. Lo cantaban los Quilapayún. La Joan Báez. Peter Segers. No ha habido régimen acorralado por sus monumentales errores y sus pretensiones planetarias que al verse acosado no gritara como último expediente de la conjura: ¡NO PASARÁN!
Y el futuro acabó pasándoles a todos por encima. A los comunistas y a los fascistas. A los estalinistas y a los hitlerianos. Como le pasará por encima, arrollándolos como un tsunami, a Chávez y al chavismo. Los cementerios están llenos de tumbas con la consigna en mármol: ¡NO PASARÁN! Allí yacen, varios palmos bajo la yerba. Convertidos en cenizas.
Porque a la historia no la detiene nadie. Ni el más gritón, fabulador, corrupto, criminal y mentiroso de los coroneles es capaz de tapar el sol con un dedo, detenerlo en el zenit e impedir la furia de los elementos. Cuando llegó la hora de la retirada, lo mejor es retirarse. Cabeza gacha y tratando de aprovechar los puentes de plata que la política les dispensa. Mientras tanto, que se conformen con gritar la consigna de los condenados.
Todos sabemos que es pura faramalla. Que el NO PASARÁN es la última consigna antes del ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! ¡NOS ESTÁN ATROPELLANDO!
¿Cuándo se gritó esa consigna en la Venezuela chavista? Jamás. Todo eran burlas, ofensas, humillaciones. Que si frijolito, que te voy a meter preso, que no volverán, que Chávez los tiene locos. Se acabó el tiempo de la guarandinga. Ahora se asoma a la esquina de Miraflores, rodeado de cuatro anillos del G-2, y grita tapándose las entrepiernas con ambas manos, no le vaya a llegar un pelotazo a la altura de las ingles: ¡NO PASARÁN!
Nos ve venir a la cabeza de una gigantesca manifestación de descontento, de una marejada de reproches, de rencores e impaciencia, tras decenas de miles de viudas, de madres a quienes le asesinaron sus maridos, hijos y nietos, de trabajadores hambreados y perseguidos. De periodistas silenciados. De dirigentes y empresarios encarcelados. Por ahora con una boleta electoral en la mano.
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad, ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Pedro Lastra
¡Pasaremos!
Agosto 23, 2010
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad: ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Le sucede a Hugo Chávez lo que a todos los caudillos de los regímenes a punto de caramelo: están hundidos hasta el cogote, ya comienzan a hacer gargaritos tragados por el oleaje de la historia para asomar la cabeza en el noveno Inning y gritar desaforados: ¡NO PASARÁN!
Pasaron siempre. Lo cantaban los Quilapayún. La Joan Báez. Peter Segers. No ha habido régimen acorralado por sus monumentales errores y sus pretensiones planetarias que al verse acosado no gritara como último expediente de la conjura: ¡NO PASARÁN!
Y el futuro acabó pasándoles a todos por encima. A los comunistas y a los fascistas. A los estalinistas y a los hitlerianos. Como le pasará por encima, arrollándolos como un tsunami, a Chávez y al chavismo. Los cementerios están llenos de tumbas con la consigna en mármol: ¡NO PASARÁN! Allí yacen, varios palmos bajo la yerba. Convertidos en cenizas.
Porque a la historia no la detiene nadie. Ni el más gritón, fabulador, corrupto, criminal y mentiroso de los coroneles es capaz de tapar el sol con un dedo, detenerlo en el zenit e impedir la furia de los elementos. Cuando llegó la hora de la retirada, lo mejor es retirarse. Cabeza gacha y tratando de aprovechar los puentes de plata que la política les dispensa. Mientras tanto, que se conformen con gritar la consigna de los condenados.
Todos sabemos que es pura faramalla. Que el NO PASARÁN es la última consigna antes del ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! ¡NOS ESTÁN ATROPELLANDO!
¿Cuándo se gritó esa consigna en la Venezuela chavista? Jamás. Todo eran burlas, ofensas, humillaciones. Que si frijolito, que te voy a meter preso, que no volverán, que Chávez los tiene locos. Se acabó el tiempo de la guarandinga. Ahora se asoma a la esquina de Miraflores, rodeado de cuatro anillos del G-2, y grita tapándose las entrepiernas con ambas manos, no le vaya a llegar un pelotazo a la altura de las ingles: ¡NO PASARÁN!
Nos ve venir a la cabeza de una gigantesca manifestación de descontento, de una marejada de reproches, de rencores e impaciencia, tras decenas de miles de viudas, de madres a quienes le asesinaron sus maridos, hijos y nietos, de trabajadores hambreados y perseguidos. De periodistas silenciados. De dirigentes y empresarios encarcelados. Por ahora con una boleta electoral en la mano.
No hay fuerza de la naturaleza que pueda detener su derrumbe. Ya se ve humilde y cabizbajo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ya sabe lo que le espera y grita, para darse ánimos como el cobarde que silva en medio de la oscuridad, ¡NO PASARÁN!
¡Yo te aviso, Chirulí!
Un saludo cubanisimo y solidario a todos.
A todos los interesados en el tema de las elecciones parlamentarias del proximo 26 de Septiembre, especialmente a aquellos que deseen ganar de modo inobjetable, les comunico que he activado un blog para esos fines.
http://labatallafinalporvenezuela.blogspot.com
Les ruego encarecidamente que lean lo que alli expongo. Es de vital importancia que lo interpreten.
Tal como expreso en el blog de nuestra querida amiga Martha Colmenares, se muy bien que mi condicion de cubano es un lastre muy pesado que dificulta la aceptacion de mis criterios por parte de los venezolanos, pero deben entender que se estan jugando el futuro de Venezuela, y con el, tambien se juegan su patria y todo lo que signifique pasado y sueños y planes de futuro para las proximas cuatro o cinco generaciones.
Un abrazo a todos.
Simon Jose Marti Bolivar.
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